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capitulo 8

La nueva habitación de hospital era mas de lo que Arun se hubiese esperado, desde que llegaron se les trató como si el rey o el presidente del país estuviera entrado, eso sí, todo fue altamente confidencial. Las personas que los recibieron eran solamente dos especialistas y dos enfermeras, ellos eran los únicos que estarían a cargo de Arun.

Ellos también fueron los que les mostraron donde se estaría quedando Arun, este último pensó que el lugar parecía una suite de hotel de cinco estrellas y no ocultó del todo su asombroso al ver algo así, el estar respirando el olor a dinero que desprendían el interior de su nuevo hogar por una semana más, eso es lo que esperaba porque ya no quiere seguir en observación.

—Es tan bueno tener dinero.—Susurro muy bajito.

‹No sé si considerar esto una habitación de un paciente, o pensar que es la habitación de un lujo hotel cinco estrellas, estar en VIP es muy diferente al estar en aquél lugar apunto de caerse.

Ni cuando era cazador experimente ni mucho menos disfrute de un lujo como este, para lo máximo que me alcanzaba era para recibir tratamiento en un sitio clandestino, barato y con el riesgo de morir pero era eso o nada... Tenía una condición un poco especial que requería un caro tratamiento, y pagarle a un mago era mas caro que un riñón en buenas condiciones.

En ocasiones era Ginebra la que me ayudaba a pagar el tratamiento, en ocasiones solo ella cuando yo únicamente alcanzaba ganar la cuota que tenías que dar por obligación al gobierno. Es por eso que nunca podía prosperar o darme mis lujos, y si tenía la oportunidad prefería ahorrar ese dinero.

...Y aún después de mi muerte no descubrí del porque tenía que ser inyectado con maná perteneciente a las mazmorras, porque el maná de los despertados era muy diferente a la que había dentro de una mazmorra al igual la que poseían los monstrous.

Al principio sospechaba si era un monstrou por eso mis fallecidos padres me limitaban en algunas cosas, un monstrou con el cual experimentaron o fue creando en algun laboratorio y no me acordaba de ello, pero no era así, resulté ser un humano. De igual manera ya no es importante porque mi yo de ese mundo ya murió, ahora soy este Arun. Aún más lamentable y miserable que mi anterior yo, es como si él y yo fuimos cortados con la misma tijera.›

En ese instante Arun estaba tan inmerso en mirar a su alrededor, reafirmando su pensamiento que el dinero si te da felicidad. Puedes viajar, comprar cualquier cosa, no necesariamente el amor pero eso a él no era algo que le innecesario. Por estar pensando en es que no se percató de esa discreta e inexpresiva mirada, fija en él.

Mirándo sus reacciones como si fuera la primera estado entre tantos lujos, para este Arun si sería la primera vez pero para el anterior no, después de todo antes de sue su padre muriera, vivían en una gran mansión, era lo mismo cuando se hizo novio de Bodhi, este último se lo llevo a vivir con él a Arun y su papá.

El sueño del anterior Arun como el actual no era muy diferente, su sueño siempre ha sido vivir lejos de las personas, construir una gran casa lo suficientemente espaciosa con piscina, jardín entre otras cosas en cima de una montaña o cabaña en algún lugar alejado del mundo.

Y quizás en está vida el actual Arun logré tal sueño, pero antes de lograr tal cosa tendrá que encargarse de los problemas dejados, su futuro se percibía muy oscuro y problemático. Arun ya estaba sabedor de eso, pero eso era lo de menos por el momento tenía que solucionar la molestia frente a sus ojos. Esa molestia era Deon.

—¿Joven Salomé, necesita algo?—Preguntó el varonil hombre de tersa piel morena, de grandes ojos de un color ámbar.

‹El temperamento y personalidad como aura alrededor de este joven, es muy diferente a lo que se decía y lo que aseguró el señor Jace Roux. "Es un inútil, miedoso. Alguien sin gracia que nunca fue merecedor de mi hijo, Bodhi." Fue lo que expresó con bastante odió. Seguramente dijo eso por lo mismo, porque le tiene rencor a su yerno.›

—Si es así solo dígame.—Mi jefe me comentó que tengo que ser respetuoso con él, pero no porque sea su sobrino político. Estoy casi seguro que no lo ve de esa manera, ¿entonces por qué tengo que ser así como él?

—Sí, que esa persona se vaya sino es mucho pedir.—Señala a Deon.

—Eso es...

—Si él no piensa decir nada y solo se quedará ahí, entonces me encantaría que se fuera.—No le permitió hablar.—Soy un paciente y necesito descansar. Su presencia no ayuda mucho.—Expresó sus deseos.

‹¿Por qué está persona sigue aquí? Se suponía que venía hablar sobre la herencia, pero no ha dicho nada relacionado con eso. Desdé que llegamos solo tomo asiento y llamo a su asistente, la persona que acaba de hablarme.

Es un hombre de unos veintitantos años, de mi misma estatura. Alguien bastante varonil, bien parecido, de cortos cabellos negros, ojos ámbar y una piel suave, morena.

Si ginebra estuviera aquí estaría pegada a ese hombre, tenía una afinación por dos tipos de personajes, lo de tez morena y los bronceados así como una loca por los músculos, grades pectorales, más músculos.

En verdad está enferma y no me dí cuenta de ello...loca y todo pero la quería. Lo bueno que no me contagió su locura, solo terminé en este lugar que habia sido uno de sus grandes sueños. Llegar a una de sus novelas favoritas.

Sería una fans de esas que harían todo por su favorito, y volvería a cubrir una paredcon fotos de sus personajes mostrando únicamente sus pectorales, del abdomen como brazos. ¿Por qué no de la espalda también? "su mirada se fue en dirección a Deon. "Él tiene una espalda muy...¡¿Qué rayos estoy pensando?!› Mira a otro lado.

Deon sin preguntar nada y como amo por su casa convirtió esa habitación en su oficina, él se quedó con Arun yno se fue como lo hizo su sobrino, Dewit.

—Me temo que no puedo hacer eso.—Contesto respetuosamente.—¿Algo más que guste como por ejemplo una bebida? ¿Agua?

—¿Por qué no mejor sal o ruda?

—¿Eso para que?

—Sal para esparcir al alrededor y la ruda es para pasarla por todo mi cuerpo.—Mira a Deon.—Tal vez solo de esa manera pueda deshacerme de los problemas o de las personas extrañas que se me acercan.

No creo en cosas como esas pero estoy empezando a creer que necesito una limpia, ya es mucha coincidencia que salgo de una para meterme en una situación peor que la anterior...

—Sé que lo pongo nervioso y lo entiendo porque somos desconocidos.—Expresó, levantado ligeramente su mirada, conectado al segundo con esos ojos rojos.

—¿Qué?—Arun se exaltó ligeramente, al ver esa traviesa micro sonrisa en los sensuales labios de Deon.

.—Pero descuidé, no tengo pensado devorarlo.—Esa sonrisa solo de mantuvo por segundo, para este instante su rostro ya tenía cero expresión.

—Si que es malditamente engreído.—¿Acaso ví mal o si estaba sonriendo?—¿Hay alguien nervioso aquí y si es así por qué no lo estoy viendo?—Que importa si sonrió o fue su manera de retener algún pedo.

—Vaya al baño y cuando este frente al espejo solo entonces podrá ver ese alguien.—Contesto Deon, volviendo a poner toda su atención en la laptop apoyada en su regazo.

—No creó en fantasma por si su intención es asustarme.—No iba a permitir que se saliera con la suya, mucho menos darle la razón.

Una leve sonrisa volvió aparecer en sus labios, al escuchar el rechinar de los dientes de un molesto Arun, pero así como apareció también desapareció.

—¿Tiene pensado en perforar mi rostro?—Preguntó.

