❝El señor confía en mí❞

___ POV

Miercoles 11 de enero, 02:34 am

Mi cara duele, Alex está mordiendo mi nariz.

—Mierda mi avión —lo empujo lejos y me levanto de golpe—, la hora.

Fijo mi mirada en el reloj digital de mi pared esperando que se aclare mi vista.

—Son las dos —susurro.

Entonces, mi vuelo sale a las seis de la mañana, aun no tengo de qué preocuparme. Sentándome en el borde de mi cama tocando mi nariz escucho como me llega una notificación al celular.

❝Nuevo vídeo de MangelRogel 50 cosas sobre Mahe❞

Genial, un nuevo vídeo de Mangel a estas horas de la madrugada, lo que significa que ya no tengo sueño.

[...]

04:50 am

Abro los ojos por la alarma, me estiro, bostezo y reviso mi celular por si tengo alguna notificación nueva. Aunque cerré los ojos hace como media hora.

—¿04:50? —suspiro—. No entiendo como nunca escucho la primera alarma.

Prendo la luz cerrando mis ojos para que no me lastime y me quede con ceguera temporal. Agarro mi toalla para meterme a bañar, pero antes veo a mi gatito Alex durmiendo muy cómodo en una esquina de mi cuarto, decido no molestarlo porque el vuelo será largo.

[...]

05:26 am

—¡___! —grita dándome un fuerte abrazo—. Te extrañare mucho, llámame cuando estés disponible y si yo también lo estoy te contestare, acuérdate que, si es un chisme es una llamada y mensaje, algo que contar en ese momento son dos llamadas y si es urgente pues son tres llamadas.

—Ay Kylie, te prometo ahora si aprenderlo —le sonrió a pesar de que no puede verme—, despídete de Jonathan por mí, sabes que siempre estaré a tu lado metafóricamente —me suelto de ella—. Hasta luego mejor amiga.

—Hasta luego —se despide derramando unas cuantas lágrimas.

—Adiós madre —le doy un abrazo—, cuídate mucho.

—Tú también hija.

Como siempre sus palabras con frías sin expresión alguna en su rostro.

—Adiós padre —lo abrazo por igual—, cuida de mi madre por favor.

—Lo haré —dijo sonriendo—, quiero que estudies tres horas todos los días a la misma hora, acuérdate de ponerte un horario y por nada del mundo quiero que salgas de fiesta a tomar esas porquerías que consumen ustedes los jóvenes hoy en día, si me entero de algo así regresas a México. Aunque si fueras abogada no tendría problema en comprarte tus caprichitos de mujer, la falda, el maquillaje y esas cosas —en la última oración espeta insinuándome algo.

Exagera todo igual que siempre, sobornándome no ganara nada. Se volvió así conmigo desde que le dije que no quería ser abogada como él, incluso me canse de explicarle que mi verdadera pasión son los videojuegos y que quiero estudiar Ingeniera en Desarrollo de Videojuegos. Lo acepto solo cuando conseguí la beca en una universidad de Madrid.

—No quería arruinar esta bella despedida, pero te lo ganaste —miro a Kylie que esta dándome una sonrisa y luego a mi madre que está mirando el piso apenada—. Yo decido cuando, cuanto y como estudiare ¿Sí? Es mi problema si quiero salir a consumir esas porquerías o a divertirme de fiesta con mis amigos, si me conocieras sabrías que esas cosas me dan asco. Soy mayor de edad y las decisiones las tomo solo yo. No me importa ser abogada y mucho menos si seré como tú, deja tus sobornos machistas para otra mujer porque esta mujer ya es independiente y se ira del país como tal.

Respiro hondo, miro su expresión y esta hecha una furia tal como lo quería ver, después miro a Kylie que esta levantándome el pulgar con una enorme sonrisa, miro alrededor y un tipo empezó a aplaudir uniéndoseles unos cuantos. Sonrío con victoria, tomo mi equipaje de mano y camino a la entrada del vuelo liberada porque por fin pude decirle la verdad a mi padre.

[...]

04:36 pm MX/11:36 pm ESP

—Pasajeros, hemos llegado a nuestro destino España, Madrid. Espero que el vuelo haya sido de su agrado, gracias por volar con la aerolínea Turbulencias catastróficas.

Levanto la persianita de la ventana y me percato de que es de noche, miro mi reloj cuya hora marca las cuatro de la tarde. Ajusto mi zona horaria y creo que este cambio de hora será muy duro para mí.

