Gemelas
Desde la noticia de la supuesta muerte de Julian, Madox había sentido que su vida no tenía sentido. Fue cuando se dio cuenta que las mujeres que estaban a su alrededor lo hacían tanto por su dinero como por una noche fogosa. No le importó por mucho tiempo, pensaba que su estatus de alfa le permitía hacer lo que le viniera en gana.
Pero a diferencia de todas, Julian nunca le pidió nada, no le exigió nada, simplemente estaba a su lado cuando él quería.
Ahora no sabía cómo él reaccionaría, o él. Temblaba, sí temblaba mucho. Tres meses pensando que él estaba muerto para después tenerlo delante de él como si todo hubiera sido un simple sueño.
Podía sentirse indignado por la mentira, molesto por sufrir en vano. Antes sería así, pero ahora no. Había una emoción extraña y floreciente dentro de su pecho. Dio un paso hacia adelante, quería tocarlo, abrazarlo, besarlo y ya después preguntaría las miles de dudas en su cabeza, primero necesitaba cerciorarse que él estaba realmente delante de él.
Pero para su sorpresa Julian retrocedió y levantó una mano. La sonrisa que estaba en su rostro se desvaneció dejando su rostro tranquilo. Esta vez no era como antes, Julian solía bajar muchas veces la mirada pero, ahora sus miradas se encontraban. No había vacilación en él.
-Julian yo…-
-Te quiero agradecer- él comenzó a hablar. Habían pasado tres simples meses pero él parecía más maduro- Me puedo imaginar que estás involucrado con lo que ocurrió con Nolan-
-Ese desgraciado- Madox no pudo evitar gruñir y sacar sus colmillos- Merece mucho más que años de cárcel, al menos para donde va estoy seguro que será bien atendido- sus ojos brillaron peligrosamente- Si hubiera sabido que te había hecho todo aquello antes yo…-
-No hubieras hecho nada Madox- los bordes de los labios de Julian se alzaron.
Madox se quedó quieto. Había algo extraño en Julian. No era la misma, era como si él fuera alguien diferente.
-¿Qué te ocurrió? ¿Por qué pasó todo esto? ¿Estuviste aquí todo este tiempo? ¿Por qué no me dijiste que estaba vivo? Acaso tienes idea de todo lo que pasamos cuando no teníamos noticias de ti-
El rostro del omega se ensombreció.
-Sabía que no sería una buena noticia, pero tenía muchas razones para no volver. Incluso ahora me estoy preguntando por qué los llamé- inclinó la cabeza- tenía la intención de quedarme aquí tranquilamente. Como si nunca hubiera existido en esta vida pero no creo que sea justo para ellas- se pasó la mano por su panza.
Madox analizó todas sus palabras y podía jurar que eran como puñetazos directo a su rostro pero lo que más le llamó la atención fue la última palabra de Julian.
-¿Éllas?- casi jadeó.
Julian asintió.
-Soy consciente de que debes saber que lo que está en mi vientre es tuyo, fuiste la última persona con la que tuve sexo- bajó la mirada, sus manos enmarcaban el pequeño vientre, pero demasiado grande para albergar una sola criatura- El doctor dijo que era muy pronto pero presentía que serían niñas. Dos niñas, gemelas-
-Gemelas- dijo Madox tambaleándose sin apenas creerlo. Sabía que sería padre, pero de dos. Eso era…increíble.
Esta vez sí quiso correr y abrazarlo pero Julian volvió a retroceder. Eso hizo fruncir el ceño al alfa.
-¿Por qué me evitas? ¿Por qué no dejas que te toque?-
Julian negó con la cabeza.
-Han sido tres meses Madox. Tres meses en los que me di cuenta de cuanto fue que estuve sufriendo por un sueño que nunca sería mío- se pasó la mano por su nuca totalmente limpia- No tengo la intención de ser uno más en tu larga lista de aventuras. Ya lo fui un tiempo, no, no lo fui, más bien, no sé ni siquiera si realmente signifiqué algo para ti además de tu paciente. Te agradezco mucho todo lo que hiciste por mí, como me cuidaste. En serio no tengo como agradecerte, pero al final tomé la decisión de que debo seguir adelante. Mi experiencia con los alfas no ha sido precisamente la mejor pero ahora tengo algo en que enfocarme. Tengo dos vidas que dependerán de mí-
Madox sentía que no podía respirar. Julian, su Julian lo estaba rechazando de la peor manera. Nunca se odió más en la vida. Si se hubiera fijado un poco más en su alrededor y hubiera dejado de lado a tantas mujeres con las que andaba. Era una mierda. Y ahora que quería sentar cabeza con el chico que realmente era importante para él, él misma le decía que quería pasar página y empezar de nuevo.
-Madox, estoy consciente que tienes el derecho de saber que serás padre pero no lo digo con la intención de que tengas que responsabilizarte. Sé cómo eres, no quiero atarte. No deseo que te sientas responsable por ellas, pero al menos si mis hijas me preguntan un día por su padre y quisieran verlo no quiero verme en la situación de mentirle y decir que no tienen uno-
El alfa cuadró los hombros y se pasó la mano por la cabeza.
-Julian, me parece que ya has dicho suficiente- eso hizo que el omega pestañeara extrañado- Acaso me vas a dejar hablar. Yo tengo mucho que opinar en esta cuestión empezando por…-
-ESPERA TÍA NO-
Madox solo le dio tiempo a escuchar a Julian gritar para recibir un fuerte golpe en la cabeza y después todo se puso negro.
***
Le dolía la cabeza y mucho. Sobre todo la parte trasera, era como si le hubieran dado con un martillo, una pala ¿estaría rota? Esperaba no tener que afeitarse la cabeza debido a una cicatriz. Le gustaba su cabello rubio y era parte de su imagen.
-¿Otra vez en lo mismo Julian?- había voces de fondo, no muy lejanas- Por eso es que te ocurren las cosas-
-Tía, por favor, él es esa persona, no podía simplemente…-
-¿Ése imbécil es el padre de tus hijas? Acaso no aprendiste de lo que te pasó con tu pareja destinada. Tus padres se revolverían en la tumba si estuvieran vivos-
-Tía- la voz de Julian sonaba angustiada- Le debo mucho-
-Otra vez lo mismo. Eres demasiado bueno, pero no vuelvas corriendo hacia mí de nuevo si vuelves a meter la pata. Ya estoy muy vieja para esto-
Después de eso se escuchó un fuerte estruendo de una puerta cerrándose, la cual hizo que Madox se sobresaltara y la nebulosa en su mente se disipara. Más no abrió los ojos. Minutos después el sofá a su lado descendió con un agradable peso y un paño húmedo limpió su sien. Abrió sus ojos.
-No te muevas mucho- Julian le dijo sereno- Tienes un poco de sangre pero solo fue un rasguño ¿te duele mucho?
El alfa no le respondió. Agarró la muñeca de él haciéndole soltar el paño y llevó su mano entre sus labios. Ah, lo estaba tocando, era cálido, era real.
-Estás vivo- soltó con alivio y besó el dorso de la mano del omega para sentir un tirón de esta, pero no lo soltó. Los ojos de Madox se volvieron a abrir y lo enfocaron- ¿Tanto me odias…pajarito?
Pudo ver como la máscara que Julian tenía se tambaleó un poco y tembló. Madox no se contuvo. Con un rápido movimiento y tirando del omega, se giró y lo pasó sobre él teniendo cuidado de sujetar el cuerpo pequeño para que el impacto contra el sofá fuera lo más suave posible. Las manos de él terminaron a cada lado del rostro de Julian atrapándolo bajo su cuerpo.
Hubo al menos 5 minutos en que ambos no hablaron. Simplemente se miraron y la tensión entre ellos aumentó. Los recuerdos que vivieron durante el tiempo que estuvieron juntos cruzó por la mente de ambos, pero ninguno sabía cómo romper el hielo.
-Madox- Julian comenzó a hablar cuando una lágrima cayó en su mejilla. Se asombró y pestañeó varias veces para darse cuenta que era el mismo alfa duro que conocía el que estaba llorando.
-¿Por qué me dejaste?- el alfa apretaba sus labios –Tienes idea de lo mierda que fue mi vida cuando me dijeron que estabas muerto. Nunca lo creí. Te estuve buscando a pesar de que todos me dijeran que era inútil-
Julian tragó sin saber qué hacer. Se percató entonces de lo cansado que se notaba Madox, de las ojeras, de lo desgastado de su siempre radiante rostro. Se notaba que llevaba tiempo sin cuidarse apropiadamente. Hasta se notaba que había perdido peso.
-Yo he cambiado Julian. Te juro que he cambiado. Después de que te fuiste me di cuenta de todo. Soy un estúpido, lo sé. Me merezco que me golpees si lo deseas, pero al menos déjame quedarme a tu lado.
Julian no supo si la lágrima que se derramó de su lágrima era del alfa o de él. Apretó los puños enterrando sus uñas en el sofá. Se sentía tentado a ceder. Lo haría con gusto a pesar de que llevaba meses diciéndose que no mirara atrás y que olvidara todo. ¿cómo era posible que ese hombre pudiera hacerle girar el mundo y hacerlo vacilar?
-¿Cuánto tiempo?- él le preguntó.
Él entrecerró los ojos.
-¿Cuánto tiempo qué?-
-¿Cuánto tiempo te tomará en que me cambies por otra o me engañes? Eres un alma libre Madox. Lo siento pero no creo que pueda soportar seguir queriéndote en silencio y ver cómo te vas con otra mujer, como lo hacías antes. Lo siento pero…ya sufrí demasiado-
Fue entonces que el alfa se dio cuenta de cuánto daño le hacía a Julian cada vez que él decidía ir a divertirse por su cuenta. De cuanto había ignorado sus sentimientos.
-Y si te digo que no te cambiaré por nadie. Que quiero que pases el resto de mis días contigo-
Julian abrió la boca pero ninguna palabra salió.
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