Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 35

Alterado y desmoralizado caminaba de un lado a otro ese hombre que hacía horas que su corazón martilleaba dentro de su pecho. Sus dedos acariciaban una y otra vez su pelo, desilusionado miraba para algún lado como queriendo recurrir alguna solución. La decisión estaba tomaba, hasta el mismo se sentía decepcionado y desmoralizado por todo lo que estaba ocurriendo. Maldijo varias veces, alzó sus ojos hacia arriba apretando sus puños. ¿Por qué debía dejar ir a la única mujer que le había hecho sentir un hombre especial? ¿Por qué? Afligido se sentó en el sofá admitiendo su derrota.

―Kendal, ¿Necesitas algo?

―Un trasplante de picha. Al poder ser que me llegue al suelo y que tenga espermatozoides para dejar preña a una tía de octillizos.

―Eso que es un milagro, o lo nunca encontrado en la ciencia.

―Harvey, ¿por qué no soy normal. ¿Por qué demonios me ha tenido que pasar esto? ¿Y por qué cojones tengo que renunciar a Nayet?

―Eso se lo tendrás que preguntar a Fox Muler de expediente X. Porque yo...no tengo ni pajoreta idea. No tienes por qué renunciar a Nayet, habla con ella, dile lo que sientes por ella, y si ella está de acuerdo, podéis estar juntos.

―No, no y no. Pero cómo quieres que le quite el deseo de ser madre, mantenerla a mi lado mientras pasa el tiempo y cuando ella pierda su juventud, ¿Dónde va ir? Se tendrá que conformar conmigo. No, no estoy dispuesto hacerle eso. La amo Harvey, pero no deseo que ella sea una desdichada. Pienso que ella se merece por lo menos ser feliz. Ahora se sentirá dolida. Pero como dice el dicho; un clavo saca a otro clavo.

―Desde luego más tonto no te compran. Mira que arrojar a una mujer que quieres a los brazos de otro. Siento decirte esto, pero eres un mierda por no pelear por el amor de Nayet, un cobarde por no buscar soluciones y un auténtico imbécil por desaprovechar la oportunidad de ser felices.

―Déjame en paz. Vete a la mierda.

―Eso, eso huye cuando te dicen la verdad pedazo de cazurro.

Entre tanto Nayet trabaja como otro día más en el hospital, como siempre muy pendiente de sus pacientes y preocupándose por ellos. Por la tarde se dirigió a la habitación de Camilo, hoy había comenzado con su rehabilitación. Pasó dentro, se veía que estaba muy cansado. Ella con su sonrisa de siempre, pero en esta ocasión era más bien dibujada, se sentó a su lado. Comenzaron a hablar de todo un poco. Hasta que los interrumpió Brenda. Tras despedirse Nayet de Camilo, Brenda la fulminó con la mirada. Desde que había llegado al hospital, intuía que entre ella y Kendal había algo más que simples compañeros de trabajo.

―Buenas tardes señor Lezar. ¿Cómo se encuentra? Soy la doctora Warren de Radiología. Venía para entregarle estas pruebas.

Brenda comenzó a explicarle los resultados de las pruebas, cuando su intriga la llevó por preguntarle por Nayet. Camilo le respondió sin ningún reparo que era su novia. Su curiosidad la hizo de pensar que esa sería la forma para que Kendal la odiara. Con una sonrisa malévola en su rostro salió en busca de Kendal. Dentro de su consultorio Brenda como siempre intentaba seducirlo. Pero nunca le daba resultado, Kendal con buenos modales la paró.

―Kendal, ¿Te doy asco, acaso ya no sientes nada por mí?

―No corazón, asco no, solo me da cien patas de verte, eres tan resbalosa, que necesito tomarme mi tiempo para pensarlo.

―Ya entiendo.―Se levantó furiosa. ―Es por esa gorda estúpida, ¿verdad?

―No vuelvas a insultar a Nayet. ¿Entendido?

―Pero que irónico, que estoy viendo. El doctor rompecorazones, se ha enamorado de una gorda.

―¡¡Qué te calles!! Y no te permito que trates así a Nayet.

―Siento decirte que pierdes tu tiempo, acabo de verlos hace un rato tonteando, antes de irse ella lo besó y el mismo Camilo me ha confirmado que son novios. ¿Cómo lo ves Kendal?

―Muy bien, de hecho hacen buena pareja. Me alegro por los dos. Ala hermosa si no tienes nada que hacer vete de aquí que me estas espantando las moscas. Ala, ala, que corra el aire.

―Kendal suéltame, escúchame, vuelve conmigo, seguro que ninguna mujer te hace sentir como yo.

―Ay las dao, ninguna me pone como tú.

―No ves, sabía que no habías dejado de pensar en mí.

―Es que ni duermo. Ala venga hermosa, vete a pegar el pavo a otro sitio.

«Qué cosa más cansina de mujer. Pero Nayet, Camilo. ¿Será verdad que son novios? »

Al terminar su jornada, cabizbaja y sin haber podido ver en todo el día a su marido, Nayet se fue para su casa. Al abrir la puerta se lo encontró sentado en el sofá. Un pequeño calambre de alegría se inició dentro de ser mostrando en su rostro una sonrisa que hacía días que ya había desaparecido.

―Kendal mi amor.―Fue derecha abrazarlo, pero él le puso las manos por delante en gesto de que parase.

―Nayet tenemos que hablar.―Comenzó diciendo muy serio.

―Tú dirás.

―Esta conversación pienso que no la teníamos que haber tenido, pero todo tiene su fin. Te digo esto, porque en unas semanas volverás a tu país, y nosotros nos divorciaremos.

―Kendal yo no quiero irme, quiero quedarme contigo. Te quiero.

―Nayet yo no siento ni la tercera parte de lo que tú sientes por mí, de echo te mentí para que te casarás conmigo. Sólo fuiste un caprichito tonto, supiste mi secreto y quise asegurarme que de tu boca no salía nada. Me equivoqué, tú no eres la mujer que yo necesito.

―Kendal dime que todo esto es una broma, que me estas mintiendo, dímelo por favor.

―No Nayet, esto es verdad, yo he estado jugando contigo mientras me acostaba con otras.

―Maldito desgraciado. ―Su mano fue a parar a su cara dándole un bofetón con todas sus fuerzas.―Cómo has podido, pensaba que eras un hombre bueno, generoso y me has mentido. Eres un desgraciado. Yo no me merecía esto. Te odio Kendal, te odio, me das asco. Ahora mismo me voy no deseo permanecer más a tu lado, supuesto que todo se acabó si es que empezó algo.

Enojada subió hacia su habitación y comenzó recoger sus cosas, cómo había sido tan estúpida de creer cada palabra de Kendal, como se había dejado dominar por sus palabras y esas noches que le hacía el amor. Estúpida por creer que un hombre como él se podría fijar en una mujer gordita como ella. Todo ha sido una mentira, un engaño. Aunque quería limpiarse las lágrimas, de nada servía volvían aparecer a consecuencia del sufrimiento que sentía por haberle roto el corazón Kendal. Ese hombre que amaba, ese hombre que la defendió, y que se ha portado bien con ella, pero ha sido egoístamente humillada.

Frustrada lo miró en silencio y se marchó. Al cerrar la muerta, Kendal estrelló el vaso de whisky que sostenía en la mano contra la pared. Igual que el cristal acabó rompiéndose en mil pedazos, así sentía él su corazón. Hecho pedacitos tan pequeños que difícil sería poderlos encajar. Roto de dolor por tener que mentirle a Nayet para que sea feliz.

En casa de Anais lloraba desconsoladamente en el colchón intentando explicarse por qué Kendal le había mentido. Por qué le había dicho que nunca le engañó, cuando en realidad si lo estaba haciendo.

―Es un cerdo, un idiota, un gilipollas...―decia Nayet rota de dolor con su corazón desgarrado por la angustia de haber sido tan ingenua y creerse las palabras de Kendal. Anais la miraba en silencio tratando de consolarla. Sabía que Kendal le había mentido, pero ¿Por qué?

A primera hora de la mañana, Anais fue a buscar a Kendal muy enfadada.

―Buenos días machomen, ¿qué haces aquí?

―Mira estúpido imbécil, desgraciado. Qué le has hecho a mi amiga para que se pase toda la noche llorando por un gilipollas como tú.

―Suéltame camionero. Tranquila rayo, tranquila que voy a tener que llamar a un veterinario para que te sede.

―Habla o te juro que te parto la cara.

―shuss, tranquila, Anais júrame que no dirás nada a Nayet. Tú y yo somos como hermanos.

―Desembucha imbécil.

―Amo a Nayet, le dije toda esa sarta de mentiras porque no deseo que sufra a mi lado. Lo más quiero es que sea feliz. Ella se merece ser feliz al lado de un hombre que la quiera y pueda darle hijos. ¿Qué mujer no sueña con ser madre alguna vez? Si la retengo a mi lado, yo no podré dárselos y acabara cansándose de mí, o simplemente dejará que pase el tiempo. Cuando pierda su juventud, qué hombre va valorar su belleza. La juventud es todo en nosotros.

―Dame un clínex, joder si me has hecho de llorar so jodio. Kendal porque cojones eres tan bueno. Amas a Nayet...no seas tonto y no la dejes. Ella te quiere, buscad una solución, seguro que la habrá.

―Anais, no la hay, si la hubiera tú crees que yo iba a dejarla ir. No.

―Kendal, no hagas esa tontería.

―Prefiero que me odie, que se olvide de mí y sea feliz con otro.

―No diré nada. Pero sigo pensado que debes buscar una solución antes que mi amiga se vaya. De todas maneras yo la buscaré, os ayudaré, no quiero que Nayet se vaya a España y que tú te quedes solo. He sido testigo de cómo las hecho feliz, y eso es muy importante para mí.

―Gracias Anais, eres una estupenda amiga.

El tiempo pasaba, Nayet seguía sin dirigirle la palabra a Kendal, y cuando lo hacía era para hablar de trabajo. Aún seguía enfadada por su engaño, su frialdad era la consecuencia de las mentiras de Kendal. Él se conformaba con mirarla desde lejos, se le partía el corazón tener que pensar que cada día que pasaba quedaba menos para que se marchara y nunca más volvería a verla.

Para intentar refugiarse de su dolor cada día acudía a la habitación de Camilo, habla con él, e incluso se iba con él mientras le daban la rehabilitación. Camilio se sentía más enamorado de Nayet, no se podía creer todo lo que Nayet hacía por ayudarlo. Incluso tomó la decisión de marcharse a España para seguir con la rehabilitación y estar cerca de ella. No podía negar que se sentía cómoda con Camilo, se divertía con él, pero Camilo no era Kendal. De Kendal si estaba enamorada y de Camilo no. Y eso le escocia demasiado.

El día negro por fin había llegado. En dos días Nayet partiría hacia España junto a Harvey y Camilo.

―Havey, que bueno que vayas a darle una sorpresa a Lili. Seguro que cuando te vea se va poner contenta.

―Buah, me la imagino a mi loquita, me va coger del pescuezo y no me va soltar.

―Harvey, ¿Y Kendal?

―Ahora viene, lo he podido convencer de que venga a despedirse de ti.

―No me refería porque todavía no hemos firmado el divorcio.

―Tantas ganas tienes de divorciarte. Todo lleva su proceso, pero aquí tienes firma los papeles y quedarás libre.―Le dijo Kendal lo más serio que le permitía sus defensas, estaba abatido, sus ojeras marcaban noches largas de no haber dormido. Aun así se veía hermoso con ese polo ajustado negro y su cazadora de piel marron acompañado de unos jeans y unas deportivas.

Nayet lo miró durante unos minutos, no podía creerse que ese hombre que tenía ante ella la dejara marchar. En ocasiones había pensado que la abrazaría en el último momento pidiéndole que no se fuera. Pero que ilusa, por creer eso. Ahora estaba entregándole los papeles del divorcio y dejándola ir tal y como le dijo que lo iba hacer.

―Bueno señor Lezar, hoy le van a dar el alta. Me alegro que ya vaya caminando, aun así necesita más pruebas.

―Teniendo a Nayet a mi lado, ella ha conseguido que sacase fuerzas para poder caminar cuanto antes.

―Bueno la ventaja que tiene que usted esté así, mientras ella se enrollaba con el doctor Rosman, incluso he llegado a escuchar rumores que mantenían una aventura.―Le dijo Brenda a Camilo intencionadamente para provocar una pelea.

Camilo apretó sus manos cuando vio a Brenda marcharse. Una furia empezó fluir por sus venas. Amaba a Nayet, era un hombre muy celoso llegando a desconfiar de esa persona. Pero lo que si tenía claro era que Nayet era suya. Y se lo haría saber a su manera.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: #wattys2017