Capítulo 50
Durante unos segundos que pareciese que fueran a ser eternos, Kendal miró a su mujer y despacio se alzó arrecostándose en el cabecero de la cama. Cerró sus ojos para lograr de algún modo sacar fuerzas y volver a recordar una parte de su pasado que ya estaba bien guardada en un cajón. Ahora había llegado el momento de rebuscar en su pasado y sacar a la luz esa parte de su vida que pareciese haber querido olvidarla.
--Kendal mi amor estás bien.
--Todo ocurrió en el último año de facultad. Estaba muy enamorado de Lumia.--Empezó a decir Kendal, mientras ella lo observaba en silencio.
--Lumia la conocí dos años antes, me llamó la atención porque era una niña muy bonita pero estaba rellenita. A lo primero fue tan solo amistad, sin embargo cuando nos separamos por las vacaciones de verano sentí algo dentro de mí. No llegué a decírselo, no sé porqué.
En el comienzo de las clases, volví de nuevo a ver a Lumia. Estaba preciosa y más había perdido peso. A mí me daba igual como estuviera, pero al parecer ella se comía mucho la cabeza por el peso. Comencemos a salir juntos, todo iba de maravilla hasta que la dejé embarazada. Aquello fue catastrófico para los dos. Ella quiso abortar pero yo no le dejé. Pude convencerla para que no lo hiciera, prometiéndole que nunca me separaría de ella. Y eso fue lo primero que hice. Tras el tercer mes de embarazo, Lumia cogió kilos. Aquello hizo que dejara de comer, al no comer no alimentaba al feto por lo cual al quinto mes comenzó a manchar, yo empecé a inquietarme. Ella me tranquilizó diciéndome que estaba todo controlado. Tres días después mis padres me llamaron para decirme que Lumia estaba en el hospital. Al llegar al hospital mi padre habló claro conmigo, Lumia había perdido al bebé y se encontraba en coma. Aquello fue como echarme de cabeza a un volcán de lava. Perdimos a nuestro hijo y cuatro días después Lumia murió. Desde aquel día que enterré a Lumia me juré a mi mismo que no volvería a pasar por una cosa parecida. Follaría hasta hartarme pero nada de hijos.
--Por eso te hiciste la vasectomia.
--Si mi amor. Ese fue mi motivo, y ahora que te he conocido a ti, me arrepiento mucho. Fui un cobarde Nayet por no estar pendiente de ella, pero estaba tan absorbido en mi carrera, quería ser un buen médico y poder darle un futuro a los dos. Todos aquellos sueños desaparecieron cuando vi a Lumia metida en una caja enterrados bajo tierra con ella.
Una pequeña lágrima se deslizó por las mejillas de Kendal. Nayet lo abrazó besando sus lágrimas.
--Mírame Kendal. Tú no tienes la culpa de nuestro destino, piensa que ella quería verse guapa para ti y fue cayendo en el pozo de la bulimia. Pienso que si tú lo hubieras sabido, claro que hubieras estado pendiente de ella. Kendal somos médicos y nuestro propósito es salvar vidas, en ocasiones no podemos hacer nada para evitarlo. Cada persona tenemos nuestro destino y ese por desgracia fue el de Lumia.
--Pero lo que más me fastidia que tú deseas ser madre y yo...como un cobarde gallina...
--Kendal...si he venido hasta aquí, es para decirte que el milagro ha ocurrido. Llegué hasta el final de la prueba de inseminación y ha dado positivo.
--¿Cómo? Me estás queriendo decir que tú y yo vamos a ser padres.
--Si Kendal. Estoy esperando un hijo tuyo.
--Nayet no me lo puedo creer. Me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo. Te amo tanto mi vida.
Gracias señor por darme una segunda oportunidad, ahora loca los huevos prepárate porque no pienso separarme de ti ni un milímetro.
--Y yo no quiero que lo hagas.
Los dos se fundieron en un apasionado beso entre lágrimas de emoción y el deseo que se sentían, volvieron hacer de nuevo el amor.
Agarrados de la mano y muy felices, Kendal y Nayet le dieron la noticia a sus padres.
Tanto Hilary como Iván no podían sentirse más felices. Tras acabar la cena, brindaron por la nueva llegada de un nuevo miembro a la familia.
Hilary agarró de la mano a Nayet, con ojos vidriosos le entregó un anillo,era una tradición de familia y ahora deseaba que lo llevase ella.
Kendal miró a su madre y a Nayet, aquel momento era sin duda inolvidable.
--Nayet, quería decirte que deseo viajar a España para casarnos como Dios manda. Quiero hacer las cosas bien, y una de ellas que tengas tú boda.
--Kendal yo no acepté casarme por una ceremonia, acepté por que te amo con todo mi corazón.
--Nayet mi hijo lleva razón, aquella boda fue un desastre. Os merecéis una boda en condiciones.
--Pero yo Iván...
--No hay peros, en dos días viajaremos a España y comenzaremos con los preparativos de la boda.
Nayet quiso responderle que no hacia falta tanto, ella con tener a Kendal a su lado ya se conformaba. Kendal le abrazó susurrándole al oído que no le llevara la contra a su padre era muy cabezón y cuando se le metía algo en la cabeza no se a bajaba del burro tan fácil.
Tres días después viajaron todos para España para conocer a la familia de Nayet y comenzar con los preparativos de la boda.
Tras las presentaciones de ambas familias comenzaron a degustar una carne de todo tipo a la barbacoa que había preparado Adolfo para los padres de Kendal.
La comida fue un éxito y ante toda la familia Kendal aprovechó para pedirle la mano de su hija a Adolfo y Marisa. El todo orgulloso y feliz afirmó que podía casarse con su hija.
El rostro de Nayet no podía lucir más esplendido, el estar rodeada de su familia en un momento de tanta felicidad era demasiado para ella. Quién le iba haber dicho a ella que a pesar de sus inseguridades y sus complejos por fin se va casar con el hombre que clavó sus ojos verdes platinos en ella robándole hasta el último suspiro que saliera de su boca.
Semanas más tarde....
Nayet se miraba en el espejo sorprendida y nerviosa por ser hoy un día muy especial. Hoy sería la esposa de Kendal. Una sonrisa tímida salió de su rostro.
--¡¡wuauu!! hermanita pero que bella estás.
--Enserio. Pero mira se me nota la tripa, y si se me derrite el maquillaje y si...
--Nayet, mira lo hermosa que vas. Eres la envía de muchas de nosotras. Nayet, perdóname por todo el daño que te cause referente a Gael.
--Para nada Gina. Si no te hubieras metido por medio yo no hubiera conocido al que hoy será mi marido por segunda vez. Gina, nosotros no elegimos nuestro destino, es la misma vida la que se encarga de ponernos a prueba y a esas personas que nos pueden hacer felices o no. Gina ahora tú debes decidirte, la vida es como un reloj, pasa muy deprisa y aun tú eres muy joven aprovecha tu belleza, lucha por tu hija.
--Nayet eres increíble siempre te tenido envidia por eso. Tú tienes la decisión y fortaleza que a mi me falta.
--Gina no soy perfecta pero gracias a Kendal que ha sabido ver en mi lo que yo soy incapaz de ver, me ha echo recapacitar y quererme tal y como soy. Y tú deberías hacer lo mismo. Quiérete y valorarte.
--Te quiero mucho hermana, te deseo la mayor felicidad del mundo.
Las dos hermanas se abrazaron y dándose un último retoque bajaron al salón donde la esperaba su padre vestido con el traje de gala de la guardia civil preparado y emocionado para llevar a su hija a la iglesia.
Montados en una limusina los nervios de Nayet eran constantes y en ocasiones tuvo que contenerse para no vomitar.
Adolfo le preguntó a su hija si estaba bien. Ella sonriente afirmó que si.
Del brazo de su padre Nayet pasó a la iglesia escuchando de fondo la canción de Mariah Carey. My all.
En el altar vestido con un traje chaqueta negro con corbata gris, histérico pero feliz de poder conseguir su deseado propósito. Casarse con la mujer que más ama.
--Aquí te entrego a mi hija, deseo que la hagas feliz.--Pronunció Adolfo dándole un beso en la mejilla a su hija y la mano a Kendal.
La ceremonia dió comienzo, ni Nayet ni Kendal podían dejarse de mirar, era un momento tan especial y bonito un día sin duda para no olvidar y guardar en el baúl de sus recuerdos.
Con un beso tierno y suave la pareja dió por finalizada la ceremonia prometiéndose amarse y respetarse hasta que la muerte los separe.
En el salón donde se celebró la boda, todos comían y bailaban contentos. Kendal aprovechó un rato para llevarse a su mujer fuera al jardín.
Los dos caminaban abrazados parándose en un punto en concreto rodeado de flores y alguna fuente Kendal le dió la sorpresa a Nayet de una fogata de fuegos artificiales.
Tras finalizar Nayet abrazó a su marido ansiando probar su miel, sentir cada caricia en su piel y excitarse de la manera que solo el sabía hacerla sentir. Tumbados en el suelo del jardín bajo un manto de estrellas y una luna grande brillante fueron testigos del amor que existía y se tenían Kendal y Nayet.
--------------***fin 1 parte***---------
Si os ha gustado esta historia, seguro que también os gustará 2 parte. *SIGO SIENDO LA MISMA*.
Os dejo un pequeño adelanto.
Después de un año y felizmente casada y con la llegada de su bebé, Kendal y Nayet disfrutan de su amor. Al parecer las inseguridades y esos complejos que debían estar olvidados, vuelven aparecer en Nayet a causa de la nueva compañera y bellísima doctora Sara Ríos que llega al hospital. Ella será la causante de los problemas entre Kendal y Nayet. Ahora mas que nunca Nayet debe arriesgarlo todo si no desea perder a Kendal. Mientras tanto Gina empieza a trabajar como modelo. El día que debe sustituir a una amiga como azafata en moto gp. Todo cambiará en el entorno de Gina. Conocerá al guapo piloto Gorka Zabala y desde ese día ambos deben arriesgar mucho si desean estar juntos, esa relación despiertan los celos de Gael que tratará de impedir que Gina sea feliz con otro hombre que no sea él.
♡♡♡Mian Jollel♡♡♡
AUTORA: MIAN JOLLEL
@ los derechos reservados. No acepto copia o adaptación sin mi permiso.
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