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Acaso estas en...

Era una mesa un poco extraña a la hora del almuerzo, en el restaurante al aire libre, no por la naturaleza de las cuatro personas sentadas en ella sino por sus rostros. Uno con rostro avergonzado, otro con rostro complacido, uno pensativo y el otro no muy feliz. Sus emociones ponían incluso nervioso al beta que les servía el almuerzo.

-¿Cómo pasaron su primera noche?- soltó Madox sin ningún tacto tensando los hombros de la pareja delante de él.

-Madox- Julian le murmuró con los ojos abiertos.

-¿Qué parajito mío? Si la pasaron como nosotros no deberían tener esos rostros horribles- le sonrió para dejarle un beso sobre su mejilla sonrojada.

Apenas si habían terminado de tener sexo cuando amanecía y dormido hasta la hora del almuerzo. Todos los comentarios que le habían dicho sus compañeros de trabajo eran verdad. Con un lazo de por medio, aún si solo lo había hecho temporal el sexo era mucho más intenso y los orgasmos más prolongados. Cada vez que llegaba a la culminación quería más, mucho más dejando al omega debajo de él casi sin aliento y con una sonrisa saciada después de anudarlo tan profundo que se marcaba en su vientre que ya no se notaba tan plano. Que alfa no se iba a sentir bien cuando su pareja llegaba a ese punto. Al menos un buen amante como él sí.

-Ese no es asunto tuyo- le espetó Dominic recargando la cabeza sobre su palma y llevándose un trozo de carne a la boca. No estaba del mejor humor esa mañana, era extraño- Solo pasaron… cosas-

-Hmm- Madox en cambio sí tenía un excelente humor esa mañana.

Los dos delante de él no habían tenido sexo u olería las feromonas de Dominic sobre el omega como mismo ahora Julian olía completamente a él, desde dentro hacia fuera y mira que eso lo hacía estar orgulloso.

-En cambio tú si estás muy contento hoy, más de lo normal- Dominic lo acusó.

-A diferencia de ti, me gusta que mis noches sean más movidas que el día cariño- mostró una hilera de dientes blancos.

Aidan suspiró ante la escena.

-Julian, me acompañas al baño, estoy un poco agotado de testosterona masculina y palabras que solo meten el sexo de por medio-

El omega con una sonrisa asintió y se levantó con él. Ni siquiera le dijeron a los alfas que se irían y ellos se percataron cuando ya iban por su camino. Una vez delante del espejo y lavándose las manos Aidan no pudo evitar preguntar.

-No quiero ser entrometido, pero las cosas entre ustedes mejoraron sustancialmente en unas horas-

Julian se sonrojó tanto que tuvo que cubrir su rostro con las manos.

-No te reirás ¿verdad?- vio al otro omega negar y se giró corriendo a un lado la coleta desordenado que apenas acomodaba su rebelde cabello.

Aidan se acercó con los ojos abiertos de la impresión y tocó la marca de mordida en su nuca. Un gemido salió de Julian ante el roce sobre la sensible piel.

-El maldito te mordió, te marcó- no pudo evitar decir de la impresión y después quiso tragarse sus palabras.

Era mejor no echar sal a la herida. Solo se preguntaba hasta cuando el imbécil de Madox jugaría con él. Una marca temporal ¿tenía idea de lo que significaba? Si algún alfa se interesaba en el chico de seguro huiría pues la posesividad y la profundidad de los dientes marcados era grande. Nadie querría problema con alguien así.

-No sé por qué lo hizo- la voz de Julian era suave y se acarició su propia nuca- pero anoche él fue lindo. El sexo también fue diferente-

Aidan resopló.

-Está bien- le acarició la cabeza- Si tú lo dices de esa forma no tengo nada que opinar, yo todavía estoy enfrascado con mi alfa que ayer se masturbó con mi olor cuando me quedé casi dormido en sus brazos-

-¿En serio?- esta vez Julian era el impresionado.

