Capítulo-8
Al terminar Roper de peinar a Nayet y maquillarla, se miró repetidas veces al espejo devolviéndole el reflejo de una mujer distinta. Sus labios se elevaron mostrando unos dientes blancos perfectos. Se miraba repetidas veces sin poder creer el resultado.
-Guau, amiga estás divina. -Le dijo Violeta echándole un vistazo. Detrás Lili la piropeó. Al salir de la peluquería se fueron al centro comercial a comprarse ropa. Tras horas probándose ropa, siguiendo el consejo de sus amigas, Nayet se compró unos jeans nuevos, camisas, unas botas de media caña, varios suéter y dos vestidos. Complementando con lencería de encaje, a cual se animó Lili y Violeta que también se compraron varios conjuntos.
Cargadas con sus bolsas y sonrientes se fueron a cambiarse para salir a tomarse unas copas y estrenar los vestidos que se habían comprado. Las tres sonrientes y llenas de júbilo, se daban un último repaso antes de salir de casa. Montadas en el coche de Lili con la música de "Juan Magan" a todo volumen se encontraban felices, dispuestas arrasar. Subidas en sus tacones moviendo las caderas al compás de la música "Dance" que sonaba dentro de la disco, bailaban y disfrutaban las tres amigas. Sin percatarse que varios hombres la estaban observando. Agotadas por el bailoteo y los tacones se sentaron en una mesa. Se pidieron una cerveza, dos hombres uno alto delgado con gafas y el otro de medina estatura se aproximaron a la mesa, se presentaron charlando un rato pero ninguna le hicieron el mínimo caso. Habían ido a pasárselo bien. A media noche, Nayet manejaba el coche de Lili ya que ésta estaba muy bebida. Después fué de vuelta a la disco a por Violeta, se había quedado hablando con un inglés muy guapo. Tras aparcar el auto se bajó y dos chicos adolescentes comenzaron a insultar a Nayet. Ella no decía nada, sólo aumentar la velocidad de sus pasos. Antes de llegar a la discoteca los muchachos le dieron alcance. Uno de ellos la empujó contra la pared agarrándola del cuello exigiéndole que le diera dinero. Al no dárselo le pegó un puñetazo en el estómago. Acto seguido le dió varias patadas en el estómago y espalda. Una pareja que pasaba cerca pudo oír los gritos de Nayet y salió a su auxilio.
Nerviosa, con mucho miedo y terror, mal herida bebía agua temblando. Violeta intentaba consolarla limpiándole sus lágrimas intentando convencerla de ir a la policía. Pero Nayet no quiso, que denuncia iba a poner si ni siquiera le había dado tiempo de verle el rostro a ese delincuente ya que el miedo la cegó.
A la mañana siguiente tomándose un paracetamol para los dolores se marchó al hospital.
Su cuerpo le dolía hasta le costaba respirar, aún así debía aguantar, se estaba jugando mucho y no era el momento para lamentaciones.
-Buenos días Gael. Pronunció con una sonrisa para intentar llamar la atención del doctor para que la mirase su nuevo peinado.
-¿Qué ahora soy Gael? No Nayet, te equivocas.
-Lo siento doctor Zuniga.
-A mí no me des explicaciones, dárselas a Ginés. Llegas cuarenta minutos tarde y encima haciéndote la lista. Ahora vete y prepárate vamos a visitar pacientes y después a quirófano.
Asintiendo con su cabeza y sus ojos cargados de agua se puso detrás del doctor. Debía alejar el dolor de su cuerpo, pero cómo. Zuniga caminaba deprisa y ella no podía darle alcance. Cada vez que hacía un moviento brusco su cuerpo se quejaba de dolor.
-Qué pasa Nayet, ¿aún de resaca por la juerga de anoche?, qué ahora te cuesta mantenerte de pie.
-No, estoy bien.
-Veo que sigues sin ir al gimnasio. Menos pinturita en la cara y más ponerte en forma. Es un consejo.
-Gracias por su consejo. Lo tomaré.
-Eso espero. Ahora para empezar suba las dos plantas por las escaleras y vaya a quirófano allí la espero y no tarde. No le vendrá mal hacer algo de ejercicio.
Resignándose comenzó a subir escaleras. Cada peldaño que subía era como si le arañasen por dentro provocando más dolor. Tras cambiarse pasó dentro del quirófano. La operación ya había comenzado. Sintió unos nervios fluyendo por su cuerpo, no sé podía creer que Zuniga le estuviera haciendo eso.
-Señorita Morales, ¿a qué ha venido? Preguntó otro cirujano.
-Yo...yo...ni podía hablar, sólo balbucear sin poder apartar los ojos de Zuniga que seguía mirando por el microscopio sin hacerle caso. Y cuando lo hizo fue para pedirle que viera una cosa por el microscopio susurrándole que se podía marchar.
Impactada por esas palabras dañinas salió del quirófano atrevasando por su rostro lágrimas silenciosas.
-Nayet, amiga ¿qué te ocurre?
-Dulce ya no puedo más. Te lo juro lo he intentando pero no puedo soportarlo más. Zuniga me ha echado del quirófano y ha estado toda la mañana fastidiándome, echándome por cara que estuve anoche de juerga. Dime Dulce, ¿por qué me trata así?
-Tranquila amiga. Ven desahogate, ojalá supiera por qué te hace todo esto.
-Lo peor Dulce, es que me pueden echar de mi plaza. Estoy en sus manos.
Casi hipando de la congoja, limpiándose su mucosidad intenta levantarse, un dolor fuerte en sus costillas hace que se doble y grite de dolor. Dulce preocuparada se la lleva a rayos para que la examinen.
En su consulta con rostro serio dando golpes con el boli en la mesa, mira una y otra vez el expediente de Nayet.
-Cómo lo llevas Gael , te veo raro.
-Nacho, estoy en una encrucijada. Si pongo una cruz aquí, Nayet se va del hospital y puede llegar a perder su plaza. Pero por otro lado qué hago, si hoy ha llegado tarde a una operación estando delante Muñoz.
-Haz lo correcto. Gael, pero deberías darle una oportunidad a Nayet.
-Ya. Pero no depende de mí. El problema que voy a tener que perjudicarla y no quiero. Pero tampoco puedo soportar enterarme que la mujer que amo estuvo anoche de juerga al mismo tiempo tonteando con otros hombres.
-¿Y cómo lo sabes?
-Me lo ha dicho Davinia, que ha oído hablar a Lili con Dulce.
Llaman a la puerta-Hola Gael.- Dice Dulce muy seria.
-Hola Dulce, ¿querías algo?
-Dos cosas. La primera por qué te cae tan mal Nayet, hasta llegar el punto que la echas de un quirófano sabiendo lo que se juega. Y lo segundo mírame estas radiografías.
-Dulce yo no odio a Nayet. Cada uno es consecuente de sus actos. Y ella sabía a lo que se exponía. Y dame te echo un vistazo. Agarrando las radiografías comienza a ojearlas. Tras echarle un vistazo da el diagnóstico.
Dulce sigue fulminándolo con la mirada, le hace entrega de las radiografías. Ella las agarras diciéndole de quién se trata.
Al pronunciar «Nayet», Gael se queda estupefacto. De un salto se levanta de su sillón dirigiéndose ha toda velocidad a boxes. Allí tumbada en una cama se encontraba Nayet, nada más verla su corazón latió con tanta fuerza que pareciese salirse del pecho. Sus miradas se cruzaron, Gael aún impactado en silencio agarró unos guantes y se los puso.
-Nayet que te ha pasado. Déjame examinarte.
-Me golpearon unos chiquillos cuando fui a buscar a Violeta. Querían robarme.
Avergonzada, se levantó un poco su camisión, dejando a Gael que la examine. Él con su estetoscopio comenzó a examinarla para después poder evaluar su estado. Afortunadamente sólo ha quedado en un traumatismo sin nada grave. Con unas semanas de reposo volverá a mejorar. Tras ponerle el vendaje de nuevo, las pulsaciones de Gael aumentaban, estaba tan cerca de ella que podía percibir su olor, con un breve movimiento probar su miel. Nayet sentía como sus nervios fluían por todo su cuerpo, tener tan cerca a Gael se alteraba deseando de poder tocarlo y besarlo. Los dos ansiaban lo mismo, respiraban con difulcutad sin dejarse de mirar. Pero no podían debido a que estaban en el hospital. Gael se alejó de ella si seguía tocándola no podría seguir resistiéndose y acabaría cometiendo una locura. Lo que menos deseaba era lastimarla, por desgracia sus celos aparecían y él no podía sujetarlos acabando dañándola. Cada vez que la miraba más culpable se sentía. Su orgullo le impedía aclarar las cosas con ella. Mientras Nayet seguía mortificandose sin saber por qué Gael la agraviaba sin motivo reprochándole cosas que no sabía acerca de ella. Apretando sus puños arrollando la sábana dejaba libre sus gotas. Era una mujer fuerte, luchadora y no iba a permitir que Gael siguiera hiriéndola con sus palabras.
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