La vista desde la ventana del avión es impresionante. Es díficil dejar atras todo. Apenas llevo treinta minutos de vuelo sin embargo la tristeza me rodea.

–¡Deli!—exclamo–Esto es lo que querías. ¡A sobrevivir!—Siempre dándome ánimos en alta voz, ojalá nadie me escuchó.

El vuelo duro unas horas, no estoy segura del tiempo porque casi ni lo recuerdo. Me quede dormida. Baje del avión sin creermelo. Recuerdo esos tiempos en donde soñaba con lograr mis sueños, hoy, es la realidad. Siempre anhele un trabajo con el cual demostrar ¿Por qué me había enamorado de la informática desde mi infancia? ¿Podía hacerlo en mi país? La verdad es que no, los recursos en el área de la informática son casi inexistente.
El aeropuerto como siempre es impresionante con sus grandes puertas de embargue, grandes salones de espera, la policía americana, las rampas para las maletas, entre otras cosas que muestran las diferencias con el de mi país.

–Señorita. Su equipaje se encuentra en la plataforma. La revisión terminó. Bienvenida a Florida—Dijo en inglés súper fluido, casi no la pude entender. Tengo que trabajar en ello.

–Gracias. ¿Dónde puedo encontrar un taxi?—Señala una puerta con su dedo y prosigue.

–Claro. Se lo llamaré, espere en esa puerta.

–Gracias—Recojo mis maletas y camino hacia la puerta.

El taxi llego a la hora exacta. Ellos deberían enseñarle a los de mi país eficiencia.

–Señorita, por favor sus maletas.—Dice el conductor. Está escena ya la viví. Recuerdo mi viaje de hace tres meses. El chófer abrió la puerta autoseguido colocó mis maletas en la parte trasera del coche.

–Guao, gracias.—Digo mientras se sube al coche.

–¡Dígame! ¿Dónde la llevo?

–Busco un hotel llamado PinkTrace, es el más barato y cercano que encontré cerca de donde viviré.—Necesito descansar un poco. Después hablaría con la señora del arrendamiento del local que encontré en Internet.

–Perfecto.—Conduce.

–¿Qué tan lejos esta de Renoir?—se encoge de hombros—¿La zona de mayor cantidad de empresas informáticas?—silencio. —¿Reinor, es una zona tranquila residencial...? No quiero llegar a equivocarme.

–Yes. Es un lugar tranquilo y callado. Al su alrededor hay varias empresas sin embargo, no sabría decirte si son de informática o ¿no?.

–Gracias. Ese lugar me gusta.—Mi sonrisa lo decía todo.

Alrededor del taxi en la hermosa noche de la ciudad; las luces, las personas que transitan en las calles, las tiendas, hoteles y restaurantes crean una armonía espectacular. A pesar de ser unos de los países de poca seguridad para la vida, veo a las personas felices.

–Señorita. Hemos llegado.

Antes de bajarme le pago al conductor. No crean, casi se me olvida. Tomo mis maletas adentrándome en el hotel. En el mostrador comienzo a rezar para que mi inglés sea entendible.

–Buenas. ¿Cuánto cuesta pasar una noche en este hotel?—pregunto.

–Solo una noche...serían 500 dólares.—responde.
Sí llega a ser un hotel caro me quedo sin dinero, pienso para mí.

–Está bien, por favor deme una habitación.—respondo en español— Ahh lo siento, no me di cuenta de que hablaba en español.—respondo nuevamente en español.

–No se preocupe, hablamos varios idiomas, principalmente: el inglés y el español. Tenemos disponible la habitación 405. Su llave.—Me entrega una tarjeta de cartón. Gracias a Dios mi mamá me explicó cómo usarla.

–Se me olvidaba, la comida no entra en esos 500—¿Cómo se le olvida la comida?

–Ok—¿Qué más le podía decir?

Ahora, estoy más jodida. Corro al elevador huyendo de los que cargan las maletas. No tengo dinero para pagarles, sino no como. Abro la puerta después del tramo inferrnar del pasillo.

–Increible—Hermosos ventanales con sus cortinas negras, la cama King, el cuarto de baño tenía un jacuzzi que tanto deseaba. Estaba en el cielo, comienzo a entender el precio.

Me despojo de la ropa. Tomo un largo baño en el jacuzzi, al terminar una bata de algodón esperaba por mi. No pedí comida, estaba muy cansada. Antes de dormir le mandé un e-mail a la señora del apartamento, aplazando nuestra cita para mañana.

A las ocho de la mañana me levanté sino este hotel me dejaría en bancarrota con tan solo dormir otro día más. Los vaqueros y la pequeña blusa blanca y unas sandalias negras era la ropa de hoy. Pedí de desayuno:panqueques. Sí iba a caminar necesitaría fuerzas. Después puse rumbo a la calle.

Tome un taxi , las calles parecían más hermosas de día. Los niños con sus mascotas en el parque, las familias caminaban juntas. Conecté mi Pad, escuchaba "That's the Way it is" de Celin Dion. Esa canción siempre me pareció emotiva y necesitaba nueva vibra para sobrevivir. El taxi me dejo en la avenida Postinig. Después de pregúntale a varias personas encontré el edificio de cinco plantas llamado Rosa Negra.

–Buenas, se encuentra la Señora Marta.—Pregunto a una joven en la entrada del edificio.

–Perdone. —Repito la pregunta—Disculpame, la llamo ahorita.—Sonríe y la pierdo de vista dentro del edificio.

–Vale muchas gracias.—Dije, aunque no creo escuchará.

Es una joven muy bonita de unos veintitantos años, debería estar terminando la universidad, por lo menos en mi país. Parezco una vieja...  hablando de joventud cuando también lo soy.
Minutos después, una señora mayor muy pequeña y femenina camina hacia mí. A dos pasos de distancia se detiene.

–Buenas ¿Usted es...?—pregunta con cierta desconfianza.

–¿Habla español?—Pregunto en inglés rezando porque me entienda y diga que sí.

–Hablo español. ¡Preséntese!—Vaya mala leche la de la señora.

–Lo siento si la incómodo. Me llamo Deli. Había contactado con usted la semana pasa para reservar el apartamento compartido.—Explico.

–Mi niña no me de esos sustos.—¿Susto?—Mucha personas vienen preguntando por el motel. Se confunden de edificio. ¿Delis no?—Asiento—¿Estás de acuerdo con el contrato de arrendamiento?—¿Contrato?

–Me lo muestra, por favor.—pregunto—Se lo mandé por email, ayer.—Ayer, solo recuerdo dormir—¿Qué cabeza la mía?

–No tengo el contrato en mano pero sí, una copia.—Me entrega un papel doblado.

CONTRATO DE ARRENDAMIENTO

LUGAR: Apto 508, Avenida Postinig Edificio Rosa Negra

El contrato tiene una duración de un año. El lugar pide 4.000 dólares. Debe ser pagado por los inquilinos.

Luz, agua, gas y otras cuentas serán pagados mutuamente. En caso de que una desee salir del local antes de cumplido el año debe pagar su mitad a la otra inquilina mientras se cumpla el plazo de tiempo del contrato.

Deben de estar de acuerdo con los puntos anteriores...

–El contrato está perfecto sin embargo me gustaría conocer a compañera ¿Sí es que tengo compañera?

–Me parece bien—Gira su cuerpo hacia la entrada—Viene bajando, creo que estará de acuerdo.—Se dirige hacia nosotros la morena de antes.

–Hola, de nuevo.—Saluda.

–Hola, ¿Serías tú mi compañera, si acepto?—Asiente— Bueno solo quería estar segura de tu decisión ¿Te gustaría compartir el apartamento con una cubana loca que espera de este país mucho más que otra persona para cumplir sus sueños?

Veo cambiar su expresión seria a una sonriente.

–¿Eres cubana? ¿Serio?...¿Serio?—Esta emocionada.

–Es verdad...¿Por qué la insistencia?—pregunto.

–Este país está lleno de cubanos pero...—No la dejo terminar de hablar.

–Sino me quieres aquí, una sola palabra basta.—A veces me enojo con facilidad. Vine preparada por la forma en que tratan a los emigrantes.

–¡NO¡ Solo, nunca he llegado a conocer a un cubano a pesar q vienen tantos en este país, es lo que quería decir—Upps, que apenada estoy.

–Bueno, discúlpame por pensar mal. Desde que quería viajar a este país las personas que conocí me enseñaron a tener cuidado con los residentes.

–¿Sabes? Soy dominicana. Hablo tan bien el español como tú—Una enorme sonrisa se dibuja en mi cama.

–Genial, una persona que entiende mi idioma.—Y carácter.

–Entonces ¿Firmamos?—pregunta.

–Aún tengo mis dudas¿Puedo ver el lugar?—pregunto. Parece una buena persona. ¡Ojalá el lugar este perfecto como en las fotos!

–Te entiendo. ¿Tienes dónde apuntar?—Asiento—Te daré mi número; el contrato cerrará en dos días. Te daré un día  más para pensarlo. La señora Marta necesita el dinero y me es muy díficil pagarlo sola.

–Claro—Rebusco en mi bolso por mi agenda, el lapicero y se lo entrego. Anota y me lo devuelve.

–Gracias ¿Tu nombre es...?—¿Qué tonta, no sabía su nombre?

–Ohm. Disculpa soy Jessica, me puedes llamra Jess.

–Ok Jess. Soy Deli.¿Vemos el lugar?

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Reinor: lugar imaginario dónde se encuentran la mayoría de empresa informáticas en la Florida.

PinkTrace: Hotel imaginario donde la protagonista se quedará por dos días.

Rosa negra: edificio imaginario donde vivirá nuestra protagonista.