-Pues sí. Fue bastante…placentero encontrarlo en esa situación. Que digo, era realmente caliente- se mordió la uña- por un momento creía que podía hacerlo, desnudarlo completo y dejar que me tomara allí mismo, pero estaba tan agotado que apenas si tenía fuerza para moverme-

-¿Por qué no intentas lo que te dije?- Julian le sugirió- Puedes probar esta noche si tanto quieres hacer un cambio, créeme los alfas son muy sexuales, a la menor insinuación te devorará-

-No puedo creer que esté en el baño de un hotel hablando de sexo contigo, nunca fui muy abierto en cuanto ese tema-

-Pues ya somos dos- Julian sonrió tiernamente con un sonrojo.

Al volver encontraron que esos dos alfas los esperaban sentados en sus sillas pero su lenguaje corporal indicaba que se levantarían en cualquier momento.

-¿Por qué se tardaron tanto?- Dominic le preguntó a Aidan con calma al él sentarse.

-No recuerdo que no podamos demorarnos en hacer algo- él alzó una ceja- Cariño, he sido un joven independiente por bastante tiempo ¿tienes intenciones de cambiar eso?- él le sonrió irónica. El alfa se cayó, en cambio Madox se carcajeó.

-Tu omega te tiene dominado amigo mío-

-Cállate Madox- resopló Dominic, definitivamente no era su mañana.

La pareja se separó después de la cena. Aunque habían ido juntos al viaje necesitaban su espacio, unos para que solidifican su relación y los otros para que arreglaran de una buena vez. Julian estaba en silencio aguantándose del cuello del alfa y sobre su espalda, tomaba la piña colada que le había comprado y se había quedado pensativo.

-Madox, el olor de Aidan era más fuerte esta mañana ¿te diste cuenta?-

El alfa tiró un poco del omega hacia arriba para acomodarla dejando que él extendiera de su propia bebida para que él tomara un trago.

-Sí, era bastante fuerte, y se nota que no sabe controlarlo, es bueno que esté marcado porque si no tendría varios alfas dándole vueltas-

-¿Por eso también me marcaste?- él rodeó el cuello del hombre recostándose completamente a él, caminaban hacia la piscina buscando una zona que no estuviera tan concurrida.

-¿Qué te hace pensar eso?- el parecía divertido.

-Solo lo dije por decir-

-No pienses mucho en eso cachorro y disfruta de las vacaciones que del resto me encargo yo-

Madox siempre era así, nunca decía más de lo que le daba la gana, por eso era tan impredecible. Bajó al omega y lo dejó sobre una de las tumbonas, junto al bolso con sus cosas, besando una de sus rodillas.

-Vendré en un momento- se separó de él a comprar otras bebidas y él aprovechó para sacar las toallas y la gafas cuando alguien se metió en la sombra de ellos.

-Hola cariño, estás solo-

Julian se tensó y alzó la cabeza encontrándose con un rostro totalmente desconocido. Pensó que era Madox en un primer momento por las feromonas de alfas pero no. Llevó sus manos al pecho descubierto con disimulo pues se había puesto uno de los trajes de baño pegados a su cuerpo que Aidan le había hecho comprar, y que aunque llevara una camiseta holgada encima dejaba a la vista su hombro. Además, sus pezones aún estaban algo hinchados de la noche anterior por lo que se marcaban en la tela provocativamente.

-Espero a mi alfa- soltó él bajando la cabeza, la presencia de ese hombre era intimidante, como todos los alfas que siempre se acercaban a él.

-Vamos, no tienes que mentir, no estás marcado y hueles como que te revolcaste con uno de nosotros, así que no debe haber problema si lo haces con otro verdad, después de todo los omegas le abren las piernas a cualquier alfa que tengan delante-

-Si no quieres perder tu cara será mejor que te desaparezcas de aquí- el hombre se petrificó ante las densas y agresivas feromonas que le golpearon la espalda- Ese omega solo me abre las piernas a mí, y no te interesa sino está marcado o no, es mío, así que piérdete- Madox le gruñó tan fuerte que el alfa tragó en seco y con sudor en su sien se alejó caso corriendo.

Las personas a su alrededor solo lo evitaron con la mirada y algunos buscaron alejarse. Madox chasqueó la lengua acercándose a la tumbona donde estaba Julian y se sentó junto detrás de él.

-Malditos todos estos imbéciles- maldijo por lo bajo.

Julian se quedó tranquilo. Eran contadas las veces que veía al alfa tan molesto como ahora y aunque había retraído sus feromonas para no alertarlo había rociado un poco sobre él para dejarle claro a los que los rodeaban que no se acercaran.

Es mío. La frese resonaba todavía en su cabeza y sonrió.

El alfa le ofreció otra nueva bebida y se acomodó en la tumbona dejándolo a él entre sus piernas y jalándolo para que recostara su pecho contra el suyo y su brazo envolvió la pequeña cintura posesivamente. Había fieras por todos lados así que era mejor tenerlo junto a él. Se acomodó las gafas de sol y por fin se pudo relajar.

***

Dominic llevó a Aidan por el borde de la playa. Sus pies descalzos se hundían en la arena fina mientras el agua acariciaba sus plantas. La brisa era suave y aunque había el calor de la tarde era denso sus ropas delgadas les permitían estar frescos.

-No me había relajado así desde hace años- soltó Dominic, sus dedos estaban entrelazados con los de su pareja- Es realmente duro ahora que lo pienso-

-Deberías descansar un poco más, siempre tienes la palabra trabajo danzando en tu mente-

-¿Preocupado cariño?- este le sonrió besándole la mejilla.

-¿Yo? Para nada alfa, solo que si me arrastras cada vez que tengas una locura me tendré que preocupar- él hizo una fingida mueca.

Dominic se carcajeó y se puso delante de él cargándolo sobre si, las piernas del omega rodearon su cintura para no caerse a pesar que las manos en sus muslos lo mantenían bien sujeto. El alfa lo abrazó y dejó besos sobre su cuello.

-Todavía me parece un sueño que estés aquí conmigo. Nunca busqué encontrar a mi pareja destinada, solo me conformaba con lo que era mejor para mi familia, pero ahora me doy cuenta de lo equivocado que estaba- mordió ligeramente la pie- Es una sensación tan deliciosa que no la cambiaría por nada-

Aidan acarició el cabello que danzaba con el aire y lo alzó acunando sus mejillas para besarlo.

-Digamos que es recíproco- le comentó contra sus labios y las palabras lo descolocaron tanto que el alfa se tambaleó y la arena bajo sus pies se hundió.

Un grito vino después al él perder el equilibro y caer de nalgas sobre el agua y mojándolos a los dos. Ambos se miraron y Aidan no pudo evitar soltar un bufido y comenzar a carcajearse.

-No vayas a decir una sola palabra de esto- Dominic refunfuñó para después acompañarlo entre risas.

Lo abrazó con una mano atrayéndolo por la cintura. La playa estaba casi desierta así que no le importaba lo que ocurriera. Buscó los labios de su chico y los besó con ansias, mordiéndolos, disfrutándolos, saciándose de ellos, hasta dejarlos a ambos sin aliento.

-Aidan, hueles rico- restregó la nariz a lo largo de su cuello- Más intenso que antes, demonios esto es tan bueno- gimió cerrando los ojos.

El omega pareció desconcertado. Se había levantado esa mañana notando que había un calor incómodo en su estómago pero se lo atribuyó a las medicinas.

-Si pudiera tocarte aquí mismo lo hiciera- murmuró él dejando un trillo de besos hasta el nacimiento de su pecho cerca de su pezón, allí el olor era más fuerte.

Aidan se estremeció ante el simple roce, sus mejillas se enrojecieron y sacudió sus caderas sobre las de él. Sin evitarlo soltó un gemido tras un fuerte pálpito de su corazón.

Dominic alzó la cabeza con duda en sus ojos.

-¿Aidan, solo por casualidad, estás entrando en celo?

No le supo responder.

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