capitulo 10
Lo menos que Arun quería en estos momentos era el tener que lidiar con otro problema, porque si, Arun ve a su hermano Davet como un gran problema el cual quería solucionar después. Mejor dicho, él desde un principio no tenía la intención de reunirse con nadie de la familia Salomé, no tenía porque cuando sus lazos ya están rotos desde su nacimiento.
Arun también tenía algo muy en claro lo cual fue aconsejado por su amiga Ginebra; ella cada vez que hablaba con su mejor amigo le comentó que lo mejor que puede hacer una persona es alejarse de los protagonistas, no por medio sino que un mundo que gira a su alrededor te verá como enemigo, y aunque no hayas hecho nada puedes verte culpable a los ojos de los demás que están cegados por el halo de los protagonistas.
Ginebra también le expreso que si ella llegará ir a otro mundo lo primero que haría sería barrer el piso con ellos, con los protagonistas masculinos. Para que dejen de ser tan idiotas y se déjen de tanto malentendido ya que eso solo le provoca una úlcera de coraje.
No obstante, Arun no la tiene nada fácil si de por si su situación es un desastre, sin influencia y con un acosador detrás de él y como si eso no fuera poco es nada menos que el hermano menor del protagonista masculino con el cual no se llevan bada bien. Mejor dicho, nunca se han visto como una familia.
Ellos dos son solo dos desconocidos y Arun tenía pensado seguir viviendo de esa manera, sin ataduras ni relación con la familia Salomé. Ya que, la persona que necesitaba desesperadamente un hermano mayor, un ancla en esas violentas aguas, ya partió al mas allá y por lo visto no volverá jamás. Ese Arun se fue a descansar para siempre con el amor de su vida, ese que le dio paz. Aquí ya no hay nadie que necesite la ayuda de Davet o de la familia Salomé.
—Si que estas guardando luto.—Hablo sarcástico y con insinuación a algo indebido entre ellos dos, mirando inexpresivo el lugar donde se sostienen las manos de Deon, en el cuerpo de Arun.
¿Desde cuándo a estado interactuando con ese tipo? Más bien, ¿quién es? Según tengo entendido Arun solo tiene un amigo, fue aislado de las personas por el miedo a que falleciera o se los entregarán en su cumpleaños como sucedido con nuestro padre.
Cuando capture a ese acosador creí que volvería a retomar su vida sintiéndose libre sin preocupaciones, pero no fue así. No hasta que conoció a su difunto prometido, sigue siendo su prometido porque los papeles de matrimonio no se lograron firmar.
—“Se te ve muy triste por la perdida.”—Aquí apesta a feromonas tan repugnantes que quiero vomitar.
Davet extendió su mano al lado izquierdo ahí estaba su fiel guardaespaldas, Gareth. Haciéndole entrega de una mascarilla personalizada a su jefe.
—Veo que hay personas que no tienen respeto por los pacientes.—Expreso, mirando con desde a Deon.
—¿Me está hablando a mi o a él?—Señala a Deon.
No soy tonto se lo que está insinuando con respecto a mi y a Deon, como si le importará lo que haga o dejé de hacer con mi vida. Si viene a darme sermones terminará golpeado.
—¿Lo conoces?—Le pregunta a Deon.
‹No sé que diablos hace aquí y ni me interesa saberlo solo que este tipo llamado Davet, es tan peligroso como lo es Deon. No puedo saber que rayos están pensando pero mis instintos me advierten que tenga cuidado con ambos. Sin embargo, verme aquí siendo sostenido por un posible depredador con piel de oveja. No obstante, es con el protagonista masculino con quién no quería encontrarme, siento que será un dolor de culo.›
Arun no lo tendrá tan fácil como lo hubiese querido, Davet es tan fuerte y con gran influencia al igual que Deon. Quién en estos momentos se sigue mirando fijamente y fríamente con el protagonista masculino.
Davet sigue esperando que Arun baje de los brazos de Deon, y aunque el menor lo quiera no es tan fácil cuando el de ojos dorados agrega más fuerza para mantenerlo ahí, en sus brazos; sin importar que Arun este a poco de perforarle un pulmón al impactar su puño contra el cuerpo del contrario para que lo suelte.
—No lo conozco.—Contesta Deon, agarrando la mano de Arun para que deje de impactar contra su cuerpo.
Deon tiene tanta fuerza que sin ninguna dificultad podía sostener en un solo brazo a Arun, eso sorprendió un poco al último mencionando. No era para menos si Arun no es pequeño y su complexion tampoco es una broma pero la de Deon tampoco.
—No suelo recodar cosas que no son de mi interés.—Expreso.
—Si estamos hablando de cosas que no causan interés tampoco se queda atrás.—No iba a quedarse callado cuando directamente lo están ofendiendo.—No sé quién sea y si hay personas que lo conocen seguramente es porque son seres insignificantes, pequeñas cosas que lamería los pies de quien sean solo por un poco de pan.
—No es quién para expresarse de esa manera cuando también es uno de esos seres insignificantes.—Sonríe pero sus ojos no.—No tengo ni la menor duda que todo lo que presume es debido a su apellido, y porque le encanta lamerle los pies seguramente a la cabeza de la familia.—Concluyo.
Arun vio a la perfección la manera en que esa mirada del protagonista masculino, se oscureció, era como si Deon hubiera tocado un punto bastante sensible en Davet aunque solo fue por uno segundos. Davet fue muy rápido en volver a su semblante inexpresivo, actuar como si nada hubiese pasado.
‹¡¿Uhh?!› Arun se sobresalto ligeramente ante el repentino contacto visual con Davet, este último había levantado su mirada justamente cuando Arun lo estaba analizando, encontrándose así con esos ojos rojos.
—¿Cuánto tiempo piensas seguir mostrado tal vulgaridad, Arun?—Cuestiona.
—No opines si no sabes del motivo que me llevó a terminar de está manera, y si soy vulgar o no eso tampoco debería de importarte, mucho menos tienes el derecho de cuestionarme no recuerdo tener tal cercanía, joven maestro Salomé.—Que no venga hacerse el buen hermano y mucho menos a intentar educarme.—¿Tengo que recordarte lo que me dijiste la última vez que nos vimos?
—No es que me importe pero sigues llevando el apellido Salomé, así que comportarte.—Hablo demandante.—¿Qué está esperando para soltarlo?—Pregunta, acercándose a ellos dos.—Quitarle las manos de encima.—Agarra con fuerza las manos de Deon, queriendo quitarlas de las caderas de Arun.
Una pequeña lucha pero feroz se fue desarrollando entre ellos dos con Arun enmedio, el joven exhala e inhala controlando sus ganas de torcerles el cuello a los dos alfas mayores.
—Arun no te muevas tanto o te caerás.—Ignora por completo a Davet.—Recuerda que las heridas de balan se pueden abrir...
—Dije que lo sueltes.
—¡Ya basta los dos!—Se baja de los brazos de Deon, pero sigo quedándose enmedio de ambos, no le dieron paso para ir a otro lado, provocando que el rostro de Arun se distorsione.
Este solo es el primer Salomé y es así de molesto, ¿cómo serán los demás? En mis recuerdos esos gemelos son unos malditos, ellos me las pagarán al igual que sus padres y abuelos. Todo aquél que daño al anterior Arun los haré llorar lágrimas de sangre como las que lloró él.
—¡No soy ninguna maldita pelota u objeto para que me estén jaloneando!—Pone una mano sobre el pecho de Davet evitando que ejerza violencia, y la otra en el pecho de Deon.
Esto es tan malditamente irritante el tener que liderar con dos tipos tan molestos, ¿por qué mi suerte siempre ha sido y sigue siendo tan terrible? Parece que con el pasar de los segundos se va volviendo peor mi suerte. ¿No me digan que tendré que vivir así por siempre? No, me niego.
—No sé que está haciendo aquí, joven maestro Davet Salomé.
El anterior Arun en algún punto cuando era muy pequeño, dejó de llamarlo "hermano mayor" al protagonista, dirigiéndose a él únicamente como joven maestro Salomé.
—Tampoco es que me importe.—Mira directamente a Davet.—Ya es muy tarde para querer ejercer tu rol de hermano mayor, si es que viene con ese pensamiento.—Deja en claro.
—Sigo sosteniéndo lo que te dije ese día.—Inclina ligeramente su rostro muy cerca del contrario.—Dejamos de ser hermanos hace mucho tiempo desde o mejor dicho nunca te acepté con mi hermano.
Arun frunció el ceño con desagrado al tiempo que se tensó, al retroceder su espalda toco el cuerpo de Deon que se encuentra detrás de él. Sus ojos mostraban unas ganas de tirarlos por la venta y se lo imagino, sonriendo maquiavélico al escuchar sus gritos. Solo que al salir de esa imaginación vio que ellos dos sigue ahí invadiendo su espacio personal.
—Tampoco estoy aquí para ejercerse ese rol del cual no estoy interesado, si estoy aquí es para hablar con tu madre.
—Si es así entonces espero que te comportes.—¿De que querrá hablar con Daryl?
Deon levantó su mano con toda la intención de impactarla con toda su fuerza en la cara de Davet, para alejarlo del ojos rojos, pero Arun le ganó al hacerlo primero.
—Si vienes amenazarlo debes de estar preparado para las consecuencias.—Empuja con fuerza al contrario tan fuerte como empujó a Deon detrás de él, estaban demasiado cerca al punto en que podían rosarse y eso no le agradó en nada a Arun.
—¡¿Me estás amenazando?!—Lo agarra de la muñeca.—¿Desde cuando tienes tales agallas?—Ejerce más presión.
—Es irritante escuchar tu voz.—Deon sostiene fuertemente la mano de Davet, ejerciendo presión tanto como Davet en la muñeca de Arun.—Soltarlo sino quieres quedarte inservible porque no creó que seas ambidiestro.
—Se muere tu prometido y ahora tienes un nuevo héroe...
—¡Dejen de decir estupideces!—Verde son el color de las venas en su frente, el límite de su poca paciencia había llegado a su fin.—Puedo cuidarme solo.—Solto un pequeño pero poderoso puñetazo en cuestión de segundos en el abdomen de los contrarios.
—¡¿Uhg?!—Se quejan ambos al instante en que sostienen ese lugar, sentía como si una onda hubiese impactado con su cuerpo y arrastrado sus órganos. Eso se debía a que Arun sabía cómo ejercer dolor con el mas mínimo toque.
‹¡¿Cómo es esto posible?! ¡Ni siquiera lo vi!› Los dos alfas mayores estaban pensando lo mismo, en su vida se habían tenido una situación como está. Se podría decir que ellos dos siempre se han creído los mejores en todos los aspectos, no tenían problemas en decirlo en voz alta. Sin embargo, acaban de ser golpeados al mismo tiempo y sin poder evitarlo.
—No me culpen solo me estoy defendiendo de la falta de respeto, por haber invadido mi espacio personal y por no detenerse cuando lo sugerí.
Ahora sí me siento mucho que mejor y es que no hay nada más genial que dialogar, dialogarlo con mis puños o patadas de ser necesario.
—Den un pasó más y a los que les tumbare los dientes no serán a sus jefes sino que a ustedes dos.—Advierte con frialdad mientras ve los dos guardaespaldas de los alfas mayores.—Con respecto a usted.—Mira a Deon.—Acelere el papeleo para que demos por terminado con todo esto.—Los vuelve empuja fuertemente haciéndolos retroceder dos pasos.—Ahora se podrían largar de aquí.—No fue una sugerencia fue una órden.
Ha Arun le está empezando a dolor la cabeza y solo quería descansar, no sin antes interrogar a la señorita que le trajo el ramo de rosas. Ella sigue estando en el suelo muy silenciosamente junto al asistente de Deon.
No quería ser notada porque sabía que las cosas no pintan muy bien para ella, arrepentida de haber tomado esa solicitud de subir dicho ramo de rosas al piso donde se encuentra Arun.
—Ya lo escuchó, largo.—Davet muestra una sonrisa que no era una mientras le señala la puerta a Deon.
Veo que no fue del todo malo que Arun estuviera al borde de la muerte, eso le hizo tener un poco de coraje como por ejemplo, el mirarme a los ojos sin temblar tan patéticamente como lo hacía en ese entonces. Aunque, esos ojos rojos me molestan un poco, tendré que obligarle a usar lentes de contacto.
—Tengo que hablar en privado con Arun, al ser usted quien sobra le toca irse.—Arun no está en disposición de no hablar conmigo, quiera o no tendrá que hacerlo.
—Si, tiene razón con eso de que sales sobrando no hay duda de ello.—Toma asiento.——Largase antes que lo mandé a sacar.—El asistente-guardaespaldas de Deon se mueve frente a Davet.
—Ni se te ocurra ponerle una mano encima a mi jefe o terminarás perdiendo ambas manos.—Amenaza Gareth, colocándose frente al contrario mirándose con hostilidad.
Los dos guardaespaldas eran muy idénticos a sus jefes, ambos querían sacarse los ojos y esperaban que el otro se moviera para tener tal excusa. Sin embargo, eso no se les iba a conceder porque Arun agarró del cuello a sus jefes procediendo a sacarlos de la habitación como si de dos bolsas de basura se tratará, y fue lo mismo con sus empleados.
—Arun...
—¡Largó!—Azoto con fuerza la puerta seguido el seguro, pensando en largarse del hospital este mismo día de ser necesario para no tener que volver a encontrarlos.—Y bien.—Se deja caer en el sillón, cruzando su piernas una sobre la otra mientras veía autoritariamente a la señorita temblando en una de las esquinas de la habitación.—¿Qué vamos hacer contigo pequeña rata?—Ese rojo se intensificó tanto que ella creí estar viendo las llamas del infierno.
Arun no se trago el cuento de que ella no sabía nada al respecto de la persona que envío o le entrego las flores, desde el instante en que dijo eso Arun se percató que estaba mintiendo porque se suponía que Deon dio órdenes estrictas de no permitir que nadie subiera nada al piso donde se encontraba Arun, ni comida, de eso se haría cargo el personal de Deon. Es más, si Davet logró subir a la piso fue por su influencia en ese hospital.
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