Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 49


El otoño había llegado, se podía notar por el comienzo del frío a su vez las hojas de los árboles caían igual que las pequeñas gotas que descendían por las mejillas de Nayet. La ausencia de Kendal se podía notar cada día más, su corazón se iba desgarrándose y cada gota era el recuerdo de porqué había apartado de su lado al único hombre que la quería tal y como era.
La casa se le había echo demasiado grande, mirase por donde mirase todo le recordaba a él. Su ausencia era cada vez mayor y dolorosa, los remordimientos ya habían empezado a fluir dentro de ella. El filo rojo en sus ojos y su rostro transformado unido a su estado de dejadez reflejaban su gran equivocación.

Los días en hospital eran torpes, aunque quisiera centrar su mente en el trabajo, eso tan sólo duraba minutos contados. Caída la noche la soledad era su única compañía junto a congojas que parecían no acabarse.

Sus amigos se preocupaban por ella, intentaban de alguna manera que su dolor descendiera para que recapacitara ante lo que había echo.
Nayet agradecía el cariño que le mostraban sus amigos, sonría de poder tener unos amigos que se preocupasen por ella.

En su consultorio sus ojos miraban hacia el vacio rozando con sus dedos una foto de ella y Kendal. Harvey pasó saludándola. La miró un instante sintiendo lástima por su estado.

--Nayet cómo te encuentras.

--Sinceramente no muy bien que digamos. Lo extraño tanto, Harvey en qué me equivocado.

--Punto uno. Ser una terca y no escucharlo.
Punto dos. Debes rectificar y hablar con él.
Punto tres. Si de verdad lo amas ahora te toca a ti humillarte para que te escuche.

--Y tú piensas...que me va escuchar.

--Si no lo intentas nunca lo sabrás. Tengo que decirte Nayet, que he hablado con él y está echo mierda. Todas las noches se bebe una botella de whisky junto a una dama.

--Que ánimos das.--En ese momento Nayet sintió una pequeña angustia y su cabeza dar vueltas, salió corriendo para el baño y poder vomitar.
Desde la puerta Harvey la observa, tras acabar de vomitar él le ayudó a incorporarse.

--Nayet ¿te encuentras bien?

--Creo que si, quizás no sé...

--Nayet me preocupas, no puedes seguir así, ven vamos hacerte una analítica.

-- Harvey si es lo que yo pienso...creo...que estoy embarazada.

--¿Embarazada? ¿Enserio? Al final tú...Joder Nayet que alegría, dame un abrazo, que feliz me siento por vosotros.

En ese momento tocaron a la puerta, Lili se quedó mirando la escena. Frunció su ceño, poniéndose en jarras comenzó a gruñir a Harvey y Nayet.

-- Pero qué veo. Mi mejor amiga engañándome con mi novio. Nayet eres una...

--No pollito de canela. Estaba felicitando porque vamos a ser tíos.--Respondió Harvey eufórico.

--¿Qué dices? Qué vamos...a...ser...--Balbuceaba Lili.

--Pues eso Lili, qué estoy embarazada. No lo sé aún cierto. Debo hacerme las pruebas.

--Anda y a qué esperas. Vayamos ahora mismo hacértelas y salgamos de dudas. Me muero de curiosidad por saber si estas cociendo un baby.

Nayet en compañía de Harvey y Lili se fue la zona de extracción de sangre para hacerse las pruebas.

Una hora después, Dulce, Gina, Harvey, Violeta y Nacho esperaban ansiosos el resultado de las pruebas.
Todos comentaban lo mismo, ese posible bebé podría juntar de nuevo a a Nayet y Kendal.

--Positivooo. --Gritó Lili eufórica con los papeles en la mano nada más verlos.

Todos sonrieron y se alegraron por el embarazo de Nayet. Todos menos Gael, desde la puerta veía como todos la felicitaban mientras a él lo envolvía una gran tristeza acompañada de desilusión. Apretó sus puños agachando su cabeza en forma de derrota, girándose sobre sus talones se marchó hacia otra área.

Todos sentados en grupo se miraban entre sí haciéndose la misma pregunta. ¿Volverían a estar juntos?

Nayet volviendo a tomar aire y respirando algo más tranquila, emocionada se rozaba su vientre sonriendo.

--Nayet...esto...tendrás que decírselo a Kendal--Preguntó Gina preocupaba por la separación de Kendal y su hermana.

--Sí Gina. Sonará una locura pero pienso ir personalmente a darle la noticia.

--Di que sí.--Gritaron todos al unísono.

--Nayet, entiendo que quieras hacer las paces con Kendal, ten en cuenta que tú también le has echo daño al no querer escucharlo. Te aviso que puedas ver a Kendal en la cama con otra mujer.--Dijo Harvey alzando una ceja en modo de advertencia.

--Gracias por avisarme Harvey. Sí, llevas razón he desconfiado de Kendal, pero nunca dudaría de su amor incondicional hacia mí. Estoy segura que nunca me engañaría con otra mujer.

--Me alegro que pienses así. Pero que conste que yo te avisado. --Ambos se echaron a reír a carcajadas.

Tras prepararlo todo y despedirse de su familia y amigos, Nayet se montó en el avión rumbo a Houston.

Horas después el avión aterrizó en el aeropuerto. Nayet sintió unas pequeñas mariposas en su estómago de volver a recordar cuando vino por primera vez a Houston.
Se montó en un taxi, ilusionada admiraba de nuevo las calles de Houston donde había algunos lugares que le recordaban a los momentos gloriosos y felices que pasó con Kendal. Tomó aire echando su espalda hacia atrás para dejar libre su mente e imaginarse como sería su reencuentro.

Al cruzar el umbral de la puerta de su hogar una lágrima se deslizó por su mejilla contemplando la casa donde vivió con Kendal. Todo estaba tal y como lo había dejado ella. Deseosa de volver a sentir el calor de los brazos de él, pensó en darse primero un baño y prepararse para hablar con él.

Nayet se encontraba relajada en la bañera hasta que escuchó un ruido. Rápidamente se puso un chándal y bajó para ver que ocurría. Parada en mitad de la escalera, sus ojos se abrieron al máximo, su mandíbula se tensó percibiendo una descarga de inquietud y rabia.
Kendal estaba abrazado a dos bellas mujeres que no paraban de reírse.

--Kendal.--Pronunció entre dientes Nayet, callando a los tres de golpe.

--¡¡Uchs!! O yo voy muy borracho o veo alucinaciones.

--Qué gracioso eres. Me puedes explicar que haces con estas mujeres.

--No veo alucinaciones, sin duda es mi loca los huevos. Pues ahora mismo iba a meterme en la cama con ellas, si te ánimas...

--Eres un gorrino salido.

--Ahora soy un gorrino, voy mejorando. De gilipollas a gorrino.

--Kendal vayámonos al baño, ahora hablo con ella.

--No Yoana, Nayet ya se iba. ¿no?

--Tus ganas. No pienso moverme de aquí hasta hablar contigo.

--Pues entonces espérate sentá que de pie te vas a cansar. No tengo nada de que hablar contigo.

--Pues me vas escuchar si o si.

--Kendal, date una ducha, Blanca ayudalo a subir la escalera y vete ya me encargo yo de todo.--Afirmó Yoana encrespada.

Blanca ayudó a Kendal y tras dejarlo que se diera una ducha se marchó. Yoana seguía caminando de un lado bajo la atenta mirada furiosa de Nayet.

--Entonces tú eres Nayet.--Comenzó hablando Yoana.

--Y a ti que te importa.

--Mira bonita a mí no me vaciles y baja esos humos. Lo primero que debes hacer es morderte la lengua y perdirle perdón a Kendal. Egoísta, no te puedes ni hacer una idea de lo mal que lo pasado por tu culpa.

--¿Por mi culpa? Tú que hacías consolarlo en la cama bonita.

--Mis ganas, no te joroba la otra. Menudo pivón de marido tiene y encima se pone tonta.
Mira Nayet soy prostituta y te puedo asegurar que el tiempo que llevo ejerciendo nunca me habían pagado para ser oyente y no practicar sexo. Y mira que ganas no me ha faltado de tirarmelo.

--Pros-ti-tu-ta--balbuceaba Nayet sorprendida.

--Sí hija, si. Es mi manera de ganarme la vida. Y todos los días que le echo compañía a Kendal ha sido para escucharlo hablar de ti. Nayet, eres una mujer afortunada y muy egoísta que lo sepas. Kendal no solo te respeta sino que te ama. Debes escucharlo y ser paciente, verás como todo lo malo desaparecerá.

--Yoana, he sido muy injusta con Kendal. Deseo que me perdone.

--Cuando se ama, todo se perdona.

--Gracias por tus consejos Yoana.

--No hay de qué. Ahora te dejo, tenéis mucho de que hablar.--Yoana le guiñó un ojo a Nayet despidiéndose de ella quedando en llamarse para contarse en que terminará todo.

Sentada en el sofá jugando con sus dedos de lo nerviosa que se encontraba, pensaba en como iba acabar todo.

--¿A qué has venido Nayet?

Nayet alzó su cara mirando detenidamente a Kendal. Sólo llevaba un pantalón de chándal con su torso desnudo. Su pelo estaba húmedo, cosa que le daba un toque más sexy.

Nayet se humedeció sus labios, tragando saliva para poder enfrentarse a Kendal.

--Yo...he venido para hablar contigo.

--¿Acaso te has dado cuenta de tu error?--la voz de él sonó rabiosa.

--Kendal, te pido perdón por haber sido una estúpida y no escucharte, en ese momento yo quería sorprenderte con un hijo y tú te negabas. Me sentí herida cuando me dijo el médico que no eras estéril. Reconozco que mi comportamiento no fue el adecuado, y créeme que estos días han sido un infierno, me he dado cuenta de mi error y de lo mucho que te amo. Kendal no quiero perderte, volvamos a empezar desde cero.

Kendal la miraba en silencio escuchando sus palabras, se giró dándole la espalda. De medio costado casi agolpándose sus palabras en la garganta le pidió que se marchara el daño estaba hecho.

--Kendal no me pidas que te deje, pídeme lo que quieras, pero no me apartes de tú lado.

--Nayet es lo mejor, los dos vamos a sufrir durante un tiempo pero acabaremos rehaciendo nuestras vidas.

--Mírate a los ojos Kendal y dime que no me amas. Mírame y me iré ahora mismo.

Nayet encaró a Kendal, sus ojos estaban puestos uno en el otro, el silencio lo venció, Kendal amaba más que a su propia vida a Nayet y no la iba a dejar marchar. La atrajo hacia él rozando su espalda y sintiendo como ambos corazones latían al mismo compás, de la misma manera que sus bocas se aclamaban deseosos unos del otro se fundieron en un apasionado beso.

Ninguno de los dos quería parar, anhelaban ansiadamente volver a sentir sus cuerpos ardiendo a través del roce de sus pieles, querían devorarse, amarse y sobre todo llegar juntos al clímax.

--Kendal yo...deseo que me perdones, no debía haberme enfadado así y ni siquiera tuve la delicadeza de escucharte.

--¡¡Shuss!! Tranquila mi amor, ahora lo importante es que estamos juntos.

--Pero porqué Kendal...

--Nayet, debía habértelo contado, fui un cobarde. Pero lo pasé tan mal que no deseaba que me ocurriese lo mismo dos veces. Ahora que estoy contigo me arrepiento bastante de lo que hice.

--¿Qué pasó?

Kendal se raspeó la garganta apretando más a Nayet contra su cuerpo. Era un secreto que llevaba mucho tiempo queriendo olvidarlo, ya era el momento de abrir ese baúl de recuerdos y liberarse de la amargura que lo lleva torturando un día tras otro durante años.

_______________________________________

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: #wattys2017