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007


En el instante en que Jungkook abrió la puerta de la casa, Namjoon pudo sentir la explosión aromática que se revolvía allí. Era el olor de Jimin, de eso no le cabía dudas, olía como si un bosque de arándanos hubiera crecido dentro de la casa y, además, un tono de canela se deslizaba entre todo ese olor. Jungkook no pareció notarlo, pero la nariz de Namjoon era demasiado sensible para cosas así. Ni siquiera escuchó lo que Jungkook empezó a decirle, lo dejó con la palabra en la boca y fue corriendo rumbo al cuarto donde estaba Jimin.

Abrió la puerta de un tirón. El olor allí era incluso más fuerte, casi nauseabundo, intenso y descontrolado. Jimin estaba sobre la cama, echo un ovillo tembloroso, con sus emociones echas un desastre. Namjoon se le acercó corriendo, aquello no podía ser nada bueno. Retiró el pelo de Jimin con gestos bruscos, examinando su cuello. El omega se revolvió, incómodo y se quejó. Pero Namjoon no lo soltó hasta que no se aseguró de que su cuello permanecía intacto. No había marcas de ningún tipo. Jimin seguía sin ser marcado.

-Oye...- le dijo finalmente, después de calmar su inicial desasosiego. No obtuvo respuesta. -...Jimin.

- ¿Qué?

- ¿Qué te pasa? - Namjoon le quitó los brazos de la cara y trató de buscar su mirada. Pero Jimin no quería verlo a los ojos. Parecía estar en medio de un berrinche. Pero Jimin no era un omega egoísta, capaz de hacer berrinches por cualquier estupidez. Para que Jimin reaccionara así, se tenía que tratar de un asunto grave. No lo había criado para dejar salir su olor, así como así, con total descuido.

-No me pasa nada.

-Jimin...- era obvio que el omega mentía. Y a Namjoon no le gustaba para nada eso. -...Se nota a diez leguas que te pasa algo. ¿Por qué estás tan alterado?

-Te dije que no me pasa nada.

-Te lo voy a preguntar una última vez. - el tono de Namjoon se endureció. - ¿Qué te pasó para que estés oliendo así?

A Jungkook le resultó extraño que Namjoon simplemente saliera corriendo, pero no le dio mucha importancia. Dejó el bolso que traía en el suelo y se estiró. Al parecer no había más nadie en casa. Desde donde estaba, vio que había una nota sobre la nevera. Fue hasta la cocina para leerla. Era de Yoongi, diciéndole que se había llevado a Bonhwa al súper.

-Eso es raro...- pensó en voz alta, pero, tampoco le dio mucha importancia. Abrió la puerta, dispuesto a comer algo, notando, muy a su pesar, que el pastel ya se había acabado. Sacó el plato vacío y lo puso en el fregadero. Ya se había puesto a buscar algo más cuando escuchó que la puerta principal se abría y varias voces se adentraban en la casa. En un par de segundos Bonhwa y Yoongi llegaron a la cocina, cargando varias bolsas con la compra.

- ¿Y eso que fueron ustedes de compras? - preguntó a modo de saludo.

-Bonhwa se ofreció a ayudarme, y pensé que sería bueno comprar comida cuanto antes. Ya somos más. - le contestó Yoongi mientras empezaba a guardar algunas cosas en la nevera. Byeongkwan también entró a la cocina.

-Hola, hyung.-. Saludó a Jungkook y se recostó junto a él en la meseta. Jungkook notó que Bonhwa tenía el ceño fruncido y movía su nariz con frecuencia. Jungkook trató de respirar profundo pero lo único que pudo percibir fue el olor de las cosas que habían comprado los demás.

- ¿Dónde están los nuevos? - preguntó Byeongkwan, con fingido desinterés.

-Ah, les diré que bajen, así los conocen. - respondió Jungkook. Salió de la cocina y se dirigió escaleras arriba, rumbo a la habitación que ahora compartían los híbridos.

- ¿No me vas a decir? - Jungkook escuchó la voz algo alterada de Namjoon.

- ¡No! ¡Ya no me molestes más con eso! ¡Te he dicho que no me pasa nada! - Jimin le contestó, también alterado. Jungkook aprovechó el incómodo silencio que se creó entre ambos para tocar y abrir la puerta después de hacerlo

-Chicos...- los miró. Jimin estaba sentado sobre la cama, con las rodillas abrazadas contra su pecho y Namjoon lo miraba, con los brazos en jarra, casi desafiándolo con el peso de su vista. - ¿Todo bien?

-De maravilla. - contestó Jimin, pero el sarcasmo era notable.

-Sería bueno que bajaran entonces. El dueño ya ha vuelto y quiere hablar con ustedes. - dijo esto y se retiró. Al parecer había algún asunto serio entre esos dos, no quería meterse más de lo necesario.

Cuando Jungkook se retiró, Namjoon volvió a encarar a Jimin.

-Cuando volvamos me vas a contar lo que sucedió, te guste o no.

A veces Jimin odiaba cuando Namjoon se ponía todo alfa con él.

-No pienso bajar.

-Jimin, no te pongas más en mi lado malo. Levántate y vamos. - esta vez el tono autoritario de Namjoon era difícil de desafiar. Pero Jimin no quería bajar. Lo que menos quería hacer era volver a estar cerca de aquel humano. -Ahora.- concluyó Namjoon, y no era una sugerencia.

Jimin se puso de pie de mala gana y salió del cuarto sin mirar a Namjoon. Si lo iba a hacer, lo mejor era acabar cuanto antes. Sintió los pasos de Namjoon detrás de él, pero no se dio la vuelta. Al bajar las escaleras pudo comenzar a sentir las diversas fragancias que reinaban en la casa, aunque sabía que la suya era la más fuerte. Sintió el olor de Bonhwa, lo notó algo nervioso, pero nada realmente llamativo. Jungkook también estaba allí, y había otra persona de olor confuso.

"Otro humano" pensó. "Genial"

Pero ese otro olor volvió a invadir su nariz a medida que sus piernas lo iban trasladando más y más cerca de la cocina. Sería mentira si dijera que no lo quería sentir. Volver a oler a su alfa era algo que hacía su corazón revolotear. El olor de Yoongi era demasiado fuerte para ser el de un humano, tal vez solo él lo sintiera así porque era su alfa, pero esa era la verdad. Sintió la esencia de café y limón que emanaba de él incluso antes de tenerlo al alcance de su vista. No pudo evitar alborotar sus propias feromonas. Su parte animal estaba feliz de acercarse a él, de sentir ese olor. Pero él no. Y el ligero gruñido que sintió a sus espaldas le confirmó que Namjoon tampoco se alegraba mucho al notar las oscilaciones de su esencia.

Cuando lo vio fue como si algo explotara. Tanto Namjoon como Bonhwa notaron el cambio. Él simplemente se cruzó de brazos y se recostó a la pared más lejana que había, Yoongi y los demás lo vieron con curiosidad, pero él permaneció mirando al suelo. Namjoon los presentó a ambos, incluso puso una sonrisa cordial. Era enfermizo para Jimin ver lo bien que actuaba, teniendo en cuenta la cantidad de veces que le había dicho lo despreciables que eran los humanos.

A veces la gente puede sorprenderte.

Se reprendió mentalmente por pensar así. La verdad era que sus emociones eran un desastre. Namjoon solo estaba haciendo lo mejor para ambos. Se permitió mirar de reojo a Yoongi, que correspondía la sonrisa de Namjoon y comentaba algo, visiblemente incómodo. Al parecer, su alfa no era precisamente el tipo más sociable del mundo. Pero tenía una sonrisa preciosa. Jimin se sorprendió a sí mismo sonriendo a la par de Yoongi. Si se relajaba por un solo segundo su mente se dejaba llevar. Tenía que encajarse las uñas en los brazos para resistir los deseos que tenía de acercársele, sentir su roce. Su cuerpo le ardía, y era porque, a pesar de tener a su alfa justo frente a él, ni siquiera había sentido la textura de su piel una sola vez.

-Hablemos en la sala. - escuchó la voz de su alfa y se dejó llevar por la corriente. Los seis chicos se acomodaron en la sala, para conversar. Namjoon se sentó junto a él. Jimin examinó la situación. Bonhwa también permanecía atento a sus reacciones, pero los humanos permanecían ignorantes de todo el alboroto de feromonas que había en aquella habitación. El olor de Yoongi seguía inundando sus fosas, haciéndolo sentir feliz y a la vez enojado. Podía sentir como Namjoon trataba de calmarlo con su propio olor, pero eso solo lo irritaba un poco más. Extrañamente, no le gustaba que Namjoon tratara de opacar el olor de su alfa con el suyo.

¿Quién querría olerlo a él?

-Como pueden ver, no hay muchas cosas que tengan que tener en cuenta. Todos somos más o menos de la misma edad así que no hay mucho que decir. - la voz de su alfa se sentía como música en sus oídos. Él seguía callado, solo mirando hacia los pies de Yoongi, tratando de ignorar las miradas y gruñidos casi infrasonidos de Namjoon. - Solo lo lógico. Traten de mantener el orden y no ensuciar ni romper nada. La casa aún necesita algunas reparaciones, así que sería bueno si no se agregara nada más a la lista.

