26
Jin se encontraba asombrado al ver su hogar repleto de policías, entrando y saliendo con varias de sus pertenencias mientras una alarmante cinta amarilla le impedía el paso a cualquier curioso. El miedo no tardo en recorrer sus venas ocasionando que se palideciera imaginando lo peor, rápidamente se apresuró a intentar entrar a su casa pero siendo impedido por una policía que se colocó firmemente delante de él.
— Disculpe, no puede pasar.
— ¡Aquí vivo yo! — Dijo desesperado importandole poco apartarla para adentrarse a su casa. Su cabeza estaba llena de posibles escenarios donde el protagonista era su hermano Jungkook.
Apenas entró miró a policías buscando cosas en sus muebles y otros charlando mientras tomaban notas, parecía una escena sacada de alguna clase de serie de criminales.
— No puede estar aquí, señor.
— ¿¡Por qué!? ¿¡Qué pasa!? — Quería seguir preguntando, gritar que hacían en su casa pero unos oficiales lo tomaron del brazo con delicadeza y lo sacaron diciendo que no podía estar ahí en ese momento.
Jin intentó gritarles que era su casa, quería saber desesperadamente si habían acaso encontrado a alguien muerto o herido, sus lágrimas habían comenzado a empapar sus mejilla frías y pálidas, pero parecía no importarles. Solamente lo dejaron y volvieron a adentrarse a la casa.
Sin embargo se negaba a quedarse sin saber qué ocurría, algo en su pecho, algo doloroso y asfixiante le indicaba que seguramente se trataba de su amado hermano Jungkook, lo que le hacía temer, tomó con sus manos temblando su celular y rápidamente le marcó, sonó el timbre, una... dos veces, y por suerte a la tercera le contestó, haciendo que un horrible peso se le quitará de encima, más al escuchar su voz tranquila que lo hizo sentir que su alma volvía a su cuerpo.
— Oh Jungkook... No sabes la alegría que me da escucharte.
No pudo evitar sollozar bajo intentando tranquilizarse mientras escuchaba la preocupación de su hermano al otro lado de la llamada. Apenas logró calmarse comenzó a platicarle lo acontecido, de cómo llegó del mercado y miró su casa llena de policías y ninguno le daba alguna respuesta clara, pero parecía grave ya que no dejaban pasar a nadie.
— Ya veo... — Contestó Jungkook intentando sonar algo calmado, pero por dentro sabía que pasaba y no le agradaba para nada.
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