Recuerdo una vez que Joaquina tenía cerca de quince años. Se enojó mucho conmigo por no poder llevarla a un recital de un grupo de moda. Me dijo que era una mala madre, que ojalá hubiera tenido una madre como la de Sofía, su mejor amiga.

Lloré por una noche entera... para Joaquina tampoco era suficiente.

Su adolescencia no fue fácil, era rebelde y no entendía por qué no podía tener todo lo que quería. Yo trabajaba bien, pero el dinero no alcanzaba, debía cuidarla a ella, pagarle la escuela y los gastos. Además debía mantener la casa de mi madre, a mi padrastro lo habían dejado sin trabajo y no tenían qué comer.

Paulita se había ido de la casa y nadie sabía de ella... tuve que ayudarlos, no podía dejarlos morir de hambre... Quizás ahora que lo mantenía era suficiente para él.