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002

Un sonido poco familiar se paseó por lo oídos de Jimin. Por segunda vez, se despertó sobresaltado, sus orejas y su cola inmóviles, en estado de alerta. Sabía que durante las noches estaba solo, así que debía ser extremadamente precavido.

De nuevo ese sonido.

Estaban tocando a la puerta.

Recordó que Namjoon dormía a su lado. El mayor de los dos no había notado nada de lo sucedido y seguía en el quinto sueño. Jimin olisqueó el aire en búsqueda de alguna fragancia de parte de quienquiera que estuviera llamando a la puerta, pero los olores que recogió no le dieron ninguna pista. Olía extraño. Eso fue lo único que pudo notar.

Se bajó de la cama, con precaución, tratando de calmar su intranquilidad.

Volvieron a tocar, esta vez un poco más fuerte, con impaciencia.
Ya había amanecido, Jimin lo notó después de unos segundos. Así que no debería ser nada peligroso, o al menos eso esperaba.

Abrió la puerta suavemente, la luz golpeó su rostro y lo hizo arrugar la nariz y los ojos. Frente a él había alguien a quien no conocía. Sus olores lo confundían, pues olía a veinte cosas distintas y Jimin no sabía qué pensar de todo eso. El hombre frente a él vestía con bastante elegancia, algo que no pegaba con aquel lugar, traía gafas, una chaqueta de cuero y un cigarro encendido en su mano derecha.

-Buenas.

Jimin escuchó su voz y ladeó la cabeza, sus orejas acompañaron el movimiento. El chico frente a él sonrió, una sonrisa deslumbrante.

-¿Aquí vive Namjoon?

Bueno, eso sí era algo que Jimin podía manejar.

-¿Nam hyung? ¿Para qué lo buscas?

El chico se quitó las gafas y Jimin pudo ver sus ojos. Le gustaron.

-Soy Jeon Jungkook. Ayer quedé con Namjoon en que nos veríamos esta mañana. ¿Vine demasiado temprano?

La puerta se abrió más ampliamente y Namjoon se asomó por detrás de Jimin, completamente despeinado y con las marcas de la almohada sobre la cara, pero perfectamente despierto.

-¿Qué haces aquí?- fue el saludo que le dedicó al humano. Jimin miró a Namjoon y después miró a Jungkook, algo confuso.

-¿No quieres ir a ver tu nuevo hogar? ¿O planeabas ir solo? No sé cómo ibas a llegar si en ningún momento te dije dónde era.

Namjoon se quedó pensativo por unos segundos. Jungkook tenía razón. Finalmente accedió mientras bostezaba.

-¿Qué hora es?- preguntó.

-Las nueve de la mañana.- contestó Jungkook, mirando su reloj de pulsera. Namjoon miró a Jimin, con bastante reproche.

-¿No podías despertarte un poco más temprano?

-Siempre duermo hasta esta hora más o menos. Que tú no lo hayas notado porque siempre llegas de madrugada es un asunto bien distinto.

Nam decidió no decirle nada a Jimin por aquella respuesta impertinente y solo lo quitó del medio para invitar a Jungkook a pasar.

-No es nada lujoso pero al menos te podrás sentar mientras nos preparamos.

Jungkook negó lentamente mientras le daba la última calada a su cigarrillo y lo aplastaba con la punta de su zapato.

-Los esperare allá afuera, en el taxi. No se tarden.- y dicho esto, se dio la vuelta, alejándose por el estrecho callejón.

Namjoon se encogió de hombros y comenzó a buscar algo para vestirse.

-Hyung...- Jimin lo llamó.- ¿De qué se trata todo esto?

-Ese es el tipo con el que hablé ayer, es quien nos va a alquilar un lugar fuera de aquí.

-Pero, hyung...- Jimin se sentó sobre la cama, dispuesto a no hacer nada hasta que obtuviera la atención de Nam.-... ese tipo... es raro.

-Es un humano, Jimin. No es un híbrido. Por supuesto que te resulta raro.

La cabeza de Jimin se ladeó por segunda vez ese día a la vez que su ceño se fruncía.

-Con más razón, hyung... nunca te he oído hablar bien de un solo humano y ahora resulta que haces un trato con uno. Y además, con uno que luce sospechoso. ¿Crees que me puedo sentir tranquilo si tomas decisiones así? Sé que quieres salir de aquí, que ya ninguno de los dos aguanta esta vida, pero...

-Jimin...- Nam interrumpió sus acciones y miró fijamente al omega.- Sé lo que estoy haciendo. Se supone que vamos a ver, v-e-r, solo eso. No hemos tomado ninguna decisión final. Si resulta que todo es un engaño, pues ya nos saldremos del problema, no es como si no nos hubiéramos metido en asuntos más turbios antes. El tipo solo quiere convivir con híbridos, es un humano loco, pero no es peligroso. En cambio, si la cosa es verdadera, entonces es la mejor oportunidad que hemos tenido en la vida.- se acercó a Jimin y se agachó frente a él, apretando suavemente sus mejillas con la palma de sus manos.- ¿Entiendes a lo que me refiero?

Jimin lo dudó por unos segundos más pero finalmente asintió.

-Bien.- Namjoon palmeó su cabello.- Ahora esconde esas orejas y tu cola. Si vamos a donde viven los humanos no puedes andar así por ahí.

-De acuerdo.- Jimin hizo lo que se le dijo y enseguida logró lucir como un humano cualquiera. Mientras no tenía ninguno de sus atributos de híbrido, Jimin parecía perfectamente normal, tenía un suave cabello castaño que podía pasar perfectamente por cabello humano, no era demasiado alto pero sí tenía muy buena figura. A pesar de ser un omega, no encajaba del todo al estándar que estos tienen. Jimin era ágil y fuerte, tenía un semblante muy masculino y una voz gruesa y sensual. Tal vez, por ello, su olor no era excesivamente dulce, aunque si era suave y cálido. Imitó a Namjoon, y se fue vistiendo. Ninguno de los dos tenía mucha ropa. Así que no les tomó mucho tiempo estar listos. Lo que más se tardaba siempre era el cabello de Namjoon, le costaba un poco de trabajo conseguir dominarlo pero ya le tenía cogido el truco, así que no fueron más de diez minutos. Ambos se pusieron camisetas negras y unos jeans que, aunque algo gastados, aun lucían bastante nuevos, cortesía de los misteriosos trabajos de Namjoon.

Cuando salieron hacia la calle, Jungkook los esperaba recostado sobre el maletero de un taxi. Ambos híbridos miraron al humano y luego al auto. Seguro había llamado muchísimo la atención un taxi en aquel lugar, y más si estuvo cerca de media hora parqueado allí.

-Ya era hora.- Jungkook botó otro cabo de cigarro y abrió la puerta del copiloto.-Suban, no tenemos toda la mañana.

-No sé si eran los tragos, pero ayer actuaba más agradable.- le susurró Namjoon a Jimin mientras abría la puerta del auto para que este entrara. Ambos híbridos se sentaron en la parte de atrás y dieron inicio al viaje. No pudieron evitar mirar por la ventana todo el recorrido. Para ellos, que nunca se habían alejado mucho de las zonas bajas de la ciudad, adentrarse en la zona metropolitana, donde solo los humanos y los híbridos más afortunados podían vivir, era toda un aventura. En aquella zona, las casas y los edificios no estaban llenos de humedad o a medio derrumbar. Las calles estaban bastante limpias y había tiendas y personas por doquier.

"Pero no hay ningún híbrido" pensó Namjoon. "O al menos ninguno lo muestra"

Jimin en cambio, tenía una suave sonrisa y lo miraba todo con atención. Le gustaba la atmósfera cálida y animada que había en esa zona de la ciudad. La gente caminaba tranquila, pendiente de sus asuntos, no tenían que andar mirando por encima del hombro y correteando para llegar a casa sin que ningún alfa calenturiento se metiera con ellos solo por ser un omega. Todo eso lucía irreal, como en un cuento. El omega no pudo evitar preguntarse si de verdad alguien como él podría vivir en un lugar como ese.

-Es aquí.

Ambos escucharon la voz de Jungkook y el auto se detuvo. Estaban frente a lo que sería fácilmente la casa más grande que habían visto en su vida. Era una enorme construcción de dos pisos, bastante moderna, con un jardín gigantesco. Aunque lucía un poco descuidada y podría venirle bien una mano de pintura, la casa en sí, era impresionante.
Jungkook le agradeció al chofer y le pagó lo acordado por aquel inusual servicio que acababa de prestarles. Ambos híbridos se habían bajado del auto, y permanecían de pie en la acera, sin saber muy bien qué hacer.

-¿Este es el lugar?- preguntó finalmente Namjoon cuando Jungkook se paró junto a ellos, también admirando la casa desde aquel ángulo, como si usualmente no lo hiciera.

-Sí, parece a punto de caerse a pedazos pero sí, es esta.

-Si dices que esto está cayéndose a pedazos es porque no viste bien la caja de zapatos en la que vivimos nosotros.- comentó Jimin, aun impresionado.

-¡Hyung!- sintieron una voz detrás de ellos y se dieron la vuelta, los tres al mismo tiempo, cosa que hizo que el dueño de la voz se riera.

Del otro lado de la calle, en lo que parecía ser una tienda de algún tipo, había un chico parado en la puerta con un delantal verde y una escoba en sus manos, saludando con mucha energía y una sonrisa enorme y cálida. Jungkook respondió al saludo, con una sonrisa, también Jungkook amplia. Luego le hizo una seña para indicarle que después hablaría con él.

-¿Ese quién es?- preguntó Jimin, curioso, el chico parecía simpático.

-Vuestro vecino del frente.

-Aún no hemos decidido que vamos a vivir aquí.- acotó Namjoon

-Pues ahora tienen una razón más para pensárselo: el vecino de al frente es encantador y además, le gusta traer dulces de los que hace su madre.

-Pues ya me cae bien el vecino.- dijo Jimin con una sonrisa mientras avanzaba rumbo a la verja. Jungkook lo siguió pero solo Nam se quedó inmóvil en su sitio.

-¿No vienes?- Jimin notó enseguida su ausencia.

-Sí, sí... ya voy.- como si hubiera estado dormido, Namjoon empezó a caminar junto a ellos. La verdad era que estaba ligeramente intranquilo. Al parecer, a Jimin le gustaba el lugar, y a él también, no se iba a mentir. Pero todo parecía demasiado bueno para ser verdad. Aún seguía esperando que surgiera el gran "pero", la insuperable dificultad, simplemente no conseguía dejarse llevar.

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