Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Recuerdo

Madox se removió entre las sábanas y se incorporó sobre un codo dejando a la vista su bien formado torso, abdominales y la insinuación del recorrido por debajo de su ombligo sabiendo la reacción de las personas por su cuerpo. Pero solo recibió un leve chillido que aturdió sus oídos y acto seguido el omega se encontró completamente desnudo en el suelo con un rostro conmocionado. Vaya, esa no se la esperaba. Tal vez la impresión había sido demasiada para él chico.

El alfa se corrió el cabello hacia atrás y se arrastró hasta el borde de la cama recargando su rostro sobre su palma.

-¿Y bien pajarito. No tienes nada que preguntarme?-

Julian afirmó con la cabeza, luego negó, para después volver a afirmar. Sus ojos abiertos como platos.

Madox pestañeó.

-Será mejor que primero te pongas de acuerdo y después hablamos- le guiñó un ojo- Pero te pido que sea rápido pues tengo que irme lo antes posible. No acostumbro a pasar la noche en casa de nadie, aunque haya hecho la excepción debido a tu celo, que debo reconocer, fue increíble- habló descaradamente.

La palabra celo hizo que varias de la neuronas de Julian que se habían ido de vacaciones volvieran a su lugar.

Él había tenido su celo, que siempre duraba los estrictos tres días no importaba la cantidad de veces que le dieran y lo había pasado entonces con este alfa. Por el estado de su cuerpo, las marcas sobre su piel y el olor dominante que lo envolvía, sobre todo en su zona inferior no había duda que el sexo había estado de por medio. Se llevó la mano a la nuca, el collar estaba todavía allí, algo rasgado y desgastado, además de pequeños arañazos a su alrededor, pero su nuca, sana al final.

Bueno ya no se podía hacer mucho no. Era un omega práctico por lo que solo le quedaba enfrentar los hechos, al menos no estaba emparejada con el alfa. Pero de algo si estaba seguro. Nunca había sentido su cuerpo tan satisfecho en toda su vida. Ni siquiera quedaba la constante molestia de siempre cada vez que concluía su celo y que le anunciaba que tendría otro pronto.

Oyó al alfa levantarse de la cama sin ocultar su cuerpo desnudo.

Utilizaré tu baño. Intenté mantener nuestros cuerpos lo más limpios posible pero creo que una buena ducha no vendría mal después de todo- se giró y lo miró por encima del hombro- ¿Quieres hacerlo conmigo?- esta vez Julian negó enérgicamente con la boca abierta- Tú te lo pierdes, tenía intenciones de hacerte gritar de nuevo- el alfa levantó los hombros quitándole importancia al primer rechazo que había recibido en toda su vida. Si, su primer rechazo.

Julian esperó que la puerta se cerrara para dejar salir todo el aire de sus pulmones.

Mierda, mierda, mierda ¿Qué demonios había hecho, qué había pasado realmente? 

En su costado el cesto tenía varios condones por no decir muchos. El alfa se había protegido, pero ese no era el punto. Siempre intentaba surcar sus celos solo, a pesar del inmenso dolor que le provocaba para no estar en deuda con nadie, y ahora tenía a un supuesto extraño en su propia ducha.

Cerró sus ojos y se concentró o comenzaría a hiperventilar. Se sentó en el borde de la cama con dificultad dado que su cadera estaba débil, y agarró la sábana y al menos cubrió su desnudez. Todavía estaban sus feromonas omegas revoloteando enlazadas con las de aquel alfa dentro de su pequeña habitación. Podía olerlas con mucha fuerza a pesar de que esta habilidad se había visto afectada con el accidente, años antes y no podía detectar el olor en sí.

Se llevó la mano a su cicatriz. No le gustaba, realmente la odiaba, era fea, grande y en vez de poder usar pelados cortos como a él le gustaban estaba obligado a llevarlo largo para ocultarla, la gente lo miraba raro cuando se daban cuenta que la tenían y ya era bastante con que lo miraran raro por ser omega. Su mente era un total caos en aquella época y en su interior algo le decía que era mejor no recordar.

Minutos después el alfa alto y rubio salió con una toalla en su cintura que apenas so ocultaba algo y secándose el cabello. Su piel matizada con gotas de agua que corrían por el pecho desnudo y su abdomen formado, una imagen que sería tentadora si Julian no estuviera en su debate mental.

-¿Aún no te vistes? Acaso es una invitación- Madox se burló de él coqueto agarrando sus pantalones que en algún momento había doblado y colgado en una silla. Lo vio correrse hacia atrás en la cama cubriéndose más- No deberías tenerme miedo, te salvé y después te cuidé durante su celo, te alimenté y te mantuve limpio. Deberías agradecerle-  se abrochó el botón del pantalón dándole una buena vista antes a la omega de lo que estaba guardando y que había estado dentro de él. Madox lo sintió tragar.

