Solución
Dominic no pensó que el viaje al aeropuerto fuera tan incómodo como creía. Todavía recordaba cuando se había despertado junto a un delicioso olor y el cuerpo suave y delicioso de su omega a su lado. Una imagen tentadora que le había hecho perder la poca cordura que tenía después de un abrir los ojos. Sin pensarlo mucho se había inclinado y había agarrado los labios de su pareja entre los suyos con un hambre atroz.
Había sentido a su omega removerse debajo de él al despertarse tras su ataque pero se había quedado quieto recibiendo lo que él tenía para ofrecerle hasta que la falta de oxígeno se hizo presente y él se separó, mas no tenía intenciones de parar. Sus labios siguieron a lo largo de su cuello exigentes, marcando la piel todavía caliente por las sábanas. Su mano se desplazó a lo largo del vientre plano y suave buscando tocar aquella zona cálida y apretada en la que querría enterrarse.
Estaba dolorosamente excitado, exigente, demandante. Quería más, casi no podía esperar, quería, querí...
-Dominic- un gemido agudo se escuchó dentro de su cabeza- Dominic- esta vez fue más fuerte y le hizo volver a la realidad.
Alzó la cabeza para encontrar a Aidan con las mejillas sonrojadas, sus labios hinchados pero en su mirada no había precisamente excitación. El alfa bajó la cabeza dejando que el cabello ocultara su expresión.
-Lo siento, voy al baño- y se levantó antes de que perdiera el control de nuevo. Casi devora a su omega allí sin pensar en lo que él había pasado.
Apretó el borde del lavamanos mientras el agua corría por su rostro. Miró su reflejo en el espejo. Ahora era todo un depredador ansiando sexo, sexo con su omega, con su otra mitad. La fuerza del lazo de las parejas destinadas era más fuerte de lo que se creía y estaba a punto de volverse loco. Sabía que debía ir suave, la razón principal por la que no podían avanzar en la intimidad se debía a su trágica unión durante su celo, aquella donde literal lo violó y con tanta fuerza que todavía en su mente había imágenes de los moretones en la piel blanca y su ano abierto y lacerado soltando su esencia.
Y así, después de un desayuno rápido, donde casi no habían intercambiado palabras, se habían dirigido al aeropuerto donde Madox con el omega que había invitado los esperaban. Por suerte el ambiente era más ligero que después que saliera del baño Él había estado renuente a tener cercanía con Aidan, al menos hasta que él mismo se calmara.
Lo primero que Aidan notó al ver a la pareja era que Julian parecía alerta. Su cabeza se movía de un lado a otro como buscando a alguien o más bien, que ese alguien no estuviera cerca. Por su parte Madox solo hablaba por el celular o simplemente le pellizcaba la mejilla burlándose de cómo se sonrojaba. Aidan agarró al chico de la mano y lo llevó consigo dejando a los dos alfas que no comprendieron que ocurría pero no dijeron nada. Habían notado que ellos dos se llevaban muy bien y era positiva su compañía.
-Veo que estás nervioso por algo- Aidan se sentó varios asientos separados de Dominic y atrajo a Julian frente a él.
Julian por su parte apretó las manos en su regazo y sonrió ligeramente.
-Solo es por el viaje, nada más-
Aidan alzó su ceja.
-Aun cuando dices eso parece que estas alerta y vigilas todo a tu alrededor, solo el idiota de Madox no se da cuenta-
Julian no dijo nada. Como le contaba a Aidan que en los días que había estado con Madox viviendo en su casa a pesar de ser los mejores de su vida habían sido los más preocupantes. No por el hecho de que había estado junto al alfa o que habían compartido la cama donde él se había entretenido con su cuerpo cobrándole aquello vez que tenían pendiente. No tenía nada que ver con eso, más bien no tenía quejas.
Madox se había portado muy servicial a pesar de su aspecto duro. Pero la maceta que había caído casi rozando su oreja el primer día, el accidente de la explosión de ácido en su laboratorio en el segundo y los vidrios en su comida dentro del restaurante en el tercero era algo que lo tenía alterado. Pero no quería arruinar el viaje.
El alfa no parecía vincular los hechos con nada y simplemente los había tachado de accidente, pero él no los veía de esa forma. Siempre había tenido una mente fría para analizar las cosas a su alrededor y esta vez su instinto le decía que no eran simple accidentes.
-Tú también estás extraño- cambió totalmente el tema y eso pareció molestar a Aidan.
