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006

Cuando Bonhwa cerró suavemente la puerta del cuarto de Jimin, aun ligeramente empalagado con el olor del omega, Yoongi lo estaba esperando junto a las escaleras.

                             
-¿Le pasa algo malo?- preguntó, genuinamente preocupado. Bonhwa se puso nervioso de repente. ¿Qué le podía decir? No le iba a contar la verdad, eso sí que no.

                             
-Se… siente mal. Del estómago… Ya sabes…- improvisó.

                             
-Ah…- Yoongi puso cara de empatía, pero aun así era obvio que el cuento había resbalado sin ganarse su total credulidad.-…entonces cenaremos algo suave hoy.

                             
-Está bien. ¿Necesitas ayuda con algo, hyung?- Bonhwa se ofreció, no porque quisiera, sino porque sabía que su extraño comportamiento iba a distraer la atención de Yoongi. Y, en efecto, se ganó un ceño fruncido de su parte.

                             
-Es raro oír eso proveniente de ti.

                             
-Es que pensé que podríamos intentar pasar algo de tiempo juntos… cualquiera diría que huyo de ti y eso…

                             
-Es lo que haces…

                             
-No lo hago a propósito, es solo… solo soy tímido.

                             
Yoongi cruzó los brazos sobre su pecho y le dedicó a Bonhwa una mirada cargada de reproche.

                             
-No pareces ser tímido cuando estás con Jungkook…

                             
-Jungkook hyung es diferente.

                             
-Sí, sé perfectamente que tienes una relación rara con Jungkook. Pero aun así, yo no te voy a hacer nada, no deberías huir de mí.

                             
-Está bien. Lo siento.- Bonhwa inclinó la cabeza, mirando fijamente sus pies.

                             
-Ya… pero no tienes que ponerte así.- Yoongi se acercó y le dio unas suaves palmadas en el hombro.- Voy a aceptar tu ayuda. ¿Quieres venir conmigo al súper? Sé que Jungkook es quien suele ir de compras y llevarlos a ustedes pero hoy lo haré yo, así puedo preparar la cena temprano. ¿Vale? Además, tenemos bocas nuevas que alimentar.

                             
Bonhwa asintió y se dejó llevar por Yoongi. No le gustaba dejar a Jimin solo, pero sabía que Namjoon y Jungkook regresarían pronto, así que lo mejor era mantener a Yoongi lejos de Jimin hasta que este se pudiera calmar.

                             
Mientras esperaba a que Yoongi cogiera lo necesario para irse de compras se quedó pensando en todo el asunto de Jimin. Siempre pensó que descubrir a tu mate, a tu destinado, tu alma gemela, era algo para alegrarse. Eso era lo que él había aprendido. Para él, existe alguien allí afuera, que es increíblemente compatible contigo. La explicación era más compleja, toda una bazofia científica de hormonas y compatibilidad humoral que a él nunca se le pegó. Pero la esencia sí la entendía: estás destinado a amar a alguien. Pueden ir y venir cuantos quieran, que esa persona será la última que tengas, porque será la única que necesitarás.

                             
Para un omega como él, eso tenía mucho significado. Ya fuese un alfa o un beta, esa persona que sería tu mate debía marcarte, enlazarse contigo, declararte como suyo. Y él, como omega, también debía marcarle, por las mismas razones. Pero el cuerpo de los omegas cambia drásticamente después de un enlace, cuando la esencia de su mate entra a su cuerpo, es como si terminara su desarrollo, su cuerpo ya está listo. O sea, hasta que no se enlazan con alguien no pueden reproducirse, no pueden tener hijos. Necesitan un mate para terminar de desarrollar adecuadamente su sistema reproductivo. Esto, socialmente, se resumía a que cada omega se guarda a sí mismo para su mate, se supone que solo te sentirás entero hasta que esa persona forme parte de tu vida. Pero, por alguna razón, Jimin no estaba feliz. Y el olor desesperado que había en su habitación lo denotaba.

                             
Jimin le había dicho algo que le dio curiosidad. Nunca lo había pensado. Sabía que los humanos también eran alfas, betas y omegas, lo sabía porque los olía. Pero los humanos nunca hablaban de eso. Incluso, lo ignoraban. Jungkook no sabía nada al respecto hasta que él mismo le dijo que era un alfa. Al parecer, los humanos no sienten ninguna de las cosas que sienten los híbridos. Si lo pensaba detenidamente, era lógico. "Los humanos no son híbridos" eso es algo que todo el mundo sabe. Y, sin embargo, Yoongi hyung era el mate de Jimin hyung. Tenían que enlazarse, marcarse y ser felices juntos. Pero Jimin no quería y Yoongi no lo sabía.

Se giró un poco para ver a Yoongi rondando en la cocina, buscando la lista de lo que necesitaban y revisando si había algo más que comprar. Él lucía bien, calmado. ¿No se supone que es un alfa que acaba de conocer a su omega? Bonhwa no sabía mucho de alfas, pero si sabe cómo reaccionan ante un omega, y no es así. Se les nota, se nota su ansiedad, su deseo de marcar, de establecer su propiedad, de aislar a su omega del mundo, de hacerlo suyo, solo suyo. Pero Yoongi seguía actuando como un humano cualquiera.

                             
Entonces Bonhwa llegó a una clara conclusión: La naturaleza es cruel.

                             
Se preguntó, en ese momento, que sería de Jimin. ¿Qué le pasa a un omega que no es marcado por su mate? ¿Cómo se siente ese tipo de desesperación?

                             
Se llevó una mano al cuello y se acarició suavemente la nuca. Su nuca estaba intacta, completamente suave y sin ninguna marca. Virgen. Sabía que su cuerpo no lo era, pero su zona más preciada, la parte más privada e importante de todo hibrido sí lo era. ¿Cómo se sentirá querer ser marcado y ver como tu mate ni siquiera es consciente de ti? Siempre pensó que como omega, tu deber es protegerte a ti mismo, proteger tu cuello, hasta que llegue esa persona indicada. Había más cosas que le habían enseñado, se supone que también debías preservar tu cuerpo, pero eso a él le traía sin cuidado. Aun así, con su cuello nunca jugó, no dejaba ni siquiera que se lo tocasen. Siempre había que hacerse el duro respecto a eso. ¿Cómo sería estar dispuesto a entregar esa parte tuya y que, sin embargo, no la sepan valorar, no la sepan aceptar?

                             
Sin dudas, Jimin iba a sufrir muchísimo.

                             
-¿Nos vamos?- Yoongi apareció en su campo visual, se había inclinado sobre él, hasta verlo a los ojos. Bonhwa llevaba varios minutos sentado en el recibidor, con sus zapatos puestos, pero aun sin ponerse de pie o escoger un abrigo.

                             
-S-sí.- contestó, se le había olvidado que estaba a punto de salir con el alfa más terrorífico que había en su vida. Eso iba a ser incómodo.

                             
Se fijó en la actitud de Yoongi durante unos segundos. Lucía realmente clamado. Cuando estaba en casa, tenía que admitirlo, no daba tanto miedo. Pero aun así, Bonhwa no podía evitar sentirse como si estuviera cerca de una bestia dormida, como si en cualquier momento fuera a explotar. Había visto a Yoongi enojado. El día que él y Taehyung derramaron gelatina en la alfombra de la sala se convirtió en un icono de la supervivencia. Su vida tenía un antes y un después de ese día. Yoongi había sido tan terrorífico que ni siquiera se atrevía a comer gelatina. Aunque ni siquiera estuviera en casa.

                             
En la calle, por el contrario, sí daba miedo. Mucho miedo. Por alguna razón su mirada se volvía más hostil, todo parecía desagradarle y gruñía a cada rato. Tenía ese aspecto de gangster cool, pero peligroso, que parecía capaz de darte un puñetazo solo por mirarlo de la forma incorrecta. Tenía ese tipo de presencia. Era lógico que Bonhwa le temiera, aunque ir con él se sentía un poco reconfortante. Se sentía protegido… seguro… algo así… cosas de omega.

                             
Cuando salieron a la acera, vieron una figura familiar acercándose. Traía una enorme sonrisa y un tupper en sus manos. Bonhwa lo conocía, era una de sus personas favoritas. El chico del frente.

                             
-¡Hola!- lo saludó alegremente. Olvidando por un segundo todas las cosas complejas que le pasaban por la mente.

                             
-Hola, byeongkwan .- saludó Yoongi también, entrecerrando los ojos por la luz del sol.

                             
-¡Hola, Bonhwa! ¡Hola Gi hyung!- respondió el recién llegado y le extendió el recipiente a Yoongi.- Mi mamá te manda esto. Es kimchi, dice que te asegures de comerlo y dárselo a los chicos, que deberían comer algo decente.

                             
-¿Tu madre aun piensa que en esta casa se come pizza y cola todos los días?- aceptó el tupper que byeongkwan  le ofrecía y se dispuso a abrir la verja de nuevo para llevarlo adentro.

-Ya se lo he dicho pero no me cree, dice que lo digo para protegerte y que no piense mal de ti. Cuando le dije que cocinabas incluso mejor que ella me lanzó una espumadera.- byeongkwan  se encogió de hombros y sonrió al recordar el incidente. Yoongi solo sacudió la cabeza de un lado a otro con resignación y entró a dejar el kimchi en la nevera.

-¿Y bien?- byeongkwan  dirigió su atención a Bonhwa, mientras le acariciaba el cabello.- ¿Cuéntame algo?

-¿Qué quieres que te diga, hyung?

-¿No tienes nada nuevo que contarme?

-No… no hay… ¡Ah! ¡Sí, sí hay!

-Ya sabía… no me puedes engañar Bonhwa.

-Solo lo olvidé, sorry. Tenemos inquilinos nuevos.

-Ya me imaginaba. Los he visto esta mañana, con Jungkook.

-Sí, son dos chicos. Esto… Namjoon y Jimin.

-De acuerdo… dime más.

-Pues, no sé… Jimin es el más bajito, el del cabello castaño…

-Sí, sí, está bien… háblame del otro chico.- byeongkwan  lo interrumpió con ansiedad.

-¿Namjoon?- byeongkwan  asintió mientras una sonrisa ladina se iba dibujando en su rostro.- ¿Por qué te interesa Namjoon?

-Pues, porque lo vi.

-¿Y?

-Que me gustó lo que vi.

-byeongkwan , si tu madre te oyera…- Bonhwa se palmeó el rostro, haciendo que byeongkwan  mirara de reojo hacia la tienda de enfrente.

-Pero no me ha oído, así que dime.

-No sé mucho de él. Jungkook escuchó que quería mudarse por aquí y ayer fuimos a hablar con él. Vino con el otro chico, al parecer estaban viviendo en un lugar muy malo y por eso se querían mudar….

-Espera, espera…- byeongkwan frunció .- ¿Estaba viviendo con el otro? ¿Cómo ¨viviendo juntos¨? ¿Tienen ese tipo de relación?

-No, no creo. Son como hermanos, parecen que han estado juntos desde pequeños.

-Ah… es así…

-Sí, además, Namjoon parece ser un hombre serio, de pocas palabras…

-Hmmm… sexy. Cool y calladito… esos son los mejores.

-¡Hyung!

-No te estoy diciendo nada que no sepas.

-Aun así…

En ese momento escucharon como la puerta se cerraba y Yoongi salía, esta vez con unas gafas de sol y una chaqueta.

-Alguien se estaba haciendo el tibio y al final tuvo que abrigarse.- comento byeongkwan  cuando Yoongi se acercó.

-Solo lo había olvidado.- contestó este de mala gana.

-¿Y a dónde van?- se interesó byeongkwan .

-Al súper…- contestó Bonhwa.

-Eso es genial… voy con ustedes. Mi mamá me había pedido que comprara no sé qué cosa, déjenme ir a decírselo… esperen un segundo.- se alejó trotando rumbo a su casa. Yoongi y Bonhwa se quedaron en la acera esperándolo. No se tardó más de cinco minutos. Se cambió los zapatos y se puso un abrigo más grueso.-Vamos.- dijo finalmente.

-¿Recuerdas lo que tu mamá te pidió?- Yoongi lo miró por encima de las gafas.

-Sí, lo recuerdo. Pareces más mi mamá que ella. Por Dios.

-Es que sé cómo se pone cuando te metes toda la tarde ¨de compras¨ y regresas con las manos vacías o con lo que no era.

-Pues esta vez lo recuerdo, además, voy con ustedes, no tengo porque perderme por ahí.

-Cuando te quieres perder, te pierdes, hyung.- Bonhwa dejó caer suavemente el comentario.- No necesitas de mucho incentivo para ello.

-¿Me estas queriendo decir algo, Bonhwa?- byeongkwan  lo miró de reojo.

-No, absolutamente nada.

-Ya, dejen eso, niños.- Yoongi sonó irritado.

-¿Niños? ¿Pero qué te has creído? Aunque seas mayor que yo recuerda que te he visto con la cara llena de mocos y llorando como una magdalena. Todos tus recuerdos vergonzosos de la infancia están bien guardados aquí.- byeongkwan  se rozó la sien.- No te hagas el adulto ahora.

-¿Por qué tu mamá no se da cuenta de el diablillo que está criando? ¿Eh?

-Porque mi mamá sabe que soy un ángel inocente y alegre que vino a este mundo para repartir su amor y su alegría.

-No sé la alegría, pero el amor lo estás repartiendo muy bien.

-Por acideces como esa es que mi mamá piensa que eres una mala influencia para mí. Creo que tiene razón al decir que yo y Bonhwa no deberíamos andar contigo. A saber las cosas malas que nos dices…

Yoongi se rindió, aquella conversación no tenía ya ningún sentido, y menos cuando Bonhwa asintió, estirando sus labios, a todo lo que byeongkwan  dijo.

-De acuerdo, tú ganas. El hyung mal influenciador va a hacer silencio durante el resto del viaje.- vio como Bonhwa y byeongkwan  intercambiaban un high five. Se preguntó en qué momento todo se había resumido a molestarlo a él.

-Por cierto, hyung…- byeongkwan  cambió de tema.- ¿Cómo son los chicos nuevos?

-¿Ya sabes? Eres rápido.

-Bonhwa me contó. Así que dime…

-Pues no sé…- Yoongi se encogió de hombros mientras se detenían en un semáforo antes de cruzar.- Solo he visto a Jimin, y salió corriendo cuando me le acerqué, así que mucho no te puedo decir.

-Después dices que no eres un cascarrabias. El pobre chico no siquiera te conoce y ya lo hiciste correr.

-¡Yo no le hice nada!

-A saber…

-¡Qué no!

-¿Y tú, hyung?- interrumpió Bonhwa.- ¿Qué pensante de Jimin cuando lo viste?

El semáforo cambió de color. Yoongi empezó a caminar por inercia, pero aún seguía organizando su respuesta. ¿Qué había pensado de Jimin? Exactamente…

-Nada.- respondió finalmente.

-Algo tienes que haber pensado…- insistió Bonhwa -sé… te pareció feo, o sexy, o bajito… no sé…

-¿Quieres saber que pienso de él fsicamente?

-No, solo quiero saber qué fue lo primero que te vino a la mente cuando lo viste.

-Si te soy sincero, pensé que era sexy. Digo… estaba con una camiseta y unos jeans apretados… así con todos esos músculos y esos muslos, y… es lógico que pensara eso.- Yoongi decidió ignorar la mirada de complicidad que los menores intercambiaron.- Aun así, eso no significa nada.

-Claro, claro.

-Él es solo un arrendador y yo soy su arrendatario. Nada más. No empiecen a inventar cosas raras.

-¿Y cuándo te acercaste a él, no sentiste más nada?- Bonhwa insistió, de alguna forma no se quería resignar que el destino de Jimin fuera tan triste.

-No, Bonhwa. No sentí nada. Solo pensé que era raro por la forma en la que salió corriendo. Solo eso.

Aunque tal vez no hubiera mucho que hacer al respecto. Al parecer la vida de Jimin se iba a resumir a eso: vivir deseando a alguien que ni siquiera nota tu existencia.

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