#4
Cuando las campanadas tocaban las 12, las brujas salian a su aquelarre.
Creo que una bruja sería menos cruel que aquel monstruo
Ayer llego puntual y sentí su peso encima de mi cama
Uso sus asquerosos dedos y empezó a tocar mi espalda
Siguió hasta llegar a mi cabeza donde olía su apestado aliento alquitranado y tocaba mi pelo, mancillando mi ser al mismo tiempo que babeaba y tenía que fingir estar dormida
No soportaba más, necesitaba llorar pero no podía. Las consecuencias hubieran sido catastróficas y tenía miedo
Demasiado miedo, miedo de morir bajo las garras de aquella criatura y de recibir un castigo...
Era una antítesis en su más puro esplendor... Fue tan poco el encuentro y tanto el daño
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