Encuentro
Dominic abrió lentamente los ojos. Se demoró bastante para enfocarlos. Había dormido las últimas ocho horas, pero después de tres días de sexo intenso calmando el celo de su omega era normal que aun estuviera agotado.
Era cerca del mediodía eso significaba que les quedaba poco de la reservación. Le hubiera gustado aprovechar mejor el lugar, pero la parte positiva de todo aquello es que su relación había pasado la traba que más los afectaba. Ya tendrían mucho tiempo para volver a vacacionar. Quizás en una de las casas de descaso que sus padres tenían en el Caribe. Ansiaba llevarlo allí y quizás después a sus cachorros.
Sabía que no era adecuado pensar en aquello todavía. Además de la inmensa carga de trabajo que tenía, todavía Aidan estaba bajo tratamiento y sus niveles hormonales eran inestables.
Era verdad que había tenido sexo con él y anudado más de una vez tras cada orgasmo, pero como se le había dicho en el último chequeo, las posibilidades de que quedara embarazado eran muy escasas. Necesitaría al menos, más de un año para que su condición fuera más segura y su útero no colapsara llevando el cachorro.
Por el momento, él le daría todo lo necesario para que Aidan se sintiera bien y relajado. No importara el tiempo que pasara. Y si él no quisiera tener cachorros o finamente no pudiera, él lo aceptaría. Era un alfa, pero no era un animal.
Sintió a su omega removerse contra él y sonrió.
-¿Despertaste amor?- besó su frente.
-Cinco minutos más- murmuró casi sin conciencia para después volver a dormirse.
Dominic sonrió más ampliamente notando aquel gesto realmente tierno. La piel de él estaba completamente marcada de arriba a abajo empezando por sus labios rojos e hinchados y terminando por sus muslos llenos de marcas de besos y dedos. Tomaría varios días a que desaparecieran, pero descubrió que le gustaban como se veían.
Tanto uno como el otro había perdido el control dejándose llevar por la situación del celo. Había sido realmente maravilloso pero sus cuerpos eran unos desastres, llenos de marcas y hasta cierto punto adoloridos.
Estuvo acostado en la cama por varios minutos más hasta que se dignó a salir del acogedor calor de su omega y preparar las condiciones para cuando él despertara.
Se dirigió hacia el baño y preparó el jacuzzi, incluso con pétalos de rosas y vela aromáticas. Le gustaba ser romántico ytener ese tipo de detalles. Después ordenó comida que fue traída casi de inmediato, pues eran platos sencillos.
En medio de la locura del sexo había tenido momentos de lucidez donde se había encargado de mantenerlos a los dos hidratados y con algo de alimento dentro de ellos, pero no era suficiente. Comerían aquello ligero y después, con más fuerza bajarían al restaurante. Le preocupaba el estado de su pareja después de su primer celo por lo que quería que recuperara fuerza lo más rápido posible y que Madox lo revisara.
Regresó a la cama y besó la frente de Aidan con cariño.
-Amor, es hora de despertar-
-Él hizo un sonido con la garganta, pero no abrió los ojos.
Dominic besó la punta de su nariz y lo destapó dejando en evidencia todo lo que había hecho en su cuerpo y le resultó hermoso. Sobre todo, porque cada marca era suya.
Pasó el brazo por debajo de los muslos y lo cargó en brazos arrullándolo en su pecho. Los miembros del omega pronto se envolvieron alrededor de su cuello y enterró la nariz en la curva del hombro aspirando con fuerza.
-Huele bien- susurró soñoliento.
Dominic sonrió mientras caminaba hacia el baño.
-Tú también hueles bien, precioso. Aunque después de un baño creo que estaremos mejor- se rio restregando la punta de su nariz contra el hombro del chico.
Una vez dentro del baño se sumergió en la bañera y lo recostó contra su pecho. Agarró la esponja y con el gel restregó suave los brazos delgados y su cuello.
-¿Te duele algo?- le preguntó para saber cómo estaba.
-Si- eso lo alarmó un poco al alfa- el estómago, tengo hambre- él abrió los ojos lentamente gimiendo ante la buena sensación del agua caliente contra su piel.
Dominic, a su espalda, se carcajeó.
-Mira que puedes ser ocurrente- besó su nuca donde estaba su mordida- mandé a buscar algunos apetitivos, después podemos bajar a comer lo que quieras- lo envolvió entre sus brazos- ¿Cómo está tu cuerpo? ¿Lo disfrutaste?- sabía que por ser su primer celo era realmente fuerte pero como alfa no conocía la perspectiva de un omega.
Aidan se restregó contra él y se relajó.
-No recuerdo mucho realmente- dijo de forma sincera- Todo era muy intenso y sentía que mi cuerpo se quemaba, pero de alguna forma había alivio cuando me tocabas-
Dominic besó su cabello ahora húmedo.
-Al fin me aceptaste. No me tuviste miedo-
-Tendré que agradecerle a Julian- él sonrió- tiene muy buenas ideas-
-¿Fue a la que se le ocurrió lo de la venda? Pobre Madox, no sabe con lo que se está metiendo y él que nunca toma en serio a nadie-
Esas palabras hicieron que Aidan volviera a abrir sus ojos.
-No me quiero meter, pero nunca sé que está pensando ese alfa- apretó sus labios- No creo que Julian se merece tener a alguien que no lo valore. Él puede parecer fuerte e inteligente pero no es de hierro-
Dominic resopló quitándose el cabello de la frente.
-No toques ese tema que hasta yo mismo quisiera golpearlo a veces, pero a pesar de que soy su amigo no puedo mandar en lo que hace con su vida. Julian podría botarlo, pero eso lo perjudicaría pues parte de su salud depende de Madox, así que, aunque rompieran, tendría que seguirse viendo y eso sería realmente incómodo-
Aidan también resopló.
-Entonces solo nos queda ser de espectadores. Solo te aseguro que si lo hiere le meteré una patada donde se lo merece-
Dominic se carcajeó.
-Mi omega está muy enérgico después de tanta actividad. Quizás otra ronda no sería problema- le mordió el lóbulo de la oreja.
Aidan se intentó soltar sin mucho éxito y lo miró por encima del hombro.
-No te bastaron tres días seguidos-
Dominic sonrió maliciosamente.
-Tal vez no.
***
La pareja estaba sentada en el restaurante comiendo, tres horas más tarde. Un ligero sonrojo adornaba el rostro de Aidan al tener más conciencia de la última vez que lo habían hecho en el jacuzzi ya sin el celo presente. Cada imagen estaba grabada en su mente y no había duda que el cuerpo de Dominic se veía realmente hermoso y más su rostro excitado.
Ahora comiendo delante de él con mucha tranquilidad parecía una persona completamente diferente. Lo vio detenerse y sacar el celular del bolsillo.
-Aidan, ahora vuelvo, es una llamada de Leo-
Él asintió y siguió comiendo su plato tranquilamente después que su alfa se apartó.
-¿Señor Aidan?-
El nombrada miró hacia un lado y se encontró con un hombre que estaba allí parado y él tenía muy buena memoria. Se levantó y le tendió la mano.
-Hola, es un gusto verlo de nuevo Louis Stoler- sonrió ligeramente- Creo que debo agradecerle con más sinceridad haberme salvado aquella vez- aquel era el alfa que una vez que Dominic se había ido para tener su celo, lo había salvado de las garras de depredadores.
-Es increíble, no pensé encontrarlo en Hawái- él sonrió respondiéndole el saludo, aunque retiró rápido su mano sin ser brusco- veo que ya está enlazado. Felicidades- había sinceridad en sus palabras.
Era un hombre alto, de cabello negro y por alguna casualidad sus rasgos faciales le parecieron familiares y no porque lo había visto antes, sino algo más profundo.
-¿Aidan?- la voz de Dominic interrumpió la reunión guardando su teléfono en el bolsillo de su traje- Oh, Louis, nos vemos nuevamente- le estrechó la mano. No eran cercanos pero si conocidos de varias reuniones- ¿Qué te trae por aquí?-
-Trabajo, por qué más viajaría. No tengo mucho tiempo libre, pero estoy aprovechando al menos la estancia- su imagen destacaba por encima de todos pues mientras las demás personas levaban ropa ligera él estaba enfundado en un elegante traje negro- Y tengo que felicitarlo a usted por el logro de su empresa-
-No fue nada sin ayuda de mi equipo- Dominic estaba bastante relajado para ser dos alfas conversando. Aidan volvió a sentarse pues sus piernas no estaban muy estables.
Un nuevo sonido de celular sonó entre los dos que mantenían una conversación. Louis sacó el teléfono y leyó el nombre en la pantalla.
-Lo siento pero aunque me gustaría robarles algo más de tiempo tengo el deber me llama- se giró hacia Aidan haciendo una leve reverencia- Fue un placer hablar de nuevo.
Le sonrió y se dio media vuelta antes de irse. Dominic se sentó en su silla y tomó un sorbo de vino.
-El mundo es un pañuelo. Encontrarlo aquí fue toda una impresión- Aidan acomodó la servilleta nuevamente en sus muslos.
-Aidan- la voz de Dominic se volvió seria- ¿puedo hacerte una pregunta importante?-
Él pestañeó confundido ante la seriedad proveniente de pronto de él pero asintió con la cabeza.
-¿Te gustaría conocer a tu familia paterna?-
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