Queda en pasar por mí en un par de horas. Ángela está entusiasmada porque quiere ayudarme a elegir la ropa y a maquillarme. No puede creer que su abuela tenga una cita. Marita también quiere participar, se ofrece a pintar mis uñas.

Me sientan frente al tocador y me miro al espejo, tengo las mismas arrugas de siempre, el pelo canoso y la piel algo fláccida, sin embargo algo ha cambiado en mí. Hoy puedo sentir a la niña que fui secarse las lágrimas, a la adolescente perder el miedo, a la jovencita amar su experiencia de vida, a la mujer adulta detenerse y observarme con curiosidad. Están expectantes ante el cambio porque el cambio siempre asusta.

Por un instante pienso que no vale la pena, que mi historia ya está toda escrita. Entonces veo la sonrisa de Ángela mientras me peina y me dice:

—Quedarás como una reina, abu —sonrío, le estoyenseñando a mis nietas que nunca es tarde para arriesgarse. Me siento orgullosade mí por intentar hacer algo diferente, por vencer a las arrugas y al tiempo.