epílogo
Pov. Taehyung
" El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro o retención en contra de su voluntad desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo con su secuestrador. Esto se debe principalmente a que malinterpreta la ausencia de violencia cómo un acto de humanidad por parte del agresor. Las víctimas que experimentan el síndrome muestran regularmente dos tipos de reacción ante la situación: por una parte, tienen sentimientos positivos hacia sus secuestradores; mientras que, por otra parte, muestran miedo e ira contra las autoridades policiales o quienes se encuentren en contra de sus captores. A la vez, los propios secuestradores muestran sentimientos positivos hacia los rehenes. "
Leía ésto una y otra vez intentando entenderlo pero no lo lograba y aquello me desesperaba, ésto... No era nada parecido a lo que me pasó con Jungkook ¿verdad? Él no me tenía como rehén, él ya me amaba de antes y también yo estaba enamorado de él, no, no es verdad, no estaba enamorado, sólo... ugh que difícil era todo esto.
— Mierda.
Murmure hacía mi mismo antes de cerrar con enojó mi laptop. Ya había pasado un año de los hechos y me seguía sintiendo igual, enojado, triste, culpable, confundido. Era cómo estar lidiando con dos de mi mismo, uno que decía que ésto no era crímen y qué... Sus únicos crímenes fueron matar, no secuestrarme y que estaba enamorado de él y eso no era malo, y mi otro lado se sentía asqueado, enojado, y culpable por sentirme así, obligandome a reconocer que jamás lo estuve, que fue mi escape del secuestro. Todo era tan confuso.
Más cuándo se tomó ésto cómo un crímen mediático donde todos parecían disfrutar del morbo del ver al criminal Jungkook y a su víctima, yo. No hacía falta decir las miles de preguntas, los miles de juicios que fui, todo fue un caos que me obligó a ocultarme en el departamento de mi amigo Jimin, lo más duró fue testificar contra Jungkook, de tan solo recordar ello vuelvo a sentirme axfisiado y extrañamente culpable y enojado, yo decía una y otra vez que lo dejaran libre, que él no me tenía contra mi voluntad, la abogada decía de mi síndrome y que no estaba estable para declarar mientras estaba desesperado intentando explicarme que yo no era un víctima. Aquella sesión fue... Mediática y documentada en todos los malditos lados.
Me sentía asqueado conmigo mismo, más por sentir tristeza al ver a Jungkook tan... Apagado, no era el mismo que cuando estábamos en aquella cabaña alejados de todos, me sentía asqueado por querer correr a sus brazos, por querer decirle que yo lo amaba, me sentía más asqueado por el hecho de que seguía sintiendo lo mismo aún en supuesta libertad.
Las sesiones con psicólogos y psiquiatras no me servían, ninguno lograba entenderme realmente, solamente se encargaban en querer convencerme de lo que era bueno y malo ¡eso ya lo sabía! Sentía que nadie me lograba entender y aquello me hacía sentir más solo, y extrañar a Jungkook, que con sólo una miraba lograba leerme como un libro abierto. Vaya idiota que soy ¿no? Que la única persona que me entienda es la misma que la que me provocó lo que quiero expresar con tanta desesperación.
Me levanté de la cama y me cambié mi pijama por unos Jeans levis, unos converses negros y una camisa sencilla de botones color verde. Tomé mis llaves y salí de la habitación.
— Tae ¿a donde vas?
Mierda.
Voltee hacía mi amigo que me miraba con curiosidad, tenía que mentirle, odiaba mentirle pero sabía que si le decía la verdad no me iba a dejar ir.
— Me duele la cabeza, quiero ir al parque a caminar. — Jimin me miró de pies a cabeza antes de soltar un suspiro.
— Por favor, dime que no irás a ver a Jungkook.
¿Era demasiado obvio?
— No, iré al parque.
Dicho esto sin esperar alguna respuesta salí finalmente del departamento.
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Luego de charlar con los oficiales y que me revisaran que no llevara nada peligroso encima, me senté en una de las mesa en espera de que trajeran al causante de mis insomnios y tristezas, Jungkook. Sabía que no debía, que no era nada natural que la víctima estuviera visitando constantemente a su agresor, pero...no podía evitarlo, quería saberlo todo para entenderme y deshacerme de estos sentimientos y finalmente ser libre, libre de verdad, aunque cada vez me sentía... Más confundido.
Miré cómo lo traían hacía mi, con aquella vestimenta naranja que delataba su falta de libertad y aquellos ojos que ya no brillaban, delatando su apagada alma que realmente me hacía sentir mal, culpable. Lo sentaron delante de mío anunciando que sólo teníamos media hora para charlar. Asentí con una falsa sonrisa haciendo que los oficiales se alejaran un poco de nosotros dándonos un poco de "privacidad"
— Te extrañe.
Sentí cómo si una dulce y calida brisa me envolviera el corazón, lo que hizo que una mueca de desagrado se pintara en mis labios, detestaba que tuviera este poder sobre mi, no me entendía ni yo ¿cómo es posible que él logrará entenderme? De todos, solo él.
— También te extrañe...
Lo admití con resignación, pero la sonrisa que me regaló fue suficiente para que me sintiera con mis defensas bajas y una sonrisa se colocará en mis labios, sintiendo cómo si todo alrededor se desvaneciera y aquella sensación de vulnerabilidad me dominará, pero extrañamente no me asustaba, bueno, realmente sí pero a su vez me hacía sentir bien ¿cómo podía sentirme bien y mal a la vez?
— Jungkook... ¿por qué hiciste las cosas así? ¿sabes qué ahorita estuviéramos juntos si no hubieras hecho tanto daño? — Dije con enojó y tristeza en mi hablar, lo que hizo que la sonrisa de su rostro se desvaneciera.
— Yo sólo intentaba protegerte.
— ¿De quien? ¿de mis padres? ¿de Jimin? ¿De Yoongi? Lo hiciste porque estabas celoso, y me dañaste.
— E-eso no es del todo verdad, Tae, tenía que cuidarte, tenía que cuidarnos, lo que tenemos tenía que protegerlo incluso de tus padres. No me importa si no me crees, yo quiero protegerte de todo el mundo, soy capaz de hacer cualquier cosa por ti — Podía ver la devoción y desesperación en sus ojos y manera de hablar, notaba también el temblar de sus manos, no sabía si era de impotencia por no poder abrazarme o por los nervios, quizás eran ambas.
Desvíe mi mirada sintiendo mis ojos cristalizarse y nuevamente aquel horrible sentimiento que tanto detestaba se colocaba en mi pecho, esa asquerosa calidez y miedo, esa sensación espantosa que la acompañaba recuerdos, horribles recuerdos y "buenos" recuerdos.
¿Cómo era capaz de decir estas cosas tan a la ligera con tanta devoción y sinceridad?
Miré a nuestro alrededor buscando tranquilizarme, deseando hablar más con él pero el maldito reloj indicaba que cada vez estaba más cerca de irme, me sentía axfisiado, confundido y triste, todo esto no me ayudó a comprenderme, solamente me daba una sensación vaga de seguridad y eso me hacía sentirme mal, con miles de pensamientos que no lograba entender. Si tan solo pudiera estar con Jungkook, una vez más, sin ese maldito reloj y esos malditos policías que nos veían, solamente hablando, hablando hasta cansarme hasta sentirme satisfecho con sus respuestas y ser libre, por fin comprenderme y deshacerme de estos sentimientos contradictorios.
— ¿Cualquier cosa por mi?
Me miró algo confundido pero rápidamente asintió con determinación en su mirada. — Lo que sea.
No estaba seguro de lo que preguntaría, no estaba seguro de lo que ocasionaría con esto, no estaba seguro de nada para éste punto de mi vida, me sentía perdido, una parte mía decía que me detuviera, que no lo hiciera, que me esforzara más con los psiquiatras y psicológos mientras mi otra parte solo buscaba sentirse bien, y para eso necesitaba a Jungkook.
— ¿Hasta escapar? — Pregunté con voz baja y temblorosa con el miedo presenté en cada parte de mi.
Miré en los ojos de Jungkook sorpresa y casi rápidamente volteo hacía atrás para asegurarse de que no me hubieran escuchado, volteó nuevamente hacía mi antes de darme una sonrisa notando cómo el brillo volvía a sus ojos. Un brillo que conocía bien.
— Sí.
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