Celo de alfa
Dominic cerró la puerta de la habitación con la respiración agitada y recostándose sobre la puerta. Las imágenes que percibían se habían envuelto en una neblina rojiza que pronto le haría perder el control. No podía creer que su celo se hubiera adelantado. Había preparado condiciones para mantener a Aidan separado de él durante el día que duraba, pero al parecer tenerlo cerca había sido su cuchillo al cuello. Se acercó a su maleta y buscó su inhibidor sin resultado.
Rebuscó entre las ropas, los bolsillos y nada. El pequeño bolsito donde siempre los tenía no estaba allí. No recordaba haberlos sacado. Solo le quedó pensar que se habían quedado en algún lugar de la casa. Se giró para ver si podía bajar a comprar alguno pero era demasiado tarde. Todo a su alrededor se volvió rojo y su raciocinio salió volando dejando la parte más salvaje que anhelaba devorar a su compañero.
Aidan repasó de arriba abajo a Michel Norman con una mirada que ahuyentaría a cualquier hombre. Más no a aquel alfa que estaba acostumbrado a obtener todo lo que quería. Precavidamente dio un paso hacia atrás poniendo distancia entre ellos, las feromonas que este comenzaba a destilar y que él levemente podía percibir estaban marcando un territorio alrededor de su persona y eso lo incomodó. Ya le había costado bastante acostumbrarse a las feromonas de Dominic. Las de este alfa lo hacía sentir mareado.
-Vamos, al menos acepta una copa conmigo- insistió- Aidan- recalcó de modo meloso su nombre, seguro lo había grabado de cuando estaban exponiendo su proyecto.
Él negó con la cabeza.
-Lo siento pero mi alfa me espera- no quería intercambiar tantas palabras, algo le decía que saliera huyendo de allí.
-No seas así. Ven conmigo-
Los ojos del omega se abrieron en dos. Había utilizado la Voz de alfa. Conocía los efectos, solo cuando Dominic la había usado en él y detestaba los estragos que hacía en su cuerpo. Todos los sentidos se volvían sumisos a aquel alfa y no podía negarse a cumplir su voluntad.
Temblando ligeramente y sin poderse negar extendió su mano hacia la de él cuando esta fue tomada por la muñeca.
-Señor Michel creo que debería comportarse- una voz masculina se oyó a su lado y Aidan sintió alivio.
El alfa frunció el ceño cuando otro alfa le tronchó sus planes.
-No deberías interponerte en los asuntos de otros, Señor Louis, estaba intercambiando palabras con…-
-La pareja del Empresario Dominic, no cree que es de mala educación usar su voz cuando él está solo-
El alfa parecía rudo con sus palabras y no dejó que Michel le respondiera, llevándose al joven, pasándole por el lado. Aidan simplemente se dejó llevar. El recién llegado era uno de los alfas con los que él había cerrado contrato minutos más tarde. Agradecía que le hubiera ayudado.
-Gracias- exclamó él con un suspiro al detenerse en el estacionamiento.
-La próxima vez que él se enrede en su camino, no importa que alfa este cerca, pídale ayuda- Louis mostró una sonrisa cálida- ¿Quiere que lo lleve?-
Aidan volvió a poder distancia precavida.
-Le agradezco nuevamente pero volveré por mis medios. No creo que Dominic se sienta cómodo si huele las feromonas de algún otro alfa cerca de mí, ya tengo que explicar las del anterior-
Él alfa lo miró detenidamente.
-No creo que sea buena idea que vaya solo de todas maneras. Además, Dominic no lo ha marcado, así que aunque él esté cerca sigue siendo soltero-
Aidan olió las insinuaciones en sus palabras y volvió a retroceder.
-Agradezco su preocupación pero si él me ha marcado o no es algo entre nosotros. Me retiro ahora si no es molestia- y retomó el paso hacia la entrada donde le pidió a unos de los empleados un taxi.
Dentro del vehículo respiró tres veces antes de sentirse más estable quitándose algunos cabellos que habían caído sobre el rostro. Agarró el celular y le timbró a Dominic. Cuando este se había ido no tenía buena cara y eso lo había preocupado, pero por más que sonó el timbre no recibió respuesta. Volvió a insistir y frunció el ceño. A menos que se hubiera desmayado o que estuviera durmiendo Dominic no era de los que no respondía el celular, incluso se lo llevaba al baño por si lo llamaba. La preocupación aumentó.
Pagó el taxi y corrió hacia el elevador rezando porque sus sospechas no fueran verdaderas. Debía haberse ido con él cuándo se lo pidió. Se maldijo por su fanatismo con el trabajo. Llegó a la puerta de la suite que compartían y antes de tocar la manija el olor de Dominic lo golpeó tan fuerte que sus sentidos se dispersaron un poco.
Al descubrir que era omega recientemente aun no tenía el conocimiento suficiente para saber que ocasionaba aquello así que sin precaver abrió la puerta y la cerró a su espalda. Para su sorpresa no había nadie en la habitación pero eso no significaba que estuviera vacía. Las feromonas alfas parecían una neblina que lo rodeaban completamente estimulando su cuerpo y no faltó mucho para que este reaccionara calentándose.
Aidan apretó los labios sin entender que ocurría y llamó al alfa aún preocupada ignorando la condición de su cuerpo. Avanzó y cerca de la cama no había nada. Iba a buscar en el baño pero su cuerpo se congeló al sentir alguien detrás de él. Precisamente de donde las feromonas se volvían más intensas.
Se tensó completamente y giró lentamente la cabeza mirando por encima del hombro y no pudo negar que se asustó. Dominic estaba parado detrás de él pero parecía incluso más grande, más salvaje. Sus ojos estaban tan verdes que parecían irreales, sus labios brillantes, el cabello alborotado y el ligero sudor corría por su torso desprovisto de ropa.
Aidan tragó saliva. Todo su interior comenzó a palpitar y algo dentro de él se removió clamando por ese alfa, un hilo de líquido corrió por el interior de su muslo y no quiso pensar de dónde salía, pero su parte consiente le dictaba que huyera. Y así hizo. Se giró hacia la puerta corriendo pero antes de abrirla una mano se estampó contra la madera agrietándola impidiéndole salir.
Los labios del alfa terminaron en su cuello mientras su cuerpo caliente se presionó contra él.
-Dominic- él lo llamó pero no recibió respuesta, sus sentidos comenzaban a nublarse ante el calor que también se localizaba en su vientre que más allá de ser doloroso como normalmente ocurría como respuesta, era extraño.
Su mano fue tomada y jalada hacia el medio de la habitación. Dominic se giró hacia él interponiendo su cuerpo ante la puerta y avanzando lentamente como un depredador buscando su presa. Aidan solo retrocedió sin saber qué hacer, un paso, dos, tres hasta que sus rodillas golpearon el borde de la cama y cayó sentado aun sin despegar la mirada del rostro de Dominic.
El alfa se detuvo delante de él y lamiéndose los labios, agarró la parte de delante de su ropa y con un brusco movimiento la desgarró. Aidan lo llamó pero Dominic seguía sin responderle.
Entonces fue que su mente unió todos los cabos y recordó parte de lo que había leído recientemente. Y solo pudo llegar a una simple conclusión. Dominic estaba en su rut, en su celo y él estaba atrapado indefenso junto a él.
¿Sobreviviría? No lo sabía. Pero de que sería marcado, no le quedaba dudas.
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