Capítulo-15
Nayet salió de aquel hotel con su cabeza dando vueltas y con un terrible dolor por la resaca, sin saber aún cómo había acabo allí. Desesperada, con su respiración agitada tras haber andado más de una hora, llegó por fin a casa de Lili. Ella le abrió la puerta con peor cara que Nayet pero con una sonrisa de oreja a oreja.
-Lili, ¿estás bien?
-Muy bien. Se echó hacia un lado haciendo un gesto con la cabeza. Nayet se pudo imaginar que había tenido una noche de sexo. No quiso entrar. Decidió hablar con su amiga después.
Malhumorada llegó a su casa, comiéndose aún la cabeza por lo ocurrido se cambió de ropa. Hoy iba a la facultad para presentar unas pruebas.
Al atardecer se marchó hacia el hospital, necesitaba ver a Violeta para contarle lo sucedido y ver a Camilo.
Al entrar a la habitación se detuvo un momento, ¿qué veían sus ojos? Violeta tenía una sonrisa algo tímida en su rostro. Feliz de ver así a su amiga pasó, Violeta le extendió su mano.
-¡ay amiga!
-Violeta, mírate estas sonriendo.
-Sí. Nayet me dado cuenta que en la vida se sufre, te pasan cosas horribles, pero si ponemos de nuestra parte podremos salir adelante.
-Cuànto me gusta escucharte hablar así.
-Nayet, es tan bonito sentirse amada y que alguien esté dispuesto ayudarte sin importarle tu físico, si no nuestro interior.
-!Ay! Ni me digas, te has enamorado de Nacho-pronunció más bajito.
-Enamorada; lo que se dice enamorada.No. Me gusta mucho. Él es un hombre noble y guapo. Un buen doctor, pero no deseo hacerme ilusiones, él está años de luz de que tengamos algo. Es un imposible. Tan sólo quiero pensar en salir adelante y volver a ser yo.
-Eres fuerte Violeta y podrás salir adelante. Yo te ayudaré.
-Pero tú no besas como Nacho.
-Violeta sabes lo que estás diciendo. Los médicos no podemos tener ningún contacto físico que no sea el necesario en nuestro trabajo. Se pondría nuestra carrera en juego.
-Nayet yo no lo sabía. Las manos de Violeta comenzaron a temblar, donde hubo fantasía e ilusión ahora queda arrepentimiento. Le gustó el beso de Nacho, le gusta Nacho. Pero que se juegue su carrera por ella no se lo podría perdonar.
Comenzó a sentir un sentimiento de culpabilidad. Tuvo que impedir a Nacho hacer lo que hizo. Pero que mujer no cae rendida ante esos ojos marrones, esa boca dibujando una sonrisa hablándote con tanto cariño.
Tras despedirse de Violeta se fue directa hacia la habitación de Camilo. Al final no pudo contarle lo que pasó anoche. Al entrar en la habitación de Camilo con su sonrisa habitual, lo saludó preguntándole por su estado de salud y cómo le había ido el día.
-Nayet que bien que has venido, pensaba que me tenías olvidado.
-Para nada. De echo le hablado a mi profesor de ti. ¿Cómo te encuentras?
-¿Enserio? Ahora que te veo mucho mejor.
Gael desde la puerta escuchaba la conversión, sintiendo descargas de celos. No había que ser muy tontos para darse cuenta como Camilo miraba a Nayet y la forma de acariciar su mano con su pulgar. Harto de ver la escena de Romeo y Julieta. Pasó dentro, saludó a Nayet molesto y continuó hablando con Camilo. Al marcharse pidió a Nayet que lo acompañase a su consultorio debían revisar un caso.
Confundida echó andar detrás de Gael. Al llegar Gael se apartó para que entrara primero ella, seguidamente pasó él cerrando con un golpe fuerte.
-Se puede saber que te pasa.
-Eso quiero preguntarte yo. A qué viene esa amistad con Camilo.
-¿De qué hablas?
-No te hagas la tonta Nayet. Conmigo no te funciona, no soy estúpido.
-Un poco si lo eres, reconocelo.
-Mira Nayet, no soy tonto, me he dado cuenta como te mira Camilo y te toca, puede que halla algo entre vosotros.
-Suéltame. Qué estas insinuando, que le gusto a Camilo. Por favor Gael, pensaba que eras más inteligente. Aunque pensándolo bien. Se cree el ladrón que todos son de su misma condición.
Gael celoso la tomó por sorpresa besándola con deseo. Nayet molesta le empujó, iba a darle un bofetón pero lo pensó. No podía tocarlo, podría perder su plaza en el hospital.
-No vuelvas más a tocarme, ni te se pase por la cabeza. Yo no te voy hacer de segundo plato. Aún puedo oler el perfume de mi hermana. Habréis pasado buena noche ¿no? Mira Gael, no voy a consentirte que me beses cuando te se pegue la gana. Y que sepas, Camilo es mucho mejor hombre y persona que tú. Lástima que sea mi paciente.
Tras enfrentarse a Gael, Nayet se marchó enojada.
Pegando un puñetazo a la puerta Gael salió de allí cólerico dispuesto hablar con Ginés y contarle que Nayet se entendía con Camilo.
