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Capítulo Veintisiete

—Aún esperamos el gran ataque de tu arma, después de como manejaste la información aquel día...voy a admitirte que lograste un gran pánico en el sector Crystal...pero sólo eran palabras...no es así—el hombre en la pantalla sonreía con burla ante el chico pelinaranja —Porque desde esa pequeña demostración no has hecho uso de esa prometedora arma, ¿será a caso que sólo era una farsa?

Mantenía la cabeza gacha mientras las personas al otro lado de las pantallas sonreían victoriosos, hasta que el un pequeño sonido que fue subiendo de tono hasta notar que era aplausos.
Alzó su rostro mostrando una sonrisa ladina y se mantenía aplaudiendo, descorcentando a aquellos que lo observaban.

—Debo admitirlo Tet...No me había divertido tanto desde que Billy dejó de hablar y se volvió un perrito obediente...debo agradecerte Ivan, sino hubieras insistido en regresarlo a su programación original, él seguirá siendo una molestia, pero no estamos aquí para seguir riéndome en sus caras, no claro que No, están aquí para discutir el porque no ocupó un arma que bien podría destruirlos a todos en segundos, pues normalmente no lo diría...pero me han hecho reír bastante así que se los diré...¿por que ocupar un arma de tal magnitud con las hormigas? Deshacerme de los concejales fue tan sencillo que ustedes no valen la pena

Sonreía con burla mientras internamente se maldecir por haber dejado escapar a la batería de su arma, fue un error haberse confiando sobre que él no volvería a molestar, y ahora tenía a sus pocos "aliados" buscando su paradero, ya que la energía que tenían no era infinita.

Uno de los grandes hombres que estaban presentes en esa llamada iba a hablar cuando cada uno de los "presentes" fue interrumpido por sus propios consejos, avisando que había ocurrido un "disparo".

Gumper de reojo volteó a ver los monitores cercanos a él, encontrándose con una grata sorpresa, observó las caras de nuevo de los presemtes y volvió a reír.

— Todos ustedes que dudan de mí y mi capacidad para acabar con ustedes, miren bien, si no me importó disparar hacia el propio mundo del cual soy dueño y ahí yacen mis esclavos...Porque me sentaría a pensar en destruirlos a ustedes...el arma está cargada...Espero sus respuestas de rendición...o pueden irse despidiendo de la luz del sol de su galaxia

Terminó la llamada y se sentó en la silla detrás de él, soltando un suspiró de alivio, se levantó y camino hacia el lugar donde debería estar el gatillo, y donde ahora monitoreaban la actividad del mismo.

— Gumper — escucho una voz detrás de él y volteó levemente

Lo se...¿no estás feliz?, Porque yo lo estoy Wendy —la pelirroja camino lentamente hasta él y rodeó su cuello con sus brazos depositando un pequeño beso en sus labios

— Por supuesto que lo estoy...lo encontraron, y aquellos que estaban "cerca" del lugar están en camino para recogerlo...Ese pequeño escurridizo regresará a tus manos y al fin podremos deshacernos de los estorbos

— Iré a cerciorarme de que nuestro pequeño juguete regrese sano y salvo, te haces cargo por mi mientras no estoy querida

—Ve tranquilo...Y deshaste de una buena vez del estorbo, no necesitamos que de nuevo se meta con lo planeado

— Crei que tu serias la que se encargaría de eso, por eso lo envíe de regreso y creo que tú plan fracaso, pero no todo puede ser perfecto y no estoy molesto por ello, hiciste buen trabajo haciendo que él viniera hacia mi —desvío la mirada miéntras se separaba de él

— Si quieres que algo salga bien debes hacerlo tu mismo...ve o alguien podría perderlo — el pelinaranja asintió y se acercó a ella para besar su mejilla

Volveré pronto

Con esas palabras salió del lugar dirigiéndose a un pequeño transportador que tenía la nave, colocó las coordenadas cercanas a lo que antes era un bosque y espero unos momentos antes de ser llevado hacia aquel lugar.

Pero...¿Qué era lo que antes había pasado?

Era un dolor que al inicio era una pequeña ilusión, un pequeño sueño que en realidad era real, tomando con fuerzas las sábanas que cubrían la cama para después tomar la mano de su acompañante, rompiendo alguno de los huesos de él y suyos en el proceso.

Su mirada estaba perdida, sus pensamientos eran un caos, cada milímetro de su cuerpo se rompía y volvía a acomodarse, era la última dosis y al fin el experimento estaría completo, su arma estaría completa, un humano capaz de generar la misma energía de los viejos Iluminait y usarla sin perder el control, pero ese tratamiento tenía un costo y era un dolor inimaginable para el portador.

La energía a su alrededor ya no era contenida como en el laboratorio, estaba libre y empezaba a generar estragos, los objetos alrededor no aguantaban la presión y empezaban a romperse, muebles, vidrios, cimientos, era el final pero este significaba la destrucción de los alrededores, perdió la conciencia y sus ojos de nuevo tenían ese color azul a su alrededor.

El rubio a su lado al principio intento contener la energía que el cuerpo del castaño despedía, pero era demasiada para él y rompía la propia barrera, Gideon y Robbie habían entrado a la habitación, preguntando sobre lo que pasaba, si estaban huyendo esa no era la mejor forma de esconderse, pero era inevitable.

Se encontraban en una zona poblada, si las cosas seguían así destruiría a todo los que estaban ahí, volteó a verlos y después sonrió chasqueando los dedos para así aparecer en medio de un bosque, poco tiempo pasó cuando la energía colapso, destruyendo una parte de aquel lugar mientras uno se protegía de la devastación y el otro quedaba en medio de aquel desastre.

Cuando abrió los ojos, aquel lugar con árboles, animales y vegetación variada, ahora se encontraba desierto, miro a su alrededor pero no había nadie, floto para intentar encontrar al castaño, lo que encontró fue un gran cráter, volvió a bajar y empezó a caminar llamándolo, pero no parecía haber nadie en ninguna parte.

Hasta que un rayo de color rojo apareció cerca del lugar, mordió su labio y empezó a correr hacia el lugar de donde provino aquella luz, mirando a todos lados intentando encontrar al castaño antes que la persona que haya llegado.







Hasta que una voz le llamo.

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