Capítulo 1
"Chica torpe"
Escuche la alarma del despertador sonar haciendo que me levantará a regañadientes, golpee el infernal aparato para apagarlo pero siguió con su molesto sonido, así que me levante por completo frotandome la cara con las manos y apague la alarma, sali de la cama poniendo mis pies en el frío suelo y me dirigí al baño.
Era mi primer día de clases desde que me había mudado y no podía faltar ¿cierto? tenía nervios y un temor de que todo saliera mal y lo volviera a arruinar con mi torpeza extrema. Mamá, Tyler y yo nos habíamos mudado debido a que le habían ofrecido un mejor trabajo y, no tuvimos más remedio que seguirla, sin embargo extrañaba mucho a la única amiga que había tenido durante tantos años, Camelia era la mejor amiga y siempre estuvo conmigo y para mi fue lo más horrible tener que alejarme de ella, y ahora tener que entrar a una escuela nueva iniciando un nuevo curso, una nueva vida no era fácil y solo esperaba que no hubiera contratiempos.
Me lave la cara y los dientes, me metí a la regadera y me duche por diez minutos luego salí y me seque el cuerpo y el cabello, fui a mi armario para buscar el uniforme que usaría; era una falda gris una camisa blanca de mangas cortas con un saco de botones sin mangas calcetas largas negras y una corbata negra, parecía más una reclusa que una estudiante de preparatoria.
Me puse mis lentes de pasta gruesa negros y trate de cepillar mi cabello lo cual no resultó bien y opte por un moño alto algo desordenado dejando algunos mechones sueltos, y me mire en el espejo mis ojos grises se ocultaban bien a través de los gruesos lentes y mi cabello negro que era largo lo acomode lo mejor posible, yo no soy muy bonita o por lo menos no me considero así, solo lo normal, estoy delgada y soy algo alta o eso me digo yo, aunque no creo que medir 1.65 me haga muy baja. Así que nada fuera de lo normal, ah claro, sin contar que soy un desastre andante nada fuera de lo normal.
-¡Annie! Baja a desayunar que se te hará tarde para tu primer día de clases.-llamó mi madre del otro lado de la puerta.
-ya voy.
Tome mi mochila y meti todos los libros que tenia en la cómoda incluyendo mi libro favorito hasta ahora "hielo negro", tome mi celular y baje lo más rápido tratando de no caer de las escaleras lo cual no conseguí pues tropecé por suerte mi hermano logró atraparme antes de azotar contra el suelo.
-Eres tan torpe.-dijo Tyler con desagrado en su voz.
Hice una mueca de desagrado y le saque la lengua. Entre en la cocina y mi mamá estaba preparando el desayuno.
-Buenos días.-le dije a mi mamá mientras le daba un beso en la mejilla.
-Buenos días nina.
Mamá me llamaba así desde que tengo memoria y a pesar de que le había dicho que ya no era una niña ella seguía llamándome de esa manera y a mi me gustaba aunque no se lo dijera, mamá tenía apodos cariñosos para todos incluso para el gruñón de mi hermano aunque a él le decía coni, y a mi me daba mucha risa cuando lo llamaba así pues cuando Tyler era pequeño tenía una pijama de conejo y decía que su nombre era Coni desde entonces mamá lo llamaba así aún cuando ya no es un pequeño de cinco años.
-¿Estas nerviosa nina?-preguntó mi madre mientras me servia un plato con huevos y tocino.
-Un poco.- hice un ademán de que se acercara.-tengo miedo de arruinarlo todo.-susurré en su oído.
-Oh cariño verás que todo saldrá bien.
Le Sonreí y asenti, no podría ir tan mal, no podría tener tan mala suerte por lo menos no en mi primer día. Al terminar de desayunar Tyler y yo salimos para ir al colegio, estaba algo nerviosa, y más por que todo era nuevo para mi y no sabia que haría sola, si dije sola mi hermano iba en otro colegio. Mi hermano siempre a sido un genio es demasiado inteligente y yo soy torpe y tengo el cerebro de una hormiga, bueno si es que las hormigas tienen cerebro, soy tan tonta, y mi hermano si logro entrar a una buena preparatoria sin embargo yo, bueno yo soy otra historia. Tyler me acompañó hasta la parada del autobús ahí el tomaría el autobús que lo llevaría a su colegio y yo tomaría otro. Tyler se fue primero por lo tanto yo tuve que esperar al rededor de cinco minutos cuando el autobús llegó subí rápido pero cuando iba a sentarme tropecé con un señor, me disculpe y sentí las risas de las chicas que iban sentadas hasta el fondo del autobús, traían el mismo uniforme que yo, sentí mis mejillas calentarse por la vergüenza. ¿argh que no puedo comportarme por una vez?
