Capitulo 3
—Padre.
—Andrea es la pequeña que hará todo esto realidad.
Jackson bajo la mirada, nada de esto le gustaba, estaba muy mal entregar a su Angelica hermana solo por un estúpido Tratado que su propio padre incumplió, es decir, ¿porque mierdas no se entregaba el?
Su padre ocultaba más, no era un simple trato, no era el que debía, no, nada de lo que el pensaba era real, su padre es un maldito, experto en mentir, en escabullirse a tal punto de desaparecer.
No pasó mucho tiempo de que su padre descubrieron la huida de Andrea, estaba enojado, como buen señor del mundo, tomó a su hijo llevándolo al lugar de tortura, el subterráneo, donde mataban a gusto y nadie se daría cuenta de ese hecho o de como lo hicieron.
Con ayuda de los propios guardias ataron de pies y manos a Jackson, su padre fue quien destrozó su bonito rostro.
—¿Donde está tu hermana?
Jack sonrió —¿No debería saberlo ya, padre?
Una bofetada más —Te quieres pasar de listo, este es exactamente el comportamiento que te llevó a la expulsión del la familia... Si hubieras sido callado y te hubieras mantenido firme no estaríamos aquí, Susan.
Una mujer alta, de cuerpo tonificar y cabellos negros llegó al lado del amo —Trae a su... Acompañante— la sonrisa en los labios de su padre le provocó náuseas.
La mujer solo asintió para luego hacer señales, a rastras llevaron un cuerpo, lo amarraron y la mantuvieron dopado, su amado Bambam, se veía maltratado y sudoroso.
—¿Hablaras? O tendré que torturar a ese chiquito primero.
Jackson trago en seco —Ella llamará, debes estar atento.
Así fue como Jackson fue maltratado, su hermana había mordido el anzuelo y su padre reía victorioso, ¿ese era realmente su padre? ¿que pasó con el hombre amoroso y compresivo?¿Donde estaba su madre? ¿Por que hacia toda esta mierda?
Las preguntas se acumulaban, las respuestas jamás eran obtenidas, el hombre que considero su mayor ejemplo a seguir se había convertido en el monstruo que atormenta su vida.
—No era difícil o ¿si? Cuando todo este resuelto, tu volverás conmigo y deberás trabajar en el negocio... Ya tengo a tu pareja bajo mi manga.
—Eres un maldito.
—Tu lo serás pronto hijo mío.
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—¿Donde estoy?
La voz suave de la joven muchacha hace eco en la fría habitación, parpadeando varias veces logra acostumbrarse a la luz que tiene pegada a su cara, moviéndose levemente, nota las horrendas cadenas de sus manos, sus pies de igual forma esta atados, prácticamente esta colgada cono llavero.
Haciendo movimientos bruscos intenta zafarse de las ataduras, sus ojos enseñan enojo, tiene tanta rabia que podría matar a cualquiera, de un momento a otro, sus manos se vieron exhaustas por el peso de su cuerpo, soltando un joder intento buscar algún indicio para ser libre.
La puerta del lugar se abrió dejando ver a dos hermosos hombres, cada uno con diferentes detalles, ojos rasgados y labios de infarto, claramente la diferencia de altura era considerable.
Tras ellos habían más hombres, pero estos, debido a su forma ordinaria de vestir, logró descifrar que solo eran guardias, seguramente el chico alto era el líder de todo esto.
—Veo que nuestra invitada despertó.
Andrea pudo sentir como su cuerpo se congeló, las auras de ambos chicos le provocaban temblores, si la voz del chico bajo era así de varonil no imaginaba la voz del más alto.
—¿Qué hago aquí?
La voz de Andrea salió más baja de la normal, debido al silencio en el lugar, ambos habían logrado escuchar, sonriendo como prototipos perfectos hablaron.
—Estas en... Tu nueva casa— la voz del más alto era solo un poco más gruesa que del otro chiquillo.
Detallándolos mejor, noto que el cabello de ambos no era azabache, el mas alto, dejaba ver sus cabellos tan negros como el carbón lo contrario del otro que eran rubios, el color de los ojos del peli negro son grisáceos y los del rubio color negro.
—Debería haber sido un Tratado justo— habló el rubio —Pero tuvieron que cagarla.
—Mi padre ¿Dónde está?
—¿por que preguntas por el? ¿Qué acaso no sabes nada?
—ustedes secuestraron a mi padre y a mi hermano— chillo sollozando —¿Qué le han hecho? ¿Por qué a mi?
El peli negro soltó una risita de pena, tomando bruscamente el cabello castaño de su prisionera sonrió —Mira mocosa, tu padre debe estar celebrando por haberse librado de nuestro clan, hace muchos años esta con nosotros y ahora... Es un viejo estúpido— soltándola saco un cigarrillo —Ahora, necesito saber que tanta información te puedo sacar.
El rubio negó de inmediato —¡oh no!— grito rápidamente —Padre decide que hacer con la mocosa, nosotros solo debemos revisar que no se muera.
—¡Yo no soy un puto objeto!— grito Andrea, ella sería capaz de tolerar todo menos ser tratada como una propiedad.
Ahora el rubio la miro con desprecio —¿Con que argumentos dices eso?
—Soy una ciudadana decente, estudió para graduarme, trabajo decentemente y no tengo problemas con nadie, he vivido de mi para mi, no para otros.
—Sabemos cual es tu rutina preciosa, no debes repetir la que ya sabemos— El chico alto se acercó para tomar de la barbilla a la joven —Ahora no eres una mocosa suelta y descarriada, nos perteneces, por lo tanto, eres nuestra— Andrea escupió en el rostro del su captor
—No soy de nadie.
El cerro los ojos con repentino asco, su mandíbula se tenso y sin que Andrea lo esperara, sintió el impacto en su rostro, ese hombre maldito la había golpeado, sin descaro alguno le dio una bofetada tan fuerte que logró resonar en todo el lugar.
El chico rubio había apartado la mirada, se sentía incómodo con la situación —Solo eres un objeto propiedad de las Águilas, no permitiré que me faltes al respeto— una vez más sintió el impacto en su rostro, maldición, dolía como el infierno, podía sentir el sabor metálico de su sangre en su gusto.
El hombre frente a ella sonrió, sacando un pañuelo limpio la saliva de la joven encadenada, dando un leve suspiro volvió a acercar su rostro al de su prisionera —No provoques al rey.
Andrea intentaba tragarse las lágrimas, más fue inevitable, se sentía humillada, esto era horrible, lo peor que le pudo suceder.
El peli negro se dirigió a la salida, el rubio aún miraba a la prisionera, sentía pena por su condena, el cuerpo de la joven se veía tan frágil que quiso por un momento poder estar con ella y curar sus heridas.
—Hwanwoong vayámonos— el mencionado asintió para ir tras su mayor, suspirando le dio una última mirada a la prisionera.
—Nos vemos luego.
Andi sabía solo una cosa, Se vengaría, mandaría al mismo infierno a esos hijos de su mierda, ella les enseñaría a respetar, ella, solo ella donaría a esos cabrones que se atrevieron a lastimarla.
—Hwanwoong, me vengare de ti y toda tu familia.
me retrase mucho con el cap perdón, espero lo disfrutes, (internet me odia)
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