Capítulo 17
"Me alegra no tener corazón"
Corrí con fuerza cruzando los pasillos vacíos del instituto, tenia la respiración acelerada y la adrenalina y el miedo recorrían mis venas, no sabia como había sido capaz de hacer aquello, solo temía que Alex me atrapase.
Gire por un pasillo y casi resbaló pero me compuse y seguí corriendo hasta salir al campo de fútbol, lo peor que pude haber echó, Alex venia detrás de mi y escuchaba sus gritos llamándome, eso fue el impulso que necesitaba para correr mas rápido aún, las prácticas con Amanda estaba sirviéndome de mucho en estos momentos. Corrí hacia el estacionamiento y me escondí tras un auto para recobrar el aliento y cuando creí que ya no estaba Alex cerca salí corriendo de entro las autos pero Alex estaba frente a mi, me dio un susto de muerte y me sujeto del brazo con fuerza.
—¿A donde crees que vas torpe?.–mascullo notablemente molesto.
—Sueltame Alex .– Espete tratando de zafarme de su agarre.
Este me miro y luego bufo negando con la cabeza.
—Crees que voy a soltarte después de lo que has hecho. –dijo indignado y con incredulidad.
—¿Qué querías que hiciera? ¿Eh?.– Farfulle molesta rodando los ojos. En otra situación estaría temblando de miedo pero este chico estaba llegando a mi limite.
—Eres un chico sin corazón.–dije recelosa mirando esos hermosos ojos azules.
Alex examinó mi rostro y con voz calmada y pausado me dijo lo que esperaba de él.
—Me alegra no tener corazón. – dijo con sus ojos clavados en los mios, no sabia que ocultaban sus ojos pero era un sentimiento nuevo. Había algo oculto en ellos.
No supe que decirle, todo parecía haberse detenido como aquella ocasión en la fiesta justo cuando estaba a punto de caer, parecía ser ese chico de nuevo y no el que me fastidiaba cada que tenia oportunidad... Pero como él mismo había dicho, no tenia corazón.
Y a todo esto se preguntaran ¿que paso? Pues solo una respuesta, Alex, él es lo que paso y cambio mi vida por completo ese chico irrumpió en mi vida como un huracán destruyendo todo a su paso.
(Ese mismo día en la Mañana)
—Levantate Annie. – irrumpio mi hermano en mi habitación aventando un zapato a mi cabeza.
—Tyler .– me quejé sobando el lugar donde me golpeó.
—Es la única manera que tengo para despertarte. – dijo encogiéndose de hombros.
Lo fulmine con la mirada.
—Oye no me tuersas la boca así.– dijo señalándome con su dedo de forma acusatoria.
—Yo puedo mirarte como quiera.– grite y volví a torcer mi boca.
Tyler bufo y mamá asomó la cabeza por el marco de la puerta con una cuchara en su mano.
—Dejen de pelear y bajen a desayunar que se les hará tarde.– dijo sosteniendo la cuchara en nuestra dirección y desapareció.
—Vamos enana.
—Claro Conni te veo abajo.– dije burlona y corrí hacia el baño.
Alcance a escuchar que gritaba "enana" antes de cerrar la puerta del baño.
Después de quince minutos ya estaba lista y desayunando con mamá y Tyler. Hoy seria un día realmente largo, tenia que estudiar las primeras clase con Alex en la biblioteca ya que esa clases las teníamos libres y aprovecharía para estudiar ya que el examen seria mañana y no podía en la tarde gracias a que tenia práctica con Amanda para la competencia igual que Alex y su equipo.
Termine de desayunar y bese la mejilla de mamá también la de Tyler el cual me hizo una mueca ganándose una mirada fulminante de mi parte.
—Espera enana .– dijo Tyler antes de que saliera por la puerta, me gire para ver como tomaba su mochila y se despedía de mamá. — Hoy yo te llevo a la escuela, mamá no trabajara hoy así que tengo su auto.
Me quede mirando a mamá, ¿por que no iría a trabajar hoy? Se me hacia extraño. Pero no le tome importancia y asentí. Lo más probable es que estuviera muy cansada.
Tyler me dejo en el instituto y se fue, sentí la mirada de alguien desde que me baje del auto pero decidí ignorarlo y entre al instituto. Me dirigí a mi casillero para guardar algunos libros que ocuparía después y tome los de matemáticas y algunos apuntes que había pedido a Amanda para estudiar con Alex.
