Los horas pasan y el ambiente se vuelve mas pesado, el cuerpo me duele, estoy cansada de tanta mierda, me han arrebatado todo, solo espero a por mi libertad, una que cada vez luce mas oscura y siniestra, los recuerdos de mi infancia no dejan de aparecer, el dolor de estos sencillamente son insoportables, verme como una asesina, un demonio... no se quien soy, estoy tan confundida.

-Mi bella futura esposa- Como siempre el maldito dolor de culo llega puntual a su desesperada cita, hoy le tengo un regalo, porque no me quedare quieta, no mas -¿Y bien? ¿Ya me das el si?

tan coqueto como siempre se acerca a mi y toca mi rostro, las cadenas en mis manos están en el suelo, mi arma reposa en mi piel, siento su filo y desesperada, logro recordar mi trágica vida, llena de adrenalina mas el aroma de la pólvora, el sonido del disparo y las vibraciones de todo mi cuerpo. 

-Tengo listo el catalogo de vestidos y modelos que desees, he encontrado muchas cosas hermosas ¿No quieres sentirte reluciente? serás la mas poderosa mujer del clan, porque serias mía.

-Me das asco- confesé -Nunca me casaría con alguien tan despreciable como tu.

Como es costumbre, la mano de YoungJo toma posesión de mis cabellos, con una fuerza brutal me estampa contra la pared mas cercana, mi cráneo cruje y mi piel se rompe, la sangre sale y es inevitable para mi no sentirme atraída por el dulce aroma de esta -¿Que te cuesta decir que si?

con el resonar de las cadenas aturdiendo mis oídos me levanto temblorosa, la sangre caliente baja lentamente por mi rostro, sonriendo levanto con elegancia la falda del vestido que como costumbre siempre me colocan con su visita, atraído por mi propuesta se acerca, riendo para mis adentros enrollo mis piernas en su cintura, sus labios pronto se encuentran con los míos, sin resistirme le devoro con devoción, sorprendido intenta tomar el control bajando con lentitud por mi mandíbula, mis manos tiemblan por el estasis de mis intenciones, sacando el objeto oculto y soltando un jadeo de excitación, entierro en su pecho dicho objeto.

Su grito me hace reír, y sin detenerme le hago una herida en el cuello, su sangre no tan roja se esparce por su traje, mi maniática risa suena hermosamente por estas cuatro paredes, la puerta es aporreada una y otra vez, finalmente los chicos de negro se encuentran aquí, como solo ellos lo hacen corren a socorrer a su amo, muertos de miedo huyen del lugar con el cuerpo herido de YoungJo.

en una nueva estancia, los torturadores llegan y sin dejar de reír recibo cada uno de sus puñales, el hermoso bisturí robado (recibido) de mi visita al medico, me sirvió de algo, el señor Kim me mira con desprecio, tras esos ojos puedo ver su miedo, huelo su desespero y aparente terror.

YoungJo fue llevado al hospital, con la adecuada atención, lograron controlar el sangrado, por desgracia debería permanecer en este y recibir trasplantes de sangre.

Había pasado, era lo que se merecía, lo sabia, el necesitaba ser castigado, todos ellos debían morir.

Mis recuerdos cada vez son mas horribles, pero por mas que trate de negarlos, me agrada esa sensación, tan llena de emociones, tan impactante que logra hacerme temblar, estoy muriendo de deseo, necesito ver sangre, es sádico pero tan adictivo.

Las lagrimas me confunden, ahora soy una especie de monstruo, la que es capaz de matar, la que ya no siente compasión, ahora, solo me queda culparme a mi misma, por la muerte de Xion, mi responsabilidad, a quien prometí cuidar. 

Toda mi vida ha sido una triste mentira, ¿Cómo fue que olvide mi verdadero yo? Tal vez, todo esto sea un sueño, si, eso es, estoy soñando, me veo a mi misma, amarrada como animal, destruida y ensangrentada, llena de sangre ajena, pensando en lo cautivador que es el aroma de la sangre, en lo encantador que es sonido de la bala al atravesar un cráneo.

¡Maldito sueño! ¡Despierta! ¡Por favor déjame regresar! ¡Quiero volver a esa cruel mentira! ¡Mierda!

Todo una maldita fachada.

¿Por qué a mi? Me preguntan sin obtener respuestas, estaba encerrada y atada cual animal maldito y leproso, ¿Qué mierda hice para merecer esto? Me volvía a preguntar gritando de rabia a la nada creyendo que nadie me escuchaba, que todos eran unos malditos depredadores en busca de satisfacer su propio placer.

¡Maldición! Estoy cansada de esto, estoy hasta la madre de toda esta mierda, ¿por que el mundo no puede dejar de ser tan estúpido? ¿Por que ocultar tanta mierda creyendo que no lastimaran a nadie? ¿Por qué son tan egoístas? ¿Por que tan dé repente me veo tan patética?

Antes creía que la vida era color rosa, creía que todo tenía una solución justa y factible, ahora lo único que creo realmente es en la porquería que guardan las personas y en discordia que cada uno tiene el descaro de presumir.

-Estoy harta de tanta mierda- susurre sin aliento, realmente estaba cansada, ya no era consiente de nada, sabía que no podía confiar ni en mi sombra.

Una risa muy tierna pero que sin duda lograba asustarme resonó por la habitación -Deja de luchar preciosa- como si de magia se tratara apareció de entre las sombras el hombre que ha revelado mi verdad, que ha arrancado la banda que cubría mis ojos, el hombre que odio -Se Mía y deja atrás todo lo que te atormenta- podía sentir su respiración en mi cuello, el lograba asustarme tanto como las arañas, el y solo él era digno de verme sonreír.

-¿Que ganaría contigo?- pregunte cerrando los ojos y pensando en el bosque, amaba estar en-medio de los árboles.

-Tu libertad- sentenció acariciando mi cintura -Y la mía

-¿La tuya?

Hwangwoong, este es el hombre que mejor me ha tratado en este infierno, me enseño la verdad y es el único en quien siento que puedo confiar, aunque lo deteste tanto como a su despreciable familia, no siento que haya otra solución, solo... necesito...

-Esta podrida familia ha sido mi prisión desde que nací, mi madre fue condenada a separarse de mi y luego... la asesinaron- su mirada entristecida me cautivo... solo un poco -Si consigo tu mano, yo seré libre de esta maldita familia, se que con tu poder, yo podre escapar.

Aveces me es difícil asimilar el hecho de que sea una heredera potencial de un país lleno de armas que con un clic puede destruir a toda una organización -Aceptó.

¿Qué puedo perder? Él será mi nuevo juego.