Al llegar al colegio me pare del asiento y tome mi mochila el autobús seguía avanzando y cuando estaba por bajar tropecé dándome contra el tuvo de la puerta y mi mochila salió volando hacia las puertas cerradas, escuche las carcajadas de las chicas del fondo y quería desaparecer baje los dos escalones y el señor del autobús abrió las puertas pera la mochila se había atorado y tuve que patearla para que saliera haciendo que tropezará y cayera en el suelo.
Pude ver como los chicos que estaban afuera del colegio se reían de mi y las chicas bajaron del autobús pasando de largo burlándose de mi estúpidez.
Estúpida estúpida ¿que no puedes comportarte una vez en tu vida? Argh chica torpe.
Que gran manera de empezar tu primer día de clases.
Me levante lo mas rapido que pude y tome mi mochila echándome a corre adentro del colegio, que torpe soy, Sentía demasiada vergüenza y solo quería regresar a casa y eso que acababa de llegar, pero no podía hacer eso así que fui directo a coordinación, ahí me darían mi horario de clases y el numero de mi casillero.
Una señora regordeta me atendió y me dio unas hojas con mi horario y el numero de mi casillero. Salí de las oficinas y me dirigi a mi casillero me costó un rato encontrarlo pero cuando lo hice ya no había estudiantes en los pasillos, guarde mis cosas y tome los libros de la primera clase que era literatura, bueno no todo estaba tan mal, literatura era mi clase favorita. Me dirigí al aula y vi a una mujer delgada con lentes algo mayor pero muy bien conservada que estaba impartiendo la clase. Respire profundo y me dije que ya nada podía salir mal, lo peor ya había pasado. Entre al salón y sentí las miradas de mis compañeros pude escuchar algunas risas, ¿abran visto mi humillante caída en el autobús? lo más probable es que lo hayan echo. Me dirigí al escritorio de la profesora y le tendí una hoja donde me presentaba.
-Así que es nueva, bienvenida a mi clase señorita Smith, soy la profesora Cecilie.-dijo la profesora con una sonrisa amable.
-Mucho gusto.-le sonríe de vuelta.
-Muy bien, por favor presentece con sus compañeros.
Asentí nerviosa y fijé mi vista en los chicos y chicas que esperaban a que me presentará.
-Mi nombre es Annie Smith y soy nueva en la ciudad.-mire a la profesora esperando su aprobación, ella me sonrió y asintió.
-Puede tomar asiento.
Busque un puesto vacío y encotre un asiento junto a un chico al final de la fila. Me dirigí rápido hacia el asiento y me senté sin ni siquiera voltear a ver a mi compañero de mesa. La clase paso sin contratiempos y la profesora Cecilie tenía una manera increíble de ver las cosas y amaba la literatura y todo eso lo supe que sus cincuenta minutos de clase, se notaba que le gustaba su profesión y eso era muy raro de ver en un docente si me lo preguntan.
Salí del aula con mis cosas en las manos y me dirigí a mi casillero cuando choque con un cuerpo caí al suelo y mis libros quedaron regados por el suelo, sobe mi cabeza y escuché la voz de un chico.
-Fíjate por donde vas chica torpe.-levante mi rostro y lo vi.
Era un chico de ojos azules y cabello negro algo largo que cubría ligeramente sus ojos era alto y delgado tenia puesto el uniforme y su camisa hacia resaltar su cuerpo trabajado no era esa clase de chico que estaba exageradamente musculoso, no el tenía un buen cuerpo nada brusco y su piel era blanca casi tanto como la mía, bueno yo siempre estaba como pálida parecía que estaba muerta o algo así pero él, era realmente un hermoso ángel. Tenia sus manos en los bolsillos de su pantalon y me miraba impaciente y molesto. Me quede como idiota mirándolo hasta que regrese a la realidad y levante mis libros lo más rápido que pude y me levante del suelo.
-Lo siento.-Murmuré con la vista fija en el suelo.
El chico se fue golpeando su hombro con el mio al pasar, lo vi perderse por el pasillo y Sonreí como idiota. pero por que estoy sonriendo. Aa ese chico era realmente apuesto.
Salí de mi ensoñación y corrí hacia mi siguiente clase no quería llegar tarde. Al llegar muy pocos alumnos estaban en el salón y agradecí eso me senté en una mesa de las de la orilla pegada a la ventana y me quede observándo hacia afuera había un grupo de chicos que jugaban fútbol en el campo de fútbol el cual era muy grande y lograba verse perfectamente desde el salón y desde donde estaba sentada me quede mirando como entrenaban hasta que algo llamo mi atención ahí corriendo hacia el equipo estaba el chico de hermosos ojos azules, traía el uniforme de fútbol como los otros chicos y se veía demasiado guapo. Me quede como retrasada babeando por él hasta que escuche una voz llamarme.
-¿Puedo sentarme?-preguntó una chica, traía su cabello castaño suelto en ondas y sus ojos cafés eran muy bonitos, se miraba como una chica muy tierna.
-Si claro.-le dedique una sonrisa.
La chica se sentó y me sonrió, vi cómo los alumnos la mayoría ya había llegado y como el salón empezaba a llenarse de alumnos el profesor de física llegó y empezó la clase, voltee hacia la ventana para ver si veía al chico pero ya no estaba, así que rendida me dediqué a prestar atención a la clase.
Estaba distraída no podía prestar mucha atención a la clase cuando mi cabeza estaba en otro lugar seguía pensando en el chico de ojos azules, no podía creer que alguien pudiera ser tan exageradamente apuesto. Jugueteaba con mi lápiz cuando la chica a mi lado me llamo.
-¿cual es tu nombre?-preguntó la chica.
-¿eh? ah me llamo Annie Smith, ¿y tú como te llamas?
-Mi nombre es Amanda.-le Sonreí y ella igual a mi.-Eres nueva ¿cierto? no te había visto antes por aquí.
-Ah si, lo soy, mi familia y yo nos mudamos aquí hace un par de semanas.
-¿y por que se mudaron?
-A mamá le ofrecieron un mejor trabajo aquí.
Y así me la pase la mayor parte de la clase hablando con Amanda la verdad era una chica realmente linda y amable aunque un poco alocada, lo único que tiene de inocente es su cara pues es muy divertida y engaña muy bien con su cara de niña buena aunque si lo es, me parecía muy buena chica y teníamos muchas cosas en común. Al terminar la clase guarde mis cosas y caminamos hacia nuestras respectivas clases.
-¿Qué clase tienes ahora?-preguntó la castaña
-Umm Inglés, ¿y tú?
-Yo igual
-Genial, vamos.
El resto de las clases paso muy rápido y sin mas accidentes, lo bueno era que la mayoría de las clases las compartía con Amanda y habíamos almorzado juntas, por lo menos ya había echo una amistad o eso esperaba así que el día no había ido tan mal después de todo.
Regrese a casa sola ya que Tyler había llamado diciendo que llegaría tarde así que tuve que tomar el autobús sola, no podía creer que me dejara sola el primer día era su hermana menor tenía que cuidarme.
Iba caminando cuando me detuve en seco al ver al chico de ojos azules iba caminando del otro lado de la acera y se veía molesto cansado, una chica lo llamaba, estaba caminando detrás de él queriendo llamar su atención.
-Alex, espera.-dijo la chica, pero el pelinegro seguía ignorando la se veía fastidiado.-Por favor detente y escuchame.
El chico se detuvo y se giro para encararla.-¿que mierda quieres?.-preguntó molesto.
-No lo puedes dejar sólo así.-la chica estaba a punto de llorar y a él parecía no importarle de echo parecía más fastidiado y molesto.-No me puedes hacer esto, tenemos un acuerdo lo olvidaste, aún no se cumple el plazo no me puedes botar solo así.-la chica estaba muy molesta y sus ojos se hacían agua.
-Me importa una mierda y yo puedo hacer lo que quiera y si yo quiero botarte lo haré, lo entiendes ya me canse de ti, eres demasiado molesta y odio a las chicas estupidas como tú.-escupió sus palabras eran tan venenosas que hasta sentía pena por la chica y el se veía tan tranquilo como si no le afectará en lo más mínimo el ver llorar a la chica.- Olvida el acuerdo quieres y déjame en paz.-dijo irritado.
La manera tan fría en que la trato parecía que no le importaba nada, a pesar de que la chica estaba destrozada.
El chico se volteo para seguir su camino mientras la pobre chica seguía parada aún llorando, al girarse su mirada se cruzó con la mía y me miro por un instante.
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