Senbei.

El plan de Takemichi consistía en dos partes, tres, sólo por si acaso: primero, después de la explosión en el parking de los policías, mandarían la carta, escrita por Sanzu Haruchiyo, sobre lo de los caramelos, que fue más una especie de reto que los oficiales terminaron por confirmar que era obra de algún bromista que sólo quería molestarlos aprovechando lo alertado que estaban por lo de los autos. Está solo fue la primera fase, y fue más bien para que bajaran la guardia.

Si hay una cosa de la que se puede ver como una debilidad en Japón, más que una seguridad, es la policía. Como Japón en un lugar muy seguro, la seguridad, específicamente, la policía, la ley, son bastante inútiles, necesitandose hasta un grupo de estos para poder contra un borracho, que mayormente tienen que lidiar con ellos. Es cierto que existen varios factores, pero aún así eso no oculta la inutilidad de estas fuerzas de la autoridad.

Takemichi se aprovechará de esto; aunque Bonten tenga a su disponibilidad la mayor parte de policías por algunas zonas de bastante provecho y ventaja, esto no quita que siga tratándose de los mismos incompetentes. Esto no significa que no puedan ser un inconveniente, puesto que Takemichi es consciente, por experiencia, que el que menos esperas puede ser una molestia en tus planes.

Los ataques de Takemichi son más psicológicos que físicos, si él quisiera podría ser igual o más brutal que el propio Ran Haitani, pero este no es su estilo, no mayormente, y esa parte prefiere dejársela a asesinos de sangre fría que disfrutan de su trabajo como Sanzu. Takemichi Hanagaki es más de utilizar los acontecimientos y moverlos a su disposición, sin que nadie se entere de que están siendo manipulados por una entidad tercera, completamente desconocida. Esto es algo peligroso, también es uno de los fuertes de Tianqí, su invisibilidad ante los demás, en especial su jefe, que hace un buen uso de esto, con su astucia y con los medios necesarios, pocos, pero suficientes para lograr su cometido.

Son estas características que hacen aterrador a Takemichi Hanagaki, dejando la cuestión de que pasará cuando decida cruzar esa “línea” entre la vida y la muerte, cuando tome la decisión de actuar de forma volátil por su cuenta; pues, mucha gente saldrá lastimada. Y esto es una muestra de eso. Esta segunda fase de su plan, para mantener fuera de vista por un tiempo a la policía japonesa.

Hay una cosa con la que las personas deben vivir, una de las tantas cosas fundamentales para mantenerse en esta sociedad, en esta vida, y eso son los productos alimenticios. De entre ellos, existe una cosa, una pequeña cosa diminuta, que sirve para saciar y endulzar a alguien, los dulces. En Japón existen uno dulces bastante famosos, llamados Senbei.

El Senbei es una galleta tradicional de Japón, que aún hoy en día se consume de forma masiva por cada rincón de este país, puedes encontrar estas galletas en el parque Nara para alimentar a los siervos, pero esto no sólo es comida para animales, su sabor y textura son encantadores, además de que los supermercados de Japón puedes encontrarte bastante variedades de está.

La población de Japón, especialmente en Tokyo, que estaban afectadas por los acontecimientos dados últimamente, siendo un país tan pacífico que intenta mantener su utopía, por decirlo de alguna manera, que cosas como la reciente exposición de Bonten, la explosión de la tienda de Taiju que nadie pasó por alto y lo ocurrido en la central de policías, junto con el repentino análisis de algunos caramelos, mantenían alerta a los ciudadanos, existiendo una delgada e invincible línea que los separa del pánico.

Una vez más otra carta fue enviada, su contenido era distinto, en el sentido de que su letra, su manera de expresarse era diferente, más elegante se podría decir. Esta carta había sido escrita por Hajime Kokonoi, la policía tendría en cuenta este cambio abrupto en la caligrafía, pero el contenido de la carta tenía una línea muy importante y era que:

“... Será mejor que revisen nuevamente cualquier dulce o aperitivo, porque tal vez podría ser el último que alguien coma.”.

La reacción de los oficiales fue casi la misma que antes, algunos no querían creerlo, por lo de la primera vez, otro insistían en que deberían de hacer una investigación minuciosa sobre eso, tomaban como punto el cambio de letra de la carta. En medio de esta discusión, ocurrió lo que se temia, la gente entró en pánico en un supermercado de Tokyo, resulta que doce niños, una anciana, tres niñas, cuatro adolescentes y seis adultos, se desmayaron de la nada. Al cabo de unos minutos murieron.

Esto provocó un terror infalible en las personas, esa delgada línea se corto, la gente entró en pánico, desconocían las causas de la muerte de estas personas inocentes, pero la policía tenía una idea en mente, después de pedir permiso a las familias para examinar en una autopsia los cadáveres de las personas, solo para asegurarse de que hayan consumido lo mismo, resultó que lo que comieron fue, simplemente, Senbei.

La orden de retirar estos alimentos fue dada lo más rápido posible para evitar más muertes, cuando los analizaron resultó que algunos estaban envenenados. Sorprendidos por esto, la policía sintió la culpa caer sobre sus hombros y su orgullo quedó por los suelos, esto había sido inesperado, y se dieron cuenta que cayeron en la trampa de algún psicópata desdichado, o psicópatas, que buscaban sembrar el caos en el país.

Y lo lograron. No tardó mucho para que el pánico, el miedo, la angustia, atacaran a los ciudadanos que se sentían indefensos, atemorizados por el hecho de que algo tan inocente como una galleta crujiente y sabrosa se llevará tantas vidas. El miedo no sólo florecia ahí, sino que también estaba el temor a que ocurra lo mismo pero con otro producto. Este acto que pondría de pies a cabeza a todo Japón, provocaría que la policía se centrará en organizar una investigación profunda sobre los hechos para encontrar al, o los, responsables de esto.

Gracias a que toda la policía estaba pendiente de ello, en especial por las zonas donde se supone que Bonten tenía mejor control sobre la mayoría de ellos, esto haría que Tianqí tuviera el camino libre.

Hajime Kokonoi estaba sorprendido por la estrategia de su jefe, se quedaba sin habla, la idea fue simplemente descomunal y que lo haya logrado solo deja en claro lo monstruoso que es Takemichi Hanagaki, poniendo un país prácticamente a sus pies y burlando a la policía con algo muy sencillo.

&__----__-----____-------___---------_________

Senbei.