-Estábamos hablando de ti- cruzó los brazos sobre su pecho fingiendo indignación- No me cambies el tema.
Julian sonrió pero no le respondió. En cambio Aidan suspiró dejando caer los hombros.
-La verdad es que ayer no podía dormir y terminé colándome en el cuarto de Dominic y en su cama-
El otro omega asintió con la cabeza.
-¿Y eso te preocupa?-
-No fue eso, se sintió realmente increíble dormir a su lado, su olor, por favor, era lo más delicioso que hubiera sentido pero creo que lo arruiné todo en la mañana- siguió después que el otro chico no habló- Dominic me despertó y estaba por todas partes, tocándome, besándome, pero yo simplemente lo detuve, aún me da miedo hacerlo con él-
Julian se mantuvo unos segundos en silencio.
-¿Qué te da miedo precisamente?-
Aidan se tocó la barbilla analizando la situación.
-No me molesta que me toque, más bien, se siente muy bien, correcto, pero cuando lo veo es como si lo que estuviera delante de mí fuera la bestia de aquella noche. Eso realmente me aterra. Esa noche Dominic tomó de mi cuerpo todo lo que quería y no fue ni cercano a lo cariñoso que es normalmente- se sacudió el cabello alborotándolo- A esta altura, ya no sé qué hacer, el problema es mío, pero estoy en un callejón sin salida y no sabes lo mal que me siento al no poder resolver esto por mis propios medios- sonaba ligeramente desesperado.
Julian lo entendió. Estaba frustrado. Estaría con ese alfa por el resto de su vida si las cosas iban bien, la intimidad era un paso fundamental en la vida de pareja. Además, de seguro no lo habían tocado debido a la recuperación del omega, Dominic pertenecía a una familia adinerada y de alto estatus. De seguro pronto le pedirían cachorros para asegurar el patrimonio. Ahí entraba el papel de Aidan en todo eso.
-Has probado no verlo- le dijo simplemente. Aidan pestañeó confundida- Me refiero, si tienes tanto miedo de hacerlo porque su imagen te aterroriza, por qué no pruebas a taparte los ojos y pensar en su imagen habitual mientras te toca-
La idea apreció descabellada en un principio pero después no fue así. Los ojos de Aidan se iluminaron. Quizás eso podría funcionar. Eso hizo que su ánimo se volviera menos agrio. Era una posibilidad que podría probar. Había notado la tensión del cuerpo de Dominic esa mañana y la forma en que lo tocaba, él no era el único con problemas en todo aquello.
Agarró las manos de Julian y las juntó entre las suyas.
-Otra vez gracias por ayudarme, eres una joya en mi camino- le sonrió sinceramente.
Julian le correspondió.
-Será mejor que volvamos, ciertos alfas están mirando hacia acá con sospechas-
Aidan miró por encima del hombro y el rostro de ambos era un poema.
-¿Julian, trajiste lo que compramos?- le dijo con voz pícara.
El omega asintió con un ligero rubor. A pesar de que sus prendas eran más recatadas que las de Aidan, todavía mostraban demasiada piel para su gusto y conociendo a Madox estaba seguro que durarían en su cuerpo tan poco que solo sería un efímero recuerdo. Ambos volvieron con los alfas y se sentaron al lado de ellos pero no respondieron ninguna de sus preguntas a pesar de que ellos insistieron.
Para cuando el avión despegó Aidan se mantenían tranquilo en su asiento disfrutando de algo en el celular de Dominic, el de él se había quedado sin batería. En cambio, este leía un libro que había traído consigo. La tensión entre ellos había disminuido y era más fácil el ambiente. El alfa no sabía de qué habían hablado pero lo que fuera ayudó a su omega.
Julian se había acomodado al lado de Madox y había dejado caer su cabeza en su hombro. Él no lo había dejado dormir en la noche por lo que estaba agotado. Madox acarició su cabeza enredando sus dedos en el cabello rojizo intentando no tocar la cicatriz. El omega, aunque no se había quejado lo había atrapado sobándose la marca varias veces en el día. Disimulaba bien delante de él pero hasta había revisado la cicatriz y estaba ligeramente inflamada.
No había anomalías en los resultados después de hacerle un estudio completo, solo un aumento inusual de sus feromonas, pero nada más. Madox no era estúpido, no había estado tantos años especializándose por gusto. Le preocupaba la situación de él, por el momento la observaría durante su estancia en Hawái.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro