Dos semanas pasaron desde aquel trágico encuentro y de la salida del videojuego, al parecer tiene súper buenas ventas por eso el señor cascarrabias me envió un cheque, lo he devuelto dos veces pero vuelve a enviarlo.

Estoy frente a mi computadora viendo la cuenta bancaria nueva que abrió a mi nombre con el puto dinero, son 50 mil sé que es bastante por lo menos para mí una chica humilde y sencilla. Pero la sensación de que me compran no se va, mañana voy a ir a su despacho y se lo meteré por donde le quepa. Delis como dice Rush dile no a la violencia. Estas semanas he conocido a mis compañeros y me han ayudado mucho, los he conocido a fondo, Jess tiene problemas con su familia adoptiva recuerden a su hermano no quieren que viva sola ni trabaje me recuerda a la actitud de alguien que conozco.

Con respecto a ese hombre como fue que hablamos en las dos semanas, porque ni su nombre he querido pronunciar pues tendré que verlo par arreglar esta situación del dinero. Si eso haré, más tranquila después de tomar mi decisión salgo de mi cuarto me hago unas torticas, me encantan y además tengo hambre, no me considero una de esas mujeres que se quitan el exquisito placer de la comida.

Preparo mis tortas con mucha jalea me encantan las cosas dulces y a eso le pongo un pedazo extra grande de...Creo que pueden adivinar ¿Queso? Pues sí.

Estoy en el cielo comiendo cuando oigo que tocan mi puerta. Ya voy diciendo un bulto de palabrotas gracias a dios mi madre no me oye. Encuentro un cartero en la puerta, bueno un mensajero así le dicen en mi país. El pobre no merece que le diga nada, sólo hace su trabajo por lo que me trago mi retraída de palabras maleducadas.

-Señorita Delis.-Me pregunta con mucha educación.

-Si soy yo, que se le ofrece.-Hay que seguirle la corriente.

-Tengo unas cartas y unas cajas para usted.-Que amable, lo comienzo airar de pies a cabeza no está nada mal, pero es un niño. Que descarada me he vuelto.

-Para mí.-Parece que me traen flores y no unas cartas. Claro que para ti tonta.-Firmo la hoja de entrega y recojo las cosas, parece que me estoy mudando de nuevo. Llevo las cartas a la mesa dejando la caja en el sofá. Abro la primera carta y casi me atraganto con mi querido queso, sin creerlo sigo abriéndolas una tras otras, estoy atónica que carajo le pasa al mundo.

Escucho que abren la puerta pero yo estoy y no estoy, ¡que no me lo creo!

-¿Que pasa Delis?- Levanté mi vista, intento hablar pero no sale nada así que mi mejor opción es entregarle una de las cartas a Rush.-Sigo su mirada mientras lee y su cara empieza a cambiar como la mía.

-Felicidades te ofrecen trabajo, el trabajo que tu querías, porque no estas feliz.-Sera idiota, hay gato encerrado, alguien más lo cree.

-Porque no es esa sola, son todas las empresas que me rechazaron, todas me enviaron una solicitud de trabajo, bueno excepto la de Connor.-Pues si estoy decepcionada quería que me mandara una, que pidiera disculpa, que me volviera a besar, ¡joder que saliera de mi cabeza!

-No entiendo tu cara deberías estar feliz.-A veces no te soporto Rush.

-Feliz no, debería saber que está pasando.-Porque sé que está pasando algo y no me huele bien.

-Oye amor, sonríe la vida es una sola, te pagaron por el trabajo que hiciste y ahora te ofrecen trabajo.-Ojala en este tipo de empresa ala que me dedico las cosas fueran así de fácil.

-Rush no entiendes no quiero el dinero de Connor, le deje bien claro que No quería nada de él.-Mientras le hablo me preparo una taza de té, mira que a mí no me gusta pero desde que llegue a este país siento que se me fríe el celebro, esto me ayuda a descongestionarlo.

-Pues amor te mientes a ti misma creo que si te gustaría algo de él.-Tomo mi taza de la meseta para sentarme en el sofá mientras Rush al parecer va a preparase lo mismo que yo.

-¿Sí?, ¿qué cosa ?.-Le pregunto mientras tomo un trago de mi caliente y relajante té.

-Su cuerpo.-Joder siento como me atraganto y la mayoría de mi té se va por el camino incorrecto, comienzo a toser y grito su nombre exasperadamente.

-Rush!!...-Me cago...no tranquila respira Rush no va a cambiar.

-Hay mi amor a mí no me mientas, te brillan los ojos solo con mencionarlo, lo que quiere decir que está realmente bueno antes tus ojos y no te voy a mentir ante los míos, es el Rey de Roma.-Al parecer no se dio cuento de mi casi muerte sino se estaría riendo una semana, que digo una semana seguro toda la vida.

Dispuesta a responder tocan a la puerta, por suerte allá arriba existe un dios y lo quiere porque le está salvando a Rush de la salta de palabrotas que le iba a soltar. Pero ese miso dios a mí no me quiere al parecer, porque mi día se va complicando cuando alguien llega o toca la puerta.

Abro la puerta, se me cae la taza al suelo, realmente hoy el universo conspira contra mí, no puedo ni hablar de la impresión, mis nervios deben estar al nivel más alto en los videojuegos, pues ya ni me acuerdo creo que era el Arcano.

Dios, creo que no existes porque ayudas a Rush y a mí no, que te hice.

-¿Quién es Delis?-me grita Rush, no le puedo contestar, aun creo que la persona delante de mi puerta es un fantasma.

-¿Puedo pasar? Es de mala educación dejara tus visitantes en la puerta.-Oh no mi vida aquí es mi territorio mando yo.

-Pues si fuera un visitante agradable te dejaría pasar pero no lo eres, me puedes decir qué demonios haces aquí.-La guerrera en mi hoy quiere guerra.

-Delis. ¿Quién coño es?,-Deja de preguntar los trajiste con tu mente, Rush- Dime si lo conoces porque tengo un arma en la mano y soy capaz de cualquier cosa.-Pues la situación se está poniendo seria hasta que me giro para decirle que es...pero me parto de la risa, ojalá estuviera Jess esto hay que recordarlo. Nunca pensé ver a Rush con una escoba cogiéndola como si fuera una espada. En serio creía que me salvaría de un ladrón o un asesino con eso. Yo pensaría en un cuchillo.

-No te rías Delis que me quitas la credibilidad.-Me dice poniendo su cara de malote.

-¿Es en serio? con eso me vas a defender.-Digo mientras señala la escoba de su mano.

-Claro no viste como las personas matan con una cuchara de té, que tiene de malo mi escoba.-Que no puedo con él.

-Nada Rush suelta eso, ahora mismo te presento a nuestro visitante, aunque lo conoces de vista.-Dejo la escoba y vino hasta la sala mientras yo dejaba pasar al susodicho.

-Si por favor, no me habías dicho que era tan guapo, mi nombre es Rush olvida lo de la escoba borrón y cuenta nueva y ¿tú eres Connor? Me equivoco.-Dios están coqueteando.

-Mucho gusto Rush, soy Connor Rice no te equivocas.-Miro la cara de Connor ante la broma de Rush, esta duro e inexpresivo, aparte de machista homofóbico, venga que es el paquete completo.

-El jefazo, como podré equivocarme.-Me dice sorprendido.

-Si ese mismo.-Mi sarcasmo alcanza nivel dios.

-Ah no me equivoque en pensar que esta bueno como la nutella.-Sé que va a soltar una de sus otras frases así que le paro el carro, joder lo amo pero a veces no se mide.

-Rush!!, deja eso, necesito saber a qué vino nos dejarías a solas.

-Claro preciosa con clase de bombón hasta yo te lo pediría.-Dice mientras se va del apartamento.

Connor me está mirando y sé que en este momento debo ser un tomate, ojalá fuera un avestruz para esconder mi cabeza.

-Necesitamos hablar.-Esta realmente serio, cuando no, pero hoy está más serio.

-Vale siéntate, solo dame unos minutos para recoger la taza que se me cayó por tu culpa-Ya sabía yo que algo pasaba cuando apareció.