“Mad Hatter - Melanie Martinez”

—¿Mía? —interrogó confundido acercándose a ella.

—¿Qué estás haciendo aquí? —le preguntó la pelirroja mientras ésta retrocedía por precaución.

—Vivo aquí. —mencionó él frunciendo el ceño—. ¿Y tú qué haces aquí? —bebió del vaso que estaba sujetando y Mía sin saber por qué desconfiaba de él en ésos momentos.

—Vine con una amiga. —se encogió de hombros y vió a su alrededor que habían varios chicos riendo y bailando—. ¿A qué te refieres con que vives aquí? —le preguntó alzando la voz por la música alta.

—Me refiero, a que vivo aquí. —río—. Mi prima fue quién organizó la fiesta. —dijo finalmente después de unos minutos en los que Mía debatía mentalmente si salir corriendo o no.

—¿Hilary es prima tuya? Pero si no se parecen en nada. —murmuró en voz baja para sí misma, pero el asiático la escuchó y soltó una carcajada.

—Soy adoptado, su tía es mi madre adoptiva. Por éso no tenemos parentesco. —explicó dejando cómo consecuente un silencio incómodo entre ellos.

—Lo siento, no lo sabía. —Al decir ésas palabras se recordó lo que le dijo Noah. Sabe que debería dejar de hacer éso, pero no lo puede evitar cuándo se ha culpado por lo que sucedió hace cuatro años sabiendo que sí tenía la culpa.

—Tranquila, no había manera de que lo supieras. —terminó de decir él y le propuso sentarse cerca de la piscina, ella aceptó porque admitía que tenía mucho calor.

Metió sus pies dentro de la piscina asegurándose de no mojar su vestido.

—¿Y dónde está tu amiga? —escuchó que le preguntó Jhiam, cuándo giró a verlo vió que sus dulces ojos verdes la miraban con un brillo especial.

—No lo sé. —carraspeó—. Vinimos juntas pero después no sé a dónde fue. —dijo sin prestarle mucha atención la cuál estaba en el agua en sus pies. Los movía a los lados formando mini olas que hacían que su mente viajara lejos.

—Qué gran amiga eh. —dijo él con sarcasmo.

—Lo es, ella sólo quiere divertirse y no quiero ser quién se lo impida. —le respondió finalizando la conversación.

Ella escuchó la voz de Mike a unos metros, parecía estar buscando a alguien y se acordó que el moreno le dijo que no se moviera de dónde él la había dejado.

—¿Lo conoces? —Jhiam dirigió su mirada hacia él y le dió hechó una ojeada rápida.

—Sí, es mi mejor amigo. —bajó la cabeza y vió cómo sus dedos de los pies se arrugaban dándole un aspecto de anciana. Éso le divertío.

—Ah. —dijo—. ¿Y te gusta verdad? —preguntó con algo de decepción.

—¿De qué hablas? Sólo somos amigos. —Ella se alarmó ya que ni siquiera Samy sabía de sus sentimientos por su hermano, o al menos éso ella creía.

—Tu mirada te delata. Te gusta. —afirmó y Mía no pudo evitar preguntarse si era tan transparente.

—Él no siente lo mismo. —En su voz era notable la tristeza. Era la primera vez que hablaba de sus sentimientos con alguien.

—Entonces es un idiota. —dijo con voz severa.

—No lo llames así, yo no puedo obligar a nadie a quererme y tampoco es culpa suya que me haya enamorado de él. —dijo enojada Mía mientras se quedaba sin aire de lo rápido que habló. No le gusta que hablaran sin saber.

—Lo lamento. —suspiró y huyó de su mirada—. Tienes razón, no debí haber dicho éso. Pero él es demasiado idiota para darse cuenta. —soltaron una carcajada juntos y Mía se guardó mentalmente ésa frase para recordárselo a sí misma en las noches que duerma pensando en él.

—¿Mía? —escuchó que la llama Mike detrás suyo. Ella sale de la piscina junto a Jhiam y el moreno le decida una mirada confundida—. ¿Quién eres tú? —le preguntó.

—Éso no importa. Espero verte pronto, talvez podríamos quedar algún día. —se dirigió a Mía y se despidió de ella con un beso en la mejilla.

Ella se quedó sola con Mike y éste se cruzó de brazos esperando una respuesta de su parte.

—¿Qué? Es un amigo. —dijo acercándose a él y agarrando sus brazos entrelazandolos a los suyos.

—No conozco a tu amigo. —Él la miraba con los ojos achicados buscando algo en ella.

—No conoces a todos mis amigos Mike. —Ella dejó de verlo al rostro y añadió —: ¿Nos vamos?

—Sí, pero después me tendrás que hablar de tu amigo. —dijo lo último haciendo énfasis en la palabra.

—Cómo sea. —rodó sus ojos y empezaron a caminar. Mía antes salir de la fiesta vió a Noah dándole una mirada significante.

—¡Mía! ¿Mía ya llegaste? —Cuándo entró por la puerta lo primero que escuchó fueron los gritos de su padre llamándola.

—¡Si papá! —gritó ella divertida por la situación. Su padre sólo estaba a unos metros de ella y actuaban cómo si estuvieran a kilómetros.

—¿Cómo te fue? ¿Te divertiste? —le preguntó abrazándola y caminando con ella hacia la cocina.

—Sí, fue algo divertido. —respondió—. ¿Dónde está mamá? —preguntó ella notando el silencio que había.

—Trabajando. —le dijo su padre con un suspiro abandonando sus labios.

—¿Aún? Le dije a mamá que dejara ése trabajo. Ni siquiera cobra lo suficiente. —decía ella mientras comía unas fresas que estaban encima de la meseta.

A ella le enojaba cuándo su mamá llegaba tarde por culpa de su trabajo. Era cocinera en un restaurante que no tenía mucha fama, le gustaba cocinar para los demás pero en ése trabajo no ganaba casi nada.

—Hija, sabes cómo es tu mamá, es muy terca y ella no quiere salir de ahí. —explicó su padre mientras pensaba en las palabras de su hija, sabía que tenía razón pero su esposa era gran devota de la cocina.

—Lo sé papá, pero ella debe entender que no puede estar en un lugar en el cuál no gana nada. —le dijo enojada Mía mirando a su padre y éste sonrió confundiendola .

—Tal vez deberías aplicarlo para tí también. —acto seguido salió de la cocina dejando a su hija sola con sus pensamientos.

Al otro día cuándo llegó a la preparatoria vió a todos sus compañeros con gafas o con la frente apoyada en los casilleros.

—Vaya, sí que anoche todos se descontrolaron. —dijo Samy acercándose a Mía. Ésta la ignoró y fue a su casillero y guardó sus libros.

Ésa acción no pasó desapercibida para la morena.

—Sé lo que te pasa. —dijo y Mía le dedicó una mirada mordaz—. Lo lamento, okey. Soy una mala amiga y sé que hice muy mal en dejarte sola en la fiesta. ¿Me perdonas? —dijo éso último haciendo un tonto puchero con los labios.

Mía se vió tentada a perdonarla pero decidió que la haría sufrir un poco por haberla abandonado en la fiesta. Vió que su amiga tenía ojeras y se veía cansada, éso la molestó un poco.

—No. —se dió media vuelta y fue a clases. Su amiga se quedó con la boca abierta en medio del pasillo y se puso a pensar en algún plan para que Mía la perdonara.

Cuándo la pelirroja llegó a la clase correspondiente, en éste caso Español, ella se sentó al final cómo siempre pero nunca imaginó que su mejor amigo se sentaría con ella, ya que siempre se sentaba al frente.

La clase había comenzado y ella sintió dos toques en su hombro, cuándo giró la cabeza vió a Mike escribiendo algo en un papel. Cuándo terminó le pasó el papel y leyó lo que había escrito en él:

Necesito tu ayuda.

Ella lo miró confundida y él le quitó la hoja de las manos y volvió a escribir. Mía estaba muy confundida, apenas sabía lo que estaba pasando.

A la hora del almuerzo ve a las gradas.

Leyó cuándo el moreno le pasó nuevamente la hoja. Ella lo vió con los ojos entrecerrados preguntándose que estaría tramando, pero al final terminó asintiendo con la cabeza.

Unas horas después ella se encontraba en las gradas dónde Mike le dijo que estuviera.

—Por fin, pensé que te habías arrepentido. —dijo el chico soltando un suspiro de alivio.

—¿Qué pasa? Te diste cuenta que te gusto y te vas a declarar. —bromeó visiblemente nerviosa, el moreno la miró con una sonrisa de boca cerrada.

—Necesito tu ayuda en algo Mía. —se sentó en las gradas mientras torcía sus dedos.

—¿Qué es lo que pasa? —Mía copió su acción y se sentó a su lado mientras notaba cierto temor en su voz.

—Mía, necesito que me ayudes a fingir que somos novios. —dijo finalmente después de unos minutos. Ella repitió ésas palabras en su cabeza y no pudo evitar soltar una sonora carcajada.

Paró abruptamente al ver que su mejor amigo no se reía.

—¿Es una broma, verdad? —preguntó ella totalmente aterrada mientras se levantaba y empezaba a dar vueltas.

—Por favor Mía, necesito tu ayuda. —suplicó Mike mientras agarraba sus manos y las acariciaba. Aquél gesto hizo que el corazón de Mía se acelerara.

—¿Por qué necesitas que te ayude en algo así? ¿Mike que fue lo que hiciste? —interrogó con voz asustada de la respuesta que le podría dar el moreno.

—Anoche... —suspiró antes de terminar la oración—, anoche cuándo te dejé sola fui detrás de Clara, ella y yo tuvimos una discusión y le dije que estamos juntos en una relación. —Cuándo terminó Mía sintió que se le salía el alma del cuerpo, él le dijo a su ex que ellos tenían una relación.

—¿Por qué hiciste éso? —le preguntó con la voz temblorosa mientras se sentaba de nuevo y repetía las palabras del chico en su cabeza.

Le dije que estamos juntos en una relación.

Le dije que estamos juntos en una relación.

Le dije que estamos juntos en una relación.

—¿Mía? —le preguntó Mike y ella volvió en sí. No sabía explicar lo que sentía en aquel momento, su mayor sueño era ser la novia de Mike y ahora el moreno le decía que fingiera estar en una relación con él.

—Sí, estoy bien. Respóndeme. —ordenó ella.

—Porque sentí celos, ella me dejó por aquel imbécil y no quería que pensara que no puedo pasar página. —explicó él levantando la voz a medida que terminaba la oración.

La realidad le cayó en un balde con agua fría encima, él no lo hacía por tener ningún interés en ella. Sólo lo hacía para demostrarle a su ex novia que la había olvidado cuándo era obvio que no.

—Eres mi mejor amiga Mía. Te quiero mucho y sé que me vas a ayudar en todo lo que necesite, por éso eres la primera persona en la que pensé. —Él se acercó a la pelirroja y apartó los mechones sueltos que caían por su rostro.

Pensó en sus palabras y recordó las múltiples películas adolecentes en las que los protagonistas fingían tener una relación y terminaban anamorándose.

Éso hizo que su mente empezara a imaginar escenas en las que su mejor amigo la besaba y agarraba de la mano cómo hacían lo novios. Debía admitir que éso la emocionaba mucho.

—Está bien, pero con una condición. —alzó su dedo apuntando al rostro de su amigo. Éste frunció en ceño mientras sus labios formaban una sonrisa—. Promete que ésta falsa no dudará mucho tiempo, por favor. —Ella aún no entendía el propósito de éso pero no le gustaba tener que fingir algo que no era y mucho menos cuándo su corazón estaba en peligro de salir herido.

—Te lo prometo. —Él la miró por algunos segundos y la levantó del suelo en sus brazos y empezó a gritar—. ¡Eres la mejor amiga del mundo! —gritaba y daba vueltas con la pelirroja en sus brazos.

Cosas cómo ésas eran las causantes de que su corazón no dejará de latir por su amigo.

—¡Llegué! —gritó Mía esperando ser escuchada por encima del ruido de la televisión.

—¡Aquí! —escuchó que gritaba su madre desde la sala. Se apresuró a ir dónde ella y se recostó a su lado apoyando su cabeza en su hombro.

—¿Sucedió algo? Estás muy alegre. —mencionó la pelirroja de la cuál Mía sacó sus genes.

—No, nada especial. —respondió con una sonrisa radiante en su rostro. En su mente se repetían los últimos momentos con su mejor amigo.

Era su novia.

Pero falsa.

Contador de palabras: 2048
Total: 7230

¡Hola! 🤍

Volvii, quiero escuchar todas vuestras opiniones ☕☕

¿Teorías o dudas?

Parece que ya tenemos propuesta de parte de Mike 😈

Ahora, alcen la mano las personas transparente de las cuáles se sabe incluso lo que piensa 🙋🏼‍♀️

¿Creen que Mía salga con el corazoncito roto? 😢

Y ésa Samy 😾 no debió dejar sola a Mía en la fiesta, ¿ustedes también la ignorarían o la perdonarían?

Ahora, ¡¿Cómo es eso que Jhiam es primo de Hilary!? 🙀🙀🙀 ¿Alguien se lo esperaba?

¿Alguna vez han conocido a alguien adoptado? Cuenten el chisme completo por favor ☕

Si notan algún error por favor díganme qué éso me ayudará mucho 🤍

Nos vemos en un próximo capítulo, gracias por seguir aquí conmigo ✨