5 de febrero, 2019.

Narra Ashton.

El agobio constante por las cámaras hace que mi mal humor de los últimos meses aumente, pues, aunque la inversión de los hoteles verdaderamente era un sueño que siempre tuvo Tyler, también nos vino bien para hacer los lavados de dinero.

La puerta de la entrada del apartamento que habíamos comprado hace poco, se abre, y lo sé porque estoy enfrente, de otra manera no me habría enterado. Por ella veo entrar a un desorientado Jake, el cual soba la parte trasera de su cabeza con una mueca de dolor en el rostro.

- ¿Estás bien? – pregunto y veo como se asusta y me mira sorprendido.

- Todo bien, tranquilo – dice, pero me acerco a él al ver que la mano que tenía en su cabeza tiene sangre.

- ¿Qué cojones ha pasado tío? – digo con un deje de preocupación tiñendo mi voz – ¿Tú no habías ido a correr?

Ignora mi pregunta y pasa de largo, voy tras de él y veo como entra a su habitación para después salir y meterse al baño.

- Jake, ¿me vas a decir de una vez que ha pasado? - digo intentando tranquilizarme cuando siento que me ignora – Jake...

- Cállate Ashton – explota mirándome fijamente – he encontrado a Yvonne, pensaba que iba a venir conmigo después de haber estado hablando por más de veinte minutos, – su respuesta me sorprende, pero decido seguir escuchando lo que tiene que decir- me ha dicho que no iba a volver, que su hijo no iba a crecer entre drogas – sus facciones se tiñen de tristeza y veo sus ojos llenarse de lágrimas – después me ha noqueado y se ha ido, pero eso no es lo peor ¿sabes? – dice mirándome a los ojos mientras una lágrima corre libremente por su mejilla – me ha hecho replantearme todo Ashton ¡joder! Voy a ser padre, no quiero que mi hijo muera por mi culpa. – es lo último que dice antes de echarse a llorar.

Envuelvo a Jake en mis brazos haciéndole saber que estoy aquí, que eso no pasará, pero maldita sea, tiene razón.

- Tío, escúchame – digo con voz quebrada y tomando su cara para que me mire – nuestros hijos se criaran juntos y no les pasará nada ¿me escuchas? – lagrimas caen de mis ojos con tan solo pensarlo – no permitiremos que les pase nada, pero para ello tenemos que estar juntos, y eso incluye a Bonnie e Yvonne – limpio mis lágrimas y le miro fijamente – seremos una familia.

Él tan solo asiente mientras me abraza por última vez antes de decirme en un apenas audible susurro que se quería duchar, y asintiendo, me marcho del baño para caminar hasta la cocina.

Tiro todo a mi paso pues la ira se instala en mí, pues no paro de pensar donde estará Yvonne, pues ya tiene seis meses de embarazo y quiero ver nacer a mi hijo o a mi hija. Mi teléfono no para de sonar y eso solo hace que mi ira aumente, pues no quiero hablar con nadie a menos que me tengan noticias de su paradero, cuando suena por quinta vez decido responder, pues estoy seguro que será la única manera de que la persona que este jodiendo, deje de molestar.

- ¿Qué coño quieres? – digo sin mirar si quiera quien es la persona que se encuentra detrás de la línea – habla de una puta vez y deja de molestar.

- Hola jefe – oigo la voz de uno de los chicos que trabaja para mí – le llamo para decirle que uno de los nuestros ha cazado a un gran cliente, quiere que realicemos una entrega bastante gorda.

- Nombre y apellidos – exijo – y espero que sea lo suficientemente importante para que andes jodiendo.

- Ryan O'Neill – dice con voz queda – quiere dos toneladas, y pide que se realice esta semana, le han investigado, y por lo visto exporta a otros países, es un tipo bastante importante, tiene el historial limpio y suele limpiar el dinero en unos talleres que tiene en diferentes partes del mundo.

- Realizar la entrega y tenerle controlado, puede que sea un cebo – y sin decir mucho más cuelgo la llamada.

Bebo un largo trago del Whisky que me he servido mientras el chico hablaba, mi cabeza no para de pensar en posibles escenas de donde podrá estar Yvonne escondida, pues ni los mejores hackers de Londres han logrado conseguir su ubicación, parece que no existe su vida en Los Ángeles.

Cambio mi ropa cambiando el traje por algo más cómodo y cogiendo las llaves de mi coche me encamino al garaje, pues necesito un poco de aire y se dónde encontrarlo.

Cuando entro a Black Hole, la oscuridad tiñe la ciudad y los gritos y rugidos de los coches es lo único que se escucha, veo a la gente ir y venir, la mayoría de ellos en un estado deplorable, pues van tan puestos que no creo que sepan ni en qué día viven.

La mayoría de las personas que se encuentran aquí ya me conocen, pues no es la vez que vengo a Los Ángeles a por algo de diversión, y aunque sé que de aquí no saldría ni una palabra de que me han visto, prefiero no ser reconocido. Miro a mi alrededor viendo a Zev apuntar algo en una gran pizarra en lo alto de un pequeño escenario, hago sonar el claxon y este inmediatamente me mira, cuando reconoce el coche me sonríe y asiente con la cabeza, y con eso sé, que ya estoy dentro.

Tras cinco largos minutos nos colocamos en la línea de salida haciendo rugir los coches y la gente empieza a gritar, y cuando una bandera verde aparece, sé que es hora de salir, allá vamos.

Después de correr y sin interesarme si quiera en la posición en la que he quedado, me dirijo al apartamento más tranquilo, pues la adrenalina siempre saca los demonios de mí, me sorprende que por la hora que es mi teléfono suene, pongo el manos libres y me doy cuenta que es un teléfono desconocido y me tenso.

- ¿Sí? – respondo al instante.

- ¿Ashton? – frunzo el ceño y afirmo – Soy Marc Moore ¿me conoces verdad? – me tenso y doy una afirmativa, pues es muy raro que me llame el jefe de policía- no me ha quedado de otra que llamarte, no preguntes de donde he sacado tu teléfono, es importante, es sobre Yvonne.

- ¿Qué ha pasado con ella? – me tenso y aprieto fuertemente el volante haciendo que mis nudillos se vuelvan blancos – habla de una maldita vez joder.

- Me llamó hace unas horas, y antes de terminar de hablar me dejó de contestar, creo que le ha podido pasar algo, créeme que no te llamaría si no supiera que está en peligro, lo último que me dijo es: "te necesito", y por más que la he llamado no me coge el teléfono – su voz suena con un deje de preocupación- joder, yo mismo voy a ir a buscarla a Los Ángeles, pero tardaría demasiado en llegar, y sé que te encuentras allí, haz algo joder.

- La buscaré – digo antes de colgar.

Llamo a Jake y me lo coge al instante.

- ¿Pasa algo? – dice con voz somnolienta.

- Levantaros todos y poneros a buscar a Yvonne ¡ya! – y sin mucho más detalle cuelgo la llamada y acelero el coche para llegar lo antes posible.