Dantescas criaturas hacían dantescas siluetas en infernales carnavales de luciérnagas

«No quiero morir madre» «Quiero vivir»  «Quiero poder luchar madre» «No quiero a ese monstruo, lo odio, deseo su muerte, madre»
«Defiendeme madre, defiendeme del monstruo madre»

«Ahi viene, me toca y me ensucia» «La bestia es mala» «¡El monstruo viene madre!» »Todo es oscuro, ayudame por favor»
«No quiero llorar, madre» «No quiero estar aquí madre» «No quiero estar aquí madre»  «No quiero estar aquí madre»  «No quiero estar aquí»

De un miedo tan blanco como la nieve ártica y un dolor tan rojo como la sangre que caía de su cuerpo, nuestra niña vive presa del tormento de una fría noche, en la cual un monstruo insurpó sin piedad la cordura que aún habitaba en su alma.