Por mas que quisiera no podía luchar contra él
Pesaba mucho, su aura llegaba a todos los rincones de mi cuarto espantando a los peluches que eran mis confidentes

Mi miedo afloraba al llegar la media noche, pues cuando el inmenso reloj daba los últimos toques que marcaba la muerte del viejo día, aquel monstruo empujaba mi puerta

Se sentaba primero, como analizando... Una bestia que disfrutaba hiriendo a su presa; que eliminando sus instintos salvajes, que diferenciaban a los hombres de los animales, pasaba su vista por mi cuerpo que temblaba inmersa en miedo

Hasta cuando será este castigo...