Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

IV

DIAS DESPUÉS

Un nuevo partido de basquetbol se presenta en las clases de educación física. Incorporaron a Benjamín quedando uno de los chicos en el banco por decisión propia. Sonreí de lado por el accionar, como si Clarck fuese a hacer milagros; esto es un juego grupal.

Otra vez está peleado porque, aunque me cueste aceptarlo, el raro del salón es bueno en deporte, mucho más sobresaliente que yo en baloncesto. Al contrario de molestarme, creo que me incentiva a superarlo, también amo jugar y reconozco que se me da muy bien.

Benjamín es ágil, piensa rápido y no duda en acercarse para quitarme el balón. Me agrada que se anime a enfrentarme, así sea en el deporte. Es atlético, se encuentra en forma y se mete de lleno en el contexto competitivo. Parece una persona diferente, nadie podría argumentar que fuera de la cancha es un cero a la izquierda.

El entrenador hace sonar el silbato y el partido finaliza. Esta vez ganamos por un punto, no obstante, todos felicitan a Clarck por el buen desempeño en el juego. Mi orgullo me impide mantener la boca cerrada, y en tanto él agradece con una sonrisa, yo solo suelto un "no eres bueno, solo te lo dicen por lástima" retirándome del gimnasio y destruyendo su poca confianza.

Estoy actuando como un imbécil con alguien que no lo merece. No soporto cuando sus ojos se fijan en mí y guarda silencio, termina por darme razón. Decir lo que siento y hacer lo que pienso no es algo inherente a mi persona. Estoy seguro de que, a pesar de mi comportamiento, Benjamín sabe que es mejor que yo en todo, y me lo demuestra a diario.

Voy a casa; mi caminata también se verá interrumpida hoy. Es el cumpleaños de Emma, aquella chica rubia de intercambio.

Travis y Nathan parecen entusiasmados, estoy seguro de que sus intenciones son otras. Por mi parte, ella me agrada y considero que estará bien ir por un café a pasar el rato. Por ahora solo quiero llegar a darme un baño, y constatar que Cady se encuentra bien. 


Nos reencontramos con las chicas en la puerta de la cafetería. Emma está demorada, viene con su amigo, aquel del que tanto habló por horas. Seguro es buena onda, tengo curiosidad por conocerlo.

Buscamos una mesa cercana a la puerta, para que de esta manera ella nos ubique con facilidad, y hablamos sobre nuestras rutinas en el colegio. Nathan alardea sobre el partido de hace unas horas, aunque poco hizo por el equipo, más no voy a dejarlo en una pésima posición frente a su amiga Cadence.

Eloise cambia el tema de conversación llevándolo hacia la música, uno en el que puedo participar sin sentirme una mierda al recordar lo ocurrido al finalizar el juego. De repente, Travis acapara la atención, tiene un magnetismo para atrapar a las mujeres, si no lo conociera diría que es genial, pero desde otro lado pienso que a veces sobrepasa los límites de ser un pesado.

—Podríamos ir a un recital juntos, si te parece —Le propone a la pelirroja.

—Sí, eso sería muy bueno.

—Antes solíamos ir, pero Alex se volvió viejo y las cosas cambiaron.

—No me he vuelto viejo, solo que no salgo con personas con las cuales no me voy a divertir.

—Las chicas van a creer que están peleados —expresa Foster intentando aminorar la situación.

—¡Es un chiste! Alex y yo nos llevamos muy bien —sonríe.

—¡Ahí viene Emma! —Señala la castaña obviando nuestro entrecruce.

Abre la puerta del local y por poco no trae a su acompañante a la fuerza. Ninguno de nosotros se esperaba ver esto, menos que el chico maravilloso lleno de tantas virtudes, según la española, sea Benjamín Clarck.

Él parece aterrado. A mí poco me importa su presencia, no es como si fuera mi enemigo o algo por el estilo, solo lo molesto porque de alguna manera puedo descargarme.

Nathan se está conteniendo, pero no será por mucho.

La rubia relata que Clarck sufrió un asalto hace unos días y por eso se encuentra lastimado. Contado desde esa perspectiva suena mal, no quiero ni pensar si las chicas se enteraran que no fue un asalto sino una paliza por diversión o capricho. Es por lejos malicioso.

