Capítulo 44
Tras recibir la noticia de que Kendal volvía para Houston, Nayet echó a correr sin un rumbo fijo. Sus ojos habían comenzado a empañecerse. No se podía creer que Kendal se marchara de su lado sin darle al menos una explicación.
Desesperada lo intentó llamar por teléfono pero no conseguía que le respondiese. Sintiéndose cada vez más angustiada le mandó un sms.
✓ Kendal no me dejes. Te quiero. ಥ_ಥ
♡♡♡.
Al sentir su móvil sonar miró la pantalla. Era un mensaje de Nayet. Kendal se encontraba angustiado, por nada del mundo quería abandonar a su mujer, pero no le queda de otra que coger el avión y volver a su país. Adolfo le había dejado claro cual era la mejor solución para que algún día estuviese con su hija y seguir con su carrera. Si se quedase en el país, le estaría dando la razón a Camilo, y acabaría perdiendo ambas cosas. Su carrera y a Nayet.
Encontrándose sentado miraba hacia el panel para ver cuando llegaría el momento de montarse en el avión y poner fin a todo lo que ama. Se pasó sus manos por su cabello apoyándo sus codos en sus rodillas percibiendo como su mundo se deshacía como papeles mojados y no podía hacer nada. Tan sólo huir como un cobarde.
Al llegar a su casa Nayet buscó a Violeta, necesitaba desahogarse con alguien. Como siempre Violeta preparó tila y un trozo de bizcocho mientras Nayet le contaba todo lo sucedido a su amiga.
--Me quedado sin palabras. ¿Desde cuando Gina se ha vuelto más solidaria?
--¡Ay Violeta!
--Vale, vale me cayo. Pero sigo diciendo que no le está mal empleado lo que le pasa.
--Bueno, por lo menos ya no es tan mala como antes.
--Esa acaba casándose con Gael, donde van a ir los dos, si son tal para cual.
--Hacen buena pareja. Ojalá solucionen sus problemas y se reconcilien, mejor para la niña.
--Pues sí. ¿Y tú? Que haces hay parada sin ir a buscar al aeropuerto a tú Romeo. Venga vayámonos a buscarlo.
--Gracias Violeta, qué haría sin ti.
--Anda, no seas boba para eso estamos las amigas.
Las dos amigas se montaron en el coche, hablando de todo un poco hasta que el sonido del móvil de Nayet las interrumpió.
--Dime papá qué ocurre.
--Nada hija, tan sólo te llamaba para saber cómo estás, y si te has despedido de Kendal.
-Eh...¿Tú lo has visto?--Preguntó Nayet casi sin respiración y sorprendida.
--Sí claro. Hemos estado hablando y le aconsejado que se vaya de vuelta a su país hasta que salga el juicio. No lo tomes a mal hija.
--Papá y no hay una solución para que Kendal se quede.
--De momento no, si no quiere perder su carrera como médico.
--Papá alguna solución debe de haber.
--No sé... La única es que Camilo retire la denuncia en contra de Kendal.
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Nayet. Se despidió de su padre y eufórica por saber que puede haber una solución para que Kendal no se vaya, cambiaron el rumbo de la marcha para dirigirse al penitenciario donde se hallaba encarcelado Camilo.
Violeta miró muy seria a su amiga, intentó convencerla que no cometiera una locura. Sin embargo Nayet no estaba dispuesta apartar a Kendal de su lado. Se armó de valor, decida, entró en el penitenciario dispuesta hablar con Camilo para que retire la denuncia.
Al otro lado de una cristalera, Nayet observaba a ese hombre que tanto daño le hizo, aún así estaba dispuesta a tragarse su orgullo y bajar la guardia haciendo lo posible para evitar la marcha del único hombre que ha amado.
Nada más sentarse en la silla Camilo sonrió con ironía, retando con sus ojos azules a Nayet. Ella intentando controlar su ira, comenzó hablando lo más tranquila que le permitían sus nervios.
-¿A qué debo el honor de tu visita?
-Déjate de ironías Camilo, vengo para pedirte que retires la denuncia a Kendal, a cambio yo también diré otra versión en el jucio y podrás salir antes de tiempo.
-Como que soy tan estúpido y voy hacer lo que me pides. No voy a retirar la denuncia contra ese desgraciado.
-Entonces pudetre en la cárcel. Él perderá su carrera, pero estará libre, y a mi lado. Pero tú...bufff saldrás echo un anciano. Adiós.
-Para Nayet. De acuerdo, retiraré la denuncia, si tú me das tú palabra de que declararas a mi favor en el jucio.
-Te doy mi palabra.
-Bien. Llamaré a mis abogados para que quiten la denuncia.
-Gracias. Nos veremos en el juicio.
-Confío en ti Nayet.
Nayet se levantó y asintió con la cabeza, marchándose con una sonrisa en sus labios.
Fuera en la calle la esperaba Violeta, nerviosa le preguntó a Nayet que había sucedido. Ella tranquilamente le respondió a cada una de sus preguntas. No estaba loca, Nayet sabía perfectamente que un jucio lo que cuentan son los papeles. Y aunque ella diga una cosa, los informes determinarán la culpabilidad de Camilo, cumpliendo con la condena que le imponga el juez.
Algo más tranquila, Violeta empezó a manejar comentándole a su amiga que en unos meses se casaría con Nacho. Nayet se alegró por Violeta, sonrientes las dos empezaron a imaginarse como sería su boda.
Nayet sintió su móvil de sonar, ansiosa por tener noticias de Kendal lo desbloqueó impaciente. Pero no era Kendal, si no Gina, pidiéndole ayuda. Nayet miró la hora, aún le quedaba tiempo para hablar con su hermana e ir al aeropuerto a buscar a Kendal.
Violeta y Nayet se despidieron quedando en verse. Nayet salió del auto dirigiéndose hacia la casa de su hermana.
Dentro Nayet pudo comprobar que el salón estaba descolocado, su hermana sentada en un sofá llorando y Gael en el otro extremo de la habitación mirando a un punto fijo.
-Gina qué ha ocurrido.
-Nayet ese miserable me está amenazando con quitarme a Jennifer si no me caso con él.
- De acuerdo. Ahora ve prepárate una tila y mientras te la tomas yo hablo con Gael.
Gina se secó sus lágrimas e hizo lo que su hermana le había mandado.
Nayet se acercó por detrás de Gael dándole un pequeño apretón en el hombro. Al sentir el contacto, Gael se giró despacio clavando los ojos en Nayet.
-Gael, ¿porqué estás haciendo todo esto?
-Demasiado lo sabes Nayet.
-No lo sé. Gael mírate, desde cuando tú actúas dejándote influir por tus celos. Acaso no te das cuenta que las cosas no funcionan por las malas.
-Por qué Nayet tuviste que elegir a Kendal. Yo te quería.
-Pues vaya manera de demostrarlo que tenías acostándote con mi hermana. Gael, yo no elegí a Kendal, yo te conocía antes a ti, cuando me fui para Houston, estaba dolida, con mi corazón roto por quererte y no ser correspondida. El destino puso a Kendal en mi camino, y...reconozco que me equivocado varias veces con él, pero él siempre me ha demostrado que me ama a pesar de mi falta de confíanza. Sus acciones, el amor que ofrece y la manera de cómo me trata me hace muy feliz, lo suficiente para que día a día lo ame más.
-Entonces... lo amas.
-Sí. Daría mi vida si fuera necesario por él.
-Lo siento Nayet, siento mucho haberme comportado como un imbécil. Llevas razón, no podemos forzar a las personas y obligarlas a que nos quieran. Pienso que me equivocado, no he sabido valorar a Gina como se merece. Mi obsesión hacia ti me lo impedía. Reconozco que Kendal es muy afortunado por tenerte. Te deseo la mayor felicidad del mundo Nayet.
-¿Y tú? ¿Qué vas hacer?
-Pedirle perdón a Gina, hablar con ella, y espero que me dé una segunda oportunidad. Si no lo hace, haré lo posible por recuperarla y formar un hogar junto a nuestra hija.
-Daros tiempo, Gael.
El chillido de Gina sobresaltó a Nayet y Gael. Los dos corrieron hacia la cocina, Gina miraba el televisor, Nayet miró también el televisor escuchando las noticias.
El avión KY566 con destino a Texas (Houston) Acaba de tener un accidente al parecer uno de los motores ha comenzado arder, de momento no se habla de supervivientes.
Nayet sintió un fuerte dolor en su pecho, una pequeña lágrima recorría su rostro encontrándose impactada con la noticia.
Miró a su hermana conmocionada, negándose que Kendal pudiera haber montado en ese avión.
Gael trataba de hablar con Nayet diciéndole que llamase a Kendal. El móvil estaba apagado. La angustia se mezclaba con el sufrimiento, quería tener una pequeña esperanza de que Kendal no hubiera subido a ese avión. Pero nada tenía a su favor, ni una pequeña señal que le dijiese que Kendal estaba vivo.
Al llegar los tres al aeropuerto, se dirigían angustiados y sobresaltados hacia el mostrador de la agencia de viajes para que le dieran alguna noticia sobre los pasajeros. Gael preguntó por Kendal Rosman si era un pasajero del avion ky566. La muchacha comprobó los datos en el ordenador. Efectivamente Kendal Rosman era uno de los pasajeros del avión KY566.
El cuerpo de Nayet no pudo soportarlo más y acabó desmayándose. Gael trataba de reanimarla, su hermana de consolarla, pero nadie ni nada podía aliviar el dolor que sentía de tener que haber perdido a Kendal.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro