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Piscina

Aidan se dejó caer lentamente sobre el miembro de su alfa. Como siempre este era grande y le costaba un poco al principio, aunque la resistencia solo duraba unos segundos acoplándose a la perfección. Era una locura lo que estaban haciendo. Tener sexo en medio de aquella casa, pero él sabía que Dominic necesitaba recalcar su posesividad sobre él.

No se lo había exigido, pero por lo que había estudiado sobre los alfas, esto era parte del instinto. Y él no se lo negaría. Nunca había visto a su pareja tan fuera de sí, ni siquiera el baño lo había ayudado a relajarse. Todo lo contrario, estaba aún más alerta, hasta había cerrado la puerta con llave. Parecía paranoico, pero solo lo hacía para protegerlo y eso conmovió a Aidan.

Al final lo había atraído a la cama y abrazado hasta que el comenzó a morder su cuello dejando marcas bien visibles sobre su piel. Poco a poco y como había aprendido dejó salir sus feromonas lentamente, no quería que él perdiera el poco control que le quedaba y eso lo incitó aún más. Ahora estaba sentado sobre su regazo mientras él chupaba con ansias uno de sus pezones.

Las grandes manos de él amasaban sus nalgas aumentando la estimulación del miembro en su interior. Aidan gimió enterrando sus uñas en los hombros de su pareja. Dominic siempre era amable cada vez que hacían el amor. Se tomaba su tiempo en estimularlo, dilatarlo y tocarlo hasta hacerle perder la cordura pero hoy no. Era como si su instinto fuera el que mandaba. Y era como una bestia.

No era agresivo como cuando estaba en celo, pero no era tierno como siempre. Aidan no le puso trabas. Sabía que no le haría daño, solo necesitaba sentirse seguro de que él le pertenecía.

Besó la cabeza de su alfa. Nunca pensó sentirse tan de alguien. Era increíble como toda la perspectiva de su vida había cambiado desde que lo había conocido. Como su mundo dio un giro de 180 grados, uno de que no se arrepentía.

Las caderas de Dominic se impulsaron hacia arriba mientras él la empujaba hacia abajo sosteniendo su cintura entre sus manos. Aidan soltó un agudo gemido ante la sobre estimulación de la profunda y poderosa penetración tocando la parte cerrada de su útero. Tembló en los brazos del alfa que siguió moviéndose constantemente y de manera firme siguiendo frotando esa zona que era incluso más sensible que su próstata. La lubricación salía a chorros de su ano filtrándose por el miembro del alfa creando un desastre entre los muslos de este.

El omega echó la cabeza hacia atrás, momento que aprovechó el alfa para lamer su cuello de arriba abajo raspando la piel con la punta de sus colmillos y allí en la curva del hombro los enterró.

Aidan se apretó alrededor de su pene ante la ola de placer unido con dolor que la recorrió. Los brazos de Dominic lo abrazaron fuerte contra él mientras su cadera arremetía en su interior. Y antes de darse cuenta estaba debajo de él. El alfa buscó sus labios y los besó, chupó y mordió. Parecía un cachorro pidiendo por más, y a la vez marcando territorio de lo que era suyo.

Aidan acunó sus mejillas entre sus manos y enfocó los brillantes ojos de su alfa. Su parte salvaje estaba rayando aun así no tuvo miedo. Se entregó al demoledor placer que le propinaba.

La habitación se llenó tanto de feromonas como de gemidos. El olor de la sangre saliendo de la herida del cuello del omega era fuerte aunque el líquido no recorría mucho camino antes de llegar a la lengua del hombro.

Un gemido grave salió de la garganta de ambos antes de que el calor abrazador los envolviera y el nudo se creara ante el aterrador orgasmo, que los unió ambos. El glande del alfa penetrando la delgada pared del útero omega que lo apretó reteniéndolo allí.

Dominic besó a su pareja cariñosamente mientras se acomodaba para no recargar todo su peso sobre él sintiendo como el orgasmo se extendía deliciosamente. Sus hombros comenzaron lentamente a relajarse, y poco después había una expresión de tranquilidad a pesar de haber terminado de tener sexo.

Aidan besó su mejilla mientras lo abrazaba entre sus brazos y piernas dejando que él recostara su cabeza en su pecho. Los alfas eran criaturas difíciles de comprender y a la vez tan fáciles.

***

El sol naciente calentaba el interior de la mansión. Aidan cerró la puerta de la habitación después de cubrir con la colcha a Dominic que todavía dormitaba. Se había removido cuando él se levantó pero después de unas cuantas caricias en su cabeza volvió a tranquilizarse.

