Era hora de despertar,Ariel abrió sus ojos lentamente mientras sentía una necesidad intensa de estirar su cuerpo y así lo hizo. Se levanto con lentitud de la cama y se dirigió al espejo para peinarse.

La puerta fue tocada y Ariel curiosa la abrió,Jim estaba ahí pasándole algo de ropa.

- Te servirá para el día de hoy,no se si es tu estilo de ropa pero,esto me recomendaron las chicas de la tienda de ayer - y le extendió la mano con la ropa en ella.

Ariel la tomó y le dedicó una pequeña sonrisa en forma de agradecimiento. Jim luego lentamente se retiró excusándose de que debe ir a una reunión importante con el príncipe.

Ariel espero que Jim saliera y se vistió. Sebastián seguía ahí,había despertado hace rato.

- Princesa Ariel,supongo que está ideando un plan ¿Verdad? No puede perder la vida así para vivir en esclavitud por un humano,almenos... - sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de la puerta abriéndose y Ariel saliendo - ¿Ariel? ¿Qué haces? ¡Ariel! ¿A dónde vas? - grito el crustáceo caminado a toda velocidad detrás de ella para luego posarse en su hombro.

- Afuera- dijo lo obvio.

- Te vas a perder ¿Estás loca? Si te pasa algo más que todo esto,como si esto ya no fuera suficiente,el rey Tritón me aniquila- dijo tensandose.

Ariel rodó sus ojos y salió a la calle,tenía curiosidad por explorar todo el alrededor. Sebastián siguió dudoso pero aferrado a la ex-sirena mientras se escondía en uno de los bolsillos de su vestido.

(...)

Dentro del tronco de un viejo árbol,más abajo a unos metros de profundidad se hallaba una curiosa cueva o algo así,dónde descansaban en piso unos infantes vestidos con pieles de animales como osos,conejos o zorrillos. Eran los niños perdidos que estaban sentados cada uno en su cama escuchando a cierto pelirojo contar una historia con atención y entusiasmo.

- ¡¿Y qué le pasó a la princesa?! - pregunto un pequeño narizón con traje de zorrilo.

- Fue secuestrada por el terrible capitán barba roja,sintiendo como el apretaba una daga tan afilada que de solo mirarla sentías que te cortaba los ojos. Pero,en el momento de cortar el cuello de la chica ¡Poof! Vino desde el cielo un joven ex-pirata y le arrebató la princesa al capitán- decía para luego simular una batalla mientras contaba la historia - pelearon y pelearon hasta que Simbad tiro al pirata malo y barbon por la borda,tomo a la princesa y ella muy agradecida le dió un abrazote y juro casarse con el- dijo Peter para finalizar.

Los chicos aplaudieron y silbaron ante el gran final. Luego de unos minutos,todos ellos decidieron salir a explorar. Una mañana de aventuras querían pasar.

Peter salió también, voló hacia un árbol cercano y se recostó en la rama más alta mientras observaba el cielo. Sentía algo en sus interior inundandolo hace rato.

Cierta peliroja no salía de su cabeza,tal vez la forma tan simple en qué le sonrió anteriormente lo dejo sin palabras o tal vez fue el profundo azul de sus ojos que lo hizo perderse y tatuarla permanentemente en su mente. No sabía que hacer con esto tan nuevo para él. De repente se vio invadido con el pensamiento y necesidad de verla otra vez << ¿Porque? Nisiquiera sé si sigue ahí donde la vi anoche >> pensó.

El chico se lanzó de la rama hasta casi caer al suelo verde,luego levanto vuelo a toda velocidad hasta el cielo y se fue volando.

(...)

Ariel estaba sentada en una silla frente a un gran escenario,varias personas anteriormente encima de este se habían parado a mostrar trucos de magia,alguno a cantar y otros a bailar asombrosamente bien. Confundía a Ariel la forma tan fluida e ingeniosa en qué movían sus pies.

Tenía un gran cartel en el escenario que decía:"concurso de talentos". Algo parecido a los concursos musicales que hacían en Atlántida.

Luego de varias presentaciones Ariel estaba encantada viendo el final y al ganador,había ganado un chico que tenía la habilidad de pasar cuchillos por su garganta mientras cantaba hermosas canciones.

La peliroja se paró y se dirigió a la salida. Camino y camino por toda la costa y el pequeño pueblo delante de ella mientras fascinada se acercaba y preguntaba por cada cosa interesante que veía,aunque la gente la miraba de forma extraña.

(...)

- ¡Ariel! ¡Ariel! ¡Ariel! - gritaba Peter a todo volumen cerca de la costa,teniendo cuidado de que nadie lo vea. Claro,a excepción de la de ojos azules.

- ¿Peter? - escucho una voz debajo de él y confundido,se giró y con la mirada busco de dónde provenía esa voz encontrándose con una conocida cabellera tan roja como la sangre misma.

- ¿Me llamo,señorita? - dijo el señor frente a ella.

- ¿E-eh? No,no,disculpe - y se retiró de la multitud. Se fue hacia un lugar más alejado para hablar con Peter.

Con una sonrisa,saludo al pelirojo y se acercó a él entrando a un callejón algo solitario y apartado del pueblo. El chico descendió del cielo para sentarse encima de unas tablas.

El chico pudo sentir nervios pero,aún así,sintió una extraña sensación de paz. Le gusta.

....

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