Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

" Tu novio no va a ser la excepción. "

SOUNDTRACK: I'm Yours ~ Jason Mraz

Capítulo 42: "Tu novio no va a ser la excepción."

— ¿Cómo vas a conseguir tanto dinero para ella? — me pregunta Jack.

Solo hemos caminado unas cuantas cuadras cuando se ha atrevido a preguntarme. Me la esperaba, de verdad, pero no sé lo que decir ni aquí, ni así, ni ahora. Hoy tengo que ir a por Camille, pues ella me va a ayudar a comprar el regalo para Dylan. Aún no lo tengo pensado pero espero que Jack también me pueda ayudar. Se supone que entre chicos se entienden y tienen casi los mismos gustos. Solo espero que en estas cosas Dylan se parezca al resto de chicos, sino la tengo cruda.

— Te lo diré pronto — contesto sin poder decir mucho más.

— Claro, por supuesto. Solo dime cómo lo harás, así yo te puedo ayudar — me apoya.

No creo que me puedas ayudar a no ser que desfiles conmigo. Pienso. Cosa que veo muy difícil. Le dedico una sonrisa pues pensaba que iba a insistir más. Pero ahora comprendo que Jack es de esos chicos que esperan hasta que la otra persona esté cómoda cuando le tienen que decir algo. Ahora entiendo como Camille lo ama tanto.

— Tengo que ir a comprar el regalo de Dylan y me tienes que acompañar. Necesito tu opinión como chico que eres — siseo dándole un suave codazo.

Me dedica una sonrisa algo extraña en él.

— ¿Y quién dice que yo te puedo ayudar? — pregunta intentando escaquearse.

— ¡Vamos! Casi todos los chicos sois iguales. ¿No hay algo que siempre hayas querido? — le respondo curiosa.

Lo que me conteste me puede dar la solución a mi problema. Claro, si me gusta como suena la idea.

Jack se lleva la palma de la mano a su barbilla. Como si esa acción le diera la respuesta a mi pregunta. Y, al parecer lo hace por que, después de pocos segundos responde.

— Bueno, creo que todos queremos que nuestra novia aparezca con ropa sexy, en tu cama, para después...

— ¡Jack! — grito dándole un golpe en la cabeza. — ¡No quiero saber tus fantasías sexuales con Camille!

— ¡Venga, Sky! Todos hemos pensado en ello alguna vez, tu novio no va a ser la excepción — argumenta.

— Espero que lo sea — espeto adelantado mi paso para que no vea mis mejillas sonrojadas.

— ¡Te has sonrojado, Skylar! ¡Eso es porque tú también lo has pensado alguna vez! — me grita riéndose con unos metros de distancia.

— ¡No lo he hecho, idiota! — chillo.

Pero miento. Sí lo he hecho. ¡Pero nadie me puedo culpar de ello! No puedo negar que cuando sale de la ducha con una toalla atada a la cintura y se le marca esa V no me imagino nada. Porque sí lo hago. ¿Pero, quién no lo haría? Si es un adonis no es mi culpa que piense esas cosas.

— Bueno, vale. Nada de ropa sexy. — dice. Suelto un suspiro cuando ya no me siento tan abochornada. —¿Pero, en serio nunca lo has pensado?

— ¿Y qué pasa si lo he hecho, eh? — susurro para que no me oiga.

Por desgracia sí que lo escucha y, al instante desearía no haber abierto la boca.

— ¡Lo sabía! Al fin y al cabo no eres una santa, Sky — me dice desordenando mi cabello con su mano.

— ¡Déjame, idiota! — espeto medio molesta.

¿En serio todos tenían que ser así? Ya bastante tengo con que me moleste mi hermano como para que ahora lo haga también Jack.

— ¿Qué pasa? — dice una voz delante de nosotros en medio de mi disputa con Jack —. Vuestros gritos se escuchan a dos cuadras de distancia. Deberíais controlar vuestro tono de voz.

Giramos nuestra cabeza a la voz que tan bien reconocemos y observamos a Camille con su ropa del trabajo. Está sonriente aunque eso no me hace quitar el enfado de encima.

— Es Sky, cree que Dylan no tiene pensamientos sucios sobre ella — dice mientras se acerca a ella. Abro mis ojos como platos ante su confesión. No esperaba que lo dijera en alto —. Le estoy diciendo que todos hemos tenido pensamientos así alguna vez. ¿A que sí, Cam? — argumenta mirándola.

— Por supuesto, todos tenemos — dice Camille.

¿Se están riendo de mí, verdad? ¿Quieren ponerme nerviosa y roja como un tomate? Porque si eso es lo que quieren lo están consiguiendo.

— ¡Callaos! — grito explotando —. ¡No quiero oíros hablar de esto nunca más! ¿Me habéis oído? — señalo a los dos con los ojos bien abiertos.

Sé que mi cara debe parecer ahora algo raro y vergonzoso. Y lo confirmo cuando lo dos estallan en carcajadas.

Suelto un grito de desesperación y vuelvo a dirigir mis pies hasta el centro comercial. Porque juro que si estos dos siguen así mucho más tiempo voy a tirarlos a la carretera para que alguien les atropelle.

¿Conclusión de este momento? Nunca le pidas consejos a tus amigos para el regalo de tu novio. No te van a dar buenos consejos. Al menos al principio.

En serio, mi idea de que los atropelle un coche sigue en pie. ¡No han parado de reírse de mi! Entre más enfadada estoy más se mofan de ver mi rostro y mi enojo.

— ¡Ya está bien! La próxima vez que escuche un comentario más sobre mis pensamientos sucios os tiro a los dos a la carretera — vuelvo a gritar.

A este paso me quedaré sin voz.

— Vale, ya paramos. Solo déjanos relajarnos — dice Camille secándose una lágrima que caía por su mejilla.

Antes de lo que canta un gallo estamos en el centro comercial. Puedo asegurar que este ha sido el viaje más vergonzoso que he hecho jamás. No solo porque Jack y Cam me hayan gastado bromas, sino por la cara que ponía en mi dirección cada persona que pasaba por la calle. Me miraban como si fuera una película de terror y no sabía si era por lo que decían mis amigos o por la cara de loca que tenía en esos momentos. De todas formas, ya ha pasado y, ahora lo que toca es ponerse manos a la obra.

Entro al centro comercial tan rápido como las puertas correderas se abren. Observo por el rabillo del ojos como Camille y Jack me siguen, mirando ellos también los escaparates, al igual que yo.

— ¿Qué tienes pensado, Sky? — pregunta Camille observando un escaparate con ropa de deportes.

Al parecer alguien está buscando un regalo también.

— No lo sé. Esperaba que me ayudarais— les pido.

En serio, estoy sin ideas. No sé que regalarle, y aseguro que no es por la cantidad de ideas que ha pasado por mi cabeza. Por que han pasado millones de ideas y ninguna me parece lo suficiente buena.

— ¿Ropa? — empieza sus preguntas Cam.

— Muy común — respondo.

— ¿Un perfume?

— Tiene miles en casa.

— ¿Zapatillas? — vuelve a preguntar.

— No hay ningún par que él quiera. Ya le pregunté.

— Pues no lo sé Skylar. Va a ser difícil encontrarle algo que le guste — se rinde Cam.

— ¿Crees que no lo sé? — respondo medio molesta.

— Yo sigo pensando que la ropa sexy sería un regalo de diez — masculla Jack.

— No vuelvas a mencionar eso, idiota — le digo mientras le señalo con mi dedo índice y con Camille en medio de nosotros.

— Bueno, ya está. Creo que podemos tener una salida de amigos normal ¿no? — cuestiona retórica Camille aún con la sonrisa en su rostro.

— Salida y normal no puede estar en la misma frase, pequeña — contesta Jack cachondeándose de la situación.

Seguimos caminando por el centro comercial. Viendo escaparates, ropa, relojes, pulseras, colonias. Todo lo que se pueda comprar es visto y admirado por nuestros ojos. Cualquier cosa, aunque sea la cosa más pequeña y barata que haya en la tienda. Nada es poco cuando estás desesperada.

Jack no para de quejarse. Lo comprendo, ya llevamos casi cuatro horas aquí y no hemos parado. Pero necesito que él entienda, estoy buscando regalos con desesperación. Para mé, ese regalo es muy importante, es el primero que le hago a un novio.

Nunca he tenido la experiencia de regalar algo a una persona que no sea de mi sangre. Los regalos que yo he hecho siempre han sido entre mi familia y yo. O, inclusive le he regalado a personas que ayudaban en el mantenimiento de la casa de mis padres.

Pero ¿a un novio? Eso es como una nueva experiencia para mi. Es entrar a un nuevo terreno, como si jugaras una partida nueva de un videojuego. Sientes el miedo a fallar o no ser lo suficientemente bueno. Lo único que esperas es conseguirlo y no fallar en el intento.

Sigo observando la pulsera de cuero que hay en la vidriera de la joyería. Siento que algo falla en ella, como si le faltara algo, es por eso que giro mi cabeza a Camille para que me dé su opinión. Sin embargo, me quedo quieta al ver a mi amiga observar un colgante. Enfoco mi vista hasta que puedo apreciar el significado de este. Dos muñequitos, un chico y una chica, cogiéndose de la mano. También me fijo en que, al fin y al cabo, no es solo un colgante, son dos. Uno para cada uno.

Miro a Camille, sigue sin darse cuenta de que la estoy observando. Ella solo tiene ojos para admirar ese colgante en silencio. Lo admira como si del más brillante diamante se tratara.

Me acerco a ella, sin decir una sola palabra hasta que llego a ella.

— ¿Lo quieres para Jack? — le pregunto en un susurro.

Ni siquiera se sobresalta ante mi acercamiento. Sigue observando el colgante con máxima añoranza en su mirada.

— Sí. He estado pensando que quiero regalarle algo antes de irme. Ya sabes, para que tenga un buen recuerdo de mí — me dice ella con una sonrisa triste en su rostro.

No puedo creer que esta fuerte chica sea mi amiga. Nunca pensé que alguien podría llevar una despedida como esta así de bien. Solo tuvo su momento de tristeza aquel día en el instituto y, después de eso se comportó como una auténtica adulta madura. Supo decidir entre estar deprimida en su habitación o vivir al máximo los últimos días que le quedaban aquí con su novio y sus amigos. Y esa es la mejor solución que pudo encontrar.

— ¡Oye! — le apoyo dándole un suave codazo en su costado. — Convenceremos a tus padres. No te desharás tan fácilmente de nosotros. Por lo menos hasta que tengamos cuarenta años y poseamos arrugas por el estrés.

— ¿No lo has visto todavía, Skylar? — me dice mirándome con angustia —. No se puede convencer a mis padres. Me iré dentro de poco y se acabará todo. Estos no son cuentos de hadas, es la realidad.

— Me niego a aceptar eso — espeto con molestia apretando los dientes.

Eso no va a pasar. Sé que la madre de Camille tomará la decisión correcta. Ella se va a quedar con nosotros aunque tenga que raptarla del lugar en el que esté y llevarla de nuevo a California. Me da igual lo que tenga que hacer, por mí como si pierdo todo mi dinero.

— Pues ya puedes ir haciéndote a la idea, Skylar. Porque eso es lo que va a pasar y no va a tardar mucho en que suceda.

Y con esas palabras sacadas de sus labios se marcha. Sale de la tienda dejándome con la palabra en la boca.

Me giro siguiendo con mi mirada los pasos que ella camina. Llega hasta Jack. Ni siquiera sé como lo hace pero es capaz de colocar una sonrisa en su cara para su novio. Como si la conversación de hace pocos segundos no hubiera sucedido.

Admiro como la increíble pareja se ríen por algo que ha dicho él. Observo la mirada de alegría que posee él y la de cariño que tiene ella. Pero no solo es eso porque la mirada de amor que se dedican entre ellos es mucho más grande.

Se admiran entre ellos como si los dos pensaran que no hay nada más hermoso que la persona que tienen enfrente. Y sé que eso es amor. Porque por más baches a los que se estén enfrentando cada día, por más obstáculos o discusiones que tengan, al final del día los dos se buscarán para tener estos preciosos momentos.

CAPÍTULO EDITADO

ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ;)

XOXO,

NHOA

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro