—¡SeokJin! Pero que gran sorpresa— hablo muy sonriente Hwanwoong.

Ambos primos se abrazaron, habían pasado dos semanas desde la ultima vez que se vieron —Tengo que hablar contigo— le susurro antes de separarse —¡Tio y tu se quedaran en casa! Solo he venido a por ti.

El menor sonrió ante lo dicho —!Si! Iremos a por una nueva arma.

El padre de Hwanwoong hizo su aparición —¡Claro que si! Jin me ha recomendado un excelente sujeto para tu nueva arma.

—Te prometo que no te arrepentirás— aseguro Seokjin —Incluso te la dejare probar en casa, ya tengo todo preparado.

—¡Excelente!— exclamo el padre de Woong —Es mejor que salgamos antes de que alguno de tus hermanos se quieran colar.

Los tres sujetos, salieron del recinto muy sonrientes, Hwanwoong estaba ansioso por saber mas sobre Andrea, Seokjin estaba preocupado y nervioso, todo lo que investigo no le trajo nada bueno, el señor Kim, lejos de acertar a los pensamientos de sus acompañantes, solo planeaba su próxima venta.

Después de soportar la tortuosa compra, SeokJin arrastro a Hwanwoong al espacio que había preparado, era un lugar cerrado, con objetos extraños y números alrededor —Empieza a disparar.

Hwanwoong suspiro frustrado, con el arma apunto a cada objeto de mayor cantidad, estos haciendo eco al romperse por el impacto de la bala, tras su excelente puntería, Hwanwoong dejo el arma de lado.

—¿Y bien?

SeokJin entrelazo sus dedos y suspiro —Esto es mas grande de lo que imagine.

—¿A que te refieres?

—Esa chica tiene un pasado oscuro, mas oscuro que el de tu padre.

Hwanwoong le miro con los ojos bien abiertos —¿Que?

Jin dio otro respiro pesado —Su verdadera familia te dejara descolocado, debes hacer todo para que te acepte a ti, abre sus ojos y enséñale la verdad.

Dicho esto entrego aquellos documentos que se aseguro guardar muy bien, Hwanwoong los tomo con cuidado, sus ojos captando el color oscuro del papel, lo que solo le dio un mal presentimiento, sus ojos empezaron a devorar la lectura, quedando atónito ante todo lo que leía.

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Las hermanas Kim reían divertidas pues habían utilizado una nueva arma con la secuestrada, esta, desecha y con sangre brotando por su boca, las miraba con odio rotundo, eso solo divertía mas a las hermanas, pues sin titubear, tomaron aquella filosa arma e hicieron un grabado en los brazos de Andrea.

Cuando Andrea perdió la conciencia, hicieron una mueca de aburrimiento, limpiando sus manos y dejando a la secuestrada en manos de Robert y Yurico, salieron del lugar, cuando se encontraron con su madre, la invitaron a comprar, así las mujeres salieron de la mansión.

GunMin ingreso a la habitación sonriente, su sonrisa pronto se volvió una mueca de desagrado al ver como se encontraba Andrea, sus brazos estaban cubiertos de vendas, debido al sangrado constante ahora estaban teñidos de rojo intenso.

La ropa de la joven Andrea tenia manchas de sangre, acostada en aquella colchoneta reposaba pesadamente y con la respiración casi desecha —Veo que mis hermanas se divirtieron con ella— la voz de su hermano mayor lo saco de su trance.

—Eso parece.

YoungJo negó cansado —Hablare con mi padre, ella es Mia ahora— declaro sonriente.

GunMin alzo una ceja —¿Tuya? ¿Donde dice que no veo?

YoungJo soltó una risita —Si, Mía, no quiero verte aquí, ni a ti ni a los demás.

GunMin empezó a reír cual desquiciado —¿enserio? Hasta donde ser te sigue odiando.

YoungJo gruño con enojo —Me importa una mierda si me odia, le he hablado a nuestro padre y planeo iniciar con los preparativos.

GunMin se acerco a su hermano —Ella no te pertenece aun, así que deja de decir tonterías.

YoungJo iba a responde pero fue ininterrumpido —¿Ahora que mierda quieren?— Andrea rugió con total fastidio a sus captores, quienes se paralizaron al escucharla —¿No ha sido suficiente? Mierda, hoy no quiero tenerlos cerca, de solo verlos me dan ganas de vomitar.

Ambos hermanos la miraron sin saber exactamente que decir, Andrea seguía con aquella mirada que tanto atemorizaba, mas ahora, su rostro enseñaba cansancio y estrés —Lo sentimos bella durmiente— Hablo YoungJo —Solo pasábamos para darte el beso de amor.

GunMin volvió a reír esta vez, se acerco a Andrea, quien lo veía con desagrado —Sabes, eres hermosa cuando te enojas, pero no estaría mal que escogieras a un dueño permanente.

Andrea sintió nauseas, y sin ser consciente vomito, devolviendo lo poco que logro digerir en la mañana, arruinando el traje de GunMin, YoungJo empezó a reír —Eso— con lágrimas en los ojos siguió riendo.

Andrea se limpio la comisura de sus labios, el sabor amargo de la bilis la hizo arrugar la nariz, la combinación de lo amargo con el metálico de la sangre era peor de lo que pensaba.

GunMin se levanto refunfuñando —Que buena forma de rechazar a las personas— asqueado salió de la habitación.

YoungJo aprovecho esto para acercarse a la pequeña y limpiarle el sudor —Sabes, yo te tomare como mi esposa y así no sufrirás mas.

Andrea se aparto bruscamente de YoungJo —Jamas— hablo con dificultad —Me casare con alguien tan despreciable— dicho en un susurro, Andrea cayo inconsciente.

—Con que no... Eres tan divertida— levantándose acomodo su atuendo —¡Robert!

No paso mucho para que el empleado estuviera frente al amo —¿Me ha llamado mi señor?

YoungJo asintió —Llama a mi padre, dile que la mocosa esta presentando síntomas extraños y necesita un doctor.

Robert se vio preocupado —¿algo mas?

—Si, no dejes que mis hermanos la vean, ella ya es Mia y no quiero mas de sus juegos estúpidos.

Robert asintio —Si señor.

El jefe de la casa simplemente suspiro frustrado, esa chica era una mujer difícil de tratar, además sus hijos no cooperaban con la causa, la maltrataban y no hacían un esfuerzo por ganarse la confianza de la mocosa.

Todo se estaba complicando, si ella resultaba tener alguna enfermedad grave debido a la tortura de sus hijos, le sacaría los sesos a todos, estaba empezaron a hartarse de eso.

Si esto no resulta, tendré que obligarla...