Llevábamos horas trabajando, casi amanecía, por suerte teníamos café y comida, saben que no podía faltar. Las personas eran muy capacitadas, a pesar que casi todos eran hombres y las mujeres haciendo de papeleras. Pues sí que triste con lo sexy que es tener un secretario.

Y el tal Ken tenía ojos sobre mí todo el tiempo, como esperando un desliz, no lo veo los sentía como las espinas de pescado, sé que me vigilan pero carajo que intenso. En serio cree que me inmiscuirme en el juego que no había creado yo, eso se llama ética.

-Eres fantástica.-Vino corriendo a felicitarme, en serio este chico es bipolar, me da muy mala espina.

-Gracias Ken ojalá alguien más se diera cuenta-Digo con sarcasmo.-Bueno creo que terminamos como prometí 70 Mbps.-Estoy muy contenta a restregué su equipo en una sola noche.

-Gracias, nunca pensé en la optimización de esa manera, como se te ocurrió.-Muy simple, restregando la cabeza con el piso cuando no tenemos recursos para crear emuladores.

-En mi país los recursos son escasos, siempre hemos tenido que buscar las soluciones de la más dura manera. Mi equipo coordinaba una investigación y creamos este simple algoritmo que no resolvía esos problemas.-Estoy súper orgullosa hasta aquí llegan mis logros.

Tomo mi taza de café, recordando mis tiempos en la universidad, esa chica que no iba a casi ningún fiesta que se esmeraba por aprender, con sus coletas. Me giro y miro hacia la ventana tratando de encontrar a esa muchacha pero no se refleja otra cosa que: Connor, su mirada me desafía a decirle que lo he conseguido, yo una pequeña mujer indefensa en el campo de la informática.

-Bueno sé que quedan unas horas para que se acabe el día, pero me gustaría que me dijeran como van.-Este señor, como odio esa actitud de tipo duro.

-Jef...-Quiere decir Ken pero yo lo interrumpo.

-Para su información esta mujer.-Me señalo mientras camino hacia el-Que usted quiso poner a trabajar como papelera...-Sí, que bien se siente.

-Secretaria...-Llego hasta él y le pongo mi dedo índice sobre sus labios callándolo.

-Qué más da, es lo mismo, no me interrumpa-Prosigo- Esta mujercita le acaba de salvar el culo literal.-Eso es delis mujer al poder.

-¡Que hermosas palabras...!-Venga su cara muestra un desprecio total, pero tiene que aprender el dinero lo es todo pero ciega a las personas del mundo real.

-Si quiere le enseño.-Se me sale una sonrisa y el me agarra del brazo mientras me arrastras hacia algún lugar me dice.-Bueno pasemos a mi despacho.-Al parecer exploto, sé que lo hice enojar pero joder que bien se siente.

Gira, yo y mi mala leche, estoy convencida de que jodí mi oportunidad aun así lo disfrute. Le dije se lo merecía, machista mi trasero. El me suelta parece darse cuenta de que nos miran, cuando voy a dar mi primer paso para seguirlo, me toman de la mano y giro mi cabeza en esa dirección.

-Si quieres conseguir el trabajo no lo alteres.-No sé quién es, me parece conocido pero no lo recuerdo.

-Se ve que no me conoces.-Y prosigo mi camino. Salgo del departamento, camino por el pasillo directo a su oficina, pero no sin antes ver las caras que rodeaban, algunas eran de ira, otras se alegraban, que carajo pasaba en esta empresa, que tipo de persona es el hombre que conocí hace unas horas que es capaz de hacerte soñar sueños húmedos y después querer asesinarlo. Entro por la puerta abierta de su oficina y lo escucho decir.

-Cierra la puerta cuando entres.-Su voz ya no es molesta, tiene un misterio, es casi erótica. Me giro a cerrarla pero ya no puedo más este hombre me confunde.

-Señorita Delis, veo que es buena en lo que estudio, como me ha salvado voy a darle un período de prueba.-Exploté y no literalmente, lo voy a matar. Mientras me acerco a él, comienzo a hablar.

-Para tu incumbencia no deseo trabajar en una empresa en donde no se valore el talento, y menos con un gilipollas como tú.-Si lo eres, esta consternado que pensaba que me rendiría que me domaría, no gatito los conejos son monos pero agresivos también.

-Re...-Le pongo un dedo en la boca nuevamente. Y se pone rojo como un tomate.

-Sé que te molesto pero conmigo siempre tendrás la verdad, en mi país hombres como tú, jodidos machistas las mujeres ni los miran. Quédese con su puesto y piense que perdió algo valioso porque a veces los mejores tesoros vienen ocultos tras una cara tan hermosa como la de una mujer.-Termine y el no habla, he ganado, es hora de marcharme.

Cuando me dirijo a la puerta siento que me giran, me giran sin ninguna delicadeza dándole la espalda a la pared en un sonoro golpe. Levanto mi cara, y ocurre lo que ni en un millón de años esperaba. Siento unos labios en mi boca, no me puedo mover el shock es total, antes quería decirle hasta de lo que se va a morir ahora quiero matarlo, no entiendo ¿porque me besas? Creo que le hace falta un loquero.

No puedo creer que lo que ocurrió después, maldito loco. Salgo corriendo del edificio el muy hijo de puta me beso y lo más bonito: me gusto. Casi sin mirar cruzo la calle, por suerte paro un taxi súper rápido, entro como alma que se lleva el diablo, solo quiero alejarme de aquí, más preciso de él.

Quería gritar, terminé entre la pared y él; entre ustedes y yo como me gustaría tocarlo. En que estoy pensando, ese hombre es un machista, un insolente, un patán, sin embargo esos suelen ser los mejores en la cama, realmente no lo sé, eso es lo que me dice Salía, no es que sea una promiscua pero si ha sabido vivir el sexo. Mientras que yo estudiaba, la verdad me divertía, salía pero después de un susto en un callejón he dejado de lado el sexo en mi vida.

No sé qué hacer conmigo por lo que dejo de pensar, llego a casa. Entro al apartamento, huelo a comida, Rush está en el sofá jugando con el móvil o eso creo.

-¿Cómo te fue?...cuenta-Corre hacia mí.

-Nada.-No me va a creer pero hago el intento-El muy cabrón del jefe cree que las mujeres no tenemos sentido común, ni inteligencia.-Enmascaro un poco la verdad.

-¿Cómo?-Sí tú no entiendes menos yo y las palabras salen de mi boca.

-Que parece que salió del siglo XVIII cuando las mujeres no éramos más que posesiones.-Eso si es cierto, cuando creo que me cree me dice.

-Pero te veo los labios hinchados.-La madre que me pario, sorry ma.

-Me beso...ni yo puedo creerlo, después de decirle de todo, me besó.-Y vuelve a mí los recuerdos.

-¿Qué?-En ese momento sale Jess de la cocina gritando, va a ser una tarde larga si no los paro.

-Te beso, hay titi un millonario como ese yo lo meto en mis garras rápido.-Pero no está escuchando, en serio.

-Bueno te lo regalo hasta te lo envuelvo y todo, ni aunque truene en Troya ese hombre entra a mi vida sentimental que muy marchita esta como para acabarla de matar... Y ya dejemos el tema que ni voy a trabajar para la empresa ni lo voy a volver a ver.

Los dejo cuchicheando y me voy a dar un baño necesito pensar que voy a hacer con mi vida, necesito trabajar.