Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 37


Los días iban transcurriendo demasiados lentos, las horas pareciesen que se hacían eternidades. La rutina se ha vuelto como una cosa natural para Nayet. Tras haberlo pensado detinadamente, decidió que lo mejor que podía hacer era pasar todo el mayor tiempo posible en el hospital. Tan sólo iría a casa por ir. Era pensar en que tenía que ver a Camilo y su estomágo se revolvía, si algún día tuvo la certeza que podría llegar a querer a ese hombre, él solito había conseguido que la cosa cambiese. Cada noche en la intimidad de su habitación, mientras él la tocaba y la deseaba, ella se quedaba inmóvil, dejándose acariciar y besar por ese hombre que tanto detestaba. Debía sellar sus labios para que el nudo de su garganta cargado de lamento no explotase ante él, y cuando por fin se quedaba sola, como un volcán estalla su lamento. Sus ojos comenzaban a escocerles poniéndose inmediatamente rojos, su gotas de agua transportaban demasiado dolor recorriendo sus mejillas. Afligida, necesitada de cariño y compresión se hacia un ovillo en un cuarto tan pequeño que pareciese que le faltase el oxígeno. Con las pocas fuerzas que disponía, intentaba alzarse y aparentar que nada le ocurría, fingiendo una felicidad que no la abordaba, ni siquiera sentía, sin embargo ante los ojos de él tenía que aparentar que todo estaba perfectamente y ella se encontraba feliz a su lado.

Sentados todos en la mesa del área de descanso en el hospital, preparados para mantener una reunión, todos lo que conocían a Nayet comenzan a preocuparse.

--Vale, alguien tiene que decir algo, y yo no pienso callarme.--Empezó la conversación Lili.

--Creo que todos pensamos lo mismo. Yo también veo rara a Nayet, incluso he intentado hablar con ella, pero desde que se fue a vivir con Camilo no es la misma.--Siguió hablando Dulce.

--Yo pienso que ese miserable la está cambiando. Todos conocemos a Nayet, y ella no era así.--Hablaba con desprecio Gael.

--Debemos hacer algo, pero es que se niega. Pasa de todos nosotros, solo está pendiente del móvil, le hace caso a Camilo en todo. Es que no le puede echar coraje y mandarlo a la mierda por dios bendito.--Gruñía frustrada Lili.

--Lili, para nosotros es fácil, pero para ella no lo será y más si está enamorada de Camilo.

--Dejad de decir estupideces.--Pronunció Gael cada vez más enojado.

--No son estupideces Gael, a Nayet le pasa algo, y debemos de ayudarla. No podemos dejarla así.

--Dulce lleva razón, intentaremos dar una cena y hablaremos con ella.--Prosiguió Lili con la esperanza de poder saber que era lo que realmente le pasaba a Nayet.

Harvey que se había instalado a trabajar en el mismo hospital que trabajaba su novia, escuchaba en silencio la conversación. Llevaba poco tiempo trabajando en el hospital, y contadas las veces que se había cruzado con Nayet. Sin embargo no podía negar que cada vez que se cruzada su aspecto cambiaba. Había pasado de lucir espléndida a lucir desastrosa. Su rostro rosado ahora era pálido, su sonrisa ya no se encontraba, ese brillo en su mirada se había apagado. Definitivamente la mujer que se casó con su amigo había desaparecido. ¿Qué era exactamente lo que le ocurría a Nayet?

Al finalizar una operación, mientras se quitaban los plásticos y se lavaban las manos, Gael la miraba casi con resentimiento, percimiendo descargas de furia de verla como había cambiado.

--Nayet, esta noche con motivo del aniversario de Nacho y Violeta, hemos decidido ir a cenar todos. ¿Vendrás no?

--No creo que pueda ir. Camilo tiene...

--¿Acaso ese tipo te esta prohibiendo algo?

--No...solo..que...no le gusta que salga sin él.--Respondió en un murmullo, posando sus ojos en el grifo, no podía ni mirarlo a la cara de la vergüenza que sentía de tener que mentirle.

--Espero que ese tío te esté tratando bien. Nayet mírame. Por favor, no deseo que nada malo te pasase, si no estás agusto con él no debes sufrir, nadie nos obligan a estar con las personas que no queremos.

--Qué, acaso hablas por tú experiencia.

--Dejemos el pasado atrás, yo no estoy hablando de mí, si no de tí. Y si, aún siento algo hacia tí que me impide borrarte totalmente de mi corazón. No te das cuenta Nayet, te quiero, esto que siento aquí es como un virus que se intrudujo dentro de mí, tú misma con tus acciones y ese cariño que me demostraste te adentraste aquí, en mi corazón.

--Gael...

--No digas nada. Solo deseo que seas feliz y estés contenta con tu vida. Si no fuese el caso, aquí estoy para ayudarte. No dudes en buscarme cuando me necesites.

Cuando Gael se marchó, Nayet se quedó asombrada, aquellas palabras no las esperaba. Una pequeña sonrisa se asomó en su rostro. Respiró hondo apoyándose en el borde del fregadero quedándose pensativa.

--Hola Nayet, ¿Cómo estas? --Le preguntó Harvey.

--Bueno, bien. ¿Y tú?

--Fenomenal, super feliz de estar al lado de Lili. Es la mujer más increíble y buena que he conocido. Sabes, creo que no me arrepiento de haber dejado todo y haber venido hasta aquí y buscarla. Pero tú...¿Eres feliz?

Durante unos minutos se quedó pensando, sus ojos no tardaron en cargarse de agua de tan solo pensar en todo lo que estaba viviendo al lado de Camilo. De pronto sus piernas flaquearon, su cabeza comenzó a girar como un molino de viento, casi ni tiempo le dió de decir nada cuando sitió desplomarse, siendo agarrada por Harvey.

Tumbada en una camilla, Harvey la examinaba. Tras pasar un par de horas, Harvey la miraba muy serio. Ella al abrir sus ojos, le sonrió intentando quitarle importancia al asunto.

--Es que estoy algo cansada. Y creo que la tensión me la ha jugado.

--Eso se lo dices a tu vecina del quinto. Yo soy médico y acabo de recoger los resultados de tu analítica. Sabes perfectamente lo que te pasa.

--Harvey por favor no lo digas a nadie. A nadie por favor.

--¿Y por qué?

--Por qué voy abortar.

--¿Qué? Pero tú estas loca...Por dios bendito Nayet como puedes pensar en hacer algo así.

--Harvey, yo no quiero este hijo. No lo deseo.

--No, no puede ser que estes pensando así. No, dime que te estás pitorreando de mí.

--Ojalá pudiera decírtelo, pero no. Ya he cogido cita, en unos días perderé a mi hijo.

--Joder, joder Nayet, tú no puedes hacer esto, eres su madre, es tú hijo. Recapacita..

--Lo he pensado muy bien, pero no puedo tener este bebé. Es mi decisión y espero que no salga de aquí, que quede entre nosotros.

Al otro lado de la puerta, Dulce y Lili estaban escuchando la conversación atónitas. No podían creerse lo que estaban escuchando. Ambas amigas se miraban entre sí haciendo movimientos con su cabeza, no daban crédito a la decisión de Nayet. ¿Qué era lo que le ocurría para no querer seguir con su embarazo?

Por la noche, en un restaurante de un amigo de Gael, todos los amigos se reunieron. Esa noche Camilo aceptó a regañadientes acompañar a Nayet. Como siempre su porte ante la gente era impecable y coordial. Mostrándose de lo más atento y cariñoso con ella. Solo eran acciones fingidas, acciones que le daban hasta arcadas a Nayet. Las tres amigas miraban la escena, aún no podían entender por qué Nayet había tomado esa decisión. Nadie, salvo ella sabía realmente lo que estaba pasando. Aquel hombre que se portaba tan cariñosamente con ella ante la gente, en la intimidad era todo lo contrario. Un hombre autoritario, frío y manipulador.

Al terminar la cena, todos quedaron en ir a tomarse una copa. Camilo se disculpó poniendo como excusa que Nayet estaba agotada. En realidad era el que no quería que estuviera rodeada de sus amigos. Y menos estar cerca de Gael, Nayet era tan estúpida que con cuatro palabras volvería a caer y dejarlo por Gael. Una descarga de cólera se formó en su interior, fulminando a Gael que se encontraba hablando con Nayet.

--Vamos Nayet, ya es hora que nos vayamos, mañana tienes que trabajar.--Pronunció Camilo con voz autoritaria agarrándola a su vez del brazo tirando de ella.

--Dejáme que me despida de mis amigos y hermana.

Cuando Nayet desapareció, Gael se aproximó a Camilo encarándole. Sus rostros estaban muy cerca, una tensión de odio los rodeada, de sus ojos saltaban las chispas del mismo odio que se tenían.

--Que no me entere que le haces daño a Nayet, por que te juro que me vas a encontrar, sabes imbécil.

--Tú a mí no me vas amenazar.

--Déjala en paz, y que no me entere que le haces algo malo. Si no me vas encontrar, ella tiene quien la defienda.

--Gael, Camilo. Haya paz hermanos, haya paz--decía Harvey poniendo orden entre los dos.

Al marcharse Nayet y Camilo, todos sus amigos comentaban lo que había ocurrido. Definitivamente, todos llegaron a una conclusión, Nayet no podía seguir al lado de Camilo.

A la mañana siguiente, el estado de Nayet era peor. Había mantenido una acolorada y fuerte discusión con Camilo. Tanto Dulce como Lili, intentaban hablar con ella. Incluso Violeta. Pero Nayet hacia oídos sordos a todos los consejos que le daban sus amigas.

--Queréis dejarme en paz y meteros en vuestros asuntos. --Gritó cabreada Nayet y harta de escuchar lo mismo.

--Nayet no me hables así. Si te jode que te digamos la verdad te aguantas. Has cambiado mucho desde que te fuiste a vivir con Camilo. Casi no nos vemos, nunca quedas con nosotras y cuando lo haces tienes que acudir con él. Te controla, parece que fueses su marioneta.--Le grita Violeta enojada de ver como su amiga está tan ciega de no ver la realidad.

--Qué sabrás tú Violeta.

--Nayet, por favor, escúchanos. No te portes así de borde con nosotras, sólo queremos ayudarte. Te estamos diciendo que no te vemos bien, que en estos meses has cambiado mucho. Te as distanciado de nosotras, ya no conversamos como antes. Nos estamos preocupando por tí.

--Sabéis lo que os digo, que si de verdad os preocupais por mí, no haberme aconsejado que me fuese a vivir con Camilo. Sois unas falsas, primero me decís una cosa y ahora otra. Iros al infierno y meteros en vuestros asustos.

Nayet se giró sobre sus talones y salió disparada de la cafetería molesta, debía admitir que sus amigas llevaban razón y querían ayudarla.

Las tres amigas se quedaron sin palabras, asombradas por el comportamiento de Nayet. Aún así, seguían preocupadas por ella.

--Sooo, para.

--Tú, qué quieres Harvey.

--Nayet, escucha a tus amigas.

--Mira, si tú también me vas a rayar con tus sermones, ahórratelo. No os dáis cuenta, que me dejéis en paz, que me dejéis tranquila que soy muy mayorcita para saber las cosas, que sé lo que hago.

--No lo sabes. No lo sabes. Ven dame tú mano y vamos a tomar un café y me vas a contar qué te ocurre.

--Qué no me pasa nada joder. Qué empeño tenéis que me pasa algo. Iros a la mierda ya.

Ni Harvey podía creerse el cambio de Nayet. La había conocido en Houston cuando estaba al lado de Kendal, y ahora. Y la diferencia se podía notar. Y el querer perder a su hijo hacia que se cuestionase que en verdad lo estaba pasando muy mal.

--Harvey, me preocupa mi amiga. Nayet no es así. ¿Por qué hace lo que hace?

--No lo sé, no lo sé, pero me lo puedo imaginar.

--No nos escucha, alguien debe hacer algo, alguien debe hacerla entrar en razón.

--Estoy de acuerdo contigo, mi pollito de canela. Estoy contigo...

La discusión con sus amigas le había afectado demasiado. Encerrada en un pequeño aseo, lloraba para intentar tranquilizarse. Ella no era así, pero las circunstancias le habían llevado a tener que apartar de sus vida a sus amigos. Cobarde por no contarle nada. Sufrir las amenazas constantes de Camilo, le estaba pasando factura, llegando actuar como él le ordenaba. ¿Qué le estaba pasando?¿dónde está su valor, su fortaleza, su valentía y su indenpendencia? A donde se había quedado, en que momento la dejó tirada para ser una mujer totalmene distinta. Débil y fracasada.

Tras el encontronazado del otro día, tanto Dulce como Lili, decidieron darle su espacio, y hablarle lo justo. Esa mañana Ginés los había reunido a todos los médicos cirujanos. Sentados en la mesa con algunos informes de pacientes, todos esperaban la aparición de Ginés.

--Buenos días. Disculpen la tardaza--Dice apresurado Ginés mientras tomaba asiento.

--Buenos días.--Repitieron todos al unísono.

--Bueno ante todo, antes de empezar con la reunión quería comunicaros la incorporación de un nuevo miembro al equipo. Él nuevo cirújano nos enseñará como funcionan los nuevos aparatos que me hemos traído desde el extrajero. Están basados en la última tecnología de operaciones internas evitando la cirgugía con bisturí, evitando que al paciente no les quede esas cicatrices tan deprimentes en su cuerpo. Bueno pues parece que el doctor acaba de llegar. Pase por favor doctor. Queridos y queridas doctoras os presento al doctor Rosman. Él será el encargado de enseñaros las funciones de los aparatos, ya que en Houston la están utilizando.

Al escuchar Rosman, Nayet se giró lo más despacio que le permitían los latidos de su corazón. Sus nervios se asomaron, su respiración se aceleraba cuando aquellos ojos verdes platino la miraban traspasándola hasta el alma. No era un sueño, no era un espejismo. Era Kendal y se encontraba a pocos metros de ella.







--

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: #wattys2017