La conversación con Ginés fue breve, Gael le dijo que entre Nayet y Camilo había algo más que paciente y doctor. Ginés lo miró incrédulo. Ni podía imaginarse que Nayet hiciera algo así.
Gael salió de la oficina de Ginés victorioso, no le iba a perdonar a Nayet su rechazo.
Ginés estuvo mucho tiempo pensando, había observado a Nayet desde lo ocurrido con Gael, y no había visto nada de lo que Gael afirmaba.
Nervioso, rozándose su barbilla, paseando sus manos por cabello canoso hizo un par de llamadas. Algo más conforme llamó a Nayet quedando en reunirse mañana.
A primera hora Nayet se dirigió hacia la oficina de Ginés.
-Buenos días. Te echo llamar por que ayer me comentaron que entre tú y el paciente Camilo Lezar hay algo.
-No. Es sólo mi paciente. Yo no tengo nada con mi psciente te lo prometo Ginés.
-Nayet, las cosas con Zuniga andan muy mal entre vosotros. Quería comentarte que en tres días hay una sociedad de médicos que se realiza cada año y deseo que me acompañases a Houston.
La reunión durará cinco días. Estoy seguro que aprenderás mucho y conocerás a los mejores médicos y científicos del mundo.
-Claro que iré. Gracias Ginés.
Se despidió de Ginés muy feliz. No podía creerse que en tres días partiría hacia Houston para asistir a un congreso de medicina.
Feliz se dirige a la habitación de Camilo. Antes de tocar escucha la voz de Gael hablando fuerte. Pega la oreja a la puerta, apenas escuchó la conversación cuando Gael la nombró. Al escuchar su nombre pasó cerrando la puerta tras ella encolerizada.
Los dos hombres se quedaron en silencio.
-Qué. Ahora te callas Gael. Dime qué estabas diciendo de mi.
-La verdad. Que se puede olvidar Camilo de ti, porque tú estas enamorada de mí.
-¿Cómo? Enamorada yo de ti. No me hagas de reír.
-¿A no? Le explico a Camilo como me besastes en la disco, como te excitantes en mi casa y como respondistes ayer a mi beso y cómo vas a responder a este. Agarrándola de su cintura la atrajo hacia él besándola.
Victorioso se separó de ella abriendo la puerta para girarse y guiñarle un ojo.
Temblando sin explicarse como ha pasado todo se gira para mirar a Camilo. Él está callado con sus ojos fijos puestos en la ventana apretando las sábanas de la rabia e impotencia de haberlo presenciado todo y no poder haberle partido la cara a Gael.
-Camilo, por favor escúchame. Su voz sonaba temblorosa. Intentó acercarse a él sin éxito. Camilo la miraba con furia, entre dientes le pidió que se marchara.
-Camilo al menos escúchame.
-Que te tengo que escuchar. Que vienes todos los días quejándote, que dices una cosa para hacer otra. No Nayet, no puedes estar todo el rato quejándote y luego caer. Perdona, hacer lo que él quiera contigo. Tan sólo me haces pensar que ni tú misma sabes lo quieres por tus inseguridades cegandote tu complejo consiguiendo que no veas la realidad. Me as desilusionado Nayet. Ahora vete.
Ella sólo pudo bajar su cabeza y salir de la habitación escociéndole sus ojos. Se quería hacer la fuerte en aparencia. En lo más hondo de su corazón se sentía lastimada. Sólo quería que acabase el día y poder irse a su casa para poder romper a llorar, necesitaba desahogarse de algún modo. Y así lo hizo, se pasó mucho tiempo llorando, acurrucada con su peluche favorito agarrado contra su pecho llorando sin cesar. Todo era muy extraño, el comportamiento de Gael hacia ella y la manera de cómo le había hablado Camilo. Un hombre que siempre se portaba cariñoso y comprensivo, se veía enojado. ¿Qué era lo que estaba haciendo mal para que se comportaran así con ella? Soñó el móvil, miró la pantalla y era su abuela. Con voz de tristeza le pidió a su abuela que fuera a su casa. Sin dudarlo Seferina fue hasta la casa de su nieta. Al abrir la puerta Nayet abrazó a su abuela derrumbandose entre sollozos sintiendo su cuerpo débil sin fuerzas caía despacio al suelo y su abuela con ella. Acunándola Seferina le dolía ver como su nieta estaba tan hundida.
-¿Por qué abuela?. Por qué yo. ¿Qué hecho de malo, ¿porqué me lastiman así? ¿Porqué?
Seferina guardó silencio, ni ella misma sabía que decirle para curar el lamento de su nieta. Tan sólo podía consolarla para ayudarla aliviar su dolor. Seferina conocía muy bien a Nayet, De pequeña era una niña muy dulce y risueña. Aquello fue desapareciendo conforme iba creciendo. Estar rellenita y ser tímida, sin contar las burlas y el rechazo de algunas personas hizo que se metiera en su caparazón lleno de inseguridades, complejo. Escondiéndose hasta de ella misma. Y ahora conocer a Gael un hombre guapo que puede aspirar a cualquier mujer ha puesto los ojos en Nayet. ¿Pero porqué hace lo que hace?
---------------------------------------------------
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro