—YoonGi, muerdes fuerte. —Los ojitos
del peliazul brillaron en lágrimas, borrando la sonrisa del pelinegro y sorbió su nariz—. M-malo, Hyung.

—¡Perdón! ¡Perdón, bebé! —Lo acomodó en su regazo, teniendo las miradas encimas de los Alfas y un celoso Yeonjun, YoonGi agarró los cachetitos del Omega, besando las mismas y viendo las marcas que accidentalmente sus dientes habían dejado—. Sólo... Estaba jugando, cariño. ¿Te mordí fuerte, bebé?

TaeHyung asintió, dejando que YoonGi besara la cicatriz que su infancia le había dejado. Mimoso, se acurrucó más en el pelinegro y suspiró satisfecho a las caricias que este le brindaba.

—Aunque quiero destrozar a YoonGi, su relación me da ternura —confesó Yeonjun, bufando. Mirando su celular a algún mensaje, ahora era él quien buscaba mínima atención de su compañero Vernon y los
demás se sorprendieron cuando este empezó a sollozar bajito—. Papá dame mimos, estoy triste.

—Parece un mono que no quiere desprenderse de su mamá... —murmuró BaekHyun, recibiendo un golpe en su estómago por Chanyeol quien gruñó a sus palabras; jadeó adolorido—. E-era u-una broma, l-lindo.

—Cállate —advirtió—. Cachorro, ven aquí.

Yeonjun olfateó el aroma de su padre, sin dejar de sollozar y discriminarse por lo ridículo que se veía en ese momento, no podía entender su cambio y su Alfa parecía bajoneado.

—Papá, N-no sé qué me pasa...

—Tu aroma esta más fuerte... ¿Cuándo es tu celo, hijo? —indagó preocupado, abrazándolo y protegiéndolo con su aroma. Yeonjun se volvía sensible y muy gruñón en sus celos, lo sabía cuándo drásticamente sus comportamientos cambiaban—. ¿Cachorro?

—Quizá... Olvide la fecha... Pero estoy seguro que, mañana es más probable que ya no pueda controlarme. Es mejor volver a casa, papá.

—Es lo mejor.

—YoonGi llevará a TaeHyung y Yeonjun, tú puedes ir conmigo, Chanyeol —mencionó el Alfa Min, acercándose y no evitó sorprenderse cuando Yeonjun empezó a gruñirle.

—Yeonjun irá conmigo, desde cachorro siempre ha sido celoso y sería mejor que TaeHyung se alejara de YoonGi ahora mismo... Empezará a gruñirle —suspiró, viendo la desilusión del mayor y alzando una ceja cuando BaekHyun empezó a gruñirle a su hijo—. Creo que mejor es que nos vayamos, ya.

TaeHyung dándole un último besito a su mayor, se alejó y no se sorprendió cuando su hermano mayor empezó a marcarlo con su aroma. Yeonjun siempre ha sido el más celoso y territorial con ellos, no era sorpresa.

Al momento de subir al vehículo, TaeHyung escuchó la voz del señor Lee, viendo como venía hacía ellos o más bien, como miraba a su padre.

—¿Papá?

—Ayuda a tu hermano a subir al vehículo, en unos minutos voy, ¿si, cariño?

TaeHyung asintió, se alejó con el pesado de su hermano e ingresó al coche, con algunas quejas por los gruñidos de Yeonjun ante la ausencia de papá.

—Chanyeol... —respiró profundo BaekHyun al estar frente al pelinegro mayor, avergonzado estiró una camisa hacia el alfa Kim, quien lo miró confuso y extrañado. Mordiendo su mejilla interna, ordenó—: quiero... Quiero que lo uses, por favor.

—Bae, no voy a usar eso. ¿Pará qué lo haría?

—Tiene mi aroma. S-sé que Yeonjun es tu hijo... Aun así, algo dentro de mí duele que otra persona te marque. ¿Podrías... Podrías solo usarlo? Además... Si TaeHyung pregunta, dile que solo te pedí lo arregles, no sé, coser los botones. Y bueno... Mierda, Chanyeol solo úsalo, por favor.

—... Bien.

Una sonrisa creció en el rostro del Alfa Min, quien lo abrazó con fuerza y llenó sus fosas nasales con su aroma. Chanyeol se alejó un poco, seguramente sus hijos preguntaban su tardanza, y trató de doblar aquella camisa que podía sentirse el fuerte aroma del Alfa, inconscientemente BaekHyun lo estaba marcando.

—Nos vemos, Byunee.

—Hasta pronto... Amigo.

Y, con una pequeña sonrisa, ambos se alejaron por diferentes caminos. Chanyeol ingresó al vehículo, viendo en los asientos traseros a sus hijos gruñirse y pelear como los cachorros que eran. Suspiró, viendo una vez más la mansión frente a él.

BaekHyun en las puertas le sonrió, lanzándole un pequeño beso.

—Tonto Alfa... —murmuró con una sonrisa.