-Por supuesto, no va a haber problemas con eso. - Namjoon le contestó, pero había algo en su tono, algo ligeramente huraño. El olor de Yoongi también era notado por él, y no le gustaba la forma en la que Jimin parecía revolotear cada vez que él hacía algo. Además, lo había visto rascarse el cuello varias veces, el tono a limón de su olor se había disparado. Aquello le daba muy mala espina.

-Ah, y una última cosa. - Yoongi iba a dar por concluida la conversación, pero pareció recordar algo importante. - No se admiten mascotas.

Jimin alzó la vista, por primera vez.

- ¿Por qué? - eran las primeras palabras que le dirigía a su alfa.

-No me gustan los animales.

De repente el olor a arándanos se secó, como si se hubieran quedado sin vida. Namjoon solo había visto esa expresión en el rostro de Jimin un par de veces. Y cada vez que la hacía, sus orejas caían sobre su cabeza y su cola parecía perder todas sus fuerzas. Ahora no podía ver eso, pero de alguna forma, entendía esas emociones.

Tristeza, dolor, decepción.

- ¿Por qué no te gustan los animales? - se atrevió a preguntar Namjoon, monitoreando atentamente todas las reacciones de Jimin.

-Los animales son sucios, apestosos, ruidosos y solo traen problemas. No creo que a todo lo que hay que arreglar en esta casa haya que agregarle la presencia de algún animalejo.

Namjoon juraría que escuchó a Jimin gemir. Su olor era difícil de soportar. Incluso Bonhwa se puso de pie y se retiró disimuladamente.

Definitivamente había algo raro sucediendo allí.

Cuando dieron por concluida la conversación, Jimin solo imitó a Bonhwa y salió silenciosamente del lugar, rumbo a su habitación. Yoongi lo siguió con la mirada, volviendo a enfocarse en Namjoon cuando sintió la voz de este.

-No te preocupes por él. Solo está cansado. - de nuevo esa sonrisa perfecta.

-Oh, entiendo... por un momento pensé que también lo había espantado. - Yoongi sonrió nerviosamente, rascándose el cuello una vez más. - Entonces yo voy a continuar en la cocina. - se puso de pie, saliendo también. Namjoon iba a seguirlo, pero sintió como alguien sujetaba su mano.

Se giró para encontrarse con el otro humano. El que los había saludado esa mañana. Le fue difícil ocultar su disgusto al sentir el roce de su mano, pero lo hizo de alguna manera. Tenía que acostumbrarse a ellos, los humanos, después de todo, no eran tan distintos, y, al menos los que había allí, parecían ser bastante... tranquilos.

-Discúlpame. - a pesar de todo Byeongkwan notó que no había sido muy grata para Namjoon la sensación de su mano sobre la suya. - Es solo que no nos han presentado formalmente. - se inclinó un poco.- Yo soy Byeongkwan, vivo al frente. En la tienda.

Namjoon trató de sentir el aroma de Byeongkwan, pero se volvió un lío al intentar descifrar cuál era su olor propio entre la algarabía de olores que tenía. No era como Jungkook, quien olía a cigarros y productos de belleza por encima de su olor de alfa, era algo súper raro. Byeongkwan olía a perros, gatos, roedores y aves, alfas, betas, omegas y, además, a comida, todo eso mezclado en un arcoíris extraño que la nariz de Namjoon no podía descifrar.

- ¿Tienda?

-Sí. - Byeongkwan sonrió, mostrándole a Namjoon su enorme sonrisa, consiguiendo que, por un segundo, el alfa se sintiera ligeramente más calmado. Los ojos de Byeongkwan, mientras sonreía, también eran demasiado hermosos. - Mi familia tiene una tienda de mascotas. Por lo general estoy ayudando allí si no estoy en la escuela. Puedes pasar cuando quieras. Aunque Suga hyung no te va a dejar comprar ningún animalito, yo te dejaré acariciarlos, si quieres. Tenemos muchos cachorritos. - su sonrisa era contagiosa. Namjoon se sorprendió a sí mismo sonriendo a la par de él.

Esa información explicaba muchas cosas.

-Gracias. - no sabía que otra cosa contestarle.

-Aunque también puedes ir a hacer otras cosas... siempre estaré disponible para ti. - Byeongkwan cambió el tono de su voz mientras decía esto último y le guiñó un ojo. Se retiró sin esperar una respuesta de Namjoon, convencido de que era mejor dejar las cosas así. Ya volverían a hablar.

Namjoon solo permaneció en su sitio, preguntándose qué demonios había significado aquello, por supuesto, al no llegar a conclusión alguna después de varios segundos, decidió encargarse de su principal pertinencia: Jimin.

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