-Shhh, voy a salir un momento, tengo cosas que hacer-

Y efectivamente. Él sería ahora un omega y había calmado las aguas pero de que estaba cabrón por lo que le habían hecho, lo estaba. Y más ahora que las heridas se estaban cerrando en su boca. Había zonas internas que estaban algo hinchas y eso que Dominic había tenido cuidado cuando lo besaba.

Como que tendría que poner algunos puntos sobre las íes. Y al parecer el destino estaba de su lado.

-Te encontré- sonrió cuando se dio cuenta por uno de los grandes ventanales de la mansión que daba a la gran piscina del patio lateral, que la persona que buscaba estaba ahí.

Aidan caminó de forma firme hacia allí. Los criados la miraban extrañados porque además de que era un invitado era un omega. Aunque lo que más llamaba la atención era su porte. Su vida no había sido la más lujosa pero por su cargo y los viajes había confeccionado un armario lo bastante distinguido y ahora más que su pareja insistía en vestirlo con lo mejor. Por lo que el conjunto de pantalón y camisa de seda negra, su cabello oscuro peinado y brillante, y los zapatos caros y elegantes, hacía que pareciera alguien del mismo nivel que la dueña de aquella casa.

Y tampoco había que dejar de lado la pronunciada herida de su cuello hecha en la noche y la que estaba adornando su nuca, bien visibles por su corto cabello.

Bajó las escaleras hasta el patio, le tomó algo de tiempo llegar pues aquella casa era inmensa pero no mostró el dolor el menor cansancio cuando se detuvo a unos metros de Ofelia, la cual se impresionó cuando notó su presencia. Y no ocultó el desprecio en su rostro sobre todo cuando recorrió las marcas en el omega y reconocer el olor posesivo de su hijo que lo bañaba. Aidan en cambio sonrió levemente, aunque sus ojos estaban oscurecidos.

-Realmente me pregunto que hice para que me trate de esa forma- habló pausadamente.

Ofelia bufó cruzando sus brazos delante de su pecho.

-Acaso tengo que decirlo- entrecerró los ojos- Mira nada más, ni siquiera das los buenos días-

Aidan alzó una ceja.

-No creo que alguien que pone vidrio en la comida de los demás sin pensar en las consecuencias tenga derecho a mis buenos días, sobre todo cuando no lo son- el tono del omega cambió a más seco.

Ofelia frunció el ceño.

-Voy a ser clara, tú no tienes el mismo nivel que mi cachorro. Dominic merece algo mejor, alguien de una familia distinguida que le dé más reconocimiento del que tiene. Hasta su padre casi si escandaliza cuando te vio. Dulse era la mejor opción, pero tenías que aparecer tú y arruinarle la vida-

Mientras la omega parloteaba Aidan se revisó sus pulidas uñas, esas que enterraba constantemente en la espalda de su pareja. Solo escuchaba bla, bla, bla después de la palabra cachorro, ya con eso se lo decía todo. Espero que terminara de hablar para hacerlo él.

-Me gustaría dejar tres cosas bien claras- Aidan la encaró sin temerle, esa mujer al parecer estaba acostumbrada a tratar a los demás como le venía en gana- Primero, acaso no ha visto a su hijo, Dominic no es un cachorro y menos de los que necesite su resguardo para vivir. Es un alfa independiente y seguro de sí mismo, sino no me hubiera conquistado, bastante que insistió- alzó la mano cuando la otra omega quiso interrumpirla- Segundo, si, no nací en una llena de lujos pero estoy orgulloso de lo que he logrado por mis medios yo solo, al menos eso tiene más valor que ser alguien que tiene miles de limitantes y tiene que vivir bajo las apariencias de los demás. Y tercero y lo más importante, su hijo me marcó, soy su omega y sobre todo su pareja destinada y lucharé con uñas y dientes para defender lo que me pertenecer. Y Dominic es mío-

-Tú- el rostro de Ofelia estaba completamente rojo de la rabia. Aidan ni se inmutó.

-Y otra cosa y no menos importante. A pesar de que usted me odie con todo su ser como acaba de demostrar, al menos de mi parte no tengo intenciones de que Dominic rompa relaciones con su familia. Prueba de ello es que todavía estamos aquí cuando él quería irse ayer mismo, si lo hubiera hecho estoy seguro de que le costaría volver a restaurar relaciones con su hijo. Se bien el dolor de tener una familia...disfuncional, no deseo que él pase por lo mismo-

Vio a Ofelia abrir la boca para volverla a cerrar.

-Eso es todo lo que quería decirle. Ahora me retiraré, Dominic debe estar por despertar. Ayer me tomó mucho calmarlo y de seguro quiere que partamos cuanto antes- Aidan dio media vuelta y comenzó a alejarse.

Pero Ofelia no iba a dejar las cosas así. Segundos después la superficie tranquila del agua de la piscina se rompió salpicando a todos lados cuando un cuerpo se precipitó hacia el interior. 

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