-Yo… te lo agradezco- su voz tembló ligeramente. Tener a alguien tan impotente delante de él consumiendo casi todo el aire de la recámara hacía que todos sus instintos omegas gritaran en sumisión. Sabía que si el alfa le ordenaba abrir las piernas para tener sexo de nuevo lo haría sin poder evitarlo.

Madox pareció notarlo pues se sentó en la silla más cercana poniéndose los zapatos.

-A pesar de lo que pasó entre nosotros aun quiero que vayas al hospital y te internes. Toma esto que hicimos como el inicio del tratamiento. Tú cuerpo ahora debe soportar un poco más ya que tuviste relaciones conmigo- Julian lo miraba dudando- Sino vas tú mismo vendré a buscarte. Eres alguien demasiado interesante como para dejar que pases de largo además- se acercó a él inclinándose, le agarró la barbilla antes de que él retrocediera y dejó un sonoro beso en sus labios saboreando nuevamente el delicioso sabor del chico y rompiendo por no sabía que vez su propia regla, pero romperlas de vez en cuando era bueno- Me gustó mucho lo último que hicimos- se enderezó dejándolo con un marcado sonrojo- Nos vemos-

Y con la misma salió dejando al omega más confundido que antes.

***

Madox pasó la mano por la espalda de Julian besando su cuello. Aun recordaba la expresión del omega cuando despertó y lo vio junto a él. Había sido realmente cómico y excitante a la vez. Verlo procesar que se había acostado con un alfa y que alfa.

A él no le importó en aquel momento, aunque después cuando se había sentado a analizar había sido la primera vez que había perdido totalmente todos los estribos, así como su control. Siempre había sido capaz de tener la mente fría durante el sexo, sea omega en celo o no, o beta, pero con el chico en sus brazos mandaba a volar todo y solo se dejaba disfrutar de lo rico que era sentirse bien dentro de alguien. Amaba el sexo pero con Julian la palabra SEXO se veía vulgar.

Después de su primera vez juntos, había dudado seriamente que él fuera a internarse, incluso ya había preparado todo para irlo a buscar cuando había entrado en el hospital y quedando bajo su cuidado. Y tenía que reconocer que había sido el paciente más difícil que había tenido. Le costó más de un año encontrar un medicamento que ayudara a regular su celo de tres o cuatro veces por mes a uno por mes en el que se encargaba personalmente de acompañarlo y de paso saciar el crudo deseo sexual del omega. Y de alguna forma él de él porque el sexo convencional ya no lo satisfacía igual.

Después de darle el alta después de casi dos años en el hospital, le había comprado un apartamento en un buen barrio. Si iba a estar visitándolo cada mes que al menos fuera un lugar más grande donde él se pudiera desplazar y que no estuviera tan lejos de su casa por cualquier emergencia. Debido a la estabilidad de Julian, este había podido retomar su trabajo en otro centro de estilismo, lugar que él mismo había comenzado a frecuentar para que le atendiera el cabello.
Y a pesar de que le había abierto una cuenta bancaria el chico no había tocado ni un solo centavo y se mantenía con lo que ganaba.

Sin darse cuenta Madox había comenzado a relacionarse con el oemga más de lo necesario, y aunque mantenía sus viejas relaciones de conveniencia con cuanta persona le abriera las piernas para satisfacer su inagotable deseo sexual, ya no se sentía igual. Pero él era un alfa terco y siempre alegaba que Julian era un paciente y un buen espécimen de estudio, por eso es que solo lo estaba ayudando.

Quizás solo se estaba engañando. Pero, ahora mismo estaba consumiéndose por los celos.

-Pajarito mío ¿tienes hambre?- le preguntó.

El omega alzó la cabeza de su pecho y lo miró más no respondió. Su estómago no estaba en su mejor estado después de aquella extraña reunión pero si Madox lo invitaba no era bueno rechazarlo así que al final asintió. El alfa le sonrió y besó la punta de su nariz.

-Pues entonces vamos a un nuevo restaurante que abrieron cerca, iba a llamarte pero me ahorraste el trabajo ya que estás aquí- bajó por su cuello y dejó una marca de beso en él- Después quiero ir a tu casa, todavía hay algo que me debes- su mano se desplazó por la parte interna de sus muslos peligrosamente, abriendo sus piernas y rozando el agujero que tanto le gustaba por encima de la tela- Y no voy a aceptar un no por respuesta- apretó la zona sacándole un leve quejido de sorpresa del omega.

Y Julian no podía negarse. Sabía que Madox no estaba de buen humor a pesar del tono regulado de sus palabras. No sabía la razón pero era mejor no provocarlo. Él nunca se molestaba con él y lo trataba bastante bien. Pero por primera vez había un brillo extraño en sus ojos y eso la hizo sentirse más tentado.

Su parte omega quería a este alfa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro