Intimidad
Al otro día, después de levantarme con la cabeza un poco pesada y comer algo para no sentirme tan mal, llamé a Lily pues tenía curiosidad de saber cómo le fue con Antonio después de que se ofreciera a llevarla a su casa.
—¡Amiga! Antonio es lo más, deberías seguir golpeando hombres en la nariz —manifestó Lily cuando le pregunté por su noche anterior.
—Pero dame más detalles, ¿qué hicieron? ¿Pasó algo interesante? —Esa era información que tal vez no quería escuchar, pero mi curiosidad siempre ganaba sobre mi cordura.
—Pues pasaron muchas cosas interesantes, pero no lo que estás pensando, tú sabes que yo no soy de esas. Pero bueno, sí te confieso que al ver bien a Antonio hasta me dieron ganas de volverme una de esas...
—Amiga, tú y tus ocurrencias.
—Ay Sofi, Antonio es súper lindo y caballeroso, luego de salir del bar me invitó a comer algo en un sitio muy chévere, luego me preguntó qué quería hacer yo y le dije que si no se sentía cansado podíamos ver una película en mi casa, me dijo que le encantaría y vimos Si decido quedarme. ¡Y me dijo que era hermosa!
—¿Tú o la película?
—¡Eso mismo le pregunté yo! —rió con ganas—, y me dijo que las dos, pero que yo le gustaba más. Luego me besó, y fue muy amable y comprensivo cuando le dije que no fuéramos tan rápido.
—Tienes razón, qué caballeroso.
—Ay ami, pero me siento un poquito mal porque él estaba hablando contigo y luego lo acaparé.
—Ay Lily, no te preocupes —De todas formas eso no era nada raro—, no te niego que mientras charlé con Antonio la pasé bien, pero como que no es mi tipo.
Era la misma retahíla de consuelo que me decía a mí misma, solo para conservar un poco mi orgullo.
Era más que obvio para mí que Antonio si me había interesado, y que desde que habló de la licitación me interesó mucho más, pero después de que llegó Lily no volvió a hablar del tema y días después, no volví a saber de él.
♠️♦️♣️♥️
Pasaron unos días y me sumergí entre briefs, reuniones, lanzamientos y noches sin dormir temprano. Últimamente estaba tan ocupada que no volví a pensar en Antonio y en aquella noche cuando lo conocí.
—Sofía, tienes una llamada por la línea uno —Escuché la voz chillona de mi asistente.
—¿Quién es? —contesté con desgano. No tenía tiempo para llamadas que no fueran de vida o muerte.
—Es el mismo señor que llamó ayer, Antonio Villa.
—Carolina, dile lo mismo que te dije que le dijeras ayer, no lo conozco y en este momento no lo puedo atender.
—Sofía, dice el señor que necesita hablar contigo urgente sobre una licitación—La voz de mi asistente se escuchó algo temerosa. Aunque yo no era la jefe más tirana del mundo, la pobre mujer me tenía un miedo de muerte.
De repente el nombre me sonó. Antonio.... ¡Antonio! Recordé donde lo conocí e inmediatamente levanté el teléfono.
—Hola Antonio, ¿cómo has estado?
—Hola hermosa, ¡qué difícil es encontrarte!
¡¿Hermosa?! La palabra sonó aun más fuera de lugar en ese tono seductor en el que la dijo.
—Ay Antonio, discúlpame, he estado tan ocupada que son muy pocas las llamadas o visitas que estoy recibiendo, pero me da gusto que hayas llamado.
—A mí también me da gusto hablar contigo, necesito que nos veamos esta tarde para contarte más a fondo los planes de la licitación.
—Ok Antonio, en este momento estoy un poco ocupada pero si te parece bien podemos vernos a las cinco de la tarde —propuse. Cuando habían negocios de por medio, nunca estaba demasiado ocupada.
♠️♦️♣️♥️
En mi cafetería favorita, la música chill-out sonaba fuerte mientras yo esperaba a Antonio para hablar sobre la licitación. El café que estaba a punto de terminar ya estaba frío y yo pensaba seriamente en lo mucho que odiaba la impuntualidad.
También pensaba que hacía varios días que no lo veía y no sabía si recordaría cómo era. El licor no es el mejor amigo de la memoria ni mío mucho menos, y yo estaba algo bebida esa noche, lo único que recordaba de él es que era un hombre apuesto, pero tenía miedo a hacer el ridículo si me veía y no lo reconocía.
—Hola hermosa ¿llevas mucho rato esperándome? —Escuché una voz profunda que inmediatamente me trajo recuerdos.
—No tanto —La voz me sonó algo nerviosa— La verdad es que aproveché un poco el tiempo para investigar un poco sobre ti.
Sí, definitivamente en lo único que el licor no hace estragos es en mi buen gusto. Este hombre era muy atractivo y elegante, y ya en sano juicio lo podía apreciar mejor.
—No sabía que te provocara tanta curiosidad —Su mirada era fuerte y penetrante. A veces no entendía por qué algunas mujeres decían que quisieran leer la mente de los hombres; leerla era muy fácil, por lo general solo pensaban en una cosa, que venía a mí cabeza al tener esa mirada sobre mí.
—Quería saber más sobre tu empresa. La arquitectura me encanta, si no hubiera sido publicista tal vez sería tu competencia más despiadada.
—¿Has trabajado antes en proyectos de vivienda?
—En algunos, pero el que más me enorgullece es el del Edificio Libélula.
—Wow, ¿trabajaste en la campaña? ¡Felicitaciones, la forma en que desarrollaron toda la expectativa me encantó! ¿Ganaron algún premio por ese trabajo? —No solo deleitaba la vista sino que además sabía de publicidad. «Qué cita tan encantadora» pensé, aunque luego me recordé a mí misma que solo se trataba de una reunión de negocios.
—Sí, un Ojo de Iberoamérica y otros cuantos —respondí tratando de conservar la poca modestia que tenía al hablar sobre lo que más amaba en el mundo: mi trabajo y mis logros.
Antonio era muy profesional e inteligente, además era seguro de sí mismo y ambicioso, y yo no podía dejar de pensar que debía tener mil mujeres detrás de él. Llevábamos una hora hablando apasionadamente de nuestras respectivas carreras, sus ojos brillaban cada vez que mencionaba lo que había construido en cada lugar del mundo; ese hombre conocía casi cada ciudad que yo quería conocer: París, Helsinki, Luxemburgo, Florencia, Barcelona, y otras cuantas que yo ya conocía. Me mostró algunas fotos de sus proyectos; le encantaba la modernidad y el lujo, pero también apreciaba la arquitectura clásica. En Florencia, ayudó a remodelar una casa que antiguamente había sido un monasterio, y se emocionó contándome que ganó un premio muy importante debido a que la edificación original conservó mucho de su encanto antiguo cuando él y su equipo se propusieron hacer la menor cantidad de demoliciones, y aun así el resultado final fue una majestuosa casa con un diseño único.
—Pero ya hemos hablado mucho de nuestras carreras y no sabemos nada de nuestras vidas; ¿ya te contó Lily que llevamos dos semanas saliendo?
Al principio me costó creer que fuéramos a hablar de ese tema, pero es normal que quieras hablar de tus nuevas relaciones, sobre todo si es con un conocido en común. Supongo.
—Ah ¿si? La verdad hace mucho tiempo no hablo con ella, ha estado tan ocupada como yo. Me alegro por ti, Lily es una excelente mujer.
—El sexo es lo máximo.
«Espera ¿qué?»
Me sentí muy incómoda ante esta respuesta, el hombre era un ególatra total. ¿En serio había cambiado el tema para hablar de nuestras vidas, o sólo quería hablar de él y el maravilloso sexo que tenía con Lily? Ante el giro que tomó la conversación solo pude decir "Qué bien".
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