La conversación vuelve a centrarse en la agasajada. Proponen salir de noche con motivo de su mayoría de edad, y ofrezco mis contactos para que nos dejen entrar en algún club; el fin de semana será conveniente.

He conocido a muchas personas en estos últimos años, me han ayudado bastante a conseguir lo que necesito. Por cortesía, invito a Benjamín, y este no muy seguro responde que tal vez si pueda asistir.

No, no irá.

Su celular suena. Parece preocupado de un momento a otro y afirma que irá lo antes posible. Emma insiste en que se quede un poco más, sin embargo, es en verdad importante. La chica acepta regalándole un gran abrazo en una manifestación de cariño frente a todos nosotros; entonces él sale con rapidez del lugar dejando a su amiga confundida y decaída por un largo rato.

Las chicas tratan de animarla, incluso Nathan, quien parece que esta vez se ha fijado en la rubia de ojos claros. ¿Quién diría que Benjamín sería un rompecorazones? Ya lo dijo la chica del muelle al admitir que todas están interesadas en el colegio. ¿Realmente será así? No lo creo.

—Ya cambia esa cara, Emma— Pide Cadence—. Es tu cumpleaños, deberías estar feliz.

—Sí, perdón —responde sin ánimos—. Es que Benjamín estaba raro, y quizás algo grave pasó para que tenga que irse.

—Tal vez tenía una cita —Acota Travis con un trasfondo de burla que ellas no lo notan.

—¿Una cita? ¿Por qué tendría una cita en el cumpleaños de Emma? —Protesta Eloise—. Es su mejor amiga.

—Tal vez Benjamín tuvo que irse porque se siente mal —Justifico tratando de no estar ni de un lado ni del otro. A mí que mierda me importa a donde se fue el tonto de Clarck.

—Gracias, Alex —responde—. No me gustaría pensar que él sale con otra chica.

¿Entonces realmente le gusta? ¿Esta chica preciosa se fijó en Benjamín Clarck?

—¿Por qué te gusta él? —Me animo a preguntar sorprendiendo a mis amigos por el atrevimiento.

—Porque tiene todo lo que busco en un chico —admite—. Es lindo físicamente, es educado y muy tierno. Además, Benjamín tiene muchas cualidades artísticas, y ayuda a las personas en sus proyectos.

—Ese chico te trae loca, Emma Santana —expresa Cadence.

—Quizás haya otros chicos con las mismas cualidades —bufa Travis.

—Sí, pero a mí me gusta Benjamín.

¡Tómala!

Travis Kelly siendo rechazado antes mis narices es lo mejor que le pasó a mi tarde. Emma se carga una seguridad importante, es la clase de persona que me gusta.

—Alex, tu celular —Señala Eloise.

—Oh, gracias, no lo escuché.

Mamá me envía mensajes, acaba de llegar a casa y quiere verme. Otra larga conversación se avecina.

—Chicos, debo irme, tengo cosas que hacer, pero me gustó mucho pasar la tarde con ustedes.

—¿Las cosas están mejor?

—Sí, Eloise, al parecer van mejorando —asiento—Gracias por preguntar.

—Gracias por venir hoy, Alex.

—De nada, Emma, que continúes pasando un lindo cumpleaños. Foster; Kelly, nos vemos mañana.

—Adiós, Alex, después hablamos.

Las calles permanecen tranquilas, a esta hora las personas han bajado el ritmo y ya nadie quiere llegar a tiempo a sus trabajos o escuela; es el horario justo para estar en paz sin tener que pensar en problemas rutinarios.

Mi celular se queda sin batería en medio de una buena canción de Lil Nas, y el resto de mi trayecto se vuelve una mierda. De pronto, mis pasos se tornan lentos para visualizar con atención una escena que resulta un tanto extraña. Un chico alto con una remera estampada con la imagen de Sid y Nancy parece discutir en plena vía publica con su pareja. Imbécil.

Al aproximarme noto quien es la involucrada; la chica del muelle. Ella solo evade la conversación al intentar marcharse. Él la sujeta del antebrazo impidiendo su paso.

—¡Déjame, Mike! —pide la pelinegro.

—Vamos, Heather, tú y yo sabemos que quieres estar conmigo —Se aproxima a pesar del pedido.

—Vete a la mierda, ¿Crees que alguien como yo seguiría contigo?

En un acto fugaz golpea al chico en el rostro alejándose victoriosa. Si la bofetada que me propinó dolió, no quiero imaginar el impacto de su puño. Sonrío y continúo mis pasos dejándome los auriculares puestos para que no piensen que ando de chismoso. Quiero actuar con cautela, en situaciones así nunca se sabe.

Él la persigue y aprieta con fuerza su brazo. Intenta zafarse, más este no entra en razón y ella parece asustada, muy asustada.

—¡Hey, déjala! —Intervengo sin pensarlo dos veces.

—¿Y tú quién mierda eres?

—Que te importa, suéltala—respondo furioso.

—Ya lo oíste —dice empujándolo.

—Escúchame, Heather, esto no se va a quedar así.

—Esto se va a quedar así—Enfatizo— o te arrancaré la cabeza si vuelves a tocarla.

—Amigo, no sé quién seas, pero debajo de esa piel de cordero se esconde un lobo —La señala—. No te dejes engañar.

—No me interesa, no tienes por qué maltratarla. Vuelvo a verte cerca de ella y te partiré la cara, lo juro.

Se marcha como quien no ha hecho nada, como si zamarrear a una persona en la calle fuese algo habitual. Una vez que se ha alejado continúo mi rumbo. No espero nada de ella, tampoco quise entrometerme. No soy un ángel, menos caballero, pero propasarse con una mujer sería algo que jamás permitiría.

—Espera —Me sujeta del brazo.

—¿Ahora qué?

—Lo que él dijo...

—Escucha, niña, lo que él dijo poco me importa. Deja de hacer el ridículo en la vía publica peleando con tu noviecito idiota.

—Estaba por agradecerte —hace un ademan con sus dedos— pero no te mereces nada, Ross. En tus ojos hay más malicia que la que tiene Mike —bufa.

—Como sea bla bla bla, poco me importa tu discurso erróneo de mi persona. No me conoces, no te conozco. Adiós, bruja.

—Adiós, bobo, ojalá te atropelle un autobús.

—¿Ah sí? —Giro a verla—. Ojalá esta vez no puedas salir del pozo, Sadako.

—¿Te crees gracioso, imbécil?

—Tengo que irme, no puedo perder tiempo contigo.

—Sí, vuelve al sarcófago, Alex —Se burla alejándose.

Fue una excelente conversación, estoy satisfecho, ha dejado de estar nerviosa para estar a la defensiva. Esta chica es linda, muy linda. Sus ojos emanan un cierto misterio, y a pesar de burlarme de su oscuro cabello, la hace ver mucho más atractiva.

Ahora al menos sé que su nombre es Heather, pero no tengo idea de su edad ni por qué ese tal Mike la trataba de esa manera. Ojalá su situación pueda cambiar en algún momento, nadie se merece un maltrato. 


—¿Alex? Estoy en la cocina.

—Hola, mamá, ¿Qué pasa? ¿Por qué querías hablar conmigo?

—¿Dónde estabas?

—En el cumpleaños de una amiga.

—¿Una amiga o una novia? —pregunta con diversión.

—Amiga de un amigo.

—¿Y cuándo vas a tener una amiga más que amiga que te cambie esa cara seria que siempre traes?

—Deja de molestarme —reímos— ¿Qué quieres?

—Mi abogado llamó, el divorcio es un hecho, solo quería que lo supieras.

—¿Pedimos pizza para festejar? —bromeo.

—¡Alex Ross! No te burles de mi fracaso matrimonial.

Mamá es de esas mujeres fuertes que no tiene miedo a un nuevo comienzo. Desde que papá nos abandonó la pasó mal, claro, pero su duelo fue rápido. Mi padre es un imbécil.

—Bueno, ¿Pido la pizza o no?

—¡No! —Insiste seria.

—Lo siento.

—Ya la pedí yo—Carcajea dejándome confundido.

—Me gustaría ser como tú, mamá.

—¿Ser como yo? ¿Que tu amiga más que amiga te meta el cuerno con otro?

—¡Basta, no! —volvemos a reír—. Me gustaría ver las situaciones problemáticas con una resolución próxima.

—Y a mí me gustaría que hablaras sin parecer un nerd, hijo.

El timbre suena, traen la pizza; la excusa justa para correr hacia la puerta y dejarme solo en la cocina sin poder responder a su comentario.

Nancy Ryan es joven y la mujer más fuerte que he conocido. Apenas terminó sus estudios se casó y yo nací, no regresó a trabajar sino hasta que tuve 5 años y empecé el kínder. Desde allí que no ha dejado de hacerlo. Tiene vocación, voluntad, y una increíble disposición para ayudar al resto. Puede ver las cosas con claridad, aunque todo parezca estar incendiándose y el humo estuviera a punto de matarte. De niño la vi muy activa, y ahora que soy mayor, nada ha cambiado, es como si los años no pasaran para ella.

Realmente deseo que conozca a un buen hombre, que rehaga su vida, que sea feliz. Quiero acompañarla siempre en sus decisiones y que entienda que no debe preocuparse por mí; ya hizo todo.

—¡Aquí está la pizza! —Camina con la caja en mano realizando un bailecito— ¡A comer!

—Sí, muero de hambre. Ojalá te divorciaras más seguido —Ironizo.

—El gen Ross, sin dudas. Tu padre me preguntó por ti —Comenta dudosa—. Le he dicho que no quieres verlo.

—Gracias.

—¿No quieres saber nada de Daniel? ¡Es tu padre, Alex!

—¿Que quiere saber de mí? ¿Por qué ahora?

—No lo sé, pero está en todo su derecho. Lo que sucedió con nuestro matrimonio es otra cosa, y eso no debe interferir contigo. Tu padre te ama, Alex, tú eres lo más importante.

—Mamá, por favor, no me vengas con ese discurso de mierda. ¡No es un buen hombre! Si lo fuera, no te habría traicionado, no habría cambiado a su familia por una aventura.

El rostro mi madre se torna compungido, mis palabras la hieren, no me doy cuenta cuando lo hago.

—Perdón, no quise hablarte así —resoplo—. Mamá es que tú...

—Soy tonta como Cady —ríe.

—¿Lo ves? ¡Nunca puedo saber cuándo me tomas en serio!

—Creo que te preocupas mucho, y en el fondo extrañas a Daniel —acusa con el dedo—eres igual a él, ninguno da el brazo a torcer por miedo a lo que el otro piense.

—Debería darlo él, yo no me fui de casa —reniego comiendo una porción de pizza—. Tema cerrado. No Quiero hablar de esto.

Una negación de cabeza es suficiente para terminar la conversación, o el intento de ella. La relación con papá no va a mejorar, y tal vez me equivoque, pero siento que es lo mejor.

—Bueno, cuéntame sobre esa amiga que tienes.

—Es amiga de un amigo—insisto—. No te ilusiones, Nancy Ryan.

—Cuando menos lo esperes el amor golpeará las puertas de tu corazón.

—Mamá, no tiene sentido—Hago una mueca—. Que cursi eres.

Admiro su fortaleza, las ganas de creer que el amor existe cuando su pareja no fue capaz de mantenerlo, de enriquecerlo. La sonrisa de mi madre me hace comprender que la persona que ama lo da todo sin pedir nada a cambio, y quisiera ser igual, no obstante, tengo mis dudas. ¿Por qué amaría a alguien que no me ama? ¿Por qué debo perdonar a papá después de dos años sin que se digne a verme?

¡Eres una mierda Alex Ross, y nunca dejarás de serlo!

¿Por qué estoy pensando en la loca?

—¿A qué se debe esa sonrisa? —Se burla—. ¿La amiga de tu amigo?

—¡No! —reímos—. Deja de molestar y mejor termina la pizza.

—Mejor cuéntame de la chica.

Que alguien me ayude a combatir el interrogatorio que se viene.



Hola, ¿Cómo están? esta vez publico un poco más tarde de lo normal, pero es que no he tenido mucho tiempo para revisar el capítulo. Al fin pude hacerlo, espero que se encuentre presentable.

¿Qué les parece la historia hasta ahora?

Gracias por los comentarios y votos! ♥ Recuerden que me pueden encontrar en Instagram como Golden.mineek

¡Hasta el martes!

JK.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro