Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 23

Emprendiendo su camino por los pasillos mostrándose indiferente a las palabras susurrantes de Gael, Nayet iba atendiendo a los pacientes. Gael permaneció todo el día con ella sin apartarse ni un momento, estaba algo defraudado consigo mismo. Terminada la jornada ambos seguían sin hablarse, Nayet le había dejado claro que su vida a ella no le importaba.

―Nayet por favor escúchame, todo tiene una explicación, te voy a contar lo que sucedió anoche entre Gina y yo.

―Mira Gael, yo no estuve en medio para saber la historia, por lo cual tampoco me creo de mi hermana ni de ti. Te puedo escuchar, pero sinceramente te juzgo por tu comportamiento, ¿Cómo puedes estar jugando de esta manera conmigo?

―Nayet yo no estoy jugando a nada, mis años de pica flor se me agotaron. Sé que para mí el amor quedó enterrado hace años, mi inseguridad me ha causado muchos problemas, pero no estoy dispuesto a perderte por un mal entendido. Tu hermana me llamó llorando, intenté hablar con ella explicándole que no quiero ya más rollos, quiero sentar la cabeza con la mujer que quiero. De pronto se hizo un silencio y me amenazó con quitarse la vida. Como comprenderás si alguien te dice algo tan serio como eso qué harías tú.

―Suspiro―Lo mismo Gael, no me lo pensaría y la buscaría para tranquilizarla, ¿pero por qué no me llamaste?

―Por qué no tenía el móvil. El móvil se me perdió la última vez que estuve con ella, y de eso hace mucho. Por eso ella tenía mi móvil.

―Gael, no me engañes. ¿Pasaste la noche con mi hermana?

―Sí. Pero solo dormí con ella, nada de sexo. Absolutamente nada.

―Gael―Sus ojos comenzaron a picarle, parpadeo repetidas veces para no mostrar una gota de la ansiedad que la torturaba por dentro. ―Mira no te voy a culpar de nada, lo que pasó entre los dos fue voluntad de ambos, yo lo desea como tú, por lo cual no te voy acusar de nada. Creo que casi toda la culpa la tuve yo sabiendo que entre nosotros no hay nada. Si de verdad estás enamorado de mi hermana dimelo de frente para que el dolor sea menos dañino.

―Te lo juro Nayet, yo solo fui al hotel para tranquilizar a Gina y hacerle entender que nadie puede ocupar tu puesto en mi corazón, si ella se ha montado su propia película yo más no puedo hacer.

―Te das cuenta que estas hiriendo y en este caso enfrentando a dos hermanas.

―No es justo lo que me estás diciendo. Estamos de acuerdo que me enrollado un par de veces con Gina, pero solo eso, pero del sexo al amor hay un paso.

―Lo siento Gael pero no puedo, para mí es como una tortura que me lastima demasiado. Yo no puedo competir con mi hermana, puesto que llevo las de perder, no tengo sus atributos ni experiencia con hombres incluso me falta belleza. No soy perfecta.

Sin poderlo aguantar más salió caminando deprisa dejando a un hombre entristecido, preguntándose porque piensa eso de ella cuando si es perfecta y más hermosa que Gina.

Sentada en el sofá Violeta lloraba por lo ocurrido con Nacho, que le ocurría para no poder dejar de llorar, sus palabras habían sido como una cura para ella y sin embargo lo tenía que evitar para no perjudicarlo en su carrera.

Nayet llegó descompuesta entre un mar de llanto, Violeta la miró y las dos amigas se abrazaron dando comienzo a su sufrimiento.
Ambas amigas se sentaron en el suelo con una taza de café contándose sus lamentos, cada una a su manera sentía algo por esos hombres inalcanzables. El ruido del timbre hizo que se levantaran para recibir a una alocada Lili que llevaba en su mano dos entradas para ver un concierto de Danny Romero.

―Pero bueno que os pasa a las dos, ni que estuvierais de funeral, por favor miraros que jetos.

―Lili, hombres, amor de hombres.

―Mirad chicas aquí traigo unas entradas para ir al concierto de Danny Romero, y os puedo asegurar que no me lo voy a perder, y vosotras tampoco, quiero que os espabiléis o metáis en la ducha, poneros vuestras mejores ropas y vayamos a ese concierto. Guau por fin voy a bailar delante de ese chico que tanto me pone.

Sin rechistar Nayet y Violeta se arreglaron para ir al concierto, tampoco debía de ser tan mala idea después del día tan triste.
Al llegar al auditorio había un fila larga de gente esperando a entrar, las cuatro amigas contentas guardaban fila para entrar, Violeta y Dulce seguían guardándose odio. El concierto comenzó, a cada lado las dos chicas seguían cruzándose miradas de rencor, gestos de indiferencia, tanto Nayet como Lili se dieron cuenta que algo ocurría. El concierto estuvo bien pero el resultado fue desastroso, Violeta y Dulce habían discutido varias veces, incluso llegaron a pegarse empujones.

―Basta ya, por dios chicas que estáis haciendo. ―Grito Lili ya desesperada por ver como sus amigas se tiraban los trastos a la cabeza.

―La imbécil esta que no me deja en paz.―Refunfuña Dulce.

―Mira mojigata, tú a mí no me llamas imbécil, te enteras destripa sangre.

―¡¡Basta ya!! ―Grito Nayet.―No os da vergüenza a las dos pelearos de esta manera. Tú Violeta, acaso no te acuerdas de lo que Dulce hizo por ti cuando estuviste en el hospital. Y tú Dulce, no te da vergüenza comportarte así con una amiga que siempre te ha escuchado, por favor chicas recapacitar sois amigas y nos metéis por medio a mi a Lili y todo por...

―Nacho―Dijeron a la vez.

―Respira, inspira, respira, inspira...Nayet que te va dar algo.

―No me lo puede creer, todo esta bronca por un hombre. ¿De verdad chica pensáis que merece la pena pelearos por un hombre?

―Nayet lleva razón, no veo necesario que os matéis por un hombre, bueno en el caso del bombón del psicólogo yo también estaría tirándome de los pelos, umm es que está rico el condenado.

―Lili, mejor cállate estarás más guapa.―Nayet ya no lo podía soportar más, se masajeaba sus sienes intentando buscar una solución, pero al parecer era imposible, las dos seguían enfrentándose como dos gatas.

Sin quedarle de otra, Lili acompaña a Dulce a su casa y Nayet se llevaba a Violeta a rastras echando pestes por la boca insultando a Dulce.

Nayet siguió discutiendo con su violeta referente a su comportamiento, no podía consentir que estuviera peleándose con su amiga por Nacho, pero la testadura de Violeta le respondía poniendo como ejemplo a Gina y ella. Aquellas palabras le dolieron tanto, que dio por finalizada la conversación.
En la cama Nayet pensaba en todo lo referente que le había pasado hoy, algo de razón llevaba Violeta cuando le sugirió que luchara por Gael y se dejara de humillarse y verse como una trol, cuando era mucho mejor que Gina. Le estuvo dando vueltas a sus palabras hasta que el sueño la venció.

La mañana se vestía con un cielo gris y una pequeña llovizna, algo que no le impidió a Nayet arreglarse, se soltó su cabello se maquilló algo y se puso sus mejores jeans con un top rojo y unas botas altas por encima. Se miraba al espejo dichosa con el resultado, detrás de ella apoyada en el marco de puerta le sonría su amiga. Ambas se pidieron perdón y se dieron un abrazo en forma de reconciliación. Ante todo eran amigas y su amistad no debía porque malograrse.

Nada más ponerse su uniforme Nayet acompañada de Lili iban hacia la sala de reuniones, parándose en seco pudieron observar como Gael discutía con Gina y éste a través de sus gestos daba a entender que ya no quería saber nada sobre ella. Malhumorada Gina comenzó a caminar exagerando sus pasos de la rabia que sentía de haber sido rechazada por Gael. Con una sonrisa dió un fuerte abrazo a Lili lleno de placidez, Nayet se sentía desahogada y satisfecha con Gael. Aun así tenía claro que no iba a dar su brazo a torcer, era ella y si la quería como decía tenía que demostrar sus palabras con hechos.

Los días siguientes Nayet se mantuvo alejada de Gael lo que era posible, al final debía trabajar con él y en ocasiones ir a quirófano juntos. Para ella era muy complicado ocultar lo que sentía por él y arrinconar sus sentimientos para no mostrárselos. El no dejaba de insistirle, de invitarle a un café e incluso se quedaba a pasar las guardias con ella. Pero ni con esas Nayet daba su brazo a torcer, antes de entregarse a él de nuevo debía estar segura del amor que le demostraba Gael.

Otra semana más dio su comienzo y ese día Gael había avisado que no iba, Nayet comenzó a inquietarse llegando a preocuparse. En todo el día dejó de pensar en Gael, incluso lo llamó varias veces a su móvil sin respuesta de él. Entristecida, se culpaba por haberlo tratado tan duramente, tenía que haber sido más flexible con él, pero ya era tarde para arrepentimientos. Al salir del hospital la llamó Charito.

―Nayet cariño, que tal estas hija mía.

―Charito te veo sofocada, te encuentras mal.

―No, yo no, mi nieto, hija de mi arma, que el muy cabezón no me deja de curarlo, tiene fiebre, no se toma los antibióticos. Ya le dicho que llamo a un médico pero no quiere que llame a ninguno. Nayet por favor ayúdame, está ardiendo en fiebre, y no deja de vomitar.

―Eso es un virus o una infección, déjame que busque mi maletín y voy para tu casa.

―Gracias hermosa mía, que la virgen de Lourdes te lo page. No sabes tú qué alivio me entra, porque ojo que cosa más cabezona de nieto tengo.

Acompañada de Charito Nayet pasó a esa habitación que semanas antes hizo el amor con ese hombre que se encontraba dormido con su frente ardiendo. Nayet comenzó a examinarle, le pinchó para bajarle la fiebre haciéndole que se tomara los antibióticos y comiera a regañadientes. Horas después Gael se encontraba mejor, casi le costaba pronunciar palabra, pero no hacía falta, sus miradas resplandecían y con una sonrisa Gael se expresa mejor.

Los días transcurrían y él se iba encontrando mejor, no solo por el efecto de los medicamentos si no por la compañía y la atención de la mujer que tanto quería. Él estaba encantado y ella feliz, no dejaban de besarse, de susurrarse palabras bonitas, de comer palomitas juntos mientras veían una película. Era todo lo que siempre había soñado Nayet y sus ilusiones por fin comenzaban hacerse realidad.

Con sus ojos tapados, Nayet entró al local donde había trabajado Violeta, hoy era su cumpleaños. Al quitarse la venda pudo ver a un grupo de gente, todas sus amigas se encontraban allí hasta su abuela Seferina con su grupo. No faltaba nadie,Lucas, Gael y Nacho agarrando a Violeta de la cintura. No se podía creer lo que veía, Dulce asintió con la cabeza y Violeta se encogió de hombros. Las dos amigas comprendieron que la amistad es más importante que una pelea entre ellas. Dulce asimiló que Nacho ya no sentía nada hacia ella, deseándole lo mejor a la pareja.

Nayet abrazó a todos feliz, incluso llorando de la emoción, besó a Gael agradeciéndole lo que había hecho por ella. La fiesta comenzó, todos reían, bailaban, gastaban bromas entre ellos, la noche era fantástica, mágica hasta que la balada de 《Tú eres la mujer perfecta para mí 》 sonó, Nayet sintió un escalofrío por todo su cuerpo, esa era la canción de José Arlhey y ella. La primera canción que bailaron juntos el día que le pidió salir, el día que se entregó a él por primera vez. Su rostro perdía color llegando a ponerse tensa, sus recuerdos se amontonaban, su respiración se agitaba hasta tal punto que escuchó su voz muy cerca de ella.

―Felicidades mi amor―

Nerviosa, agitada, se giró lentamente temblando, no podía creer lo que veían sus ojos...era José Arlhey.

_____________________________________

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: #wattys2017