Me dirijo a recoger mi equipaje mientras que Alex esta maullando en su pequeña transportadora. Mi padre me dijo que había mandado un taxi de su empresa para llevarme a mi departamento ya que yo no sé la dirección, de mis ganas me voy sola, pero no quiero gastar quien sabe cuántos euros en uno que seguramente me cobrara el doble de la tarifa normal.

Veo a un chico con una linterna en una mano y con la otra alzando un letrero que dice mi nombre en rojo. Que por cierto no tenía que escribir todo mi nombre completo, ahora medio Madrid sabe mi tercer nombre.

—¡Soy ___! —grito caminando rápido para que no me siguieran empujando—, tú debes ser mi chofer ¿No?

Es un tipo de más o menos mi edad, alto, cabello café oscuro, sonrisa bonita y sus ojos, no sé, tampoco quiero parecer loca acercándome a su rostro para inspeccionarlo. Aunque ahora que lo veo más de cerca creo que lo he visto antes pero no recuerdo donde.

—Claro damisela, yo la llevare a su destinó —me dijo demasiado educado para mi gusto— ¿Quiere ir a un lugar antes?

—Este, no —le comento incomoda—, llévame al departamento nada más.

—De acuerdo, como usted guste —agarró una de mis maletas—, la ayudo con su equipaje.

—Okey —abro la puerta para meter a Alex y después yo—. ¿Qué tan lejos está? —le pregunto asomándome por la ventana.

—No tanto —cierra la cajuela, se sube al carro y lo prende— ¿No gusta ir a por un aperitivo antes de llegar?

¿Por qué habla tan formal? Me desespera.

—Bueno, una hamburguesa ya que insistes —aclaro.

Estamos en un local de comida rápida, pedí dos hamburguesas y el chico solo unas papas fritas. Observo detenidamente su gafete y su nombre es Raymond Roulling; juro haber escuchado ese nombre antes.

—De acuerdo ya pedimos la orden ahora tome asiento —jaló la silla para que me sentara— y espere hasta que traiga su comida.

Después de unos minutos llegó con la orden y desenvolvió mi hamburguesa. No me sorprende que quisiera darme de comer en la boca.

—¿Eres el chofer de la empresa en Madrid? —pregunte ya que había acabado una hamburguesa— ¿O viniste desde México solo para llevarme?

—Soy de nacionalidad mexicana —aclara llevándose una papa a la boca—, pero me mandaron a tomar un vuelo y estoy en este maravilloso lugar desde hace solo dos semanas.

—¿Por qué te mandaron a ti? ¿Por qué no a otro empleado? Lo digo porque te ves muy joven —bebo un poco de mi soda.

—El señor confía en mí —hago una expresión de confusión—, lo siento, tu padre confía mucho en mí.

—¿Por qué? —inquiero.

—Demasiadas preguntas —se paró para tirar la basura de la bandeja y salió del local.

No debí haberle hecho muchas preguntas.

[...]

01:05 am

—Hemos llegamos, le ayudare a bajar el equipaje si no le es molestia.

—No me molesta que me ayudes Raymond —bajo del carro—, me molesta tu exagerada formalidad, disculpa, pero no estoy acostumbrada.

Bajo mis maletas de la cajuela a lo que él las lleva a la par de la puerta cristalina.

—Si le molesta puedo dejar de hablar, ya que insiste.

Camino a la puerta y levanto la mano para despedirme —Adiós.

—Hasta luego damisela, un gusto conocerla.

Un facepalm mental invade mis pensamientos, que locura con ese tipo, en serio.

Agarro mi llave de mi maleta, subo al ascensor, una vez que se abrieron las puertas busco el número de mi departamento. Ya que lo encontré uso la llave para abrirlo y me sorprendo porque es todo lo contrario a lo que esperaba.

Es demasiado grande, a decir verdad, parece uno de esos pent-house en Los Ángeles, solo que sin tantas cajas y más decorado. Suelto a Alex poniéndole su arena, comida y cama la cual ni utiliza; Voy a la mía para acostarme y me quedo dormida del cansancio.

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Publicado original: 10 de abril del 2016.

Publicado actual: 12 de agosto del 2017.

Nota:

Si bueno, me daba pena ajena y creo que ahora sí podría ir a presumirlo hasta con mi crush.

Espero te haya gustado.