Después de unos minutos salió el tío de Taehyung con un sobre entre las manos, donde debería estar el dinero. Él se acercó sonriente y me extendió el sobre —Ten. Puedes venir a trabajar cuando quieras.

Sonreí e hice una reverencia para después agarrar el sobre con ambas manos —Muchas gracias señor —agradecí con una gran sonrisa. Ya tengo empleo y dinero. Quiero salir de aquí.

—No hay de que —se hizo un silencio incomodo que fue roto por él.

—¿Quieren algo de tomar? —nos preguntó con una sonrisa.

—Un café, por favor —me apresure a contestar.

—Lo mismo para mí —hablo Taehyung.

—Ya se los traigo —el tío de Taehyung entro a la cocina. Taehyung y yo nos sentamos en una mesa a esperarlo.

—¿No me vas a agradecer por conseguirte trabajo? —y este engreído que.

—¿Y cómo quieres que te agradezca? —lo mire con una ceja alzada.

—Puede ser que con un beso... —susurro lo último.

—¿Un qué? —me hice él que no escuche.

—Un beso —esta vez hablo claro.

—¿En dónde? —pregunté.

—En donde quieras —respondió mientras hacíamos contacto visual.

—Está bien —dije mientras me paraba de la silla y caminaba hacia él. Cuando estuve al frente de él me agache a su atura y tome su rostro entre mis manos. Me acerque tanto que nuestras respiraciones se mezclaron y nuestras narices se rozaron. Pero en el último momento gire mi cara y presione mis labios en su mejilla. Me aparte de un solo y volví a sentarme donde estaba anteriormente.

Mire que Taehyung estaba serio y antes de que le preguntara el por qué su tío apareció con los dos cafés.

—Aquí tienen —dijo mientras ponía los cafés en el centro de la mesa. Sonreí hacia él y le di las gracias: —Gracias, señor.

Él me miro e hizo un gesto con su mano, restándole importancia —No hay de que, señorita —sonreí y procedí a darle un sorbo al café. De verdad era muy bueno.

—Mmmm —saboreé con gusto —. Su café es tan bueno —lo elogie.

Él rio y se sentó en una silla quedando en el medio de Taehyung y yo.

—Aunque son pareja no mezclan su ropa —dijo el tío de Taehyung mientras nos observaba con ojos analíticos.

—Lo hacemos, pero esta vez decidimos que queríamos vestirnos a nuestro antojo, ¿verdad, amor? —Taehyung me miro con una amplia sonrisa. Asentí dándole la razón.

—Si es así me imagino que tienen muchas fotos juntos — ¿por qué esta tan interesado en saber si de verdad somos novios?

—Tenemos unas —dijo Taehyung y saco su teléfono, teclo y después se lo paso a su tío.

—Eso fue hace unos días —dijo mientras señalaba el teléfono.

— ¿No tienen más fotos? —preguntó. Cuál es el bentido interés. No es como si Taehyung nunca hubiera tenido novia.

—Cambie de celular y se me borraron las fotos. Pero para que fotos si la tengo a mi lado —dijo Taehyung y después le arrebató el teléfono de las manos y lo guardo en su bolsillo trasero.

—Tienes razón, sobrino.

Después de pasar unos incómodos veinte minutos en esa cafetería con el tío de Taehyung caminamos en la calle sin rumbo fijo.

— ¿Qué vas hacer hoy? —preguntó Taehyung.

—Voy a pagar el arriendo y encerrarme en mi apartamento, ¿por? —pregunté mientras volteaba a verlo. Y fue ahí cuando note lo bien que se veía con esa chaqueta café y esa camisa blanca. Era un vestuario sencillo pero sin dudas le quedaba como a un modelo.

—Preguntaba para ver si querías pasar el resto del día conmigo.

—Me encantaría —dije con una sonrisa.

Después de eso Taehyung me acompaño a pagarle a la dueña del apartamento y después de pagarle me llevo a un parque de diversiones.

— ¿A dónde te quieres subir? —me preguntó mientras comía un algodón de azúcar color azul.

—A donde tu quieras —respondí mientras trataba que no se vieran mis ganas de lo que comía.

—¿Quieres? —preguntó y me extendió el algodón de azúcar. Asentí y arranque un gran pedazo.

—Si quieres te puedo comprar uno —mis ojos se iluminaron ante tal propuesta. Asentí energéticamente mientras le daba un último bocado a lo que sobraba del algodón.

Fuimos al puesto donde un señor vendía los algodones de azúcar y Taehyung me compro dos. Uno me lo comí completo y le di la mitad del otro, fue miti miti.

—Taehyung —lo llame. Al escuchar un "mmm" como respuesta continúe — ¿A qué le tienes miedo?

— ¿Por qué quieres saber? —giro su cabeza y me miro.

—Porque tengo curiosidad y quiero conocerte mejor —respondí mientras jugaba con el borde de mi camisa.

—Bien pues... —parecio que pensara y después hablo de nuevo —. Le tengo miedo a las alturas y a la sangre —nada fuera de lo común.

— ¿Y tú a que le tienes miedo? —pensé un momento antes de responder.

—Campartimos el miedo a las alturas, solo que esta vez yo no le tengo miedo a la sangre, sino a las arañas —respondí con simpleza para después agregar —. Y no coincidimos en el miedo a la sangre porque yo le tengo fascinación a todo lo que tenga que ver con el cuerpo humano, órganos y todo lo que tenga que ver con la sangre.

—¿Por qué le tienes miedo a las alturas? —trate de encontrar un pensamiento traumático o algo por el estilo pero no di con nada.

—No lo sé. Simplemente le tengo miedo. ¿Y tú por qué le tienes miedo a las alturas? —pregunté con curiosidad. Mentiría si dijera que no me interesaba.

Vi como vacilo pero después respondió mientras miraba una atracción del parque.

—Cuando era pequeño... hablo de unos seite u ocho años —de nuevo vacilo pero continuó aún con su vista perdida —. A esa edad estaba en un vuelo a Londres, pero repentinamente el avión comenzó a tener algunas fallas ocasionando que el avión casi caiga en picada. Desde entonces no me atrevo a volar en avión y nunca lo hare. —sentencio con una dura mirada.

Después de eso cambie de tema y nos concentramos en divertirnos en el parque.

Capítulo ya corregido.