Deon sin mirarlo directamente se dió cuenta que esa mirada roja, se encuentra fijamente en su rostro. Una mirada que le expresaba las ganas que tenia Arun de tomarlo por el cuello, y hacerlo hablar del porque se quedó sino tenía pensado hablar sobre el testamento.

—Si tiene pensado en admirar mi rostro por lo menos hágalo discretamente, en mi caso no es así pero algunas personas se podrían sentir e incomodas.—Esta vez si entrelazó su mirada con la de Arun.—Aunque, soy alguien que se vuelve tímido si lo miran directamente y por tanto tiempo.—Vuelve a llevar su mirada a la pantalla de su laptop.

Su asistente que lo conoce por tanto tiempo se quedó sin palabras, no tenía ni el mas mínimo conocimiento que el tempano de hielo de su jefe, tuviera un lado como ese. Él está tan incrédulo como lo está Arun.

—Tímido mi trasero.—Salió su lado mal hablado.

—¿A ver?—Arqueo su ceja.

Al parecer a Deon esta tomando gusto por las diferentes reacciones en Arun, el verlo y expresarse de esa manera que no se le queda callado, y mucho menos lo dejá salirse con la suya como suele ser siempre al hablar con quién sea. Deon rara vez, o mejor dicho nunca a tenido una conversación como esta, donde lo tratan como una persona mas.

—Este vea.—Saco su dedo de enmedio.

Siempre con su cero expresión lo que me impide saber que está pensando, pero últimamente a estado muy hablador. ¿Dónde quedó ese hombre silencio? ¿Acaso sospecha que hay algo extraño en mí y por eso solo estaba esperando que bajara la guardia? Es que ya decía yo, desde que lo conocí mis instintos me lo advirtieron de que era un hombre peligroso. Alguien molesto.

—Si no me dice del porque sigue aquí es probable que lo haga, que perfore su rostro pero ya no será con mi mirada sino con el florero a lado.—También me gustaría patearle el trasero.

—Vaya manera de agradecer por traerlo a un lugar mucho mas decente...

—No es como si usted vaya a pagarlo.—Lo interrumpe.—Es un hecho que lo está pagando con el dinero de mi difunto esposo.—Al retirar su mirada de enfrente se perdió el leve movimiento en las cejas del contrario, fue un segundo pero se logró ver esa frunció en ellas.

—Ese dinero aún no se puede usar hasta que haya arreglado el paleo.—Informó.

El asistente al escuchar eso miró con desconcertado a su jefe, todo indicaba que él sabía algo relacionado con el testamento. Una información totalmente diferente a lo que estaba diciendo Deon.

—Jefe, eso no es...—Calló al instante en que se encontró con esa sanguinaria mirada, "dí una palabra mas y te sacaré los colmillos." Es lo que el asistente leyó en esa afilada y tan penetrante mirada.

—¿Qué iba a decir?—¿Por qué se callo tan de repente?

—No puedo hablar sobre eso, me discípulo.—Hace una reverencia.—Son cosas de la empresa.

—Ya veo.—No se lo creyó del todo.—Tampoco estoy interesado saber sobre los secretos comerciales.—Bostezo, discutir con Deon le había provocado sueño.—Voy a dormir un rato.—Mira fijamente a cada uno de ellos.—Sino quieren morir es mejor que no intenten nada.—Advierte.

—No soy esa clase de persona.—Se defiende el asistente, esperando que dijera algo su jefe pero este solo guardo silencio, concentrado en su trabajo.

—Por lo visto tu jefe es diferente a ti.—Quita las flores del florero, llevándolo debajo de la colcha.—Caras vemos, oscuros secretos tras de ella no sabemos.—Es caras vemos, corazones no sabes vemos, pero suena mejor como lo dije de primero.

—¡Le aseguro que mi jefe no es clase de persona!

—Da igual, si llega a intentar algo solo le romperé la cabeza y asunto arreglado.

—Joven Salomé.

Arun cerro sus ojos e ignorando al asistente intentado explicarle del porque Deon no le respondió, el asistente estaba mas preocupado por la integridad, reputación de su jefe que el propio Deon.

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