Amanda no sabia que estudiaría con Alex y no quería que lo supiera, sabia que en cualquier momento Amanda descubriría todo lo de Alex, tal vez lo mejor era decirle pero no quería que las cosas se complicaran más. Por otro lado estaba que no sabia como explicárselo.
—Annie.– Escuche la voz de mi amiga llegando a donde yo me encontraba.
Dios mio la había invocado.
Solo esperaba que no apareciera Alex.
Le Sonreí algo nerviosa. — Hola Amanda.
—¿Ocurre algo? – pregunto no muy convencida examinando mi rostro.
Pues genial, no soy buena ni para disimular, acaso esta chica era adivina o algo.
—No, nada estoy súper bien .– dije soltando una risita tonta y me abofetee mentalmente por mi estupidez .— debo irme tengo mucho que estudiar .– dije mostrándole la pila de libros y no espere una respuesta y corrí lejos de los pasillos.
Bien soy mala hasta para ocultar las cosas.
Suspire y me dirigí a la biblioteca, los pasillos estaban ya casi vacíos ya que el timbre ya había sonado, de pronto mi vista se fijo en cuatro chicos al final del pasillo. Eran ellos, Zac, Daniel, Lían y Leo. Mis piernas temblaron y los nervios se hicieron presente en mi cuerpo. Tenia varios días que habían dejado de molestarme tanto, bueno era por que yo siempre trataba de evitarlos y cuando me los topaba era en los pasillos y solo eran insultos ya que había una gran cantidad de alumnos pero ahora no habia nadie en los pasillos y sabia que tenían rencor hacia mi debido a lo que había pasado esa vez que rompieron mi libro, Allen habia llegado para rescatarme, pero sabia que no tendria tanta suerte como ese día, aún al recordarlo un nudo se me instalaba en la garganta y las ganas de llorar regresaban, había estado buscando el libro en varias librerías pero no lo encontraba. Respire profundo y me arme de valor para seguir caminando.
Cruce frente a ellos pero al notar mi presencia Zac tomo mi brazo y me giro bruscamente haciendo que los libros se regaran por el suelo. Abrí los ojos alarmada.
—¿Que haces Zac? Sueltame. –susurre apenas audible.
—Hasta que te veo niñita. Sabes estuvo muy mal lo que hiciste esa vez, esconderte detrás del bastardo de Clarkson. –dijo burlón. —Ese patético chico es mas peligroso que todos nosotros, deberías tenerlo en cuenta.
Sus amigos empezaron a reírse y mi rostro empezó a enrojecerse.
Los únicos que estaban mal aquí eran ellos, ellos eran los bastardos que se atrevían a meterse con una chica todos en montón, ¿quienes eran los patéticos? Sentí una rabia llenar mi cuerpo al escucharlo hablar así de Allen.
—Sueltame Zac.– volví a repetir apunto de hacer una estupidez.
—¿O sino que?.– preguntó retandome.
Sin pensar las consecuencia le solté una cachetada que le hizo voltear su fea cara logrando así que me soltara, sin esperar ni un segundo corrí como alma que lleva el diablo.
Escuche el grito aterrador de Zac y como Daniel gritaba mi nombre, no entendía como no había ningún maestro o supervisor en los pasillos, mi suerte era pésima.
Obviamente ellos me alcanzaron, trate de zafarme con todas mis fuerzas pero los chicos no escucharon y solo siguieron insultandome. Zac me tomo del cuello y sonrió de manera divertida. Sentí el aire extinguirse de mis pulmones.
—Lo pagarás caro cuatro ojos.
Los chicos me sujetaron y llevaron a la piscina de la escuela; ellos eran nadadores y estaban en la selección del instituto por lo tanto tenían acceso a la piscina.
Entre en pánico, yo no sabia nadar. Empecé a retorcerme pero no sirvió de nada. —Esto te pasa por meterte conmigo, esta vez no esta Clarkson ni Drop para salvarte .– dijo con una sonrisa antes de aventarme con fuerza al agua.
Sentí como mi cuerpo impacto con el agua y como me iba hundiendo, esta no era la piscina de Alex, esta era mucho mas profunda. Sentí como perdía el conocimiento y el oxigeno desaparecía de mis pulmones estaba demasiado débil para intentar salir del agua, mis ojos empezaron a cerrarse.
De pronto un cuerpo se sumergía en el agua pero estaba tan débil que perdí la conciencia.
(...)
Empecé a tocer haciendo que el agua que tenía en mis pulmones salieran, por fin podía respirar, empecé a abrir mis ojos y lo vi, era Allen, parecía aliviado al verme despierta, me levante del suelo y lo mire a los ojos. Pequeñas gotas de su cabello húmedo caían en mi cara. Estábamos demasiado cerca.
—¿Estas bien Annie? –preguntó serio.
Esos chicos realmente querían matarme, si no hubiera llegado Allen a salvarme, yo ya estaría muerta.
Asentí ida .— E-Estoy bien... gracias Allen.
—¿Quien fue? –Preguntó con su rostro inexpresivo.
Lo mire a los ojos y pude ver un brillo de rabia en ellos, ¿realmente le importaba? ¿ él estaba preocupado por mi?
— Dime Annie ¿Quienes te hicieron esto? ¿Fueron los idiotas de Zac y sus amigos?
—Allen...
No quería que Allen se metiera en problemas por mi culpa, mucho menos quería que esos chicos le hicieran algo a Allen.
Él me observo a los ojos y parecía enojado. Se levantó y me ayudó a ponerme de pie y me sentó en una banca.
—Espera aquí, traeré algo para que te seques .– dijo seco para después desaparecer de mi vista.
No quería que se molestara conmigo pero que mas podía hacer; estornude y me di cuenta de que no tenia mis lentes.
Oh por dios si los perdía mamá me mataría. Suspire frustrada y me puse a buscarlos, los tenia antes de... Dios santo, están en la piscina. Solté otro estornudo, me enfermaría.
En ese momento llegó Allen y me miro serio, en sus manos traía unas toallas y algunas prendas.
—¿Acaso quieres caer de nuevo?
—Mis lentes se han quedado en el agua. – dije mordiendo mi labio y apuntando a la piscina preocupada.
Allen soltó un suspiro y miro hacia el techo, tal vez pedía a Dios paciencia, si fuera él y tuviera que lidiar conmigo también pediría a Dios.
El chico se acercó a mi y me miro serio antes de soltar un suspiro y saltar al agua de nuevo, Dios mio, yo solo le daba problemas a Allen, desde que lo conocí no he echo nada mas que causarle problemas. A los pocos segundo Allen salio del agua con mis lentes en sus manos.
—Toma.– dijo dándome los lentes y luego se alejo de mi para secarse.
Sonreí tímida y Murmuré un gracias, a lo que Allen me aventó una taolla a la cara. Carraspeo un poco y luego de me dijo. —secate.
Eso hice y fui a los vestidores, no había nadie ya que obviamente todos estaban en clase y los de natación no entrenaban hasta las dos. Me cambie con la ropa deportiva que me dio Allen, que de echo era de él, por suerte Allen traía otro cambio del uniforme del instituto así que se cambio y yo tuve que meter mi ropa mojada a una bolsa y luego dejarla en mi casillero en todo ese transcurso Allen seguía a mi lado.
—De verdad muchas gracias Allen... Y lamento causarte tantos problemas.
—No lo hago por ti. – dijo serio –Amanda es mi amiga y se que tu lo eres de ella.
Me le quede mirando unos segundos y luego asentí. -Claro, era por eso, que mas podría ser Annie, no te hagas tontas ideas en la cabeza- Me dije mi misma.
Solo me estaba haciendo ideas tontas en la cabeza, pero aun así el había sido muy bueno conmigo en ayudarme siempre, es como si supiera que voy a estar en peligro o que lo necesito y el esta ahí, aparece para salvarme, lástima que no pueda salvarme también de Alex.... Esperen ¡Alex!
—Oh Dios mio lo he olvidado.– lleve mis manos a mi cabeza. –Alex me matara.
Cerre mi casillero y corrí a la biblioteca pero me detuve, estúpida, me regreso y Allen sigue ahí parado sin ninguna expresión. —Tengo que irme Allen, gracias por todo enserio.
Dije y salí corriendo, pase por el mismo pasillo y mis libros ya no estaban regados, solo esperaba que Alex seguirá en la biblioteca, solo faltaba media hora para tener la siguiente clase la cual si teníamos clases y no tendría tiempo de estudiar nada.
Llegue casi cayendome y empecé a buscar con la vista al chico pelinegro de ojos azules pero no lo vi por ningún lado, se había ido, y era claro, Alex no estaría esperándome todo el tiempo.
Me di la vuelta pero fue mi sorpresa al ver al chico de ojos azules grisáceos observarme serio.
—Alex... Creí que te había ido.
—Debí hacerlo .– dijo examinandome y yo traía puesta la ropa deportiva de Allen, demonios esto no podía salir mejor.— Podrías explicarme por que apenas vas llegando.
Se notaba a kilómetros que esta a molesto, empecé a morder mi labio con fuerza y las manos me estaban sudando, que podría decirle, la verdad no era una opción el podría sumarse a las burlas y decirme lo torpe que soy o burlarse de mi.
—Annie estoy esperando tu respuesta. – dijo impacientándose. —¿ Y por que traes ropa deportiva de chico?
—Bueno... Es que.. Y-yo sufrí un accidente... — dije no muy convencida. Dios mio era malísima para mentir. – si, me caí y ensucie todo el uniforme así que... Amanda me prestó algo de ropa y por eso llegue tarde.
—¿Y por que Amanda tendria ropa de chico en su casillero? –Pregunto con una ceja levantada.
De acuerdo no me creía, ni yo me creía, pero que mas podía decirle.
—Bueno lo que pasa ...es que la ropa no era de Amanda si no de su amigo Allen.
Me iré al infierno por mentir, no, me iré al infierno por mentir tan mal.
Alex pareció no tragarse la mentira pero no dijo mas al respecto.
—Sabes que solo queda media hora para entrar a clases, no creo que puedas aprender nada en tan poco tiempo.
—Oye no me subestimes. –dije con una sonrisa.
Así que Alex se quedo conmigo durante esa media hora estudiando, gracias al cielo Alex había encontrado mis libros. Me enseñó algunas formulas clave para la prueba, era muy sencillo aprender con Alex, aunque me costara admitirlo era un buen maestro y a pesar de ser poco tiempo había aprendido algunas cosas que para ser sincera ni yo ni Alex creíamos que seria capaz ya que las matemáticas no son mi fuerte que digamos.
(...)
La mayoría de las clases pasaron lentas y aburridas, a pesar de las miradas que mis compañeros me dedicaban al traer el uniforme deportivo y mas cuando era de un chico, yo era pequeña y el uniforme de Allen era muy grande para mi así que ya se imaginaran, aun así ignore sus miradas y a Alex no lo vi mas que en la clase de Literatura y física, ese día no compartíamos muchas clases juntos, al terminar la clase de historia me dirigí a buscar a Amanda para ir a la cafetería, no tarde mucho en encontrarla cuando la vi corriendo hacia mi.
—Annie, tengo que decirte algo. –dijo una Amanda agitada y preocupada.
—¿Que ocurre Amanda?
No entendía nada de lo que le sucedía que podía ser tan grave como para que se pusiera así.
—Miralo por ti misma. – dijo mostrándome una hoja.
Quede con los ojos abiertos como platos, como se atrevía, sabia que Alex había sido el culpable, pero... ¿Por que lo había echo?
—¿Annie lo que dice ese volante es verdad? – preguntó Amanda.
Sentí un nudo formarse en mi garganta, lo que menos quería es que Amanda se molestara conmigo, la necesitaba.
—Si. –respondí en un susurro y con la vista en el suelo.
—¿ Por que no me lo dijiste?
—No sabia como hacerlo Amanda, sabia que te molestarías y no quería perder tu amistad.– dije sincera.
—No dejare de ser tu amiga por esto Annie. Estaré contigo y veras que todo estará bien, tu no caerás en su juego.
Asentí y abrace a Amanda. Estaba vez Alex con tal de molestarme había llegado demasiado lejos.
El volante decía : Alex Drop ahora tiene una nueva mascota, la torpe de segundo año Annie Smith, su nuevo juego y centro de diversión. Esa tonta ilusa había aceptado el trató, y como toda una perdedora había perdido ante él ¿Que tanto podrá durar su nuevo juguete?
A pesar de todo sabia que Alex había echo esos volantes, nadie mas sabia acerca de la apuesta. Por mas que intentará buscar otra explicación no encontraba ninguna, creí que Alex no era esa clase de chico, por que decirme que lo ocultara cuando el estaría exhibiéndome de esa manera, seria la burla de todo el instituto de ese idiota.
Decidía me dirigí a encararlo a pesar de que Amanda me dijo que no era conveniente hacerlo. No me importo, me sentía tan humillada como nunca antes me había sentido.
Tome el votante que tenía en mis manos y lo arrugue con fuerza, camine hacia la cafetería y justo estaba él ahí, al pasara todos estaban riéndose de mi, pero era mas grande el coraje que la humillación.
Me acerque a él decidida, no me quedaría mas callada. Esta vez se había pasado.
—¿Cómo pudiste hacer esto? Eres un idiota, te advierto que no puedes pasar sobre mi y humillante de esa manera solo por que te parece divertido, no soy tu maldito jueguito. –grite y aventé la bola de papel en su cara.
La cafetería estaba en silencio nadie decía nada, claro como se burlarían del chico mas temido del instituto, el chico que jugaba y pisoteaba a todos sin importan quien fuera.
Salí con prisa de la cafetería, estaba enojada y a la vez dolida, creí que estábamos bien, creí que no era tan malo, demonios estaba empezando a creer que Alex no era como todos decían, creía que se estaban equivocando y que el chico que había visto ese día con su hermanita era el verdadero Alex, pero me equivoque.
—Annie. –escuche el grito de Alex así que me gire a observarlo.
Estaba mas que molesto, tenia los puños apretados al igual que ka mandíbula, claro que estaba enojado, nadie lo había tratado así nunca, yo prácticamente lo había humillado en la cafetería pero el lo había echo en todo el instituto.
—Estas muerta.– Mascullo molesto.
De acuerdo Annie ¡Corre!
Corrí con fuerza cruzando los pasillos del instituto vacíos, tenia la respiración acelerada y la adrenalina y el miedo recorrían mis venas, no sabia como había sido capaz de hacer aquello, solo temía que Alex me atrapase.
Gire por un pasillo y casi resbaló pero me compuse y seguí corriendo hasta salir al campo de fútbol, lo peor que pude haber echó, Alex venia detrás de mi y escuchaba sus gritos llamándome, eso fue el impulso que necesitaba para correr mas rápido aún, las prácticas con Amanda estaba sirviéndome de mucho en estos momentos. Corrí hacia el estacionamiento y me escondí tras un auto para recobrar el aliento y cuando creí que ya no estaba Alex cerca salí corriendo de entro las autos pero Alex estaba frente a mi, me dio un susto de muerte y me sujeto del brazo con fuerza.
—¿A donde crees que vas torpe?.–mascullo notablemente molesto.
—Sueltame Alex .– Espete tratando de zafarme de su agarre.
Este me miro y luego bufo negando con la cabeza.
—Crees que voy a soltarte después de lo que has echó. –dijo indignado y con incredulidad.
—¿Qué querías que hiciera? ¿Eh?.– Farfulle molesta rodando los ojos. En otra situación estaría temblando de miedo pero este chico estaba llegando a mi limite.
—Eres un chico sin corazón.–dije recelosa mirando esos hermosos ojos azules.
Alex examinó mi rostro y con voz calmada y pausado me dijo lo que esperaba de él.
—Me alegra no tener corazón. – dijo con sus ojos clavados en los mios, no sabia que ocultaban sus ojos pero era un sentimiento nuevo. Había algo oculto en ellos.
No supe que decirle, todo parecía haberse detenido como aquella ocasión en la fiesta justo cuando estaba a punto de caer, parecía ser ese chico de nuevo y no el que me fastidiaba cada que tenia oportunidad... Pero como él mismo había dicho, no tenia corazón.
El me había humillado de esa manera y ahora se atrevía a tratarme de esa manera. Era un verdadero idiota.
—No puedo creer que hayas echo eso... Creí que todo estaba bien, quise creer que todo lo que decían acerca de ti era mentira, que el chico que vi en tu casa era el verdadero Alex, quise creer que eras diferente a lo que todos decían que eras, pero ahora veo que me he equivocado y no eres para nada el chico que creí que eras, me humillaste y pisoteaste y no como siempre lo haces si no que ahora no te fue suficiente y quisiste hacerlo público fui una tonta al creer que todos mentían menos tu...
—yo no lo hice Annie.
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