Epílogo
- Speicer, Spanky, agárrenlas- la voz alta de Madox resonó en todo el patio seguido por el ladrido de dos perros y el chillido de dos niñas.
-En serio no sé cómo fue que le pusiste esos nombres a tus perros. Debería darte vergüenza gritarlo todo el tiempo- Dominic pasó por su lado llevando una bandeja a la mesa de picnic que estaban preparando en el chalet.
-No quiero oír eso de ti que querías ponerles Baner y Flapi- se quejó Madox bajando los escalones y recibiendo lo que sus dos enormes y juguetones Golden Retriever traían consigo.
Cada uno soltó el borde del vestido de las dos niñas de cuatro años y se sentaron al lado de ellas.
-Lo único que sacaron de su madre fueron sus ojos. Son igualitas a ti- Dominic le pasó el brazo por encima del hombro- Hasta en el carácter. Mira esos pucheros- se rio.
-Cállate y ayúdame-
Cada uno de los alfas cargó a cada una de las niñas. Era como había dicho Dominic. Tenían el mismo color de cabello de su padre y hasta sus rasgos faciales eran casi copia de él, pero en versión femenina. Como cuando tu genética es muy fuerte.
Y dios que se parecían. Le daban los mismos dolores de cabeza a su madre Julian siempre estando con él, y luchando con su padre por su atención. Incluso Aidan las había tenido que sacar un día al parque para que ellos pudieran tener un momento a solas.
Dominic recordó el día en que llegó y Julian casi estaba llorando y este se escapó con Aidan porque su esposo e hijas llevaban discutiendo desde la mañana que quien sería el que estaría con su madre en la salida de por la noche.
Si, esas gemelas eran terribles, pero también tiernas como el demonio.
-Tío, tío- Angelica le jaló el pelo suavemente a Dominic- ¿Hoy comeremos galletas?-
El alfa buscó la afirmación por parte de Madox que se sentaba con Angeline sobre su regazo. Los dos perros se posicionaron cerca de ellos vigilando que ninguna de ellas se escapara. Estaban entrenados para cazarlas cuando se deban la estampida. Madox se había encargado de ello.
-Tu tío está preparando unas muy ricas- le revolvió la cabeza a la gemela sentándose frente a su amigo.
Solo un poco más tarde Aidan salió con Julian llevando las últimas bandejas mientras sus alfas atendían a sus hijas. Aidan se sentó al lado de su esposo y le dio un beso en la mejilla a la niña que con una sonrisa se desplazó hacia el regazo de él.
-Yo también quiero- Angeline se removió y con ayuda de su padre se sentó entre Dominic y Aidan con una enorme sonrisa, aunque la que parecía triunfadora era su hermana.
Julian sonrió y se recargó en Madox. Estaba muy feliz. Vivían ahora mismo en la casa que le había comprado, su negocio estaba bien en su salón de belleza y aunque sus gemelas le exigían mucho tiempo siempre se pasaba el correspondiente allí haciendo lo que le gustaba. Madox no se lo impedía.
Todo lo contrario. Seguía siendo un adicto al trabajo pero al menos siempre regresaba a la hora de la cena y dejaba despejados los fines de semana y fechas importantes para compartir con la familia.
Aun no se habían casado. Realmente por falta de tiempo. Sus hijas eran un completo ciclón y Julian necesitó todo un año para recuperar su fuerza después de la cesaria. Que no fue nada fácil y estuvo inconsciente por casi dos semanas. Madox por poco colapsa por esas fechas, pero ahora todo estable. Habían decido que para los 5 años de sus hijas si se casarían formalmente.
Porque sí. La marca de mordida que lo hacía de su alfa descansaba ya en su cuello.
Fue un momento raro para los dos. Estaban nerviosos a pesar de que ya estaban viviendo con sus dos hijas de dos años. Julian ya podía tener sexo y después de que Madox había cumplido su palabra con creces como que era el momento. Y aunque él estuviera bajo su celo fue consiente cuando los dientes de rompieron la carne de su cuello y el nudo se inflaba dentro de él.
Fue el momento más feliz de su vida.
***
Dominic le entregó a Madox a su segunda gemela completamente dormida. La otra ya abrazaba su cuello dormitando profundamente. Ese día, entre éls y los dos perros habían hecho un desastre del patio. Con razón el alfa había mandado a cercar la piscina...por seguridad.
-¿Puedes con eso tú solo?-
-Claro que puedo. Soy quien las acuesta todas las noches- Madox acomodó a sus hijas en sus brazos con una enorme sonrisa- Soy un orgulloso padre. Esto no es nada. Además si ellas están así de dormidas eso significa que puedo agotar a Julian durante toda la noche-
Una sonrisa lobuna mostrando sus colmillos salió de la boca del alfa. Dominic suspiró.
-Tú nunca cambias-
-Ehhh, que he cambiado bastante. Soy un responsable cabeza de familia que tiene a tres para cuidar. Respétame si- le protestó este en voz baja ya que sus hijas se removieron y lo que menos quería era que ambas se despertaran y le arruinaran sus planes que tenía. Estaba deseando meterle mano a Julian.
Dominic se rio y se dio media vuelta.
-Ya que veo las intenciones que tienes voy a buscar a mi omega. Yo también tengo planes para él-
-Oh, sí planes. Más bien, él te tiene una sorpresa- se rio el alfa y se fue rápido seguido por sus perros hacia el interior, al cuarto de las gemelas
Dominic se quedó indeciso y se preguntó qué era lo que quería decirle su esposo. Lo encontró en el portal donde la brisa nocturna ondeó su cabello.
-¿Qué ocurre?- lo rodeó por atrás con sus brazos- Has estado extraño desde la mañana- besó su sien y sus manos acariciaron su estómago.
Aidan sonrió y rebuscó en uno de los bolsillos de su pantalón.
-Me imagino que Madox ya te fue con algún chisme-
-No, para nada- fingió no tener ansiedad por cuál sería la sorpresa.
-Bueno en ese caso... ¿qué nombre quieres ponerle?-
Aidan sacó una prueba de embarazo y en la pequeña pantalla daba una sola indicación.
POSITIVO.
Fin
Bueno manada, hasta aquí esta historia.
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Realmente amé más la historia de Madox y Julian, personajes que no estaban planeados desde el inicio, pero creo que fueron importantes en la trama.
Me gustaría saber sus opiniones y si les gustó. Nos seguimos leyendo en otras historias. Lo quiero
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