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Capítulo 30

"Es hora de arder"

¿Era posible olvidar a la persona que más habías amado de la noche a la mañana?

Olvidar las noches de dolor y rabia que no te dejaban dormir

¿Era siquiera posible olvidar el infierno?

Olvidar el pasado.

Pues al parecer lo era.

Pero...

El infierno había vuelto y era momento de arder.

Alex lo había olvidado pero el pasado había regresado para reclamar por los recuerdos que se habían perdido, el sufrimiento y la rabia habían regresado como una ola gigante arrasando con todo lo que él había construido, en un par de horas su mundo completo había cambiado, la rabia había vuelto y el dolor parecía no dejarlo respirar.

No supe cómo responder ante sus palabras, Alex estaba enojado y tal vez no podría comprender del todo la rabia y desprecio que sentía en ese momento pero sabía que buscar más problemas no mejorarían las cosas, era peligroso incluso que supiera donde se encontraba Asten, sabía que no tardaría mucho en ir por él, y eso significaba que Asten tendría la oportunidad de acabar con el como tanto quería, Alex se quería meter a la boca del lobo guiado por su coraje, claramente no estaba pensando racionalmente. Lo tome con fuerza de los hombros y lo obligue a mirarme. Aún seguía hecha un desastre, mis ojos seguían llorosos, pues verlo en esa situación no era nada fácil, sentía miles de pequeños alfileres incrustarse en mi pecho al verlo tan destruido, el chico fuerte se había ido y en su lugar había dejado a un chico vulnerable, derrotado y lleno de rabia.

-Prométeme que no irás a buscarlo.- le suplique con la voz débil y desesperada.

Pensar en que Asten terminaría el trabajo y mataria a Alex me provocaba un gran malestar de solo imaginarlo. Tenía tanto miedo de que Alex se acercara a él. No por el hecho de que Alex fuera débil, me había demostrado que podía hacer mucho daño incluso sin proponérselo, sabía que podía acabar con Asten, aunque admito que también me asustaba eso. ¿Como acabaría Alex si lo mataba? ¿En una celda haciéndole compañía a su padre? No podía permitirlo.
En ese momento Alex no estaba pensando y si iba así, sin más, no tendría oportunidad contra ese monstruo.

Alex mantuvo su vista fija en mis ojos, los suyos por el contrario tenían dentro una gran rabia que nublaba los otros sentimientos, sus ojos aún seguían hinchados por las lágrimas que había derramado momentos antes. En cuanto esa mirada se fijo en mi lo entendí, no había nada que yo pudiera hacer para detenerlo. Una mezcla extraña entre la preocupación, el pasmo y la tristeza me obligó a quitar mis manos de él dejándolas caer derrotadas, Alex no espero más y se levantó de prisa dejándome atrás con ese incesante dolor en el pecho y una voz diciéndome a gritos que lo detuviera.

Pero no lo hice.

Por alguna estúpida razón no lo hice y aún en este momento me sigo preguntando por qué.

¿Las cosas hubieran sucedido diferente si lo hubiese detenido?

¿O era algo que estaba destinado a pasar?

Pensándolo mejor no había nada que yo pudiera haber echo, era algo que tarde o temprano pasaría. Aún sabiéndolo llore con tanta rabia, quería que Asten pagará por todo lo que le había hecho a ellos.

Después de llorar unos cuantos minutos más tendida en la arena un rayo de lucidez me golpeó con fuerza ¿Que había hecho? Lo había dejado ir sin más.

Alex estaba en peligro.

Asustada me levanté del suelo y corrí hacia el estacionamiento pero el auto de Alex ya no estaba, no había rastro de él ni de Allen o Amanda.

Saque el móvil con rapidez de mis jeans y marque con manos temblorosas el número de Allen. En cuanto respondió no le di tiempo de hablar cuando le conté que Alex había salido a buscar a Asten; estaba desesperada y me sentía demasiado estúpida por haberlo dejado ir, o por lo menos haberlo seguido. Haber ido con él sabiendo que no podía detenerlo abría sido mucho mejor que solo dejarlo solo.
En cuanto escuché las palabras tranquilizadoras de Allen asegurándome que el estaba bien, que lo encontraríamos y detendríamos antes de que cometiera una estupidez, me aseguro que llegaría en un momento y que no me moviera de ahí, con eso comenzó a tranquilizarme aunque el tono de preocupación en su voz me aseguro que Alex estaba en un peligro real. Que lo que estaba pasando lo era.

No me había dado cuenta hasta ese momento que todo era real. Que realmente estábamos en peligro, que no podíamos confiar en nadie y que la verdad que conocíamos en segundos podría volverse una mentira bien elaborada.

(...)

Tenía ganas de decirle que condujera más rápido pero sabía que estaba haciendo todo lo posible aún con el clima en nuestra contra. Las nubes grises pronto se habían convertido en una tormenta horrible haciendo que las gotas de lluvia cayeran con fuerza contra los vidrios, parecía que en cualquier momento cederían y el cristal se haría añicos.

Estaba asustada, los nervios me hacían temblar, pero no podía apartar la mente de todo lo que Alex pudiera estar haciendo, o mejor dicho de todo lo que Asten podía estar haciéndole a Alex solo por atreverse a aparecer frente a él. La imagen de él tumbado en su departamento con una herida de bala regreso a mi mente. La misma sensación horrible es la que ahora me carcinoma por dentro. Me sentía tan culpable por no detenerlo... Por no haberlo seguido.

Sentí la mano calidad de Allen sobre las mías, estaba temblando como gelatina y no precisamente por el frío.

–Tranquila Annie, lo encontraremos.

Asentí aferrandome a sus palabras como un salvavidas que sería capaz de salvarme del caos que denotaba en cada célula de mi cuerpo.

Lo encontraríamos.

Teníamos que hacerlo.

Pero ¿En donde estaba? ¿Acaso Allen lo sabía? ¿El sabía dónde se encontraba Asten?

—¿Como sabremos dónde está?—pregunte con voz ahogada aún con la vista en el cristal.

Allen estaba tenso, podía sentirlo, el ambiente que nos rodeaba era pesado, cargado de preocupación y tensión por lo antes revelado, aún así Allen se mantuvo al margen concentrándose en la carretera para no tener un accidente aún con la tempestad.

—El último lugar al que se dirigía Alex antes de tener el accidente era el escondite de Asten.— respondió tenso.

Lo miré y el me miró de soslayo. Necesitaba saberlo todo. —Cuéntame lo que pasó.

Allen se tenso aún más, apretó las manos al volante y su mandíbula. Aún así asintió.

—Alex y yo estuvimos investigandolo un par de meses, antes de que todo empezará a salirse de control.– comenzó a explicar sin apartar la vista del cristal.— Ese día el no me dejó seguirlo.

Una opresión se instaló en mi pecho al escucharlo hablar. Pero dejé que continuará, quería saberlo todo, cada detalle.

— Días antes habían intentado matarme, unos hombres me dieron una golpiza hasta dejarme inconsciente, no sin antes advertirme que si seguía metiéndome me matarían; Alex estaba furioso, y por más que le dije que pensara las cosas solo pude mantenerlo tranquilo unos cuantos días, hasta que Asten supo de Lucy, ella también estaba muy implicada, era tanto su afán por ayudar a Alex y su padre que investigó todo lo que podía hasta encontrar las pruebas necesarias para encerrar a Asten y al señor Drop, ella le dio esa información al padre de Drop, hablo con él y le suplico que hiciera lo correcto ya que todos corrían peligro, sabía que si se lo daba a Alex no entregaría a su padre si no que se encargaría con sus propias manos de Asten y eso era muy peligroso.

El sobre.

Eso era lo que la mato. Ella había reunido toda esa evidencia... Eso era lo que con tanto afán buscaba Asten, por eso Lucy estaba tan involucrada y por eso el señor Drop le dio el sobre a Alex... Pero ¿Por qué ocultar que Lucy alguna vez existió?

—Cuando Asten supo de ese sobre trato por todos los medios de conseguirlo, entro a la casa de Lucy y destruyo todo pero no consiguió nada, ni el sobre ni Lucy estaban ahí, entonces la secuestro, la torturó y termino matándola. El cuerpo de ella fue enviado al departamento de Alex ¿Puedes imaginar el trauma que eso le dejo? Hubo noches enteras donde no podía dormir por el remordimiento, tenía constantes pesadillas, estaba de un humor que era insoportable, se volvió más agresivo, estupido e impulsivo y termino alejándonos a Amanda y a mí. Busco a Asten hasta por debajo de las piedras pero no lo encontró, no estaba en su casa, o en su empresa, simplemente había desaparecido. Su padre estaba muy preocupado por el así que sin saber que le haría más un daño que un bien a su hijo le entrego el sobre, toda la información que Lucy había conseguido, entre esos documentos se encontraba las pruebas que inculpaban a Asten no solo de sus estafas, si no de tráfico de drogas, de la muerte de Lucy y también su escondite. Alex salió de su departamento esa tarde pero nunca llegó al escondite, pues Asten ya estaba planeando cómo acabar con él. No salió como lo planeo pero por lo menos Alex perdió gran parte de su memoria sobre los últimos meses,eso bastó para Asten aunque aún debía conseguir el sobre. Alex encontró el sobre que había en su departamento y leyó toda la información aunque nunca se acordó de todo lo que había pasado, ni de las amenazas, las golpizas, la muerte de Lucy, las peleas, de las noches en vela o de las horribles pesadillas, para el Lucy solo había sido una víctima más de Asten y nosotros nos habíamos alejado de él sin más al saber lo de su padre, pero nunca fue así, nunca quisimos dejarlo, pero su padre nos insistió tanto en que Alex debía olvidarlo todo y nosotros éramos parte de eso que tenía que olvidar. El estaba seguro en su ignorancia, hasta que encontró ese sobre y Asten lo supo.

Me quedé helada procesando la información nueva. Alex había sufrido tanto debido a ese monstruo, y todo por salvar a su padre.... Pero terminó perdiendo más de lo que intentaba proteger. Sentí un nudo en la garganta que me impedía respirar, sabía que era malo sentir lástima por alguien pero no podía evitar sentirme mal por él, y aún así lo admiraba, haber pasado por todo eso y seguir en pie, debía ser muy difícil, tal vez no era lo que el necesitaba ahora pero me aseguraría de apoyarlo, de no dejarlo solo.

—¿Por qué nos contaron todo ahora? ¿Por qué no antes?

—Por que la historia se estaba volviendo a repetir.—lo solto junto con un soplido, su mirada tenía un matiz de angustia y de incomodidad pero eso no me detuvo a seguir preguntando.

—¿A qué te refieres?

—Estaban muy cerca de arruinar a Asten... Alex seguía queriendo defender a su padre y acabar con Asten en cuanto lo supo, y tú Annie... Estabas siguiendo los mismos pasos de Lucy, el iba a terminar matandote si no hacíamos algo, lo mejor fue decirles toda la verdad, hacer recordar a Alex aunque no creí que siguiera siendo tan estupido e impulsivo. Queríamos advertirles y hacer que se alejaran.

Pues en definitiva no había resultado.

Allen me miró pero mi vista estaba perdida en un punto muerto, no sabía que pensar o cómo actuar, lo sabía, me estaba metiendo demasiado en esto, pero no podía evitarlo, quería que Alex estuviera bien y más que nada quería acabar con Asten, desde que intento matarme en mi casa, me sentía aterrada, estaba paranoica y vivía con miedo, ya no quería seguir así, quería ser valiente como Lucy, si estaba siguiendo sus pasos y nos parecíamos ¿por qué no podía brindarle esa tranquilidad y apoyo a Alex? ¿Por qué no podía ser valiente y enfrentarme a Asten? ¿Por qué no podía dejar de temer? Claro que podía y lo haría y al contrario de ello yo no moriría en el intento.

Acabaría con Asten. Esto se había convertido en algo personal en cuanto se atrevió a entrar a mi casa para matarme. No dejaría qué me dañará a mí o a los que quería.

Después de una hora de camino llegamos a un pequeño pueblo que no parecía estar muy habitado. Las calles estaban desiertas por la fuerte lluvia que parecía seguirnos aún después de habernos alejado mucho de la ciudad. Allen siguió conduciendo hasta llegar a un lote baldío, con una construcción enorme y descuidada que parecía estar deshabitada, Allen aparco unos metros alejados del lugar.

—Aquí es. No estoy seguro de que sigan aquí, probablemente cambiaron su ubicación desde que Lucy y Alex los descubrieron, esperemos y sea así. — Allen inspeccionó el lugar al igual que yo y cuando se aseguró de que no había ningún movimiento se giró hacia mi serio.— Necesito Annie que por favor te quedes en el auto...

—Pero...—no me dio tiempo de renegar ya que Allen me interrumpió con voz potente y decidida.

—¡Quedate en el auto! No voy a exponerte, no correré el riesgo contigo ¿Lo entiendes? Necesito que estés bien, te has involucrado demasiado.

Me quedé en silencio pensando en que no podía quedarme ahí, estaba desesperada e inquieta, solo quería encontrar a Alex. Allen al notar que no decía nada y no lo miraba me sostuvo de la cara haciendo que lo mirará, sus manos cálidas le brindaron alivio a mí cuerpo frío, la calidez con la que me sostuvo y me miró me hicieron sentir más tranquila, Allen siempre tenía ese efecto en mi, cuando más lo necesitaba ahí estaba, él era paz y a la vez un caos.

—Confía en mi ¿Si?

Los ojos de Allen denotaban preocupación y me miraba suplicante, él no quería que me lastimaran, él siempre había cuidado de mi, debía ponerle las cosas fáciles.

—Siempre.

Se acercó a mí y beso mi frente con ternura. No podía creer que ya no lo volvería a ver, que se iría, con todo lo de Alex no me había puesto a pensar en mí, en Allen, él se iría lejos y me dolía, me dolía mucho saber que ya no estaría ahí, que no lo vería más, que no escucharía su voz. Llore de nuevo, por Allen, por Alex, Amanda, Lucy y por mí, llore en silencio, aferrandome a Allen que me sostuvo entre sus brazos y acarició mi cabello.

Cuando me tranquilice levanto mi rostro que seguía oculto en su pecho y limpio las lágrimas que habían quedado en mis mejillas.

Me sentía demasiado vulnerable, como una niña pequeña que se había perdido, pero no me importó, por qué con Allen podía dejarme caer, podía ser débil por qué sabía que el iba a estar ahí para ayudarme, para no dejarme vencer.

—Estare bien Annie, todos los estaremos.

—No quiero que te lastimen...

—No pasará, estaré bien y volveré con Alex por ti ¿De acuerdo?

Asentí.

Allen salió del auto y con cada paso que daba la calma se iba dándole paso a la preocupación hasta que desapareció de mi vista. Me sienta demasiado ansiosa, quería salir y buscar a Alex pero sabía que solo nos pondría en riesgo a ambos y no soy tan estúpida. Necesitaba quedarme y no causar problemas así si algo sucedía podía llamar a la policía.

Pasaron largos minutos y Allen no aparecía, estaba preocupada y ansiosa, quería ver a Alex, quería saber que estaba bien aunque sabía que no era así, él no estaba bien. No parecía haber movimiento en el lugar y comenzé a desesperarme, de pronto mi móvil sonó cortando el sofocante silencio y asustandome un poco, sostuve el móvil para ver quién me llamaba, era un número desconocido; todas mis alarmas se activaron y por instinto voltee a todos lados pero no había señal de nadie, ni siquiera de Allen.

Conteste la llamada y lleve el móvil a mi odio, lo primero que pude escuchar fue una respiración del otro lado de la línea y el fuerte sonido de mis latidos.

Hubo unos segundos de silencio hasta que hablaron haciendo que el corazón se me fuera a los pies.— Eres una chica demasiado curiosa Annie Smith.

Mis manos comenzaron a temblar.

Esa voz.

Ya la había escuchado antes. Cuando fui atacada en mi casa. Volví a sentir el mismo pánico y terror que en esa ocasión y me aferre al móvil con fuerza. Esto no podía estar pasado.

Reuní todo el valor que pude y me trague el nudo que se había instalado en mi garganta.

—¿Que es lo que quieres?

—No es lo que yo quiero, si no lo que tú quieres y que tanto estás dispuesta a hacer para salvarlo.

Pude jurar que el corazón se me había hecho un nudo, sentí mi respiración más agitada y mil pensamientos horribles y sofocantes nublaron mi mente. Pero tenía que tranquilizarme, no podía entrar en pánico ahora. Él tenía a Alex.

—¿Donde esta?— trate de que mi voz no flaqueara pero falle, sentí el escozor en mis ojos y la opresión en el pecho.

—No en un lugar muy agradable.— pude jurar que tenía una sonrisa en su rostro ya que luego soltó una risa.— vamos Annie ¿no crees que es divertido todo esto? Solo piénsalo, estás siguiendo los mismos pasos de aquella chica que asesine hace meses, ¿Como crees que acabes tú? ¿Y sabes acaso por qué? Por haberse fijado en el chico incorrecto, por meter sus narices en donde no debían y tratar de jugar a la heroína.

—¡Basta!—grite, estaba harta de esto, y dejando a un lado el miedo que sentía me dije que tenía que ser fuerte, que Alex me necesitaba. —Solo dime qué es lo que quieres a cambio de él.

—Oh Annie, te quiero a ti.





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