En cuanto estuvieron en la habitación YoonGi no negaría los indecentes pensamientos que cruzaron por su mente, se imagino de todo, realmente de todo. Menos ser consiente de que al tocar la cama, el Omega de cachetitos rosáceos lo empujara para poder acosarlo y literalmente meterse bajo su remera lisa grisácea, sacando su cabecita por el cuello de dicha prenda y segundos después el bajito Omega cayera dormido.

Teniendo al peliazul dormido, YoonGi agradeció que sus prendas sean doble de su tamaño, ya que ambos cabían en ella. Los ronquidos de puerquito se escuchaban en aquel silencio, TaeHyung mantenía sus manitos envueltas en su pecho y una línea de saliva impactar la piel palida, YoonGi hubiera hecho una mueca pero se quedo apreciándolo.

Inevitablemente abrazo al bajito, TaeHyung aportaba una lechosa y suave piel, pero la sentía caliente como fuego contra él, supuso que era por el celo. El aroma seguia intenso, YoonGi podía sentir como su parte animal solo quería cuidar, mimar y estar pendiente del Omega bajito.

Y no se negaría.

Así que tenía el control.

Brindo caricias en las hebras oscuras, sacando ronroneos del contrario, viendo la sonrisa adormecida del menor.

—Mío.

-— Tuyo—afirmó YoonGi, dejando un casto beso en la coronilla contraria. Su aroma se expandió, mezclándose como manjar con el Omega. Sus caricias no cesaron y mientras los minutos recorrían, YoonGi bostezo, parpadeando y sin evitar que el sueño lo venciera. Se había quedado dormido.

(...)

Unas risitas y pequeñas mordidas en sus mejillas lo hicieron fruncir el entrecejo, YoonGi bostezo, sintiendo menos peso en su pecho y abrió sus ojos de golpe al recordar al Omega, tomando asiento rápidamente y miro alrededor, TaeHyung estaba a su costado sentadito como indio pero con unas prendas diferentes, con sus prendas.

¿Cómo le había quitado su remera y pantalones mientras dormía?

TaeHyung yacía aún sentadito, aún sus ojitos seguian celestes y era testigo que el Omega seguia tomando el mando Le pareció tierno la imagen de TaeHyung.

TaeHyung lo miraba como a un gatito esperando ser mimado, su remera le quedaba grande al igual que sus pantalones, sus ojitos brillaban al igual que esa sonrisa de hamster, sus cachetitos rojizos y cabellitos
Desparramados tapando la mitad de sus ojos.

Hermosamente tierno

Sonrió bobamente hasta que cayó en cuenta de algo...

Miro hacia abajo y la sangre subió a su rostro

¡Estaba en boxer!

El Omega cubrió su boca pero no evito las risitas de su travesura, salió corriendo de la cama y estar de pie, miro con diversión al Alfa meneo su cabecita y morder sus labios ansioso esperando un  par una respuesta.

-—No, pequeño solo...-

-—Omega quiere mimos-dijo avergonzado, abultando sus labios a un puchero... - pero no queria molestar a Alfa durmiendo muy bonito...-se subió a la cama de un brinquito y ver como YoonGi trago sonora mente cuando tomó asiento en su regazo, acurrucados...

—Uhm, papi se enojara con mi Alfa, rompiste la puerta—

—Cierto, maldición-—susurro— ¡El señor Kim me va a matar! —Y no solo eso, me dará una patada que recordaría toda mi vida

—Vendre en unos minutos, bebé.— No quiero problemas con tu padre y como dejo más muertos, Era mejor disfrutar el momento antes de la enorme ola de regaños.

TaeHyung lo abrazo de su torso desnudo, negando frenéticamente a dejarlo salir de la cama.

No quería estar solo.

—hm, no quiero te vayas—

-—No me ire, mi amor—el Omega podia sentir el hervir de sus mejillas a esa significativa palabra,  chillé cuando el mayor me empezó a apartar con delicadeza, a punto de soltar un solloza, su boquita fue besada múltiples veces

—Bebecito, por favor. Alguien pueda entrar y no quiero que nadie vea al hermosa omega que tengo—

—¿Alfa celosito?—

YoonGi asintió, dejando un largo beso en aquella boca.

-Sí, muy celoso.

TaeHyung sonrojado lo dejo ir, YoonGi no tuvo problemas al salir en ropa interior después de todo, la vergüenza no era mucha.

... Mientras el Omega bajito salio de la cama, a trajo un poco de su ropa, sacándose las prendas del Alfa y las mezclo con las suyas en su enorme cama.

Sin ser consiente había hecho un nido cuando viniera su Alfa.