Capitulo 5 Conocido o desconocido
Rush hablaba, lo sé por el movimiento de sus labios articulando palabras, sin embargo, en mi mente estaba recapitulando este día. Todo marcha como lo imaginaba. Gracias a dios tengo dos nuevos conocidos que pueden llegar a ser una hermosa amistad aunque como dice mi madre, los conocidos siempre serán desconocidos.
Tengo un lugar donde dormir pudiera pedir más ¿Sí? Comida pero no quiero explotar mi suerte. Para mí la comida es importante, tengo hambre.
–¿Deli? ¡Deli!—Exclamo—¿Dónde estás? ¿En las nubes o en la luna?—Dice luego de zarandearme el brazo. Se me olvido que hablaba con Rush por completo.
–Disculpa me preguntabas ¿algo?— Ando en babilonia. Es una antigua civilización pero en mi país es como estar en las nubes.
–¿Vives cerca? No lo malinterpretes, me gustaría conocerte.—No confió mucho en las personas que me piden mi dirección tan rápido.
–Me estoy mudado a una cuadra de aquí a la Avenida Postinig o ¿eso creo?—Respondo un poco inquieta.
–Ah ¿Qué edificio?—Dice levantando una ceja.
–Creo que...¿Rosa Negra? En el 408 ¿Por qué la pregunta?— ¿Por qué me preguntará?La curiosidad
–Vivo en el 504—Dice con entusiasmo.¿Me habrá visto?
–¿En serio? No puedo creérlo— Saco una de mis sonrisas, demasiadas coincidencias y, no creo en el destino.
–Nunca se sabe cuando el destino te juega una mala pasada, así que aprovecha las cosas buenas—Las coincidencias existen el destino, no.
–Tengo que irme. Llevo dos horas aquí. No puedo creer lo rápido que pasa el tiempo—Saco dinero de mi bolso para pagar mi cuenta.
–¿Por qué si me estoy divirtiendo mucho? Desde hace mucho tiempo que no lo hacía—También me divierto pero no lo conozco mucho. Podría ser un pervertido bajo la capa de gay.
–Rush no te comportes como un niño que vuelvo. Tengo que ir al Hotel Blue Moon en menos de treinta minutos. ¿Dónde puedo coger un taxi rapidito?—Espero su respuesta. Estiro mi mano para entregarle el dinero.
–Llegamos en quince si te llevo en auto. Te prometo que no te violo. Y guarda ese dinero, el café es cuenta de la casa—Ah, no, las dos cosas no las puedes tener.
–¿Crees que con esas palabras te creeré? Sí yo fuera un violador eso sería lo primero que diría.
–Pe...—Antes que siga hablando contesto.
–Sí quieres que nos llevemos bien, mejor acepta el dinero y nos vemos cuando haga mi mudanza¿ok?
–Perfecto, entonces te ayudaré con la mudanza. Me llamas y...
–Tendremos nuestras manos a la obra, o manos en la masa, ¿cuál prefieres?—le completo.
–Pues en la masa...o en un cuerpo.
–Hay cochino. No es muy temprano para estar pensando en eso.
–¿Qué?... ahorita es lo mejor que te regala el mundo...sexo—Tiene mucha razón. Me despido de él, salgo rumbo al hotel nuevamente en un taxi. Sí sigo así mis bolsillos pronto estarán sin un peso.
En exactamente quince minutos llego. Nada más entro y me fijo en el portero, a la distancia se notaba su mala cara.
–Bienvenida su reserva acaba en media hora debe desalojarlo ¿o lo seguirá ocupando?—Sus ganas de que siga gastando mi dinero se muestran. Pienso en lo que Jess me dijo y prefiero irme mañana.
–Gracias, me voy en la mañana—le respondo—Sí fuera posible hoy, para no verle la cara de malhumorado que tiene nunca más. Pero qué mal servicio que ofrecen—Digo mientras me alejo del mostrador.
–Ufff, Deli ¿cómo estás? Pareces un tren a toda velocidad—El muy hijo de puta tuvo el descaro de responder. Ni siquiera me giro a verle la cara.
–No soporto las persona que me regañan cada minuto del día, mi madre no lo hace y tú, no eres ella—Hablando de mi madre no la he llamado. Vaya hora de acordarme. Espera un minuto esa voz no era el portero. Me giro, a mi espalda está, maldito— ¿Qué haces tú aquí? Te dejé en tu café.
–Escuché lo de tu madre, te puedo prestar mi teléfono, pero como ya te conozco lo suficiente como para saber que no lo aceptarás si no me das algo a cambio te lo cambio—se lo piensa—Por hacerme reir— No puede ser, un maldito acosador.
–Aún no respondes mi pregunta, ¿Qué haces tú aquí, Rush?—Me paro en el Lobby del hotel, me mira sonriendo pero a mí esto no me hace gracia.
–Tranquila al parecer es una casualidad venía a buscar unos suministros que me da este hotel ya que la rubia no pudo venir, solo es una coincidencia pero si no quieres mi teléfono para llamar ya me voy—¿Serio? no creo en el destino, le pondré ojo a este muchachón pero necesito llamar, tengo más miedo a mi madre que a que me secuestren.
–Vale, te lo aceptaré para no buscarme un problema con mamá. Es mejor no volverla loca, ella es capaz de subirse a un avión solo para ver si estoy bien—Le digo intentando darle miedo, sin embargo logró lo contrario, se está riendo. Antes de terminar de hablar, tengo el teléfono en la mano.
Marco y en un solo timbre contesta.
–Hola ¿Deli eres tú?—Es una contestadora automática, no dejo que diera timbre.
–Si ma, soy yo ¿Cómo están?— pregunto.
–Nosotros bien¿y tú?¿ Por qué demoraste tanto en llamar?—No sé los había dicho.
–Ma, está llamada cuesta mucho, gracias a un amigo te llamo. No sé cuándo te vuelva a llamar.
–Ese amigo tuyo no será un pervertido ¿verdad?—Y dice ella que somos igualitas—Cuídate niña, no confíes en los hombres ellos piensan solo con la cabeza de abajo—Siento como mi padre la regaña al mismo tiempo que yo.
–Ma, Rush...—Rush me quito el teléfono.
–Señora, acabo de conocer a su hija, aunque da bastante miedo y soy homosexual, me casaría con esta belleza—El muy...
–Si me prometes que la cuidas puede que te dé hasta la bendición—Escucho a mamá.Tan fácil me vendió. Y yo siguiendo su consejo de no confiar en extraños.
–Se lo prometo, ella la va a llamar porque pienso prestarle el teléfono siempre que lo acepte. ¿Debe de saber lo testaruda que es?—¿Qué pasa con la gente a mí alrededor?
–Claro es mi hija. No te preocupes que es un amor de familia. Graciass. Solo dejaré claro algo
—La escucho—dice rush— Sí le tocas un pelo no habrá estado en los Estados Unidos donde puedas esconderte—la boca de Rush más abierta no podía estar. Le quito el teléfono.
–Ma, te quiero pronto te llamo—Sigo mirando a Rush, creo que puede haber perdido el habla. Mi mama causa eso.
–Adiós amor, cuídate. Saludo de tu parte a la familia, ahorita no están solo tu padre. Al parecer salió.
–Está bien te amo, de seguro asustaste a papá.
–También preciosa y no lo asusto, solo se avergüenza de lo que dije, es hombre que creías—Dice y cuelga. Dios mi madre no cambia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro